Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

03•

Al llegar a la oficina de Namjoon estaba de los nervios. No sabía que se iba a encontrar y se había puesto un trajes de gasa azul intenso para darse confianza. Su cabello estaba recogido en una coleta alta. —  Pase —  le dijo el secretario sonriendo —  Lo están esperando, joven Park.

Fue hasta la puerta y llamó —  Adelante.

Entró en el despacho y se encontró con esos ojos cafés que lo perseguían desde hacía dos días. Estaba de pie al lado del escritorio de Namjoon con las manos apoyadas en él. Había un documento sobre la mesa y se mordió el labio inferior muy nervioso.

—  Pasa, Jimin —  dijo Namjoon sonriendo.

Cerró la puerta —  Siéntate aquí—  Namjoon señaló una silla ante él. Al lado había otro hombre sentado que lo miraba fijamente.—  Te presento al señor Seo —  dijo señalando al hombre sentado.

Este se levantó y le dio la mano —  Encantado, señor Park.

—  Mucho gusto.

—  Y él es el señor Jeon Jungkook.

Jimin le miró a los ojos —  Señor Jeon.—  extendió la mano y se la estrechó. Nunca había creído eso de que te recorriera una descarga eléctrica cuando conocías a alguien especial pero Jimin lo sintió. Apartó la mano rápidamente y se sentó en su asiento. Miró a Namjoon que asintió satisfecho.—  Este es el contrato, Jimin ¿Quieres leerlo? —  No sabía si era capaz de decir su nombre, mucho menos ponerse a leer un contrato. Pero era necesario y extendió la mano para coger el documento

—  ¿No se lo has explicado ya? Tenemos prisa.

Era un hombre muy ocupado y él lo sabía. Lo miró con una sonrisa —  Seré breve.— Jungkook apretó los labios pero asintió. Jimin se dispuso a leer. Todas las cláusulas eran como había dicho Namjoon pero al llegar a la última abrió los ojos como platos—  ¿Y esto?

—  Eso es de lo que quería hablarte —  dijo Namjoon satisfecho—  Se trata de una cláusula para protegerte a ti.

—  Eso ya lo veo pero...—  miró a Jungkook que parecía muy enfadado.

—  Aquí dice que si en algún momento me pone en evidencia como prostituto deberá indemnizarme con tres millones de dólares.

Jungkook chasqueó la lengua.—  Firma de una vez, Jimin . No tengo todo el día.

—  Jungkook , dale tiempo. Te está entregando seis meses de su vida—  dijo Namjoon sonriendo.

—  Los voy a pagar muy bien—  dijo molesto.

Vaya, ese hombre tenía carácter. Cogió el bolígrafo de oro que había sobre la mesa y firmó al lado de la elaborada firma de Jungkook .

—  Firma este también, es una copia para nosotros.

Lo hizo rápidamente y le dio el documento a Namjoon. Después miró a Jungkook —  ¿Mañana te dan los análisis?—  Se sonrojó intensamente pero asintió —  Mañana te paso a recoger a las seis y media. Vestido de noche.

El hombre sentado a su lado se levantó cogiendo su copia—  Un placer, señor Park Jimin. Namjoon.

Salieron del despacho dejándolo totalmente noqueado —  Vaya, es un dinamo humano.

Su amigo se echó a reír y se levantó a cerrar la puerta.—  ¿Preparado?

—  No tengo más remedio. ¿Por qué has puesto esa cláusula? Si me deja en evidencia también lo hace él mismo.

—  Jungkook tiene algo —  dijo mirándolo a los ojos—  Cuando se enfada tiene una lengua viperina. No quiero que haga daño a tu reputación por un berrinche porque sé que después de este trabajo no lo harás más.

—  Puede que le coja el gusto —  comentó malicioso.

Namjoon se echó a reír. —  Venga, vete de compras. Te llamaré cuando tenga tu cheque preparado.

—  ¿Ya ha pagado?

—  Seguramente en este momento me están haciendo la transferencia. ¿Prefieres que te lo ingrese en una cuenta en un paraíso fiscal? Es medio millón de dólares...

—  Y un cheque al portador o mejor en billetes de diez.

Namjoon se echó a reír—  Largo de aquí. Vete de compras y recuerda pasarme las facturas para cobrárselas.

Pasó la tarde de boutiques. No quería derrochar. No le parecía bien aprovecharse pero tenía que comprar ciertas cosas imprescindibles y los trajes de firma eran muy caros. Escogió cuatro de noche. Uno de ellos de color negro. Siempre había querido tener algo así pero al ver el precio abrió los ojos como platos. ¡Cuatro mil dólares! No tenía dinero para pagarlo y suspiró dejándolo en la percha. Miró los otros tres que había elegido y uno de ellos se ajustaba al presupuesto. Pero sólo podría comprar uno. Decidió llamar a Namjoon.

—  ¿Qué ocurre? ¿Ya te has gastado el dinero?—  preguntó divertido.

—  Es que tengo un problema.

—  ¿Qué ocurre?—  se puso serio.

—  El dinero que me queda no me da para comprar lo que necesito porque tengo que ir de firma ¿no?

—  Por supuesto. Jungkook no puede llevar a su lado alguien con ropa barata.

—  ¿Qué hago?

—  ¿Dónde estás? —  Le dijo el nombre de la firma—  Pásame con Rose.

Miró a su alrededor a los dependientes vestidos de negro—  ¿Quién es Rose?—  le preguntó a uno de ellos. El hombre se volvió y señaló con una sonrisa a una elegante mujer que no iba con el uniforme negro. Se acercó a ella y le dijo muriéndose de la vergüenza—  Disculpe pero un amigo quiere hablar con usted. La mujer le cogió el teléfono y sonrió—  Namjoon querido, hace mucho que no te veo. Sí, por supuesto nos encargaremos de él —  dijo mirando a Jimin de arriba abajo—  ¿De todo? Es un placer hablar contigo—  se echó a reír—  Como siempre. Te veré en la fundación, querido.

Entregó el móvil a Jimin —  Quiere hablar con usted.

Se puso al teléfono—  ¿Namjoon?

—  No te preocupes por nada. Ellos me enviarán la factura. Conozco a Rose de una fundación de ayuda contra el cáncer y no tiene ni idea a lo que me dedico, así que no hay problema.

—  Gracias Namjoon, eres un amigo.

—  Compra todo lo que quieras. Jungkook fue muy claro. En eso no va a haber ningún problema.

—  Está bien. Rose hizo señas a dos de sus empleados—  Traigan una copa de champán al joven.

—  No es necesario —  dijo sonrojándose.

—  Querido, disfrute del momento—  dijo la mujer cogiéndolo del brazo y llevándolo a un reservado. Le sirvieron champán y le llevaron los trajes que había seleccionado sorprendido de que lo supieran. Obviamente lo habían observado. Le llevaron tres trajes más .Uno era de color verde esmeralda y era un sueño—  ¡Dios mío!

—  Es precioso ¿verdad? Una obra de arte—  dijo Rose satisfecha.

—  Pero es para ir a la opera...

—  O a una fiesta de gala. —  eso lo veía más probable. Jungkook no tenía pinta de ir a la ópera.—  Pruébeselo. Vamos a pasarlo bien.

El traje verde era maravilloso. Le pusieron unos zapatos a juego y se sintió como un príncipe. —  Me lo llevo —  dijo con una sonrisa radiante.

Y así estuvo toda la tarde. Era la única frase que salía de su boca.

También se compró trajes de tarde y de cóctel. Por supuesto el verde se sumó a sus compras. Los zapatos de la firma eran preciosos y se compró seis pares. También medias pero lo de la ropa interior era un problema pues allí no la había. De todas maneras todavía tenía el dinero que le había dado Namjoon, así que cuando terminó decidió pasarse por una tienda de lencería para hombre. Tenía tantas bolsas que Rose le dijo que se las enviarían a las ocho de la tarde por mensajero. Sonrió saliendo de la tienda pues era una maravilla comprar así. Ni tenía que cargar con las bolsas. Aunque con lo que se había gastado no le extrañaba nada.

La ropa interior fue un problema pues él siempre había sido muy clásico y no sabía lo que le gustaba a Jungkook . Pensar en su cliente le hizo sonrojarse. Se decidió por ser más osado y escogió conjuntos de colores más fuertes que lo que llevaba habitualmente. Uno rojo, dos negros, uno gris perla, otro verde esmeralda. Todos eran preciosos y de buena calidad. También compró uno blanco. Ese se lo compró para él. La camisa caía en uve hasta el ombligo y le encantó. También se compró camisones.

No sabía si después de hacerlo lo enviaría a casa o querría que se quedara, así que compró dos. Uno amarillo de gasa con encaje y otro rosa de seda. Esa noche sería su última noche de "soltero" hasta dentro de seis meses, así que pensaba disfrutarla.

De la que iba hacia casa compró sales de lavanda y comida italiana. Cuando llegaron los paquetes abrió los ojos como platos al ver todo lo que había comprado. Gimió pensando en la factura y se sintió algo culpable. —  Veo que lo has hecho—  dijo Taehyung sonriendo cuando salía de la casa.

—  Me he pasado—  dijo con arrepentimiento—  ¿y si se molesta?

—  No tienes que preocuparte por eso —  los hombres del reparto salieron—  Tienes que vestir acorde a su estatus. Esto es así.

—  Lo sé pero... —  Cogió una caja y la abrió. Era el traje verde.

—  ¡Que preciosidad!

—  ¿A que sí? —  Preguntó él admirándolo—  No podía dejarlo allí. Me necesitaba.

Taehyung se echó a reír. —  Disfruta, esto es lo mejor.

—  Lo sé—  observó a su amigo que llevaba ropa de deporte—  ¿No trabajas hoy?

—  No, estos días no trabajo.

—  Ah...

—  No será tu caso, si es necesario...

—  Ya—  abrió otra caja —  Tengo que colgar todo esto ¿me ayudas?

Se pasaron la noche hablando de ropa mientras comían comida italiana y veían la televisión.

—  Tengo que irme —  dijo su amigo —  A las diez de la mañana me levanto como siempre y tengo que aprovechar para estudiar algo.

—  Claro.

—  ¿Quieres que desayunemos mañana?

—  Sí —  respondió algo inquieto.

—  Traigo el desayuno y te despierto ¿O quieres salir a correr?—  preguntó malicioso. La cara de horror de Jimin lo hizo reír. Cuando se quedó solo se dio un largo baño mientras escuchaba la música de su celular. Pensó en su encuentro con Jungkook . No había ido tan mal. Suponía por su carácter que si le daba la razón en todo, no tendría problemas. Sólo eran seis meses de su vida. Estuvo listo a las seis menos cuarto y nervioso se miró en el espejo cien veces. Al llegar las siete menos cuarto pensó que ya no lo recogería cuando sonó el telefonillo—  ¿Si?

—  Baja de una vez—  dijo muy enfadado. Se mordió el labio inferior alejándose del aparato. Estaba claro que cuando estuvieran solos lo trataría como un empleado. Suspiró cerrando la puerta y fue hasta el ascensor. El espejo demostraba que estaba muy bello. Su traje negro le sentaba como un guante. Cuando salió a la calle, él por supuesto no estaba allí esperándolo. Había delante una limusina negra donde esperaba el chofer para abrirle la puerta. Le sonrió al chofer y se sentó frente a Jungkook que hablaba por el móvil.

La limusina se puso en movimiento y él lo observaba de arriba abajo mientras contestaba algo sobre unas acciones. Apretó los puños nervioso y él observó sus labios enrojecidos. Cuando colgó el móvil lo hizo de golpe, sin despedirse. Así que él dedujo que era grosero con todo el mundo, no sólo con él —  ¿Qué llevas puesto?—  preguntó él mirando su traje.

—  Un traje de noche.

—  No hace falta que vayas diciendo por ahí lo que eres. La próxima vez viste más discreto, es demasiado obvio, todos los chicos de compañía usan unos así. —  replicó ajustando su pajarita. Jimin apretó los labios pues era un traje maravilloso, pero no dijo nada.

—  Abre los botones de tu camisa—  dijo él mirándolo fijamente.

—  ¿Qué?—  preguntó sorprendido.

—  Quiero ver lo que pago —  respondió divertido al verle la cara—  Ábrelo, ahora.

Sonrojado pues no se lo esperaba sacó un botón lentamente después el otro dejando al descubierto sus pezones rosaditos. Él lo observaba sin mostrar ningún sentimiento. Ni deseo, ni desprecio, nada. Se avergonzó todavía más al notar que sus pechos reaccionaban a la mirada, endureciendo los pezones. Se mordió el labio inferior. —  Ábrete el pantalón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro