22•
A la mañana siguiente algo muy diferente se había apropiado de Jimin, no sólo había despertado ligeramente desnudo, si no, que en un fuerte mareo y unas terribles ganas de vomitar invadieron su espacio, Jungkook no estaba a su lado, el reloj de la mesita de noche a su lado marcada las nueve y media de la mañana, así que no le quedó más remedio que deducir que ya se había marchado a su empresa.
Intentó tranquilizarse un poco, cerró los ojos, respiró hondo y salió de la cama cuando creyó que ya el abundante mareo pasaba, apoyó sus cálidos pies sobre el frío suelo, pero al ponerse de pie, su vista se nubló por completo haciéndolo caer al suelo.
Jungkook que aún permanecía en el departamento, entró rápidamente a su habitación al escuchar como algo caía al suelo, en cuanto sus ojos divisaron a Jimin ahí tirado, no pudo evitar sentir pesar por él, lo tomó en sus brazos, ayudándolo a incorporarse en la cama.
— ¿Qué ha pasado? — Quiso saber Jeon incluso más asustado que el propio Jimin, el rubio no podía tan siquiera abrir sus ojos sin tener aquella presencia molesta de los mareos. Se abrazó al pecho de Jungkook, acurrucándose lo suficiente como para sentir su calor. — Jimin. ¿Te sigues sintiendo mal? — Acarició su espalda.
— Creo que la cena de anoche me cayó mal.
Murmuró un poco audible para los oídos de Jeon, luego de aquella noche desbordante de sentimientos encontrados y secretos cargados de sorpresa, ambos chicos decidieron cenar fuera, Jimin adoraba cenar en esos restaurantes que solo Jungkook solía llevarlo a comer su comida favorita, pero a pesar de que Jimin no era muy amante a los mariscos, un banquete de gran variedad de ellos fue lo que pudo soportar su estómago durante toda la noche, eso sin mencionar que también había bebido lo suficiente para luego sentir pesar o indigestión, luego de todo aquello cayeron rendidos en la cama hasta la mañana siguiente, había una pequeña posibilidad de que todo aquello estuviese pasándose factura al ahora débil Jimin que no podía ni mantenerse en pie sin que Jungkook lo sostuviera, tenía miedo de caer al suelo o desmayarse, el peor de los casos.
— Compraré algunos medicamentos para ti, no tardo.
Con un cálido beso en su espalda, vio como Jungkook se marchaba de la habitación, sin más remedios, tuvo que levantarse, caminar hasta el baño prácticamente apoyándose de todos los objetos que tenía cerca, una vez dentro del cuarto de baño, abrió el grifo de la ducha dejando que toda aquella agua helada cayera sobre su cabeza, se sintió mucho mejor al sentir la frialdad apoderarse de su cuerpo, si estaba enfermo, era lo ideal para evitar las fiebres altas. Método que siempre usaba su madre cada vez que se enfermaba de chico, ahora que estaba débil, solo podía pensar en que no la llamaba como antes, y comenzaba a extrañar, tantas cosas que contarle.
Luego de que se aseara y pusiera un poco de ropa, agarró su teléfono, abrió la agenda de contactos y marcó el número de su madre.
Hijo. ¿Por qué no me habías llamado antes? Estaba muy preocupada.
Mamá, lo siento, estuve muy ocupado todos este tiempo.
¿Qué te pasa? ¿Estás enfermo? Te siento decaído.
Estoy un poco enfermo, me he levantado mareado y asqueado.
¿Acaso tienes ya novio?
¿Qué? ¿Qué tiene que ver esa pregunta con mi enfermedad?
Tienes los síntomas del embarazo.
Jimin tragó con dificultad quedándose en silencio, hasta ahora no había pensado en aquella posibilidad, vio la presencia de Jungkook en la puerta mirándolo un poco consternado.
Ma, ¿puedo llamarte después?
Al menos dime, ¿tienes novio?
Qué si, qué si tengo.
¿Cuándo lo conoceré? Si estás esperando un bebé al menos debería conocer a mi yerno.
Mamá, que no hay ningún embarazo, solo me cayó mal la cena a noche.
Y encima tienes cambios de humor. Oh, seré abuela.
Ya basta mamá, te llamo más tarde.
Cuando colgó la llamada vio a Jungkook como se aproximaba a él, se aterró un poco ya que el pelinegro había escuchado toda la conversación, no tenía fuerzas para sostener el móvil y tuvo que poner el altavoz, algo le decía que esa podía ser otra posibilidad, nunca lo había dicho por miedo, pero hace más de un mes que había dejado de tomar la píldora, cada vez que tenían relaciones sexuales y Jeon se venía dentro de él, seguía existiendo la posibilidad de que pudiera quedar en estado, si le contaba que dejó la píldora hace mucho tiempo porque ya no la quería, entonces algo muy feo sucedería.
— Y-yo
Jimin intentó hablar, sus mejillas estaban rojas y calientes.
— Tú madre tiene razón. Puedes estar esperando un bebé. Por eso compré dos test de embarazo, según la farmacéutica esta es la más efectiva.
Jimin asombrado se encontró con la mirada curiosa de Jungkook, lejos de verlo enojado, lo vio sonreír, sus labios se abrieron para mostrar una agradable y cómoda sonrisa, acariciando su rostro en cuanto sus manos llegaron a sus mejillas, se acercó para ofrecerle un placentero beso.
— Jungkook, te juro que nunca lo hice para perjudicarte.
— Eso no es importante ahora, hazte la prueba.
Jimin mordió sus labios con fuerza, sin decir algo más, agarró la cajita que Jungkook llevaba en sus manos, su corazón latía ridículamente fuerte, era como si en cualquier momento, saldría desbocado, entró al baño, dejando la puerta abierta y desde una posición en la que Jeon pudiera verlo, el pelinegro se mantenía en silencio mirándolo con atención, mientras que el rubio bastante asustado y tembloroso, abría el empaque, bajó su ropa interior, agarró el vaso blastico de color rosa, mientras hacía pis, sus ojos se llenaron de lágrimas, de solo pensar que esperaba un hijo del hombre que amaba sus hormonas se revolucionaban, sus vidas podría cambiar de una manera inesperada dando un giro descomunal, pero sería algo de ellos, un pedacito de personita hecha con amor, un hijo les daría más madurez, mejorarían su estilo de vida y sobre todo Jungkook tenía que cambiar.
— Debemos esperar.
— Jimin, ven aquí.
Jungkook dio una palmada a su lado en la cama, Jimin que aún esperaba con miedo un grito de reproche por su parte, fue hasta él con la mirada perdida en el suelo.
— ¿Hace cuanto dejaste de usar la píldora?
Aquella pregunta fue como un balde de agua helada.
— Casi un mes.
Fue sincero, no tenía sentido decir mentira, muchísimo menos mentirle a Jungkook.
— ¿Por qué no me dijiste que la dejarías? Podíamos haber planificado esto, porque si estás embarazado, tantas cosas van a cambiar Jimin.
Jungkook lo escuchó soltar un leve sollozo, todo aquello que estaba sucediendo había puestos sus sentimientos patas arriba, era una necesidad para él que se echara a llorar como un niño pequeño cuando su padre llamaba su atención luego de a verse portado muy mal. Jeon que no podía verlo en ese estado, lo abrazó, besó su mejilla sin dejar de abrazarlo.
— L-lo s-siento.
Se disculpó Jimin mojando con sus lágrimas el saco de Jungkook.
— Me has hecho cambiar tanto, Jimin. Antes no quería saber de hijos, ahora me hace ilusión la idea de que puedas darme un hijo. — Jimin lo miró a los ojos, iba a decir algo, cuando Jeon lo interrumpió. — Ya pasaron los 5 minutos. — Jimin fue en busca de los resultados, por supuesto que tenía a Jungkook detrás, ambos miraban el aparato con sorpresa. — Jimin. ¿Eso es?
— Positivo.
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