
SEIS
Darragh terminó de revisar los últimos balances de ventas de ese mes. Todo parecía indicar que Sterki Motorcycles se había puesto al nivel de las marcas líderes en motocicletas. Eso lo llenaba de mucho orgullo, por fin su trabajo estaba siendo reconocido. Hizo a un lado los documentos y abrió uno de los cajones de su escritorio. Sus ojos se posaron sobre unos viejos diseños, ¿qué hacían esos diseños ahí? Jamás habían sido lanzados al mercado, debido a que tenían un par de errores que corregir y él nunca encontró el tiempo para hacerlo. Eran muy buenos modelos, cómodos y bastante funcionales; quizá después de que terminara con todos sus pendientes podría concentrarse en esa labor y llevar esos nuevos modelos al mercado.
La puerta de la oficina de Darragh se abrió y apareció Greco, quién caminó dando grandes zancadas hasta sentarse frente al escritorio de Darragh. Miró los diseños en los que su amigo estaba tan concentrado y se los arrebató de las manos.
-¡Hey! – Se quejó el rubio - ¡Greco! Estoy trabajando.
-¡Por favor! – Murmuró el hombre – También quiero involucrarme en lo que haces. No seas egoísta Darragh.
-No sabes nada de esto, Greco – se rió Darragh – No sabes ni agarrar un lápiz.
Greco hizo una mueca y le devolvió los diseños al hombre. Se había molestado, pero hizo un esfuerzo por sonreír y fingir que le agradaban los comentarios de Darragh. Lo detestaba, la envidia lo corroía. Desde que lo había conocido en la Universidad se había acercado a él sólo para sentirse aceptado, además, Darragh había sido muy generoso con él; lo dejó vivir en su departamento, comía de su comida, incluso, el padre de Darragh llegó a pagarle varios semestres de la carrera. Pero él deseaba tener lo que Darragh tenía; dinero, para comenzar y una familia que lo quería y que todos lo apreciaban y respetaban, a pesar de su carácter explosivo, seco e incluso, grosero. Greco no tenía nada, ni talento, y aunque era atractivo y atraía a las féminas, ellas, al conocer a Darragh, preferían al rubio antes que a él. Eso había pasado con Carmina Bruhl, ella había sido su amante y terminó prefiriendo a Darragh, porque Darragh no sólo le daba dinero, también placer y él a veces ni eso alcanzaba a ofrecerle.
-¿Te molestaste? – Preguntó Darragh poniéndose de pie - ¡Lo siento, Greco! – Murmuró el hombre palmeándole la espalda a su amigo – No te lo tomes personal. ¡Ni yo mismo sé cómo arreglar esos diseños! – Le mintió al moreno – Los diseñé hace tanto que no me acuerdo. Pienso descartarlos, creo que por el momento, no son relevantes. Podemos trabajar en otros – Sonrió – Juntos, tú y yo.
-¡Por favor, Collingwood! – Se rió Greco – No me he molestado, ni nada que se le parezca. Si entré y te interrumpí es porque quería invitarte a almorzar – Exclamó levantándose también – Quiero preguntarte cosas sobre tu próxima boda – Dijo haciendo énfasis en la frase – No me has dado muchos detalles al respecto.
-No hay nada que decir – Murmuró Darragh rodando los ojos - ¡Ni siquiera me han hablado más de este asunto! – Exclamó y levantó los brazos – Yo acepté pero no me han dicho nada más.
-¿Tu padre no ha hablado con el padre de la chica? – Preguntó Greco mientras caminaba junto a Darragh hasta el restaurante que se encontraba casi frente al edificio de su compañía.
-¡No lo sé! Ya no hablé con mi padre – Se rió Darragh – No sé nada sobre el asunto, ¿puedes creerlo?
-Eso no es muy típico de ti.
-Esta noche hablaré con mi padre y quizá mañana hable con el padre de Keira – Sonrió Darragh – Y ahora que sale a flote esto, ¡el día el ayer, ella me invitó a almorzar!
-¿Cómo? – Se sorprendió Greco - ¿La niña te invitó?
-Sí, me llamó porque, como es amiga de Alfie, el muy desgraciado le proporcionó mi número privado.
-Típico de tu hermanito, ¡yo no sé cómo lo soportas! Es tan molesto...
-Es mi hermano pequeño – Lo interrumpió Darragh – Lo quiero, de hecho, me entusiasmó la idea de saber que tendría un nuevo hermano. Y no me molestó que le diera mi número a esa niña... de cualquier manera, se convertirá en mi esposa ¿no? – Dijo y comenzó a reír – Es muy hilarante.
-Honestamente no le veo la gracia – Dijo Greco tomando un sorbo de vino – Vas a echar a perder tu vida con un matrimonio arreglado.
-Tal vez no sea tan malo – Suspiró Darragh – Quizá pueda darle una oportunidad, ¡no lo sé! Aún no me caso. La chica habló conmigo, me dijo que fuéramos amigos y... creo que fui muy grosero con ella y la mandé a la mierda – Murmuró y Greco lo miró lleno de confusión – Ella se enojó, se largó del restaurante y ¡la besé!
-¿Por qué hiciste eso?
-¡Porque se me dio la gana! – Dijo Darragh encogiéndose de hombros – Siempre hago lo que se me da la gana. Pero aún así me sentí mal, mi conciencia me dice que debo remediar ese error. Creo que le enviaré flores y la invitaré a cenar.
-¡Ay no, por favor! – Murmuró Greco – Tu lado romántico, no.
-¿Qué hay de malo con mi lado romántico?
-¡Es pésimo! – Dijo el amigo de Darragh y comenzó a reírse – Pero sólo envíale las flores. Te recomiendo que tengas un mínimo o nulo contacto con la jovencita esa, ¿qué ganas? ¡Nada! Sólo vas a limpiar mocos. Ella no va a dar el ancho. No va a funcionar, Darragh – Exclamó Greco – Hasta creo que el casarte con ella es mala idea.
-¿Tú crees? – Preguntó el rubio y su amigo asintió – Hablaré esta noche con mi padre, tenemos que llegar a una solución, que obviamente nos beneficie.
-Sí, hazlo – Le recomendó Greco – Pero no jodas tu vida.
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https://youtu.be/U0S5WkBmOdE
Keira se acomodó boca abajo en su cama y miró los mensajes de Alfie en el móvil, su amigo le acababa de enviar la playlist de esa semana, se trataba de escuchar a Fiddler's Green, una banda alemana de Irish Rock, que según Alfie, era su favorita y también de las favoritas de su hermano Darragh. Keira rodó los ojos al leer el nombre de Darragh en la pantalla. Suspiró y le dio play al primer tema de la extensa lista para comenzar a escuchar mientras hacía la tarea. Le agradaba el sonido y de pronto se descubrió moviendo la cabeza y tarareando la melodía que sonaba en el reproductor de música.
-¡Keira! – Gritó la voz de su madre desde la puerta de su habitación - ¿Acaso estás sorda niña? – Pregunto la mujer – Baja un poco el volumen de ese ruido.
-¡Perdón! – Dijo la chica encogiéndose de hombros - ¿Qué sucede ma? – Preguntó bajando el volumen de la música.
-Acaban de traer esto – Dijo su madre entregándole un gran ramo de flores.
-¿Para mí? – Preguntó la chica recibiendo el precioso ramo de rosas aqua, gerberas rosadas y margarita blanca - ¡Es hermoso! – Murmuró oliendo las rosas - ¿Quién lo mando?
-Darragh Collingwood.
Al escuchar el nombre de Darragh, Keira, automáticamente regresó el ramo a las manos de su madre. La mujer la miró extrañada y suspiró, Regresando el ramo a los brazos de su hija.
-Tienen una nota – Dijo la mujer – No seas grosera y acéptalo. Le pediré a Trina que lo ponga en un florero y lo traiga a tu cuarto, ¿de acuerdo? Es un muy bonito detalle por parte del señor Collingwood.
Keira buscó la nota y le regresó el ramo a su madre para que se lo llevara. Su madre dejó la habitación y ella inmediatamente se sentó a leer las palabras que Darragh le había escrito.
Keira:
Sé que el día de ayer me porté como un troglodita. Como un ser irracional e incapaz de mostrar emociones. Quiero pedirte una disculpa por mi comportamiento tan estúpido. Estoy seguro que no me la darás, me di cuenta que eres una chica orgullosa y con un carácter fuerte. Me agrada que seas así, que no seas débil, no es que sea malo ser débil, pero hay gente muy idiota que se aprovecha de esa debilidad que a veces llegamos a transmitir.
Además de esta disculpa, me gustaría invitarte a cenar. Quiero que tengamos una charla civilizada y prometo comportarme como todo un caballero ante una dama.
Te envío los datos del lugar, él día y la hora. Por favor, llámame para darme tu respuesta, no importa cuál sea esta.
Sinceramente:
Darragh Collingwood.
La chica se sorprendió al leer las palabras de Darragh. Quizá lo había juzgado mal o, quizá lo mejor sería andarse con cuidado respecto a ese tipo. Miró los datos del restaurante y también miró su celular. Tomó el aparato y buscó en la agenda el número de Darragh Collingwood, marcó y esperó a que sonara.
-¿Diga? – Preguntó el hombre.
Keira lo escuchó hablar. ¡Esa voz! ¿No podía ser menos sexy? Como tener una voz de ratón o algo por el estilo. ¡Tenía que tener una voz sensual y profunda! Estuvo a punto de colgar, pero suspiró y saludó con cortesía.
-Buenas tardes, señor Collingwood – Dijo con seriedad – Soy Keira...
-Lo sé, ¿cómo estás Keira? – La interrumpió - ¿Recibiste mis disculpas?
-¡Claro que sí! Por eso lo llamo – exclamó la chica – Además de que acepto su invitación a cenar. Es justo que tengamos una charla y espero que no se comporte como lo hizo el día que yo lo invité a almorzar. – dijo con mucha seriedad.
-Te prometo que no será así – respondió Darragh – Pero por favor, no me hables de usted. Quedamos en que lo correcto era tutearnos para tener más confianza.
-No, señor Collingwood. – exclamó Keira – Lo correcto es que lo siga tratando de usted. – dijo y suspiró – Me abrió los ojos en nuestra última charla, somos totalmente diferentes y no podríamos tener más confianza. Tampoco forjar una amistad, es mejor poner un límite y yo ya lo hice. Espero que usted haga lo mismo.
-Está bien, señorita Ackermann – dijo Darragh – Enviaré un auto por usted el día de mañana.
-No es necesario, yo puedo llegar. – respondió la joven – Me ha enviado los datos, así que estaré puntual. – finalizó – Que tenga una linda tarde y gracias por las flores, son muy bellas. – dijo y colgó.
Darragh sonrió complacido, Keira era directa y sin rodeos. Esperaba que la chica asistiera la cena y que él no volviera a cometer el mismo error de la primera cita.
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Darragh se encontraba sentado en la sala de su casa, esperando a que su padre llegara. Su madrastra y hermano habían salido de compras, así que estaba solo. Leía las últimas noticias en su móvil, cuando su padre entró en la estancia y lo saludó con una gran sonrisa.
-¡Buenas noches, hijo! – dijo Garrett Collingwood y extendió los brazos.
-Buenas noches, papá – respondió Darragh.
El joven se puso de pie y abrazó a su padre. Se sentaron en el gran sillón de la sala y se miraron fijamente. Garrett sabía que su hijo tenía algo que decirle, así que él rompió el silencio para preguntar.
-Es raro que te encuentre en la sala y más a estas horas – exclamó el señor Collingwood – Todos los días aquí me espera mi esposa y mi pequeño hijo. Mi hijo mayor casi nunca está en casa y sólo lo veo en la oficina o si nos citamos para salir a comer – dijo el hombre - ¿Qué es lo que sucede, hijo? ¿Qué es lo que te incomoda?
-Hace unos días fuiste a verme a mi oficina y me hablaste de los problemas financieros de los Ackermann – respondió Darragh – Me dijiste que la solución a su problema era que fusionáramos las empresas y que para que esta fusión fuera perfecta, la única hija Hector Ackermann tenía que casarse conmigo, como garantía. – exclamó respirando profundo - ¿Qué ha pasado con este negocio? Yo esperaba conocer a la chica en una reunión donde se encontraran sus padres y nosotros presentes, pero ella me ha llamado para invitarme a almorzar.
-¿Keira te llamó? – preguntó Garrett arqueando las cejas – Desde que vi a su padre no he podido hablar más con él. Es cierto que será un matrimonio de conveniencia, pero a Hector no lo veo muy convencido de ello. – dijo el señor Collingwood – ¿Qué fue lo que te dijo la chica? ¿Para qué te llamó?
-Ella quería hablar conmigo sobre nuestro compromiso – Dijo y enfatizó en la última palabra – Buscaba un acuerdo mutuo para que ambas partes resultáramos beneficiadas con todo esto. Más que nada en cuestión de convivencia y esas cosas. ¡Ya sabes cómo son las chicas de sentimentales! – Murmuró Darragh esbozando una sonrisa.
-¿En verdad? – Exclamó Garrett – Esa chica es lista y sabe lo que le conviene. Pero, ¿qué fue lo que le respondiste? Supongo que aceptaste en convertirte en su amigo y...
-Desgraciadamente me negué – Suspiró Darragh – Le dije que yo no sería amigo de una mocosa y que esto solamente eran negocios, que debía de verlos como tal.
-¡Fuiste muy grosero! – Lo reprendió su padre - ¡Esa respuesta no era la ideal! ¡Debiste haber aceptado! Por tu propio bien y por el de esa jovencita. Keira actuó de muy buena manera y ¡tú lo echaste a perder!
-¡Lo sé! – Murmuró Darragh – Por eso le he enviado un ramo de flores con una nota de disculpa y la he invitado a cenar – Suspiró Darragh recostándose en el respaldo del sillón – Ella ha accedido y nos veremos mañana.
-Está muy bien, entonces – Dijo Garrett – Es mejor que te relaciones con esa chica y ya mandes al demonio a Carmina.
Darragh no respondió, sólo movió la cabeza y sonrió. Él no iba a dejar a Carmina, no en un tiempo. A él le gustaba la relación que tenía con ella, porque no había límites y Camina sabía cómo complacerlo y hacerlo feliz. Decidió que era mejor darle otro giro a la conversación y sacó a relucir lo que le había dicho su amigo y colega Greco Alessio.
-Greco no está muy feliz con la noticia de mi matrimonio. – exclamó Darragh ignorando el último comentario de su padre.
-A él no le conviene que tú te cases – respondió Garrett y lanzó una carcajada – Lo correcto para Greco sería que te casarás con él. A ese tipejo lo único que le interesa es no perder la posición que tu le has dado. – dijo su padre – Hasta el momento es tu albacea, pero si te casas, el perdería ese privilegio y no le conviene.
-Me ha dicho que si lo hago estaría cometiendo el error más grande de mi vida. – exclamó Darragh – Yo lo aprecio mucho, pero en ocasiones Greco me llega a desesperar. Tengo que corregirlo siempre, nada le sale bien y los negocios que intenta llevar a cabo no son benéficos para la empresa.
-Greco lo único que quiere es llevarte a la ruina – exclamó el señor Collingwood – No entiendo porque sigues ayudándolo. ¡Siempre te ha tenido envidia! Yo lo he veo en sus ojos y en su manera de actuar contigo. Lo mejor para ti sería que lo liquidaras y que se buscara un nuevo empleo. Debes alejarlo de ti, de lo contrario todo lo que has ganado hasta el momento se perderá y todo por la envidia de ese hombre.
-Lo quiero papá – susurró Darragh – Ha estado conmigo en las buenas y en las malas, ¡no me ha dejado solo!
-¿Qué no te ha dejado sólo? – preguntó su padre - ¿Dónde estaba cuando te accidentaste hace dos años? ¡Jamás fue a visitarte al hospital! Mejor tu amante estuvo ahí para cuidar de ti, pero de tu mejor amigo ni rastro. ¡Greco Alessio no es tu amigo! Quiero que te quede muy claro.
Darragh guardó silencio, su padre quizá tenía razón. Pero él tenía gran aprecio por Greco Alessio, aunque las palabras de su padre lo habían hecho dudar en muchos aspectos de su amistad. ¿Sería que Greco planeaba hundirlo?
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Obvio, sí. Greco no es lo que aparenta ser. Todos lo ven, pero Darragh, por desgracia no. Él aún cree que ese tipo es su amigo, ¡pero vaya jugada que le va a hacer! Vamos a ver cómo le va a Darragh con él. ¿Qué les pareció este capítulo? No olviden dejar sus comentarios. Gracias.
Maria Decapitated
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