28•
— Es aquí.
Anunció Min en cuanto hizo una parada frente a una pequeña casa que parecía una cabaña en medio del bosque, más bien lo era, era una cabaña de dos pisos, de madera, la cual era rodeada por un muro de ladrillo y cercas de alambres, más que una casa vacacional familiar, parecía una prisión, con la diferencia de que era acogedora, en cuanto cruzabas la enorme puerta de madera metálica que separaba ambos muros laterales, se veía la puerta de la casa, también de madera con dos farolas en la entrada, Jimin apretó con fuerzas sus labios para evitar reír, se sentía ahora mismo como prófugo de la justicia, no existían más casas alrededor de la cabaña, ni bajando la montaña, la única casa en todo el lugar era la de Yoongi, aquel hombre "rudo" no dejaba de mirar al chico castaño a su lado al tanto de todas las expresiones que su rostro podía realizar en menos de cinco minutos, tratando de descifrar lo que realmente pasaba por su mente, sus pequeñas manos agarraron la suya tomándolo por sorpresa.
— ¿Cuántas habitaciones?
Quiso saber Taehyung mirándolo con atención, claramente este chico quería tener privacidad con su hombre, más cuando estarían bajo el mismo techo Jimin y su novio.
— Sólo dos.
Susurró Min cerca del oído de Taehyung, este intentó sonreír mientras se abrazaba a sus caderas.
— Deberíamos ir e instalarnos en las habitaciones.
Habló Jungkook rompiendo por completo la situación en la que se encontraban su novio y su amigo, se miraban de a poco mientras que Taehyung intentaba desviar la vista de ellos.
— Adelanten. Quiero hablar con Taehyung, a solas.
Dijo por fin Jimin llamando aún más la atención de los presentes, los hombres se miraron sin pronunciar palabra alguna, Min esperaba alguna palabra por parte del castaño intentando retenerlo a su lado, pero no fue así. Supo que también quería quedarse a solas con Jimin. Así que no lo pensó ni una vez cuando tuvieron que separarse, cuando Jimin vio que los hombres se alejaban de su vista, agarró la mano de Taehyung con fuerza, obligándolo a sentarse en el sofá que yacía en la acogedora sala de la cabaña frente a una chimenea aún apagada.
— ¿Qué es lo que quieres hablar?
Preguntó Taehyung confundido, a pesar de su molestia seguían siendo amigos, y lo adoraba.
— Perdóname.
Taehyung dejó de mirar hacia la chimenea para desviar su vista a Jimin que estaba a un a su lado.
— Te pido perdón, Taehyung, fui muy egoísta al no decirte lo que sabía, creo que te lo debía, pero no pude, amo tanto a Jungkook que lo elegí a él, lo siento.
Taehyung sintió algo en su pecho, podía ser lastima, culpa o algo más. Pero eso hizo que tomara la mano de Jimin con fuerza, lo acercó a su cuerpo para poder abrazarlo. Cerró los ojos absorbiendo el dulce aroma que desprendía de los cabellos de Jimin, una mezcla de vainilla con algo más, fue tan placentero para él que se negaba a soltarlo.
— No tienes que pedirme disculpas, ahora sé lo que es amar con tantas fuerzas, si hubiese estado en tu lugar, habría hecho exactamente lo mismo, lo único es que no quiero terminar con una bala en la cabeza, quiero casarme y tener hijos, muchos.
Cuando se separaron se miraron a los ojos.
— Seguimos siendo amigos. ¿Cierto?
— Por supuesto, sabes que te quiero Jimin, eres mi mejor amigo.
Ambos dejaron de mirarse cuando sintieron a uno de sus hombres aclararse la garganta. Se trataba de Yoongi que los admiraba con ternura mientras sus manos permanecían dentro de los bolsillos de su pantalón, Jimin se puso de pie dirigiéndose hasta las escaleras en las cuales se encontraban el hombre, estaba solo sin Jungkook, así que prefirió buscarlo por si mismo, Min era ahora todo lo opuesto a lo que pudo haber conocido él en un pasado muy lejano, muy feliz, enamorado de aquel castaño que le hacía perder la respiración cada vez que se acercaba a él, un sentimiento a un nuevo para él, a penas lo estaba comenzando a disfrutar, Taehyung esperó a que se acercara a él, en su estómago revoloteaban miles de mariposa cada vez que lo tenía cerca, mordió con fuerza sus labios cuando sintió sus labios besar su cuello.
— ¿Todo bien?
Preguntó Min.
— Fui muy injusto con Jimin, ahora puedo entender su verdadero motivo. No es tan difícil de entender cuando se está enamorado.
— ¿Antes no lo estabas?
— No me había enamorado antes.
— Somos dos.
— ¿No tuviste otros amantes? ¿Alguien que fuese importante en tu vida?
— Tuve mis amoríos, nada importante, ahora que te tengo sé que realmente te amo, y por ti conocí el amor.
Le besaría, iba besarlo hasta saciarse del sabor, la humedad y textura que conocía bien; le besaría sin importarle si le robaba o no el aliento, después de todo, estaba dispuesto a darle el suyo.
Quien se divertía a lo grande desde su coche era el señor Kang, tenía armamentos de sobra para acabar con aquella pequeña cabaña en el medio de esa desolada montaña, aquel par de tontos estaban muy equivocados al creer que escapando de la ciudad a un lugar tan alejado de la ayuda, sería lo mejor. Kang conocía cada paso que daban ellos, pero por ahora se limitaría, no haría nada en contra de ellos. Sabía que Jungkook no estaría tranquilo ni dos días sin ir a por él, se atrevió a tocar a la persona que más amaba, tenía su carácter, compartían la misma sangre fuerte, no en valde era su padre biológico.
— Kang. ¿Nos vamos?
— Ceo, ¿Crees que mi hijo pueda perdonarme algún día?
— No, es imposible.
Ambos hombres hicieron contacto de miradas a través del retrovisor.
— Tienes razón. Es imposible, nunca debí vender a mi hijo a esa familia millonaria, los muy inútiles dejaron que lo secuestraran, no sabe lo preocupado que estaba cuando lo supe.
— Usted mató a esas personas con sus propias manos.
— Perdieron a mi hijo.
— Si tanto quieres recuperar a tu hijo ¿Porqué haces esto? Casi asesinan a su novio el cual está esperando un hijo suyo, tu nieto.
— Quería sacarlo de ahí y que fuera a por mi, nunca quise hacerle daño a su novio, mucho menos a mi nieto.
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