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TREINTA Y UNO

Greco se frotó los ojos con las manos y se puso pálido al tiempo que volvía a mirar detenidamente a Darragh. Una sensación de vértigo lo invadió, mezclado con el escalofrío que le recorrió la espina dorsal. ¡De pronto sintió mucho miedo! Tragó grueso mientras pensaba que sucedería si Darragh lo señalara como el asesino de Camina Brülh.

Le entraron unas enormes ganas de echarse a correr para desaparecer de esa mirada penetrante que el hombre le dedicaba. Pero estaba clavado en el piso, sin poder moverse; como petrificado. Sus piernas no respondían y tampoco podía quitar su mirada de Darragh. ¡No podía creer que aún estuviera vivo! Pero Alfred le había jurado que... ¡ese idiota! Había sido burlado por ese chiquillo, pero se las iba cobrar tarde o temprano.

Los ojos de Collingwood estaban posados en ese hombre que sonreía con nerviosismo y lo miraba con mucho interés, ¿quién demonios era ese sujeto? Se preguntó y continuó observándolo. Greco por fin pudo moverse y caminó despacio, estirando los brazos hacia Darragh. De pronto cayó de rodillas frente a él y comenzó a gritar plegarias al cielo.

-¡Alabado sea Dios! – exclamó Alessio y levantó los brazos al cielo - ¡Esto es un milagro! – Gritó y señaló a Darragh - ¡El Todopoderoso ha escuchado mis ruegos! – decía con fingida emoción - ¡Darragh está vivo! Sí... ¡vivo, vivo! – exclamaba el hombre con fuerza - ¡Aleluya, Aleluya! – Y empezó a llorar.

Darragh lo miró extrañado, ¿quién era ese hombre? De pronto, un nerviosismo se apoderó de él. La presencia de ese sujeto lo inquietaba y le provocaba un mal presentimiento, sin embargo, ¡no podía recordarlo! Greco levantó la mirada y observó a Darragh, ¿por qué su "amigo" no decía nada? Sólo estaba ahí, parado y observándolo detenidamente, ¿acaso Darragh...?

-¡Darragh! – Gritó Greco – Hermano, ¿por qué no me hablas? ¡Darragh! – Gritó de nuevo - ¡Respóndeme! ¡Yo te creí muerto!

-¡Déjalo en paz! – Intervino Alfred – Y ya deja de fingir.

-¡Tú cállate, Alfred! – gritó Greco - ¡Tú me dijiste que Darragh estaba muerto!

-¡Basta! – gritó Darragh y se llevó las manos a la cabeza – No sé quién seas y no te conozco, pero por favor ¡aléjate!

-¡Soy Greco! – gritó el hombre y comenzó a llorar – Darragh, ¿no me recuerdas? Yo soy tu mejor amigo, ¿qué fue lo que te hicieron? – exclamó - ¡Alguien que me dé una respuesta!

-Tiene amnesia, Greco – respondió Garrett – Y por favor, hazte a un lado. – dijo el hombre – Todos por favor retírense, después hablaremos al respecto.

Keira tomó de la mano a Darragh y subieron al elevador. El hombre aún tenía las manos sobre su cabeza. Esta le dolía demasiado y el dolor se volvía cada vez más intenso. ¿Por qué el hecho de ver a Greco lo había puesto así? ¿Por qué ese sujeto lo atemorizaba de esa forma?

-¿Estás bien, Darragh? – preguntó Keira acariciando su espalda – Tal vez no fue buena idea que vinieras el día de hoy a la oficina. – exclamó la chica muy preocupada - ¿Quieres que regresemos a casa?

-Estoy bien, cielo – respondió Darragh y la abrazó fuertemente – Sólo que el hecho de estar aquí hizo que algunos recuerdos estallaran como bombas en mi cabeza. Pero ya se pasará, te lo aseguro.

-Será mejor que tomes tu medicamento – exclamó la chica – Sabes que el médico recomendó que no dejaras de tomarlo, pero te sigues negando a hacerlo.

-¡Es que eso me deja como un zombie! – gritó Darragh – Odio tomarlo, porque cuando lo hago no soy yo mismo.

-¡Pero es necesario! – respondió Keira alzando la voz - ¿Así como quieres recuperarte?

-Bien, tomaré la estúpida medicina - Suspiró Darragh recibiendo el frasco lleno de píldoras - Pero lo haré sólo porque tú me lo pides.

-No deberías - Dijo la chica sirviendo un poco de agua - Necesitas hacerlo porque piensas en ti y tu pronta recuperación.

-Te entiendo, pero me molestan los efectos secundarios - Murmuró el chico y tomó las píldoras - He estado pensando en visitar otro médico. Creo que necesito una segunda opinión.

-Está bien, si quieres vamos a verlo está tarde. Puedo solicitar una cita, ¿te parece bien? - Preguntó Keira - Y cambiando de tema, ¿qué impresión tuviste de nuestro gerente de publicidad, Greco Alessio?

-No me agradó - Dijo el hombre y volvió a tocarse las sienes - Su reacción me pareció patética e hipócrita. Me parece que es un hombre despreciable y....

-Él era tu mejor amigo - Comentó Keira - ¿No tienes algún recuerdo sobre él? ¿No recordaste nada?

-No de momento - Suspiró Darragh - Sólo sé que Greco no es alguien en quien debes confiar...

-Me extraña tu respuesta - Exclamó Keira con asombro - Teniendo en cuenta que, según me dijo Alfred, para ti, Greco era una de las personas por las cuales meterías las manos al fuego.

-A mí también me parece extraño no conservar algún recuerdo de ese hombre. Dicen que fue muy importante en mi vida y que éramos prácticamente inseparables - Bufó Darragh - Debo recordarlo, pero no puedo hacerlo... Y ahora que me esfuerzo por recordar, la cabeza me está matando.

- Ya no te esfuerces - Dijo la chica besando la frente de su marido - Los recuerdos llegaran de un momento a otro. Trata de descansar, si quieres, puedes recostarte en el sillón. Yo estaré contigo y si necesitas algo, sólo dímelo - Sonrió la joven - Tu padre, tu hermano, Alan y Miles estarán aquí contigo después que termine su "tour" por las instalaciones.

-Te haré caso - Exclamó Darragh - Después quiero visitar cada uno de los departamentos para hablar con los trabajadores y ya por la tarde, citaré a todos a junta.

Darragh se recostó sobre el sillón y cerró los ojos. No comprendía el porqué le resultaba tan importante y a la vez tan complicado el recordar a Greco. Sin embargo, la impresión que le había causado ese sujeto era de aversión y mucha desconfianza. Ese hombre escondía algo y él debía averiguar qué. Sin embargo, primero necesitaba recordarlo.

::::::

Después de que Darragh desapareció entre la multitud y la gente comenzó a dispersarse, Greco miró a Alfred. El chico tenía el rostro descompuesto por la risa y se agarraba la barriga, ¡ese estúpido mocoso se burlaba de él! Le había dicho mentiras y él había quedado como un imbécil. Pero se las iba a pagar todas juntas, así que se acercó a donde se encontraba Alfred y lo miró con coraje.

-Te diviertes, ¿no es así, Collingwood? ¿Qué te causa tanta gracia? - Gritó Greco.

-¡Por supuesto que me divierto! - Exclamó Alfred y sonrió con burla - ¡Si hubieras visto tu cara de pelele! Fue muy gracioso ver tus muecas y tu rostro lleno de sorpresa al encontrarte de nuevo con mi hermano. - Dijo el chico sin dejar de reír - Debiste estudiar en la Academia de payasos - decía Alfred y continuaba riendo a grandes carcajadas.

¡Era el colmo! Greco no iba a soportar los insultos y las burlas de ese mocoso. Apretó los puños y respiró profundo mientras escuchaba todos los insultos que salían de la boca de ese estúpido.

Alfie señalaba a Greco y lo provocaba al continuar con sus burlas. Alessio era un gran tonto, se le reflejaba en el rostro y en su forma de actuar. Sólo un idiota como él podría haber creído en su teatro de hacía un rato. Si hizo todo aquel show fue para ocultar su frustración al ver de nuevo a Darragh.

-¿Pensaste que alguien creería tus mentiras, Greco? - Preguntó Alfie - Porque desde acá puedo notar tu frustración y tu mala vibra. Yo sí me di cuenta de ello...

- Yo no estaba mintiendo - Dijo Greco - En verdad me sorprendí al ver a tu hermano, ya que tú, pequeño bastardo, me mentiste deliberadamente. ¡Dijiste que Darragh estaba muerto! No sabes cuánto sufrí al saber eso ya que yo aún tenía la esperanz...

-A otro perro con ese hueso, Greco - Lo interrumpió Alfie - Seguramente saltarse de gusto al pensar que mi hermano estaba muerto y que podrías seguir robando a tus anchas...

-¡No soy un ladrón!

-Claro que lo eres, asqueroso pedazo de excremento – Dijo Alfie entre dientes y después le sonrió con burla.

Greco no pudo soportarlo más y se lanzó contra Alfred, dándole un puñetazo en el rostro, lo que lo hizo caer al piso. Alfie realmente no se lo esperaba, pero se levantó y se limpió la sangre que escurría por su barbilla. Greco pegaba duro, pero no tan duro como él.

-¿A quién llamas pedazo de excremento? – Gritó Greco – Pequeño bastardo, ¡me las pagarás!

-A ti te llamo pedazo de excremento – Respondió Alfie – Te digo pedazo, porque no puedes ser ni una mierda completa – Gritó el chico y le regresó el golpe.

Greco se tambaleó y también cayó al piso. Alfie no le dio tiempo de levantarse, pues cayó sobre él para golpearlo nuevamente. Greco también se defendió y lanzó nuevos golpes. Ambos rodaron por el piso, dándose puñetazos en el rostro y el abdomen.

-¡Toma, maldito hijo de puta! – Exclamó Alfred.

-¡Voy a matarte, desgraciado! – Respondió Greco, tratando de quitárselo de encima.

Garrett regresaba a la recepción junto a Miles y Alan. Se había armado un alboroto allá abajo y el señor Collingwood había sido notificado de la pelea entre Greco y su hijo Alfred, en el camino se toparon con Darragh y Keira, quienes también se enteraron del supuesto pleito.

-Realmente no lo puedo creer – Comentó Darragh – Necesito verlo con mis propios ojos.

-Tu hermano va a escucharme – Bufó Garrett, estaba demasiado molesto, tampoco él lo creía.

Keira sólo movía la cabeza y se encogió de hombros. Por lo general, Alfred era un chico pacífico que no utilizaba la violencia. Pero también tenía una lengua picante que provocaba y hería el amor propio de los demás. También sabía defenderse y estaba segura que Alfred había comenzado todo, tomando en cuenta el odio que tenía hacia Greco Alessio.

-¡Vamos Alfred... dale! – Gritaban algunos – Hazlo pedazos.

-¡No te dejes, Greco! – Gritaban otros, pero nadie hacía nada por separarlos – Pártele su madre.

Garrett se detuvo una fracción de segundo para mirar la escena. Alfred estaba sobre Greco, golpeándole el rostro, mientras que Alessio lo golpeaba con saña en las costillas. ¡Era suficiente! Ya era hora de que se detuvieran.

-¡Basta! – Gritó Garrett – Este sitio no es un ring de box o de lucha libre - ¡Deténganse ahora o los haré que se detengan! Más vale que lo hagan o perderán su trabajo.

Alfred dejó de golpear y se puso de pie de inmediato. Su rostro estaba lívido y bastante maltratado. Pero temía a su padre y no deseaba aumentar su ira y que ese percance le trajera consecuencias más severas. Alan ayudó a Greco a ponerse de pie. El hombre también tenía el rostro muy lastimado, pero se le notaba más iracundo. Apenas podía detener las ganas de lanzarse contra Alfred. El rostro furioso de Garrett le decía todo, así que tenía que mantener la calma si no quería que lo echaran a patadas, ¡él tenía más que perder!

-Yo lo siento mucho, Darragh. – exclamó Greco y se lanzó a los pies de su "amigo" – Realmente no deseaba estar envuelto en este tipo de escándalos. ¡No sé que me pasó! ¡No pude contenerme!

-¡Eres un cabrón hipócrita, Greco! – gritó Alfred.

-¡Cállate, Alfred! – dijo Darragh intentando soltarse del agarre de Alessio – Y por favor suéltame, Greco. Levántate que todo este teatro es humillante. – exclamó Collingwood ayudando a Greco a ponerse de pie – Vayan a trabajar, ¡todos sin excepción! O me veré en la penosa necesidad de despedirlos.

-Cómo digas, Darragh. – exclamó Greco y caminó a toda velocidad a su oficina.

Uno a uno, los empleados de Sterki Motorcycles volvieron a sus puestos de trabajo, haciendo caso de las palabras de Darragh Collingwood. Lo conocían y sabían que no se andaba con rodeos a la hora de cumplir las amenazas. Darragh miró severamente a su hermano y lo tomó del cuello obligándolo a mirarlo.

-¡Vamos a mi oficina ahora, pequeño patán! – Exclamó Darragh – Tú y yo tenemos que hablar seriamente – Y lo soltó.

Darragh caminó a paso veloz y Alfred lo siguió. Keira no dijo nada, tampoco los siguió, se quedó junto a su suegro y a los chicos. No quería ser testigo de esa llamada de atención, Darragh se veía muy furioso, además era un momento de mucha tensión y era mejor que su esposo ajustara cuentas con su hermano... a solas.

-¿En qué carajos estabas pensando? – Gritó Darragh a Alfred una vez que entraron en la oficina y el chico cerró la puerta.

-Me reclamó porque le dije que tú estabas muerto – Dijo Alfie con tranquilidad - ¡Siempre me cuestionaba sobre la ausencia de Keira! – Se defendió al ver esa mirada dura como el zafiro – No iba a revelarle la verdad ¿o sí?

-De acuerdo – Suspiró Darragh suavizando un poco su actitud – Pero no era motivo para que te agarraras a golpes con ese tipo.

-Lo odio y me odia – Murmuró Alfred – Y no me puedo contener....

-¡Tienes una lengua muy ligera, Alfie! – Comentó Darragh – Tienes lengua de serpiente, escupes veneno y no te contienes... ¡eso te va a traer enormes problemas! – Bufó su hermano - ¡Mira lo que te pasó hoy! ¡Mira lo que me pasó a mí! Modérate un poco, hermanito.

-Lo siento – Exclamó Alfie haciendo un puchero - ¡perdóname, Dar!

-Qué no se vuelva a repetir, ¿de acuerdo? – Dijo el hombre – Y por favor, ¡no pierdas de vista a ese tipo! Pero no lo provoques, ¡me da muy mala espina!

-Era tu mej...

-¡Ya sé que era mi puto mejor amigo! – Gritó Darragh – Pero no sé qué me pasa ahora que lo tengo cerca, tengo un mal presentimiento, pero lo peor de todo es que ¡no puedo recordarlo! Sólo no confío en él, ¿OK?

-¡Está bien, no te enojes! – Suspiró Alfred- Haré lo que me dices.

-Ahora lárgate de mi oficina y ve a lavarte la cara y a que te pongan algo en esos golpes – Murmuró Darragh abriendo la puerta – Y dile a Miles y a Alan que quiero hablar con ellos... ¡todo esto me ha descontrolado y ahora no se me va a pasar el maldito dolor de cabeza!

-¿Quieres que le hable a Keira?

-¡No! – Gruñó el rubio – Sólo a Miles y Alan.

Alfred abandonó la oficina y en el camino se encontró con Alan y Miles que iban en busca de Darragh. El chico los saludó y les pidió que se presentaran en la oficina de su hermano pues deseaba hablar con ellos. Los hombres agradecieron y se dirigieron al despacho de su amigo. Al entrar lo encontraron sentado frente a su escritorio y con las manos sobre la cabeza, algo no andaba bien con Darragh.

-¡Ya estamos aquí, Darragh! – exclamó Alan con una sonrisa - ¿Te encuentras bien?

-¡Este maldito dolor de cabeza! – respondió Collingwood y se puso de pie – Lamento todos estos inconvenientes, pero espero no vuelvan a presentarse.

-No te preocupes, Dar. – intervino Miles - ¿En qué podemos ayudarte?

-Necesito que Alan entre en su oficina – exclamó Dar – En su escritorio encontrará todos los estados financieros de esta empresa de los últimos dos años. – suspiró – Se encontrará con todas las entradas y salidas de dinero, así como la compra de materiales, muebles y transporte. ¡Y demás gastos que se han originado! – dijo apretando los dientes – También quiero que analices las ganancias que se han obtenido durante todo ese tiempo.

-Está bien – respondió el chico – Pondré manos a la obra y te entregaré un informe detallado, sin omitir nada.

-¡Perfecto! – exclamó Collingwood – Quiero que me digas a donde ha ido a parar hasta el último centavo de esta empresa. – dijo con una sonrisa y Alan asintió antes de salir de la oficina de Darragh para entrar en la suya.

-¿Qué hay conmigo? – preguntó Miles después de que Alan abandonara la oficina.

-Quiero que te comuniques con el detective Lewis – respondió Darragh – Necesito un informe sobre Greco Alessio. – dijo – No me inspira nada de confianza y quiero saber si no está involucrado en negocios ilícitos – exclamó – Y por favor, pídele a un par de tus hombres que no lo pierdan de vista.

-Cómo ordenes, Dar – respondió Miles y salió de la oficina.

Darragh se dejó caer sobre el enorme sillón de cuero negro y giró para observar la vista de la ciudad a través del enorme ventanal. Suspiró y esbozó una sonrisa. Algunos recuerdos comenzaban a tomar forma en su cabeza y eso lo alegraba un poco, pero en ninguno de ellos aparecía Greco Alessio y eso era lo que más lo perturbaba.

::::::

¡Gran bienvenida para Darragh! Para fortuna de Greco, Collingwood no tiene ningún recuerdo sobre él, pero tarde o temprano los tendrá y eso no le conviene a ese maldito patán. Darragh seguirá atormentándose un poco respecto a Greco y Alan es posible que en poco tiempo descubra los desvíos de dinero. ¿Qué les pareció este capítulo? No olviden dejar sus comentarios y muchas gracias por leer. ¡Hasta la próxima semana!
Maria Decapitated

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