ONCE
Antes de dejar la estancia, Greco tomó los bienes de Daragh, incluyendo tarjetas bancarias, identificaciones y pasaporte. Lo dejaría sin identidad para que a las autoridades les resultara más complicada la identificación del cuerpo. Volvió a acercarse a Darragh y se cercioró de que realmente estaba muerto, ¡no respiraba! Por fin se había librado de ese lastre, para él, Collingwood dejaba de ser un problema y finalmente tendría todo lo que siempre había soñado. Greco sonrió con malicia y salió con sigilo de esa casa localizada a la orilla del mar.
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Habían pasado dos semanas desde que Darragh dejara a Keira medio dormida en la habitación. La chica continuaba muy molesta y se sentía demasiado incómoda al estar en la casa de los Collingwood, aunque nadie la trataba mal, sino todo lo contrario, parecía como si la chica tuviera toda su vida viviendo ahí. Aún así, Keira anhelaba regresar a su casa y, en cuanto Darragh apareciera, divorciarse inmediatamente de ese hombre.
-Entonces, ¿es definitivo? – Preguntó Alfred sentado en la cama de la habitación de Keira – Te vas a divorciar de mi hermano.
-¡Obvio, Alfie! – Suspiró la joven abrazando sus rodillas – Este matrimonio fue un error, ¡no debió pasar!
-Hay una cosa que no me cabe en la cabeza – Exclamó el joven Collingwood.
-¿Qué cosa?
-Mi hermano no suele ser tan descuidado en cuestión de sus negocios – Murmuró el chico rascándose la barbilla – Es impropio de Darragh no mantener comunicación y parece como si se lo hubiera tragado la tierra.
-Se fue con su amante, Alfie, ¿qué esperabas? – Murmuró Keira poniéndose de pie – Además me comentó que necesitaba vacaciones...
-¡Lo sé, lo sé! – Suspiró Alfred meneando su cabeza – Sé con quién se fue y lo que puede estar haciendo con ella. También comprendo la necesidad de Darragh de tomar vacaciones, ¡hasta ahí está bien! En un universo paralelo – Sonrió al ver la mueca de desagrado de Keira – Pero lo que en realidad me preocupa es el hecho de no entablar ningún tipo de comunicación, ¡no ha respondido mis mensajes ni los de papá!
-Bien, ¡tú lo conoces mejor que yo! – Dijo Keira abrazando a su amigo.
-Hay algo raro en todo esto – Exclamó Alfie recostándose en el pecho de Keira – Tengo un sueño extraño, una pesadilla y en ella está Darragh. Quizá se deba a este mal presentimiento que tengo... ¡no lo sé! A veces me da miedo.
-Él está bien – Suspiró Keira dándole un beso en la frente – Darragh está bien... ¡simplemente se divierte a lo grande!
-Por mucha diversión que tenga, mi hermano no descuida sus ocupaciones – Dijo el muchacho caminando rumbo a la salida – He ido a la empresa y he hablado con su secretaria, ella tampoco ha tenido noticias de parte de Darragh.
-¡Ya volverá! – Recalcó Keira, tratando de calmar a su amigo, quién reflejaba verdadera preocupación en su rostro y ella también comenzó a sentir lo mismo. Era raro, aunque no lo conocía, confiaba en las palabras de Alfie. ¿Y si Darragh estuviera en problemas? Se preguntó, pero no quiso decirlo en voz alta – Apenas han pasado dos semanas, quizá esté de vuelta en los próximos días – Murmuró para tratar de ocultar sus pensamientos.
Alfie sonrió a medias y salió de la alcoba, seguido de Keira. Los chicos estaban bajando la escalera, cuando escucharon la voz de Greco Alessio en el vestíbulo. Alfie se adelantó y caminó hasta la sala. Ahí se encontraban sus padres, quienes recibieron al visitante y lo invitaron a beber un ponche.
-Te estábamos esperando, Greco – Dijo Garrett - ¿Qué es eso tan importante que deseabas decirnos? – Preguntó.
La madre de Alfred giró el rostro y miró al par de chicos que se encontraban de pie, observando atentamente al visitante. Greco también los vio y les sonrió hipócritamente.
-Por favor, acompáñennos – Dijo Greco – Siempre es un placer ver a la joven señora Collingwood y por supuesto, también al joven Alfred.
Garrett les hizo una seña a los chicos para que se unieran a la conversación. Keira se sentó junto a su amigo y continuaron observando en silencio al moreno.
-Por favor, Greco – Murmuró Greta - ¿Qué noticias nos tienes sobre Darragh?
-No son muy buenas noticias – Suspiró el hombre fingiendo estar preocupado – Para comenzar, hay algo que deben saber.
-¿Qué cosa? – Preguntó Garrett.
-Carmina Brühl está muerta – Exclamó Greco – Fue asesinada.
-¿Qué? – Gritó Keira llevándose la mano a la boca. ¡Eso no podría ser verdad! ¿Qué había pasado con Darragh? ¿Acaso él también estaba muerto? O ¡peor aún! Él la había matado.
-¿Qué hay con Darragh? – Intervino Alfie poniéndose de pie – Mi hermano está bien, ¿no es cierto?
-¡Calma, hijo! – Exclamó su madre rodeándolo con sus brazos – Dejemos que el señor Alessio hable y nos diga todo lo que tiene que decir.
-Sigue, por favor – Exclamó Garrett - ¿Cómo pasó eso? ¿Qué sabes a cerca de Darragh?
-Carmina fue asesinada, le dispararon – Continuó Greco – Eso fue lo que me dijeron...
-¿La fuente es confiable? – Preguntó Keira, quién no creía en las palabras de ese hombre, su preocupación era demasiado fingida. Greco Alessio emanaba falsedad.
-Me lo dijo un oficial de la policía – Murmuró el hombre con visible molestia – Carmina fue asesinada, no saben si se trata de un crimen pasional o fue con intento de robo, secuestro, ¡qué sé yo! La policía está investigando el caso.
-¿Y Darragh? ¿Dónde está mi hermano? – Gritó Alfie.
-Estamos muy preocupados por él – Murmuró Keira – Darragh no se ha comunicado con su familia y mucho menos con su secretaria.
-Lo sé – Bufó Greco – Tampoco lo ha hecho conmigo, pero...
-¿Qué noticias tienes a cerca de Darragh? – Preguntó Garrett – Habla y ya no te interrumpas más.
-Desgraciadamente, Garrett – Suspiró Greco colocando su mano en el hombro del padre de Darragh – Tu hijo ha desaparecido, nadie sabe en dónde se encuentra. No hay pistas ni ningún tipo de noticia sobre su paradero – Suspiró – Pienso que quizá el asesinó a Carmina y huyó o tal vez fue secuestrado.
-¿Cómo? – Preguntó Keira - ¿Por qué? ¿Qué tratas de decir? – Gritó - ¡Darragh no es un asesino! Puede ser un patán, un engreído, ¡pero no es un asesino! – Exclamó la chica, aunque se preguntaba ¿por qué lo defendía?
-No puedo decir más de lo que sé – Murmuró Greco, satisfecho de saber que sus palabras habían causado el efecto que deseaba en la familia Collingwood – Posiblemente a Darragh lo secuestraron... También dudo de que sea un asesino, pero hay que tener en cuenta todas las posibilidades, incluso pudo haber muerto – Exclamó con ese tono de fingida preocupación - ¡Yo también estoy alterado, preocupado y me duele saber que mi mejor amigo está desaparecido!
-¡No es cierto! – Gritó Alfred y comenzó a llorar - ¡Eso no es verdad! No te creo, Greco.
-¡Mientes, Greco! – Le recriminó Keira – Tus palabras y tu actitud son demasiado falsas.
-¡Siempre has tenido envidia de mi hermano! – Estalló Alfie – Esto se trata de una conspiración tuya.
-¡Basta, Alfred! – Gritó Garrett – Suficiente, por favor. Dejemos que Greco termine de darnos estas terribles noticias.
La única que se mantenía en silencio era Greta, hasta ese momento ella no había dicho ninguna palabra. La mujer se llevó las manos al rostro y comenzó a sollozar. ¡No podía creer lo que Greco estaba diciendo! ¡Eso no podía estar pasando! De antemano sabía que Greco odiaba a su hijastro y que podía ser capaz de cualquier cosa. Era posible que mintiera o ¿estaba diciendo la verdad?
-Yo de verdad lamento ser el portador de tales noticias – Suspiró Greco – Pero, ¡por favor, créanme! Les estoy diciendo la verdad – Y se dirigió a Garrett – Si gustas, podemos comenzar una búsqueda de inmediato. Yo puedo contactar a alguien muy eficiente que nos ayudará.
-Por supuesto – Dijo Keira – Garrett, perdón que intervenga pero...
-Sí, hija – Exclamó el hombre – Sí vamos a comenzar con la búsqueda de mi hijo.
-Yo me encargaré, Garrett – Dijo Greco – Por favor, ¡no se preocupen! Lo vamos a encontrar.
Greta abrazó a Alfie. Ambos lloraban desconsoladamente. No podían creer lo que había sucedido con Darragh y Carmina. Keira se frotó los brazos y salió a prisa de la sala. Le dolía lo que había sucedido, estaba invadida por una extraña sensación. Alfred la siguió, realmente su amiga parecía afectada por la noticia, tanto como él.
-¿Te encuentras bien? – Preguntó el muchacho alcanzándola.
-Yo te hago la misma pregunta – Suspiró Keira abrazando a Alfie.
-No, no estoy bien, estoy confundido – Respondió el joven sentándose en el escalón – No sé qué pensar.
-Yo siento una opresión en el pecho – suspiró Keira – Me siento mal por estos sucesos. Es terrible. Pero tengo dudas.
-¿Dudas? – Preguntó Alfred arqueando una ceja – Tú también crees que Greco está mintiendo.
-Hay algo muy siniestro detrás de todo esto – Suspiró la chica – Ese tipo no es de fiar, pienso que es falso.
-Embaucador, timador, mentiroso, hipócrita – Murmuró Alfred – Eso es Greco Alessio, aunque... - Se detuvo y titubeó un poco antes de terminar su frase.
-¿Qué cosa?
-Quizá Greco haya asesinado a Carmina...
-¿Cómo crees? – Se horrorizó Keira – No, yo no creo... quizá sea un mal tipo y eso, pero no me imagino que llegue a tales extremos – Se quedó callada, pero en seguida continuó al ver que su amigo no decía nada - ¿Por qué Darragh se relacionaría con un sujeto tan ruin como Greco?
-Porque eran amigos – Dijo Alfie – Greco siempre ha sido débil y en un principio parecía ser un tipo "x", ¡ya sabes! El típico debilucho bulleado por los bravucones y defendido por Darragh – Sonrió Alfie – Mi hermano lo quería y lo apreciaba demasiado y en casa todos le brindaron apoyo y protección. ¡Incluso papá le pagó la carrera! Porque pensaba que era un buen sujeto, un amigo leal de mi hermano, ¡ya sabes!
-Y con el paso del tiempo comenzaron a darse cuenta de las verdaderas intenciones de Greco - Murmuró Keira tratando de comprender las palabras de su amigo.
-¡Exacto! – Dijo el chico – Y como Darragh siempre ha tenido un ángel, tiene carisma y encanto... ¡atrapa a la gente! Al instante todos caen rendidos bajo su embrujo.
-Entonces... Greco estaba con Darragh para tener atenciones.
-Sí, para sentirse aceptado – Exclamó el chico encogiéndose de hombros – Y como ni en su casa lo quieren... - Se echó a reír.
-¿Y qué hay de Carmina Brühl?
-No estoy muy seguro – Murmuró Alfred – Pero creo que esa tipa antes fue novia de Greco.
-¿Qué? ¡Ay, no puede ser! ¿De verdad? – Preguntó Keira rodando los ojos - ¡Qué cosas!
-No puedo asegurarlo – Balbuceó el joven – Pero Carmina llegó a Darragh a través de Greco y después de que él la conoció, ¡ya jamás se separaron!
-Quizá ellos tenían algo más que una relación de amantes.
-Quizás – Suspiró Alfred – Respecto a ese tema no sé mucho. ¡Pero esa mujer tampoco me agradó! Siempre me llamó bastardo y una vez trató de seducirme... En ocasiones Darragh era un misterio – Añadió de inmediato al ver la expresión del rostro de Keira – Así que no puedo darte más detalles.
-Gracias, Alfie – Suspiró Keira – Así puedo conocer un poco más sobre tu hermano y su vida turbulenta – sonrió – Aunque mucho me temo que Greco no haga nada por buscar a tu hermano.
-Yo pienso lo mismo que tú – Bufó el joven – Así que tendremos que tomar este asunto en nuestras manos y no dejárselo sólo a Greco.
-Cuenta con mi apoyo, ¡primero esperemos antes de actuar!
-Hay que manejarlo con cautela – Murmuró el chico apretando las manos de su amiga - ¡Qué bueno es tenerte en casa, Keira! – Sonrió Alfie – Así no me siento tan solo.
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Darragh abrió los ojos con lentitud. Los párpados le pesaban como si fueran de plomo, hizo un nuevo intento por abrirlos de golpe, pero la luz de una lámpara lo deslumbró y se movió con brusquedad. Un quejido largo y lastimero se escapó de su garganta, ¡la cabeza le dolía y punzaba de una manera terrible! Trató de levantar su brazo para tocar su cabeza, pero no pudo, se sentía demasiado débil y cansado. Trató de abrir los ojos una vez más y lo único que pudo ver fue una estancia muy blanca y un biombo del mismo color. ¿En dónde rayos estaba? ¿Qué hacía ahí?
-¡Oh, ya ha despertado! – Dijo la voz de una mujer – Llamaré al doctor y, ¡por favor! No trate de tocarse la cabeza.
Darragh miró a esa mujer vestida de blanco que se alejaba a prisa y de nuevo levantó el brazo y se tocó la cabeza. ¡Estaba vendado! ¿Qué habría pasado? Se preguntó. Suspiró y logró escuchar algunos quejidos y más movimiento en esa sala. Seguramente estaba en un hospital o clínica.
La enfermera regresó, seguida de un hombre corpulento vestido también de blanco, quién comenzó a revisarlo.
-¿Cómo se siente, señor? – Preguntó el hombre - Voy a hacerle una serie de pruebas ya que estuvo algunos días inconsciente, ¡tenía una herida muy fea en la cabeza! ¿Sabe? Pensamos que no sobreviviría – Continuó hablando mientras lo auscultaba y en su voz se escuchaba un extraño acento - ¿Cómo se llama? – Le preguntó el médico.
Darragh cerró los ojos y trató de recordar... ¡nada! Su mente era un agujero negro, no había nada ahí dentro, la sentía hueca y pesada. Volvió a abrir los ojos y de pronto los cerró de nuevo al escuchar el sonido de un disparo y un grito de mujer. Pero además de eso, no había nada más.
-¿Cuál es su nombre, señor? – Volvió a preguntar el médico – Sus ojos responden a la luz, responde al sonido y veo que se mueve con facilidad, pero... ¿puede hablar?
-N-no... sé – Dijo Darragh con voz queda que denotaba miedo – No sé quién soy – Jadeó – No recuerdo mi nombre... mi mente está en blanco... ¿qué es este sitio? – Preguntó alterándose - ¿Qué carajo me sucedió? ¿Quién demonios es usted? – Insistió, cada vez más alterado.
-Un sedante, enfermera – Murmuró el doctor al darse cuenta que el pulso del hombre se aceleraba – Está muy alterado y puede darle un paro cardíaco... ¡rápido!
La mujer se movilizó en seguida para hacer lo que el doctor le indicaba. El paciente estaba en shock e histérico. No sabía lo que estaba sucediendo y eso lo había alterado demasiado. Con muchas dificultades lograron aplicarle el sedante y poco a poco se tranquilizó.
El médico salió cuando el hombre se estabilizó, pero dejó a la enfermera con él, en caso de que sucediera alguna otra cosa. Mientras caminaba, el policía que custodiaba la entrada de la habitación lo detuvo, estaba acompañado de otro hombre, quién era el detective que atendía el caso.
-¿Ya despertó? – Preguntó el detective.
-Sí, despertó – dijo el doctor con tranquilidad.
-¿Podemos entrar a interrogarlo? – Dijo el otro oficial.
-Desgraciadamente no, ¡tuve que sedarlo! – Suspiró el doctor – Se alteró demasiado al no recordar ni su nombre – Bufó – Ese tipo que se encuentra dentro de esta habitación presenta un cuadro de amnesia. Sus sentidos respondieron, pero desafortunadamente no tiene recuerdos. Debemos esperar un poco más a que despierte más calmado y poder revisarlo – Murmuró el doctor – Tengo sus datos, detective, yo mismo le avisaré cuando pueda interrogar a su sospechoso, mientras tanto, ¡tenga paciencia!
-Recuerde que ese hombre es sospechoso de asesinato – Aclaró el detective – Este caso ha resultado muy complicado y sólo el testimonio de este hombre podrá ayudarnos a aclararlo.
-Lo entiendo, detective – dijo el médico – Sólo le pido que tenga paciencia, debemos someter a este hombre a una serie de pruebas para descartar cualquier tipo de daño cerebral.
-Lo dejamos en sus manos, doctor – respondieron los oficiales y se alejaron.
Lo que encontraron en la escena del crimen era demasiado confuso. Una mujer muerta y a unos metros de distancia ese hombre. La posición de los cuerpos y la trayectoria de la bala no coincidían en absoluto. Habían reconstruido esa escena y al parecer dentro de esta había un tercero. Pero necesitaban la declaración de ese hombre que estaba postrado en esa cama del hospital. Él era la pieza clave para resolver ese crimen.
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¡Greco es un hipócrita! Pero no se hace tontos a Keira y a Alfred. Ellos tienen sus dudas y van a tratar de resolverlas. ¡Pobre Darragh! Está solo y no recuerda nada, ¿qué va a pasar con él? No se pierdan el siguiente capítulo y ahí trataremos de averiguarlo. Dejen sus comentarios y muchas gracias por leer.
Maria Decapitated
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