Jimin miraba con atención la enorme casa frente a sus ojos. 

No era una mansión ni algo extravagante, solamente era algo muy pequeño que desde el exterior se veía acogedora, todas sus dudas se aclararian ahora que por fin Jungkook había despegado los pies del pavimento para caminar hasta la entrada, tomándolo de la mano, muy seguro de sí mismo, en cuanto pasaron el umbral, pegó el dedo en el timbre postrado contra la pared lateral a la puerta.

No se escuchaban pasos provenientes de la casa, pero en cuanto la puerta se abrió mostrando la pequeña sonrisa de una niña de unos 6 años aproximadamente, todos los absurdos pensamientos de Jimin con respecto a la pequeña figurita frente a sus ojos, comenzaban a golpearlo con duda. 

— Tío, Kookie. Mamá, es Tío Kookie.

Chillaba la niña con desespero, corriendo en el mismo lugar, mientras juntaba sus brazos una vez que sus presecitos golpeaban el fino suelo de madera.

— ¡Oh, pero que grande estás ya palomita!

Los ojos de Jimin brillaron cuando Jungkook alzó a la niña en sus brazos, para luego atraerla a él y pegarle un sonoro beso en la mejilla. La pequeñita curiosa no dejaba de observar a Jimin al lado de su tío, notó que ambos se tomaban de la mano, tal como sus padres hacían, su boquita se abrió despacio para luego volver a chillar.

— ¡Tío tiene novio!

Jimin y Kook se miraban avergonzados, lejos de que Jeon soltara la mano de su novio lo agarró con mucha ilusión. 

— Haneul, deja a tu tío. — Regañó con voz melosa una chica que salía detrás del arco que debía separar la cocina de la entrada, llevaba un delantal rosa lleno de polvo blanco, seguramente estaba haciendo pasteles o algo dulce, cosa que pensó Jimin en cuanto la chica se acercó a ellos liberando un dulce aroma de vainilla, cuando ambos cuerpos pelinegros hicieron contacto, Jimin sonrió aliviado, no conocía mucho del hombre que amaba tanto, pero ahora tenía la esperanza de adentrarse más aún en el mundo de Jungkook y comenzar a entender muchas cosas. — No se queden ahí, adelante. — La pelinegra se hizo a un lado para que ellos se adentraran en la casa. Los ojos de Jimin se desviaron a la cocina, entonces apretó sus labios, había acertado en cuanto a ella cocinando pasteles. — Por fin te acuerdas de tu hermana mayor. 

— Soora. 

  Jungkook apretó los dientes con fuerza.

— ¿Sabes, Jimin? Es mi hermano de acogida, pero es como si fuese mi hermano de sangre y nunca viene a verme. — Park abrió ligeramente los labios lleno de asombro, la chica acaba de llamarlo por su nombre, cuando él ni siquiera la conocía aún. Se sintió un poco apenado, ya que no sabía de su existencia — ¡Ni siquiera le has hablado de nosotras! — Exclamó la pelinegra levantándose para darle un fuerte golpe en el brazo a su hermano. 

— Lo siento, Jungkook no me había dicho que tenía una hermana de acogida, ni una sobrina tan hermosa. — Dijo Jimin mirando a la niña para luego mirar mal a su novio, realmente se enojó. 

— Está bien, me declaro totalmente culpable. Soy un mal novio y un mal hermano. ¿Satisfechos? — Soora y Jimin se miraron para sonreírse. — ¿Dónde está Hyunsik? — pregunta por su cuñado.

— Arriba, desde que abrió la nueva galería solo se dedica a las obras de arte en exhibición. 

Jungkook se percató de que la palabra "galería" hizo brillar los hermosos ojos de su chico, apretó sus manos con tanta fuerza, que se sentía eufórico, aquel niño grande a su lado, no cabía en su lugar, quería levantarse, caminar hacía algún lugar de la casa o incluso conocer al cuñado de Jeon, cosa que no tardó en cumplirse, ya que él hombre bajaba las escaleras con prontitud, la niña salió corriendo a los brazos de su padre que la lanzaba al aire cuidando de que no se diera algún golpe, una vez cerca de ellos, la dejó sobre las piernas de su esposa. 

— ¿Qué sorpresa, ha pasado algo importante?

Hyunsik se echó a reír contagiando a todos en la sala.

— Muchas cosas, una de ellas, quería que conocieran al hombre del cual estoy perdidamente enamorado. — Su confesión ya conocida por Jimin, provocó un fuerte rubor en la mejillas del rubio, pero este no dijo nada, se mantuvo en silencio en toda la conversación. — Otra noticia que tenemos, es que seremos padres.

— ¿Padres? — Interrogó Soora junto a su esposo a la vez. — ¿Estás embarazado Jimin?— Preguntó la chica aún ensimismada. 

— Sí. — Park tocó su oreja de una forma tierna e inocente. 

— Pero claro que es Jimin, no seré yo. — Jungkook arqueó una ceja bromista.

— Pues que bien ¿no? Para mi mayor sorpresa mi hermano se ha enamorado, y ahora tendrá un hijo, pues estoy muy feliz por ustedes. ¿Cuándo se casan? ¿Por qué habrá boda verdad? 

Jimin mordió sus labios con fuerza. Claramente el silencio lo dijo todo entre ellos, no pensaban en matrimonio aún, dando por echo de que la noticia del embarazo era muy reciente, todo se había dado de una manera tan rápida, que no fue algo en lo que preocuparse, primero estaba el nacimiento del bebé, su crecimiento, pero una idea de boda puso a funcionar todos los sentimientos ocultos de Park. Jimin siempre quiso casarse, formar su propia familia, llevar esa alianza en su dedo que indicara que estaba unido a alguien más, a una persona que amaba, a la cual quería dedicarle toda su vida, compartir millones de experiencias con él tanto buenas como malas, ya que en eso se basaba un matrimonio. Por otro lado, Jeon sintió la decepción de su chico, hace tan poco tiempo que había llegado a descubrir su amor por él, que la llegada de un hijo, fue en lo único que deseaba pensar, pero también deseaba unirse a Jimin para siempre, y hacerlo feliz, era su principal objetivo. 

— Por supuesto que nos vamos a casar ¿Tú quieres Jimin? ¿Casarte conmigo?

Jimin miró rápidamente a Jungkook, el cual le regaló una sonrisa cargada de puro amor. 

— Sí.