02•
— Dios mío, no me digas eso. Ya no sé qué hacer— dijo desesperado.
Namjoon apretó los labios — Puedo hacerte un préstamo.
— ¿Y deberte el dinero?— preguntó horrorizado.— No, no puedo hacer eso.
Su amigo apoyó los antebrazos sobre la mesa enseñando sus anillos de diamantes— Jimin, esto es muy duro.
— Taehyung me ha informado de todo. — Se levantó muy nervioso dejando ver su graciosa figura y comenzó a andar nervioso por el despacho — Sé todos los problemas que puedo tener Namjoon, y no tengo otra opción.
— Tú no puedes pasar de un hombre a otro ¿Hace cuanto que no sales con un hombre?— se sonrojó intensamente.— ¿Ves?
— No tengo otra opción. lss galerías no quieren contratarme y no tengo experiencia para otra cosa.
— Entiendo.
— No tengo dinero ni para el metro. Tengo que buscar una solución. Namjoon se levantó enseñando su traje de firma y apoyó la cadera en el escritorio— Cuando tengas tres citas te vendrás abajo.
— Soy más duro de lo que piensas. — dijo mirándolo a los ojos.
— ¿Y cuando te pidan que les golpees? — Jimin abrió los ojos como platos — ¿O si piden otra cosa? ¿Qué harás entonces?
— Esto me pasa porque me conoces, sino me conocieras...— Jimin hizo una pausa.
— Exacto....tengo esa habilidad y es muy importante para este negocio. Con echar un vistazo a una persona, sé de qué palo va. — Lo examinó de arriba abajo — Eres muy hermoso Jimin, el chico que todo hombre desea.
— ¿Entonces?
— Se me está ocurriendo algo— dijo sonriendo irónicamente.— Siéntate.
Lo hizo rápidamente mientras Namjoon miraba la pantalla del ordenador— Tengo un cliente nuevo.
— ¿Nuevo?— preguntó nervioso por lo que Taehyung había comentado sobre los nuevos.
— No te preocupes, le conozco muy bien aunque hasta ahora nunca ha sido mi cliente. Es apasionado pero no violento.— suspiró aliviado — Pero lo que quiere no es lo normal. Frunció el ceño— ¿A qué te refieres?
Namjoon sonrió— Es un hombre de negocios muy ocupado. Muy ocupado, Jimin.
— ¿Y? — Su amigo se echó a reí.
— Pues que sus ocupaciones últimamente no le permiten ciertas actividades.
— Cómo salir a ligar.
— Exacto y necesita un hombre atractivo para esas actividades, aparte de asistir a fiestas o cenas.
— Quiere un novio de mentira.
— Siempre has sido muy listo, querido— dijo divertido — Yo le he dicho que no doy ese servicio pues le saldría por un ojo de la cara pero a él le da igual. Además me había pedido otros requisitos
— ¿Qué son?— preguntó impaciente.
— Que sea nuevo — dijo irónico.
— ¿Qué sea virgen?— preguntó decepcionado.
— ¡No!— exclamó riéndose— Que no haya trabajado nunca en la ciudad. Tiene que pasar por novio.
— Ah — dijo aliviado— Yo valgo.
— Sí, en ese aspecto sí. También pidió que fuera atractivo y rubio un poco más claro.
— ¡Vamos que quiere un tonto! ¡Puedo teñirme el cabello! ¿Y cumplir todos los requisitos?
— Depende de ti. — Dijo mirando otra vez la pantalla — Ha pedido que durante seis meses después de estar con él no trabajes.
— ¿Qué?
— Para dar la apariencia de noviazgo no podéis dejarlo y acostarte con un socio suyo ¿Entiendes?
— Ya — hizo una mueca— ¿Algo más?
Namjoon se echó a reír — Pues suelo hacer preguntas de tipo sexual y está claro que algunos mienten pero él fue muy sincero.
— ¿Quiere algo raro?
— Le gusta mandar. En la cama manda él. Esas fueron sus palabras.— la mirada penetrante de Namjoon lo puso nervioso otra vez— ¿Es dominante?
— No me parece de ese estilo en sentido estricto de la palabra con trajes de cuero y esas cosas, pero si le conocieras te darías cuenta de que es un hombre en toda la extensión de la palabra. Y en la cama se comporta igual. Manda él.
Tragó saliva— ¿Y durante cuánto tiempo?
— No me lo ha dicho. Supongo que dependerá de lo cómodo que esté con la situación. Por supuesto quiere al chico en exclusiva y quiere análisis recientes de él. Pues no usa condón.
Se sonrojó intensamente— ¿Y él?
— También entregará los análisis si le gustas. Por supuesto tiene que haber fidelidad. Quiere uno novio, sin ser su novio ¿Entiendes? Además tendrás que firmar un contrato en el que si te quedaras embarazado renuncias a cualquier manutención que él pudiera darte.
— Para garantizar que no dejo de tomar la píldora intentando colocarle un niño.
— Está bien, no tengo problema en eso.
— Exacto.
— ¿Y en lo demás?
— Es mejor de lo que había pensado.
— Si no te gusta tendrás que continuar hasta el final, ¿Lo sabes?— dijo mirándolo con sus ojos cafés .
— Lo sé. Taehyung fue muy claro. El trabajo se termina.
Namjoon sonrió satisfecho— Este trabajo te permitirá mantenerte una temporada y si quieres no tendrás que volver a hacerlo.
— ¿Tú crees?— preguntó esperanzado.
— Sí, Jimin. De momento voy a organizar un encuentro para que os veáis. No le hables, ni te acerques. Te verá y decidirá si quiere o no. Entonces hablará conmigo para concretar.
— Muy bien.
— Siempre has vestido muy bien— dijo sacando una chequera — Pero seguramente necesitaras trajes nuevos. — Rellenó el cheque y se lo entregó— Tendrás gastos pendientes que puedes utilizarlos para pagar— Leyó el cheque que era de cinco mil dólares y abrió los ojos como platos.
— ¿Y si no me escoge?
— Entonces pensaremos otra cosa. Te llamaré esta noche.
Sonrió a su amigo que se levantó para acompañarlo a la puerta. — Gracias, Namjoon.
— No me las des — lo miró a los ojos antes de abrir la puerta— No te enamores.
— Lo sé — susurró él— Es sólo trabajo.
Namjoon apretó los labios y abrió la puerta — Te llamaré.
Cuando salió del edificio le temblaban los piernas aferrado a su mochila con el cheque en su interior. Debía dos mil de alquiler y tenía cuentas pendientes. Afortunadamente le quedaría la mitad para comprar ropa. De momento no compraría nada hasta que supiera que él lo escogía. No quería tirar el dinero.
Esa noche estaba cenando un banquete de comida china cuando sonó su móvil.
¿Sí?
Soy Nam.
Dime
dijo nervioso.
Dentro de una hora en la Plaza. Ponte un traje blanco y unos zapatos negros. Así te reconocerá.
Bien. No me acerco, ni le hablo. Pero ¿si se acerca él?
Alzas una ceja y te vas ignorándole
dijo su amigo riéndose.
Esto empieza a divertirme
¿Luego me llamas tú?
En cuanto concrete el precio y los detalles. Tienes una hora. No llegues tarde.
Bien, jefe.
Dijo antes de colgar y salir corriendo al armario. Tenía un traje blanco y negro entallado. Eran unas bandas elosticas que se ajustaban a su cuerpo como una segunda piel. Nunca se lo había puesto pues su trasero se marcaba mucho, pero era hora de sacar la artillería pesada. Tenía que conseguir ese trabajo. Los zapatos eran otro cantar pues no tenía ningunos negros. Salió corriendo del apartamento y llamó a la puerta de Taehyung, esperaba que no hubiera salido todavía. Abrió la puerta abrochándose un traje negro— ¿Qué ocurre? ¿Hay fuego?
— Tengo veinte minutos. Zapatos negros. — Taehyung salió corriendo y le trajo unos zapatos italianos negros.— Gracias.
— ¡Cuéntame mañana!— gritó su nuevo amigo al verlo salir corriendo.
— ¡Hecho! — Estaba arreglándose cuando llamaron a la puerta y fue corriendo— Tienes los pies grandes— dijo cuando vio a Taehyung al otro lado.
Taehyung se echó a reír— ¿Te quedan grandes?— dijo mirándolo de arriba abajo— Estás estupendo.
— Gracias
— Muerdete un poco los labios, el tono rojo natural. Les vuelven locos— dijo su amigo alejándose de la puerta.
— Ok.
Cerró la puerta y se mordió los labios varias veces hasta casi hincharlos. Se colocó una banda elástica haciendo una pequeña coleta, se miró al espejo de cuerpo entero, dándose la vuelta.
Tanta manzana había merecido la pena. Llamó a un taxi y a cinco minutos de la hora entraba en el hotel. Tomó aire intentando calmar los nervios que tenía en el estómago y caminó pisando con una seguridad que no sentía el impresionante suelo de mármol. El hall no estaba demasiado concurrido y miró a su alrededor sin saber qué hacer. Tenía que quedarse en un sitio visible sin llamar la atención, así que cogió su móvil del bolsillo delantero del saco y simuló hacer una llamada. Pasaron cinco minutos de la hora acordada y no sabía si lo habría visto. Empezó a sentirse inseguro y dejó el móvil. Estaba metiéndolo en el bolsillo cuando entraron un grupo de hombres. Todos llevaban trajes muy caros y hablaban entre ellos entre risas pero hubo uno que le llamó la atención. No era muy alto, pelinegro y debía tener unos veinte seis años, dudaba que llegara a los treinta. Irradiaba poder por todos sus poros. Estaba hablando con un hombre mayor pero Jimin se dio cuenta que buscaba a alguien y a él le dio un vuelco el corazón. No podía tener tanta suerte. Ese hombre era un Adonis y no necesitaba un novio de pega. Jimin cogió una servilleta y se dirigió a la puerta sin saber porqué, llamando su atención. Sus ojos se encontraron durante dos segundos antes de pasar a su lado con paso firme. Eran casi cafés y en esos segundos lo analizaron. Estaba a punto de subir a un taxi cuando le vio en la puerta del hotel. Lo había seguido. Él le miró sin mostrar nada y entró en el taxi sin dejar de mirarlo. Su mirada era fría, notó algunos tatuajes sobresaliendo de su mano y Jimin sintió un escalofrío que le recorrió la espalda. No sabía si le había gustado a él pero ese hombre sería capaz de volverlo loco. Se dio cuenta al perderlo de vista que se había metido en un lío mucho más grande de lo que había pensado.
Al llegar a casa se quitó los zapatos y caminó inquieto por el salón mirando el teléfono cada dos minutos. Tenía que conseguir ese trabajo. Se decía que necesitaba el dinero, mucho. Pero esos ojos cafés aparecían en su memoria cada dos minutos. Se quitó el traje tirándolo sobre la butaca de su habitación y se puso la bata. Sonó su móvil y él corrió hasta el salón — ¿Si?
Le has causado buena impresión.
dijo Namjoon divertido.
De hecho no ha discutido el precio.
¿De verdad?
preguntó perdiendo el aliento. Entonces frunció el ceño
¿Cómo es?
¿No lo has visto?
preguntó divertido.
Como no tenía ni idea de cómo era, no puedo estar seguro.
dijo incómodo.
Tenía que haberte dicho que iba a cenar con un grupo de hombres.
dijo su amigo.
¿Es pelinegro?
Sí.
¿De ojos cafés ?
Sí.
¿Con tatuajes?
Sí.
¿Es guapo para morirse?
Namjoon se echó a reír.
Sí, creo que lo has visto.
Uff, como para no verlo
dijo él
¿Por qué necesita un novio de pega?
Ese no es nuestro problema
dijo Namjoon más serio
y tú no vas a preguntárselo.
Bien. ¿Qué tengo que hacer?
Mañana te harás los análisis. Quiere empezar cuanto antes.
Bien. ¿Habéis concretado el tiempo o algo?
De momento serán seis meses.
¿Seis meses?
preguntó sorprendido por que era mucho tiempo.
Lo sé, sino os lleváis bien es mucho tiempo, pero lo pide el cliente y no he podido convencerlo. ¿Te crees capaz?
Dios mío — se sentó en el sofá— Namjoon ¿tú qué crees?
Te compensará económicamente— dijo él— Medio millón.
Abrió los ojos como platos
¿Medio millón?
Y el vestuario corre de su cuenta para los actos que tengas que asistir. Ha preguntado por tu vida anterior y he tenido que contárselo. No le importaba. Todo el mundo lo sabía.
Está bien. No me importa. — con ese dinero cumpliría su sueño— Está bien.
Prepararé los papeles. Te llamaré para firmar.
Bien. Espero tu llamada.
Durmió inquieto y al día siguiente no pudo desayunar con Taehyung pues tenía que hacerse los análisis. También fue al ginecólogo y le pidió la píldora pues no la tomaba.
Empezó a tomarla ese mismo día para estar lo más protegido posible cuando llegara el momento. Estaba excitado y nervioso. Por un lado tenía miedo y por otro estaba emocionado por salir con ese hombre. A la hora de la comida llegó Taehyung y frunció el ceño.
— Namjoon me ha contado lo que pasa.
— Y no te gusta — dijo yendo hacia la cocina— ¿Te quedas a comer?
— Tengo una cita — respondió sentándose en una de las sillas de la cocina.— ¿Vas a aceptarlo?
— ¿No crees que es lo mejor?— preguntó sacando la ensalada de la nevera.
— Es sólo un hombre, pero corres más riesgo de enamorarte — dijo preocupado — Pasar tanto tiempo con un cliente...
Apretó los labios — Lo sé.
— Mantén los pies en la tierra, Jimin. Te lo digo por experiencia. Si no, vas a sufrir.— asintió viendo a su amigo salir del apartamento y suspiró preocupado.
Dos días después recibió la llamada de Namjoon— Ven a mi despacho esta tarde a los cuatro.
— Bien.
— ¿Tienes los análisis?
— Me los dan mañana.
— Está bien, tendrás que enseñárselos tú cuando os veáis. Hoy firmas el contrato.
— ¿Lo has hecho tú?
— Sí, pero su abogado lo ha revisado. Y no está muy contento con una cláusula que he incluido— dijo divertido — Te lo cuento esta tarde a los cuatro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro