VEINTICUATRO
Keira salió del baño después de que escuchara que Darragh abandonaba la habitación para reunirse con su hermano. La joven aprovechó la ausencia de su marido para ponerse su piyama y correr a refugiarse al cuarto de su mamá. Estaba demasiado nerviosa e inquieta como para tener el valor de quedarse en el mismo cuarto que Darragh. Estaba consciente de la atracción física y sexual entre ambos, pero tenía miedo de fallar, de no ser lo que él esperaba. Darragh era un hombre con experiencia y ella sólo una chiquilla jugando a seducir a un hombre doce años mayor.
La chica entró en la habitación de su madre y cerró la puerta con llave. El ruido del agua le indicaba que estaba en la ducha. Trepó a la cama y se cubrió con las mantas a pesar del calor del verano. Escuchó cuando su madre salió de la ducha y se sobresaltó cuando Tessa le tocó los pies.
-El gato escondido y la cola afuera – Sonrió la mujer haciéndole cosquillas - ¿Qué no se supone que debes estar con tu esposo?
-¡No, no quiero! – Gimió Keira apretando los ojos – Tengo miedo, ¿sabes?
-Te comprendo, nena – Suspiró Tessa – Quédate aquí y descansa – Exclamó mientras se acurrucaba junto a su hija y la miraba a los ojos.
-¿Se siente lindo? – Preguntó la joven mirando a su madre, quién de momento no comprendió sus palabras – Hacer el amor... ¿es lindo la primera vez o es un fraude total?
-Todo depende de tu pareja, de tus ganas y... - Suspiró Tessa – Si ambos no tienen experiencia, ¡sí es un fraude total! No te miento – Y le sonrió a su hija – Mi primera vez sí fue un fraude total, ni él ni yo sabíamos lo que estábamos haciendo. Pero no te precipites y tómalo con calma. Primero espera a conocerlo.
-Después conociste a papá, quién es mayor que tú... - Añadió Keira.
-Sí, con él ya todo fue diferente – Respondió Tessa – Porque estaba enamorada y Hector era el hombre con quién quería pasar el resto de mi vida. Sabes que a veces tenemos discusiones, casi nunca estamos de acuerdo en todo, él es muy gruñón y yo trato de endulzar ese carácter agrio que lo caracteriza – Murmuró la mujer mientras Keira sonreía – Pero ¿te confieso algo? Es ese carácter tan horroroso de él fue lo que me llamó la atención. Lo que me atrajo de tu padre. Yo fui su asistente durante varios años y aprendí a lidiar con él y a conocerlo. Después nos casamos y naciste tú.
-¡Pero ustedes si se casaron enamorados! – Suspiró Keira – En cambio yo...
-Lo sé, lo tuyo fue muy diferente y quizá hasta un error por parte de estos hombres que te involucraron – Exclamó Tessa – Sólo dime algo, ¿sientes algo por él? ¿Estarías dispuesta a conocerlo, dejar que te conozca y darle una oportunidad?
Keira se quedó pensando durante un instante. Lógicamente, le gustaba Darragh, le fascinaba y sería capaz de dejarse llevar por sus deseos carnales. Pero además de eso, el hombre era muy interesante y ahora lo veía con otros ojos. Se estaba comportando de una manera tan distinta y eso a ella le encantaba. Pero tenía miedo de que cuando Darragh se recuperara y recobrara su memoria, la mandara al demonio, despreciándola como lo hizo alguna vez.
-Me gusta – Respondió Keira después de un buen rato - ¡Me encanta! Lo encuentro irresistible, pero me entra el miedo y eso me frena un poco y me frustro.
-Entonces, ¡tómalo con calma! – Respondió Tessa – Dale una oportunidad si eso es lo que quieres, date tiempo para conocerlo. Las cosas se irán dando poco a poco y con el paso de los días te darás cuenta si en verdad él es lo que tú esperas.
-¡Gracias, mami! – Sonrió Keira abrazando con fuerza a su madre – Ya me voy a dormir – Murmuró y se acurrucó en el pecho de la mujer.
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Darragh no pudo pegar los ojos en toda la noche, estaba muy excitado. Tuvo que calmar sus ansias masturbándose en el baño mientras se daba una ducha de agua helada. Sabía que Keira no regresaría a la habitación y estaba bien que no lo hiciera, no iba a forzarla a nada; esperaría a que las cosas se dieran de una forma natural y sin prisas. De lo que sí estaba seguro era que trataría de conquistarla. Keira le encantaba, la deseaba; quería ahogarse en sus labios, decirle con caricias cuánto anhelaba ser parte de ella. Si no podía tenerla en ese momento; soñaría con ella, nada podría impedir que la gozara con sus pensamientos. Sus sueños eran sólo suyos, y en ellos mandaba él. Así que ahí podría hacer las cosas más sucias, llevarla al cielo y al infierno al mismo tiempo.
Se levantó de la cama, se vistió a prisa y salió. Aún no amanecía cuando comenzó a correr por la playa. Necesitaba calmar sus ansias, despejar un poco su mente y el aire fresco de la mañana le ayudaría a encontrar un poco de paz y sosiego.
Cuando regresó a casa, Greta y Tessa preparaban el desayuno y su padre leía el periódico, mientras que Keira estaba en el jardín, hablando por teléfono. La chica no notó su presencia, estaba mus concentrada en su plática. Del único que no había rastro alguno era de Alfred, quien seguramente estaba durmiendo.
-¡Madrugaste! – Exclamó Garrett al verlo sentarse junto a él - ¿Cómo amaneciste, hijo?
-Tuve insomnio – Sonrió Darragh – Suele pasarme, no te preocupes – Añadió al tiempo que tomaba una manzana – Creo que necesito hacer más actividades para que eso no vuelva a suceder. Además, creo que no me acostumbro a la cama – Comentó dando un enorme mordisco a la fruta – Es tan suave y la de la celda era dura como una piedra. Siento que me hundo.
-Pronto volverás a tu vida normal, hijo – Exclamó Darragh apretando el hombro de su hijo – Estabas acostumbrado a tu trabajo, a ejercitarte, salir a divertirte. Necesitas un poco de tiempo nada más – Murmuró y le sonrió – De hecho, hace un rato me llamó tu abogado y, por desgracia, tus documentos tardarán un poco más de lo esperado.
-¿Cuánto tiempo más? – Preguntó el rubio visiblemente decepcionado, pues él esperaba regresar pronto a Inglaterra junto a su familia.
-Un par de semanas y... - Suspiró el hombre – Por desgracia, nosotros debemos regresar esta misma tarde.
-¿No pueden quedarse más tiempo? – Murmuró Darragh sintiéndose muy triste – Yo esperaba poder regresar con ustedes o al menos creí que se quedarían otro par de días.
-Hubo un problema en la aerolínea – Exclamó Garrett – Tengo que estar allá, me necesitan y tu hermano, como es un holgazán, aún no termina sus exámenes finales. Los aplazó un par de semanas y no puede darse el lujo de aplazarlos por más tiempo, si es que quiere graduarse en este periodo.
-Bien, lo entiendo – Suspiró el muchacho – Puedo quedarme aquí, supongo que no pasará nada si me quedo solo por unos días más.
-No vas a quedarte solo – Sonrió Garrett – Hablé brevemente con Keira y ella aceptó quedarse contigo. ¡Está arreglado! No hay nada de qué preocuparse.
Darragh asintió, pero permaneció en silencio. ¿Quedarse a solas con Keira? Eso era muy peligroso y excitante a la vez. Tendría que andar con cuidado, pues podría molestarla y lo que menos deseaba era enfadarla o hacerla sentir incómoda durante esas dos semanas. Estaba consciente de que Keira recelaba y tenía toda la razón en hacerlo, ¡él había sido un patán!
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Esa mañana, Keira se levantó temprano y bajó junto con su madre hasta la cocina. Greta había comenzado a preparar el desayuno y Garrett había salido a comprar el periódico local y algunos periódicos internacionales. La chica buscó a Darragh con la mirada, pero parecía que él aún no se levantaba. Eso era perfecto, no quería topárselo frente a frente. No porque no quisiera verlo, sino porque si lo hacía, estaba segura que no se aguantaría las ganas de besarlo y de continuar con su encuentro de la noche anterior.
La chica se sentó junto a Garrett, quién le hizo una seña para que lo acompañara. Ella le sonrió y lo sujetó con fuerza de la mano.
-¿Puedo pedirte un favor, hija? – Preguntó el hombre mirándola con ternura paternal.
-Por supuesto, dime – Sonrió Keira - ¿De qué se trata?
-Esta tarde debemos volver a Londres – suspiró el hombre – Surgió una emergencia en la aerolínea y tengo que estar allá lo antes posible. Greta y Alfred vendrán conmigo, así como tu madre.
-¿Te irás, mamá? – Preguntó la joven.
-Tu padre me llamó, se siente solo, está estresado y ya no soporta a los gatos – sonrió Tessa masajeando la espalda de Keira – Debo volver, ¡lo sabes!
-¿Qué va a suceder con Darragh? ¿Él no podrá acompañarlos?
-Por desgracia no, el abogado me ha dicho que sus documentos aún no están listos y tendrá que esperar un par de semanas antes de regresar – Exclamó Garrett – Por ese motivo yo...
-Por supuesto que me gustaría quedarme con Darragh – Lo interrumpió Keira esbozando una enorme sonrisa – Yo le haré compañía y estaré a su lado el tiempo que sea necesario.
-¡Eres un ángel! – exclamó el hombre y se levantó para besar su mejilla – Muchas gracias Keira.
La chica permaneció unos minutos más en la cocina y después se disculpó para salir al jardín y llamar a su amiga Blake. Miró el reloj, dándose cuenta que aún sería de madrugada para la chica. Se encogió de hombros y marcó el número, esperando varios minutos.
-¿Diga? – Respondió Blake con la voz cargada de sueño.
-¡Hola, tonta! – Dijo Keira entre risas - ¿No me digas que aún estabas durmiendo?
-¡Ay, Keira! – Murmuró Blake – Me despertaste, ¿por qué no llamaste más tarde?
-¡Quería hablar contigo! – Dijo Keira - ¿Acaso no eres mi mejor amiga?
-Por supuesto – Respondió la castaña - ¡Adelante! Dime todo lo que tienes que decir. ¡Cuéntamelo todo! ¿Cómo te ha ido con Darragh? Alfie sólo me dijo unas cosas, pero la gran mayoría eran relacionadas con él y su hermano.
-De eso es precisamente de lo que quiero hablarte – Gimió Keira – Es que todo es como un sueño. ¡Estoy por sucumbir ante los encantos de Darragh Collingwood! – Suspiró.
-¿Qué? – Preguntó Blake – O sea, ¿cómo? Se suponía que a ti no te gustaba él... bueno, sí te gustaba, pero te caía mal. ¿A qué se debe ese cambio?
-Es que cuando lo vi... ¡me mojé! – Murmuró Keira – Así, literal, ¡totalmente mojada! Excitada y...
-¡No me digas! – Gritó Blake – Pero, ¿te reconoció?
-Sí, se acordó de mí – Murmuró – O sea, según me dijo, soñaba conmigo, aunque no sabía de quién se trataba y... ¡fue tan tierno saber eso! Es decir que le causé un gran impacto y que a pesar de lo que le sucedió, tenía un recuerdo de mí. ¡Me emocioné mucho! – Chilló Keira con emoción – Y se ha comportado de una forma tan romántica conmigo. Ya no es el mismo patán de antes.... ¡Ay, qué hermoso es! – Suspiró.
-¡Ok! – Dijo Blake sin saber que más decir e intentando asimilar las palabras de su amiga – Entonces, lo que tratas de decirme ahora es que ¿te gusta y quieres algo con él?
-¡Por supuesto! – Murmuró Keira – Me atrae demasiado y no sólo en la cuestión física, ¡porque Darragh es irresistible y muy apasionado! Pero también es tierno, cariñoso, bondadoso, amable, inteligente y, ¡es tan dulce!
-Me alegra escuchar eso – Respondió Blake, contagiada con la emoción que transmitía Keira – Entonces... ¿tú y Darragh ya...?
-No, aún no – Murmuró Keira – Darragh es muy ardiente, apasionado y tiene mucha experiencia. Es un seductor nato... ¡yo sólo soy una joven inexperta! Sabes que yo nunca he estado con un hombre, pero no sé, con Darragh pierdo el control, él ha despertado en mí la lujuria y la sensualidad que pensé no tenía – Exclamó la chica dejando escapar un hondo suspiro – Cada vez que me besa siento que me derrito por dentro, con una sola caricia provoca que me excite y deseo que sus manos me toquen y me desnuden...
-¡Ay ya, basta! – La interrumpió Blake – Lo único que vas a lograr es que yo me excite también – Se rió y Keira también lo hizo – Dime, ¿Qué te impide llegar más allá con él?
-Pues eso, ¡el miedo! – respondió la chica – Además, también me cohíbe el hecho de que en casa se encuentren mi madre, sus padres y ¡Alfred!
-¡Iugh! – exclamó Blake entre risas – Que oso que Alfie se entere de lo que haces con su hermano.
-¡Ay, cállate! – Se carcajeó Keira - ¡Qué horror! No, sería algo muy vergonzoso. Pero dejemos esto a un lado, ¡también quiero contarte otra cosa que me sucedió cuando llegué aquí!
-¡Cuenta, cuenta! – Gritó Blake – Dime que pasó, no omitas ningún detalle.
-Conocí a un hombre y también está guapísimo – Suspiró Keira - ¡Y me encanta! Se llama Aksel Taylor. Es de Inglaterra, ¿puedes creerlo?
-¿Qué? – Preguntó Blake sin mostrar ninguna emoción - ¿Te estás viendo con otro tipo? – Preguntó la chica.
-No precisamente – Respondió Keira – Lo conocí por casualidad, hemos salido un par de veces. Es muy agradable y ¡nos besamos! – Murmuró emocionada.
-¿Lo besaste? – Preguntó Blake sin alcanzar a entenderlo todo - ¡No puedo creerlo, Keira! Eres una infiel, tú estás casada. – exclamó Blake y comenzó a reír.
-¡No seas exagerada, Blake! – Bufó la rubia con molestia – No le soy infiel a nadie. Un beso, dos o tres que nos hayamos dado no son nada comparado con los que le he dado a Darragh – Dijo y comenzó a reírse – Besar a Aksel es cómo besar a Alfred... no, no, no es lo mismo, sí sentí algo, pero nada se compara con los besos de Darragh, un beso de él hace que todo se altere a mi alrededor, a tal punto de desbordar los mares, de empujar los ríos montaña arriba y de devolver la lluvia a las nubes.
-¡Guao! – Exclamó su amiga – Ahora hasta poeta eres...
-¡Cállate pendeja! – Gritó Keira entre risas – sólo estoy diciendo lo que sus besos me hacen sentir.
-Si eso es lo que te hacen sentir sus besos... - Dijo Blake con picardía - ¡Imagínate otras cosas!
-¡Ay, ya debo irme! – La interrumpió Keira – Mi madre me llama.
-¡Ten cuidado! – Exclamó Blake – No dejes que nadie se entere que estás viendo a otro. Aunque sea como amigos, la gente es muy malintencionada y si te descubren, pueden hacer que se te arme un gran lío.
-Sí, sí – Respondió la chica - ¡Muchas gracias, Blake! – Suspiró – Te veré dentro de unas dos o tres semanas. ¡Pero te llamaré! Lo prometo... ¡te quiero!
-Yo también te quiero, Keira – Dijo la chica y terminó la llamada.
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Darragh bajó las escaleras llevando un par de maletas en sus manos para dejarlas en el vestíbulo. Alfred lo siguió, cargando también otro par e instantes después, Keira se encontró con ellos llevando las cosas de su madre. La chica se acercó a su mejor amigo y lo abrazó fuertemente, besando sus mejillas. Le dolía el hecho de que tuvieran que regresar a Inglaterra, pero cada uno tenía sus deberes. Dos semanas se pasarían volando y pronto se reunirían con ellos en Londres.
-¡Pórtate bien, Alfred! – exclamó la rubia – Recuerda que aún te quedan varios exámenes por presentar. – dijo y lo reprendió – Y durante todo este tiempo no te pusiste a estudiar.
-¿Tú que sabes si estudié o no? – gritó Alfred – Repasaba mis notas por las noches, en la soledad de mi habitación y sin que nadie me molestara. Todos aquí son muy ruidosos y yo necesitaba un poco de tranquilidad para poder concentrarme. – exclamó y se echó a reír.
-¡Eres un exagerado! – dijo la chica – Pero así te quiero – suspiró y volvió a abrazarlo – Nos veremos pronto.
-Así será – exclamó el muchacho soltando a su amiga para caminar hasta su hermano y abrazarlo fuertemente – Te voy a extrañar mucho, Dar – dijo Alfred y un par de lágrimas brotaron de sus ojos – Ahora que vuelves a estar con nosotros, ¡no quiero dejarte!
-Solamente serán dos semanas, Alfie – respondió Darragh apretando al chico – Estas pasarán volando y cuando menos lo esperes, Keira y yo estaremos en Londres. – exclamó el hombre – Tengo unos enormes deseos de volver al trabajo, tanto papá, Keira y tú, me han puesto al tanto de todo lo que yo hacía. Así que quiero volver para que de alguna manera, esto me ayude a recordar. ¡Estoy ansioso!
-¡Tranquilo, hermano! – respondió Alfie – Me encargaré de todo y te llamaré todos los días para darte un reporte detallado de lo que sucedió en el día. ¡Te quiero, Darragh! – dijo el muchacho y lo besó en las mejillas.
-Eso espero – exclamó Darragh y suspiró.
Darragh y Keira se despidieron de Tessa, Greta y Garrett. La chica estaba nerviosa y sabía cuál era el motivo de su nerviosismo. No estaba segura de poder aguantar dos semanas sin arrojarse a los brazos de su esposo y exigirle que le hiciera el amor.
Garrett se acercó a su hijo para darle algunas indicaciones. Antes de que el hombre pudiera decir algo, Darragh lo abrazó con fuerza y suspiró. Esperaba poder partir inmediatamente a Inglaterra con su familia. Por un lado estaba triste, pero por el otro le convenía permanecer a solas con Keira.
-El abogado vendrá a verte mañana – dijo Garrett – Te traerá noticias sobre tus amigos y sobre tus documentos. Así que procura no salir por la mañana ¿de acuerdo?
-No te preocupes – respondió Darragh con una sonrisa – Yo lo esperaré, no tengo intenciones de salir de casa.
Garrett asintió y volvió a abrazar a su hijo, lo besó en la frente y se separó de él para que su esposa Greta pudiera despedirse del chico. La mujer lloraba a mares, lo estrechó con fuerza entre sus brazos y le cubrió el rostro de besos.
-Madre – Sonrió el chico tratando de hacerse el fuerte – Sólo serán dos semanas o quizá menos. No te pongas así, por favor.
-Te echaré de menos, mi amor – Murmuró Greta limpiándose las lágrimas.
Tessa también se despidió de su yerno y después abrazó con fuerza a su hija. Ambos estarían bien, lo sabía y esas dos semanas juntos los ayudarían a conocerse mejor y a darse cuenta si estaban hechos el uno para el otro.
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Y bien, ¿qué creen ustedes que sucederá en esas dos semanas? Darragh y Keira van a quedarse solos y... se traen ganas. ¡Ya veremos! ¿Qué les pareció este capítulo? Déjenme sus comentarios y nos leemos en el siguiente episodio que estaré publicando el lunes. Pido una disculpa porno haber actualizado la historia este lunes 11 de marzo, pero tuve algunos problemas con Wattpad que no me permitía publicar y por tal motivo, tampoco lo publiqué en mi biografía de Facebook, como suelo hacerlo. Mil gracias por todo.
Maria Decapitated
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