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Cap.11.: Ahora, nos toca a nosotros.

Parecía que el día iba a ser lluvioso, ya se oyeron algunos truenos en aquella atmósfera tan lúgubre y con ese pasado tan negro y horrible. Nosotros caminamos por debajo de la gran masa de vapor de agua gris oscuro que envolvía el aire cubriendo nuestras almas.

-Sería mejor si cruzamos por el otro lado... Esto no me da buen rollo-Dijo Kirk, yo y el resto nos manteníamos detrás de Darko, ella vigilaba la zona con cautela asegurándose de que no había moros en la costa.

-Yo sé muy bien porque vamos por aquí-Contradijo Darko a mi colega, acto seguido, ejecutó la primera parte del plan que teníamos para... Destruirlos.

Se movió hasta quedar su cuerpo en contra de la pared, así como cuando ella reptaba disimuladamente. Giró un poco la mirada para comprobar si estaba justo a un metro de nosotros el objetivo principal: Un soldado nazi. ¿Qué ibamos a hacer con él? Nuestra compañera habló con nosotros de que le iba a torturar para que respondiese a ciertas preguntas que ella misma le formularía a cerca de nuestros enemigos, con el fin de saber como hay que llevar a cabo el plan. Se giró mirando por el rabillo del ojo al recluta, entre sus manos estaba su pistola, la cual con la mano izquierda insertó la carga en ella, colocó el arma entre sus manos y... Salió de nuestro escondite para atrapar a aquel cabronazo y llevárselo con ella.

El soldado gritó por un momento, antes de que nuestra ''jefa'' por fin le tirase al suelo tras agarrarle del cuello y estamparlo fuertemente contra el asfalto. El joven abrió los ojos en el momento en el que Darko apuntó la pistola hacia él.

-P-po-por favor, no me hagas nada. Llévate lo que quieras, mátame o lo que tú quieras. Pero tengo esposa e hijos, llévame a mi, no te los llev-Fue interrumpido por un disparo que pegó ella golpeando el locutor por el que se comunicaba con su bando, quedando éste destruido-N-no no no no no no...-Otra vez fue alzado, pero esta vez por la chaqueta de camuflaje en la zona del hombro derecho, haciendo que el polvo de la construcción demolida se elevase tras su caída en este. Una vez más, mi amiga se acercó a él, éste la miraba perplejo, ella colocó el arma debajo de su barbilla, apoyó la mano izquierda en la pared y todo su pelo cubrió al jovencito.

-Tus gritos de puta follando no harán que vayan tus amiguitos a por ti-Comenzo, Lars se rió maléficamente en voz baja, yo dibujé una pequeña sonrisa psicópata en mi rostro-Ahora, escúchame bien. Lo que voy a hacerte es una serie de preguntas que debes contestar, y si no lo haces, volaré tu cabeza con este juguetito tan lindo. ¿Entendido?-Muerto de miedo, el chaval asintió-Bien. Empezemos pues con las preguntas-Agarró al chico del cabello y lo tiró con brusquedad hasta dejarlo sin defensas en el suelo-Bien... Comenzemos con la primera pregunta. ¿Dónde te alojas tú y los otros puercos alemanes y rusos?-El debilucho la miró desafiante, ella mantuvo la compostura, situada delante de nosotros.

-¡No te lo diré nunca, zorra!-Una seria patada en el vientre del soldado fue propinada por Darko a causa de este comentario, gritó de dolor, luego le acompañaron varios gemidos.

-Primero de todo, no hace falta insultarme porque ya lo habéis hecho, aunque no te mentiré, yo os insulto todos los putos días de mi vida. Y segundo, vamos con la siguiente pregunta-Con esto, sacó un látigo con unas finas cuchillas de acero en su extremo... Se veía horrible eso, lo dejó caer al suelo y el muchacho, una vez más, miró aterrado a la figura femenina que estaba delante de sus ojos-¿Qué es lo que esconde el coronel para traer a esa puta rubia y me sacase el ojo?-Le preguntó, obvio sabíamos a que se refería, y bien que lo sabíamos... Mantuvo el látigo sujetándolo con ambas manos.

-N-no... ¡No lo sé!-Mentía, sabíamos que mentía, y Darko la primera, pues alzó el látigo en el aire y le asestó con éste, haciendo que se le escapase un grito de dolor cuando dejó marca en su piel de tal forma que le rompió la chaqueta, las cuchillitas le habían dejado huella en la nuca.

-Mientes. Lo sabes perfectamente, pero no me lo quieres decir-Dijo ella, él la miró de nuevo, muerto de miedo, pero ella seguía lanzándole esa mirada asesina que hacía con su único ojo... La verdad es que sin un ojo se veía mucho más macabra de lo que ya era, no sólo porque le faltaba un ojo, si no que ahora todo lo que apreciaba con su ojo izquierdo lo percibía con odio, sólo había odio y enormes instintos asesinos mostrados en éste-Ya lo descubriré por mi sola, porque ahora llega la tercera pregunta-Dijo, luego comenzó a colocarse unos guantes que eran... Espera, ¿eran puños americanos? Esto se ponía muy muy bello a la vista, porque por una vez la derrota estaba siendo nuestra-Dime, montón de escoria nazi, ¿cuál es el secreto que guardáis bajo llave que nadie puede saber?-Se colocó las armas de metal entre los dedos y esperó la respuesta.

-J-ja... ¡Jamás lo sabrás!-La gritó, ella se lanzó sobre él para asestarle un golpe en la cara, dejándolo sangrar por completo.

-No tienes cojones a decírmelo, por lo que veo... Ni esto ni nada, eres un cobarde-Le decía, luego se acercó a él, le agarró el pelo levantándolo de su posición, luego, sin yo verlo, pero lo sabía, una mirada llena de odio apareció de nuevo en su ser-Respóndeme al menos la última pregunta porque necesito una respuesta... ¿Qué es lo que queréis de mi?-Le preguntó con todo el rencor y dolor del mundo, éste la miró asustado, pero al parecer se mostraba valiente para responderla.

-Porque tú mereces morir. Porque la gente como tú debe morir. Porque no eres nada ni nadie. Porque por personas que hacen cosas como tú... El mundo está como está-La contestó muy desafiante, ella le miró con más odio todavía, y eso que no estaba viendo su ojo...

-Si me pagaran por dictar una lista de las monstruosidades que hicistéis los monstruos como tú... Sería multimillonaria, créeme-Le dijo, él no la respondió y Darko le soltó del cuello de la chaqueta bruscamente, dejándolo malherido en el suelo, luego se dirigió a nosotros-Yo ya hice mi trabajo aquí. Sería buena idea si ya nos vamos-Todos pensabamos que tenía razón y, sin decir nada más, volteamos para seguir con nuestro trayecto. Al menos, ya teníamos más respuestas de lo que estos insectos eran en este cruel y miserable mundo.

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