TREINTA Y DOS
Greco entró en su oficina azotando la puerta. ¡Ya no soportaba más humillaciones por parte de ese maldito bastardo de Alfred Collingwood! Pero debía aguantar, porque si no lo hacía perdería su trabajo y todos los privilegios que tenía. Suspiró y se dejó caer en su silla mientras se rascaba la cabeza. ¿Por qué Darragh no lo había reconocido? ¡Porque tenía amnesia! Se le había dicho Garrett, de momento no lo recordaba pero... ¿qué sucedería si lograba tener de vuelta sus recuerdos? Al pensar en eso sintió un escalofrío en su espalda, ¡no quería ir a la cárcel!
Se llevó las manos a la cabeza y cerró los ojos con fuerza pensando en todo lo malo que podría suceder si Darragh recuperaba la memoria y abría la boca para revelar toda la verdad. Se lo llevarían preso por asesinato e intento de asesinato, ¡esos eran dos crímenes! Además, Darragh podría llevar un grupo de auditores a Sterki Motors y descubrirían su fraude. ¡Estaba atrapado!
Tenía que hablar con Darragh y suplicarle que lo perdonara. Que eran amigos y que él siempre había estado a su lado... ¡en las buenas y en las malas! Comenzó a caminar por la oficina, pensando en todo aquello. No le convenía ir a humillarse frente a Darragh pues eso le costaría revelar la verdad y podría ser peor. Si huía, podría levantar sospechas, tampoco podía matar a Darragh ¿o sí? Eso último era arriesgado, pero parecía no tener otra alternativa, las puertas se le estaban cerrando y sólo le quedaban un par de opciones. Si mataba a Darragh antes de que descubrieran el fraude podría largarse con todo el dinero y jamás se sabría la verdad.
Mientras Greco planeaba la manera de deshacerse de Darragh Collingwood, su móvil comenzó a sonar. Lo tomó fastidiado y miró la pantalla, se trataba de Jason Anderson, el gerente de finanzas de Sterki Motors y su cómplice.
-Estamos en problemas, Alessio – Murmuró el hombre.
-¿Qué si estamos en problemas? – Respondió Greco - ¡Por supuesto que estamos en problemas! La aparición de Darragh Collingwood vino a complicarlo todo.
-¡Me aseguraste que estaba muerto! – Susurró Jason - ¡Y bien muerto! ¿Qué pasó ahí, amiguito?
-¡Un milagro! – Exclamó Alessio - ¿Qué más? No le encuentro una explicación lógica a esto.
-¡Idiota! – Se rió Jason – Dijiste que te habías cerciorado de que estuviera muerto, ¡pero parece que no fue así!
-Él estaba muerto, ¡te lo juro! – Balbuceó Greco – Yo mismo esperé a ver si se movía o algo... y no pasó nada, ¡ni siquiera respiraba! Pero tuve que huir luego de que escuché ruidos y movimiento. Los vecinos habían escuchado el disparo y alertaron a la policía – Suspiró – Aunque Garrett dijo que su hijo tenía amnesia...
-Pero va a recordar y tiene a la chismosa de su esposa de su lado, además, su hermanito no me quita la vista de encima... son un incordio – Bufó Jason – Haz algo, Alessio, o de lo contrario nos van a hundir.
-¿Nos?
-Sí me hundo yo, te hundes tú Alessio. Porque no voy a quedarme callado – Exclamó con firmeza – Así que no se te ocurra traicionarme, porque donde digas algo, yo abriré la boca y recuerda... tengo pruebas de que mataste a Carmina Brühl y que intentaste matar a Darragh....
-¡Calla! – gritó Greco – Esta vez voy a hacer las cosas bien, no habrá errores.
-Eso lo dudo – exclamó Anderson – Eres muy inútil y otra cosa, Collingwood ha traído desde Francia un nuevo asesor financiero. – dijo dejando escapar lentamente el aire – Eso nos complica más las cosas porque al señor Collingwood se le ocurrió pedirnos los últimos estados de cuenta, los balances, entradas y salidas de dinero, ya sabes. – comentó y respiró profundo – Sólo pidió lo de los últimos dos años y eso fue lo que le di, pero te aseguro que las cosas no se van a quedar así, ¡van a exigirlo todo!
-Si has hecho bien tu trabajo, ¡no tienen porque darse cuenta! – respondió Greco – El viejo Garrett no se ha enterado de ello, tampoco Alfred y mucho menos Keira. – exclamó Alessio – De lo contrario ya hubieran hecho todo un alboroto sin necesidad de que Darragh estuviera presente. ¡No tenemos nada de qué preocuparnos!
-Creo que en eso tienes razón – exclamó Jason – Hemos ocultado muy bien los desvíos de dinero y maquillado todos los balances. Dudo mucho que ese francés, quién por cierto es un ex convicto, se dé cuenta del fraude. Pero por las dudas, tenemos que estar bien preparados con una buena cantidad de dinero para sobornarlo en caso de que descubra el fraude. – dijo el hombre – ¿Qué se puede esperar de un criminal?
-¡Tienes razón! – respondió Greco – Darragh cada día es más tonto, ¿cómo puede confiar en esa gentuza?
-Confiaba en ti, Greco. – murmuró Jason terminando la llamada.
Greco bufó molesto, las bromas de Jason no eran para nada graciosas. Más tarde iría a buscar a Darragh para hablar con él y ponerse a sus órdenes. Quería cerciorarse de que realmente había perdido la memoria y que no lo recordaba. Además, si se había convertido en amigo de un par de ex convictos, era probable que volviera a brindarle su amistad y confianza.
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Keira estaba muy concentrada revisando unos documentos de su trabajo. Después de haber estado ausente por unas semanas tenía bastante por hacer. No sabía ni por dónde empezar, ¡por eso no era bueno tomar vacaciones precipitadas! Aunque lo había pasado muy bien junto a Darragh. Se mordió el labio inferior y esbozó una sonrisa traviesa, ¡habían pasado tantas cosas en esas pequeñas vacaciones! Tomó su móvil y revisó la hora, no le convenía ponerse a pensar en todo aquello, no ahora que tenía tanto trabajo por hacer y necesitaba concentrarse, ¡no distraerse!
La chica acababa de dejar el móvil sobre el escritorio cuando este volvió a sonar. Revisó el aparato sólo para percatarse de que tenía una llamada de Aksel Taylor. Titubeó entre responder o no. Hablaba de distracciones y él era una muy grande... Cerró los ojos y respondió sin más.
-¡Hola Aksel! – Dijo Keira - ¡Qué sorpresa! No esperaba tu llamada.
-Precisamente deseaba sorprenderte – Murmuró el hombre – Y debo decirte que estoy muy feliz de escuchar tu voz. Por cierto, ¿ya has regresado a Inglaterra?
- A mí también me da gusto escucharte – Murmuró Keira mordiéndose el pulgar – Y efectivamente, ¡he regresado a Inglaterra!
-¿De verdad? – Interrumpió Aksel - ¡Son muy buenas noticias! Y saberlo me hace doblemente feliz, ¿podemos vernos?
-Por ahora me encuentro en el trabajo – Suspiró la joven – Y en un par de horas tendré un descanso para almorzar y, ¡ya sabes!
-¡Oh, no me digas eso! – Gimió Aksel y se echó a reír - ¿En dónde trabajas?
-Sterki Motorcycles – Exclamó la joven con orgullo.
-¡Guau! No dejas de impresionarme – Dijo Aksel – Me encanta esa marca de motocicletas, aunque últimamente me han decepcionado sus diseños.
-¿Cómo que decepcionado? – Preguntó Keira un tanto molesta – Los diseños son excelentes...
-Se corren rumores de que el creador y diseñador principal está muerto, yo la verd...
-¡No está muerto! – Murmuró molesta – O sea – Suspiró tratando de serenarse, ¡acababa de abrir la boca de más! – Está enfermo y por ahora no puede llevar la empresa como lo hacía antes, ¿entiendes?
-¿No está muerto? – exclamó Aksel con sorpresa – Esas son buenas noticias, ya que si se recupera los vehículos de Sterki serán los mejores del mercado, ¡ese tipo tiene grandes ideas!
-Eso lo sé y te aseguro que pronto Sterki Motorcyrcles volverá a colocarse entre las tres mejores marcas del mundo. – dijo la chica llena de orgullo- Volverá a ser como antes o incluso mejor.
-Pues, ¡mucha suerte para todos! – dijo Aksel – Por cierto, ¿te gustaría almorzar conmigo? O tal vez a cenar, ¡no lo sé!
Keira se quedó pensando por unos instantes. Le había prometido a Darragh que iría a almorzar con él, pero deseaba ver a Aksel. Tendría que inventarle algún pretexto a su marido para no salir a almorzar con él y verse con Aksel en algún restaurante del centro de Londres.
-¡Está bien! – respondió la mujer - ¿Dónde nos vemos?
Aksel le dio la dirección del restaurante. No estaba muy lejos de ahí y era perfecto. No le convenía que algún conocido la viera junto a Aksel y corriera a contarle el chisme a Darragh. Se mordió la uña del dedo pulgar y continuó revisando su trabajo. No estaría con Aksel durante mucho tiempo porque debía ponerse al corriente y, mientras trabajaba, el teléfono de su oficina sonó, haciéndola saltar de su asiento.
-¿Diga? – Preguntó la chica.
-Es su esposo, señora Colingwood – Respondió su secretaria.
-Por favor, comunícame con él – Murmuró Keira.
-¡Hola nena! – La sexy voz de Darragh se escuchó del otro lado de la línea – Te tengo malas noticias.
-¿Qué pasa, Dar? – Preguntó Keira con algo de duda - ¿No te sientes bien? Si lo deseas, podemos llevarte con el médico o ir a casa para que descanses.
-¡No, nada de eso! – Comentó el hombre dejando escapa una risilla sensual – Respecto a mi estado de salud, me siento bien ahora y tengo ganas de estar trabajando. ¡Hay demasiado por hacer! Y supongo que lo entiendes – Dijo mientras Keira respondía con un "ajá" – Las malas noticias son que no podré acompañarte a almorzar como quedamos.
-¡Oh, no! – Respondió Keira. Aunque por dentro lanzó una gran ¡sí!
-Lo siento mucho – Continuó Darragh – Pero cada jefe de departamento ha venido a entrevistarse conmigo y necesito atenderlos, ¡ya sabes! Debo atenderlos, uno a uno porque si deseo sacar a flote esta empresa, debo conocer las necesidades de la gente que trabaja en esta empresa.
-Te entiendo, Darragh – Murmuró Keira – Y no te preocupes, me tocará almorzar sola – Mintió – Pero si lo deseas, puedo enviarte algo de comer a la oficina, ¿te parece bien?
-Muchas gracias, mi amor – Suspiró Darragh – Ya no te quito más tu tiempo, te veré en la noche.
Keira suspiró y continuó revisando y firmando unos documentos, así como la publicidad que Greco había mandado. Necesitaba unos cambios ya que parecía la copia de la marca de la competencia. Si continuaba con esa mediocridad, se vería en la penosa necesidad de sugerir su despido y reemplazarlo por alguien mejor y más capaz. Tendría que hablarlo en la próxima junta, ese hombre no valía la pena como elemento de trabajo, y como persona, ni se diga. Anotó eso en su agenda y consultó de nuevo el reloj, ¡saldría a almorzar! Pero antes, se despediría de Darragh.
La chica salió de su oficina y se dirigió a la de su esposo, saludó a la secretaria y preguntó si Darragh estaría disponible para recibirla, la mujer respondió afirmativamente. Keira sonrió y abrió la puerta para entrar en la estancia. Darragh estaba sentado revisando varios documentos, había un montón de cajas llenas de archivos junto a su escritorio, él ni siquiera se dio cuenta que ella acababa de entrar. La chica suspiró y lo observó; Darragh ya no llevaba puesto el saco y la corbata colgaba del perchero, se veía muy guapo y atractivo en mangas de camisa. El hombre levantó la mirada y sonrió al verla mientras se levantaba de su asiento.
-No te esperaba – Murmuró Darragh estrechándola entre sus brazos y besando su frente - ¿Qué quiere mi pequeña mujercita?
-Sólo vine a despedirme – Sonrió Keira poniéndose de puntillas para besar los labios de Darragh – Y también para preguntar qué te apetecía almorzar, así podré darme una idea a la hora de hacer el pedido.
-¿Estarás tú en el menú? – Preguntó Darragh deslizando sus manos hasta las nalgas de la chica.
Keira gimió y esbozó una sonrisa pícara mientras negaba con la cabeza.
-¡Qué lástima! Porque podría haber repetido ración y... ¡quizá dos veces más! – Suspiró Darragh y besó su cuello – Por cierto, ¿te gustaría cenar conmigo esta noche? ¡Yo preparo la cena! Y tú escoges el lugar donde podemos cenar.
-Acepto tu invitación – Sonrió Keira acariciando el rostro de Darragh – Pero, ¿te parece bien si vamos a cenar a tu casa?
Darragh la miró sin comprender. ¿A qué casa se estaba refiriendo? Por el momento vivían en casa de sus padres, pero en realidad no recordaba nada más.
-Alfie me llevó un par de veces ahí – Añadió la chica al ver la expresión en el rostro de Darragh – Según me comentó tu padre, compraste esa casa para mudarte cuando regresaras de la luna de miel. Tenías pensado que viviéramos en ese sitio.
-Perfecto – sonrió Darragh - ¡Ahí cenaremos! Y también hablaremos de lo que podría ser nuestro futuro, quiero escucharte, deseo saber qué es lo que esperas de este matrimonio y también quiero saber qué expectativas tienes sobre mí.
Keira frunció el ceño, ¡no tenía idea de nada! Eso la había tomado por sorpresa porque en su mente aún rondaba la idea de separarse de él. No estaba segura de lo que quería... luego estaba Aksel y ¡ay! No creyó que las cosas fueran a empezar a complicarse.
-¿No te agrada la idea? – Preguntó Darragh.
-¡Claro que me agrada! – sonrió Keira – Es sólo que me tomaste por sorpresa y no sé qué decir, me has puesto a pensar.
-Sólo quiero que seas honesta conmigo – Comentó Darragh – Yo seré honesto contigo, ¡pero después hablamos! Ve a almorzar y nos vemos a las seis. – exclamó.
Darragh la miró fijamente y colocó una de sus manos sobre su nuca para atraerla a él y unir sus labios a los de Keira. Inmediatamente su lengua se abrió paso en la boca de la chica que lo recibió anhelante. Fue un beso urgente y desesperado, Keira se aferró con fuerza a su espalda para profundizar más el beso. El calor comenzó a invadir su cuerpo y sus manos recorrían en círculos la espalda de Darragh. Keira se separó un poco para dejar escapar un gemido, pero la boca del hombre no le dio tregua y volvió a devorarla. La mujer cerró los ojos para dejarse llevar mientras su lengua jugueteaba con la de su marido. Ella le mordió el labio inferior y se separó lentamente de él dedicándole una sonrisa.
-Debo irme – exclamó y besó sus mejillas – Nos vemos en la noche.
-¡Hasta más tarde! – respondió Darragh y lo miró alejarse. Ese beso lo había dejado con la temperatura corporal muy elevada, pero era mejor serenarse y ponerse a trabajar.
Keira abandonó la oficina y suspiró. Los besos de Darragh siempre la dejaban sin respiración. Tenía ganas de regresar a la oficina y arrojarse de nuevo a sus brazos y pedirle que le hiciera el amor. ¡Pero no! Sabía que él estaba demasiado ocupado para ello. Exhaló y con una sonrisa se despidió de la secretaria y caminó con rapidez hasta el elevador. Volvió a consultar su reloj, ¡apenas tenía tiempo para encontrarse con Aksel!
Para su fortuna, el tráfico en ese momento era leve y pudo llegar al lugar de la cita sin ningún contratiempo. Entró en el restaurante y antes de encontrarse con Aksel, que ya se encontraba ahí, pidió el almuerzo para Darragh y sus amigos y caminó lentamente hasta detenerse en la mesa que Taylor ocupaba.
-¡Hola, Aksel! – saludó la chica sonriendo ampliamente.
-¡Keira! – exclamó Aksel poniéndose inmediatamente de pie - ¡Estás hermosa! – dijo y la abrazó mientras besaba sus mejillas – Bienvenida.
El hombre la miró embelesado, ¿qué le había dado esa mujer que no podía sacarla de su cabeza? La chica le sonreía de una manera pura y sincera. Deseaba estrecharla entre sus brazos, besarla con pasión, pero se detuvo. ¡No era el lugar ni el momento para hacerlo!
-Es un gusto verte de nuevo, Aksel – dijo Keira sentándose en la silla que el hombre le ofrecía - ¿Ya comenzó la temporada?
Un mesero se acercó a ellos y sirvió la mesa con rapidez para alejarse de la pareja.
-Por ahora sólo hemos tenido un par de juegos de exhibición – respondió el hombre – En un par de semanas comienza oficialmente la temporada de polo. – dijo bebiendo un sorbo de vino - ¿Así que tu trabajas en Sterki Motors?
-Tengo un par de años trabajando ahí – respondió Keira – He dado lo mejor de mí para que la empresa siga adelante. Con la desaparición de Darragh Collingwood pensábamos que las cosas iban a salirse de control, pero creamos nuevas estrategias y hemos mantenido el nivel de la empresa.
-¡Hablas con mucho orgullo de tu trabajo! – exclamó Aksel - ¿Y qué es lo que haces exactamente ahí?
-Trabajo en el área administrativa como asistente del vicepresidente – mintió Keira – Y si hablo con orgullo es porque me encanta mi trabajo y estoy feliz de formar parte de su gran plantilla de trabajadores.
-Me encantan las motocicletas de Sterki – dijo el hombre – Tengo una colección completa en mi casa de Lacock. – exclamó con orgullo – Y estoy feliz de que el señor Collingwood esté de regreso, seguro que ha llegado con muy buenas ideas.
-¡Eso no lo dudes! – exclamó Keira con una sonrisa – Estoy segura que ha regresado para renovarlo todo.
Aksel sonrió y cambió el tema de conversación centrándose únicamente en la nueva temporada de polo y de toda la promoción que su equipo había comenzado. Keira lo escuchaba en con atención, aunque no comprendiera muchas cosas. Después de un buen rato de charla, Aksel recibió una llamada y tuvo que despedirse.
-Lamento tener que dejarte – exclamó apenado – Pero no sólo me dedico a jugar polo, soy arquitecto y parece que han tenido problemas con una nueva obra. – suspiró – Estoy feliz de verte otra vez. – dijo y besó el dorso de la mano de Keira - ¿Te gustaría cenar conmigo esta noche?
¡Ay no! ¡Otra invitación a cenar! Pero ya había aceptado cenar con Darragh, así que aunque lo lamentara, tenía que declinar la invitación de Aksel y quedar con él para otra ocasión. Además Darragh le había dicho que tenían que hablar y dejar muchas cosas claras y ella estaba ansiosa por saber que era lo que deseaba su marido para el futuro de su matrimonio.
-¡Lo siento mucho! – respondió Keira con tristeza – Pero tengo un compromiso familiar muy importante esta noche.
-¡No me digas eso, bonita! – le reprochó Aksel – En otra ocasión será, pero ¿sabes? A veces creo que tratas de evadirme. – dijo y besó dulcemente sus labios.
-Te lo compenso mañana con otro almuerzo. – respondió Keira acariciando su rostro - ¿Te parece?
-De acuerdo – respondió el hombre separándose de ella – Au revoir – dijo y se alejó.
Keira lo miró irse y rápidamente abandonó el lugar. Había durado casi dos horas hablando con Aksel y por el momento no podía darse el lujo de perder tanto tiempo en almuerzos y charlas. Subió a su auto y condujo a toda velocidad hasta detenerse frente a las oficinas de Sterki Motors, ¡tenía que ponerse a trabajar!
::::::
¡Ay Keira! Te estás metiendo en un gran lío si no ordenas tus prioridades. Darragh tiene pensado preparar una cena y hablar seriamente con Keira a cerca del futuro de su matrimonio. ¿Qué creen que le pregunte? Esto se va a poner interesante. Ahora díganme, ¿qué les pareció el capítulo? Espero sus comentarios y gracias por leer.
Maria Decapitated
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