DOS
Keira Ackermann caminaba junto a Alfred Collingwood rumbo a la salida del campus. Ambos jóvenes reían lanzando carcajadas estridentes debido a un chiste que el joven Collingwood acababa de contar. Ella lo llevaba sujeto del brazo y Alfie, a su vez, cargaba la bolsa de la muchacha. Ellos dos eran muy buenos amigos desde la infancia y se llevaban de maravilla, había quienes los emparejaban, hasta les habían sugerido que en un futuro se casaran y formaran una familia. Sin embargo, ambos chicos reían y se rehusaban a aceptar tales cosas. ¡Sólo eran amigos y punto!
La voz de una chica los desvió de su camino, se trataba de Blake Reynolds, la novia de Alfie y la mejor amiga de Keira.
-¡Chicos! – Gritó y les hizo señas - ¡Por acá!
Keira y Alfred echaron a correr para encontrarse con la joven, quién les ofreció un par de barras de chocolate.
-¿Cómo te fue en el examen? – Preguntó Alfred abrazándola y besando su mejilla.
-No hice – Sonrió – Exenté la materia, me lo dijo el profesor ¡de último minuto!
-¡Pero si estudiaste toda la noche! – Murmuró Keira dándole un mordisco a su barra de chocolate – Además, estabas tan nerviosa porque temías no aprobar el parcial.
-Sí, lo sé, pero ¡tuve suerte! – Exclamó Blake - ¡Ya vámonos! Tengo hambre.
Keira se dio la vuelta para caminar junto a sus amigos, cuando sus ojos se encontraron con la limusina que pertenecía a su padre. La chica rodó los ojos y miró hacia otro lado, ¿qué estaba haciendo ahí su padre? Suspiró y continuó andando, fingiendo no haber visto nada.
-Oye, Keira – Dijo Alfred - ¿Qué esa no es la limusina de tu papá? – Preguntó señalando el vehículo.
-¡Aish! Sí – Bufó la joven - ¿Qué querrá? Mejor ya me voy, porque mi padre no sabe esperar. ¡Nos vemos mañana, chicos! - Dijo mientras se despedía de ellos con un beso en la mejilla.
El chofer de Hector bajó del vehículo al ver que la chica se acercaba y abrió la puerta para que subiera, haciéndole una inclinación de cabeza.
-¡Buenas tardes! – Sonrió la joven y subió al auto - ¡Hola papá! – Saludó sentándose junto al hombre y besando su mejilla - ¿Qué tal tu día?
-No muy bueno – Murmuró el hombre con el ceño fruncido – Pero ya lo arreglaré – Bufó.
-¿Okey? – Dijo la chica con una mueca de no comprender absolutamente nada.
-Por cierto – Continuó Hector – Tú y Alfred Collingwood son muy cercanos, ¿no es así?
-Sí, somos amigos desde la niñez – Exclamó - ¿Qué no te acuerdas?
-Sí, pero lo que quiero preguntarte es, ¿Alfred y tú son novios? ¿Te acuestas con él? – Preguntó Hector.
-¡Papá! – Gritó Keira horrorizada y avergonzada por esa pregunta - ¡Qué cosas dices! Por dios, ¡no! – Exclamó – Alfie y yo sólo somos amigos. Él tiene una novia, Blake Reynolds, ¿la recuerdas?
-¿Reynolds? – Preguntó el hombre – Hija de Balthazar Reynolds, ¿el de la cadena de comida chatarra?
-Sí, ella – Suspiró Keira - ¿Por qué me preguntas todas esas cosas? ¿Acaso no los conoces? ¿A qué se debe todo esto?
-Sabes que estamos pasando por una racha difícil – Suspiró Hector – Y que si no hacemos algo pronto, nos iremos a la quiebra – Exclamó mirando a su hija a los ojos y ella asintió – La única que puede salvarnos eres tú.
- ¿Yo? – Preguntó asombrada - ¿Por qué yo? ¿A qué te refieres, padre?
-Hoy por la mañana hablé con Garrett – Dijo Hector tomándola de las manos – Él está dispuesto a ayudarme. Pero la única condición es que te cases con su hijo mayor, Darragh.
Keira abrió los ojos y la boca. ¿De qué se trataba eso? ¿Era una broma? Volvió a mirar su padre, pero el hombre estaba muy serio y parecía sincero. ¡Entonces era cierto! Cerró los ojos y no dijo nada, sólo agachó la cabeza. ¿Darragh Collingwood? Se preguntó mientras reflexionaba, Él era un hombre muy guapo, inteligente, un as de los negocios. Pero también era un mujeriego descarado y que llevaba una vida de escándalo. Además de ser mayor que ella. ¿Qué pensaría él al respecto? Seguramente se iba a negar a esa unión, ¡ella solamente sería una niña a los ojos de ese hombre! Definitivamente el señor Collingwood estaba loco.
-¿Yo? – Volvió a preguntar la joven – No, no creo que sea una buena idea, padre – Exclamó – Puede haber otra manera, una alternativa diferente...
-¡Es una muy buena idea, hija! – Aclaró Hector con severidad – Esta unión nos haría más fuertes. Darragh es el heredero y además está forjando un nuevo imperio, ¡te conviene, Keira! – Murmuró el hombre mirándola a los ojos – Tendrían el matrimonio perfecto.
-¿Y si me niego? – Preguntó titubeando la joven - ¿Y si yo no quiero casarme aún? ¡Apenas comencé con mi carrera! Quiero graduarme, estudiar un postgrado, ¡trabajar! Quiero ayudarte con la empresa...
-Pues por eso, porque quieres ayudarme – dijo el hombre – Tienes que casarte con Darragh Collingwood – exclamó Hector – Piensa en tu madre, piensa en mí, ¿qué pasará si nos vamos a la ruina? Si eso sucede dejarás de estudiar para trabajar, ¡yo sé lo que te conviene! Así que ya no digas más, te casarás con Darragh y es mi última palabra. – terminó Hector Ackermann ante la mirada atónita de su hija.
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Una vez que su padre abandonó su oficina, Darragh se quedó pensativo durante unos momentos. ¡A él no le beneficiaba en nada una boda! Era todo lo contrario, ese acontecimiento iba a perjudicarlo. Él tenía demasiados planes por realizar, especialmente con su empresa.
Sterki Motorcycles era una joven empresa que había comenzado a ser reconocida por la calidad de sus vehículos. Hacía diez años que Darragh Collingwood y Greco Alessio comenzaron su aventura en el mundo de los negocios. Y gracias al buen manejo y a los grandes diseños de Darragh, Sterki Motorcycles había crecido como la espuma.
Darragh suspiró y tomó su teléfono celular para mirar con atención la fotografía de su "futura novia". Abrió el archivo que su padre le había enviado y miró la imagen. ¡Era una mujer muy hermosa! Fue lo primero que pensó al observarla. Darragh suspiró, ¡él no la recordaba así! En su memoria estaba grabada la imagen de una chiquilla rubia y flaca, además desdentada ya que estaba en la muda y toda llena de chocolate. Pero la última vez que él había visto a Keira Ackermann había sido hacía quince años atrás. Ahora esa imagen que tenía frente a él lo había inquietado un poco. ¡Ya no era una chiquilla! Era una mujer joven y sensual. Su cabello rubio caía en gráciles ondas sobre sus hombros. Su rostro era angelical, parecía una muñeca de porcelana. Labios gruesos y apetecibles, ojos verdes soñadores y una sonrisa inocente que a la vez incitaba al pecado. ¡Era una combinación peligrosa!
-¡Ay papá! – exclamó el hombre en voz baja - ¿En qué lío me metiste? – se preguntó e inmediatamente buscó el nombre de la chica en los contactos de facebook de su hermano Alfie.
No tuvo que buscar mucho, su hermano tenía miles de fotos con Keira y con su novia Blake. Esa chica a la que a él le parecía detestable y poca cosa para su hermano. Se puso a mirar como enajenado las fotos de Keira, sin percatarse que Greco Alessio, su socio había vuelto a entrar en su oficina y se encontraba detrás de él mirando con atención.
-¡Vaya! – exclamó Greco - ¡Tienes una Sugar Babe! – dijo entre risas – Haz cambiado a la vieja y fea bruja de Carmina por este pimpollo sensual. ¡Qué buen gusto tienes Darragh!
-¡Cállate idiota! – respondió Darragh con molestia – No tengo ninguna Sugar Babe y no he cambiado a nadie por nadie.
-¡Tranquilo, hermano! – exclamó Greco y se sentó frente a Darragh – Sólo que me llenó de curiosidad la manera en que mirabas la foto de esa jovencita, ¿te gusta?
-¡Qué va! – dijo Collingwood un poco molesto al verse parcialmente descubierto, ¡claro que le había gustado! – Sólo estaba viendo con atención a quién se convertirá en mi esposa.
-¿Tu esposa? – exclamó Alessio abriendo los ojos - ¿Te estás escuchando Darragh? ¡A mí no me vengas con esas bromas pesadas! – dijo el hombre – Eso de que tendrás una esposa que te lo crea tu abuela.
-¡Estoy hablando en serio! – Darragh golpeó con fuerza su escritorio – Esta vez no estoy jugando. Este asunto es serio, ¿por qué haría bromas? Tú conoces mi postura respecto al tema, ¡no creo en el matrimonio!
-¿Por qué cambiar de parecer de la noche a la mañana? – preguntó Greco – Eres de los pocos hombres que conozco que hace su voluntad y orillas a los demás a hacerla aunque no les parezca. Para mí que detrás de todo este lío hay un interés de por medio ¿o me equivoco?
-¡Claro que lo hay! – dijo Darragh – Hace un rato mi padre vino a verme, de hecho me interrumpió de un momento muy íntimo con Carmina. – exclamó y suspiró – Estuvimos hablando a cerca de Hector Ackermann.
-¿Qué tiene que ver ese viejo con que tú te cases?
-¡Qué voy a casarme con su única hija! – exclamó el rubio – De esta manera Ackerman Airlines se salvará de la ruina y tanto mi padre y yo seremos dueños de más de la mitad de las acciones de la misma. ¡Son sólo negocios!
-¿Y es así de fácil? – preguntó Greco arqueando las cejas – No creo que esa noticia le agrade a esa niña, ¿qué no es muy menor para ti? ¿No se trata de pedofilia? No quiero que te metas en problemas por este negocio, ¿me entiendes?
-¡No sé si sea fácil! – dijo Darragh Collingwood – Tampoco tengo idea de cómo lo va a tomar esa jovencita, ¡y no me interesa! – suspiró – Sólo es doce años menor que yo, así que no vamos a hacer nada que vaya en contra de la ley ni de las normas de moral. ¡Ya es toda una mujer!
-Pues no me agrada la idea – añadió su amigo – Así ganes los millones de dólares y Mercury Airlines se convierta en la número uno en su ramo. ¡Eso del matrimonio no es para ti! - Se quejó Greco - No te imagino casado y teniendo una vida tranquila, jugando con tus hijos y menos del brazo de tu linda y amorosa esposa. ¡Eso no va contigo!
-¿Y a ti en qué te afecta? – Preguntó Darragh - Sólo será un matrimonio por conveniencia, yo seguiré haciendo lo que me plazca, como hasta ahora – sonrió a medias - No tendremos intimidad y en caso de que tengamos que aparecer en público, fingiremos que somos felices.
-Es que no lo concibo – dijo Greco - ¡Pero allá tú! No vayas a hacer algo de lo que te arrepientas después.
-¿Y por qué tendría que arrepentirme? – Preguntó Darragh rascándose la barbilla – Negocios son negocios, ¡tú siempre lo dices! – Murmuró el hombre – Estuve analizando la situación, y continuaré con mi análisis. Porque lógicamente no voy a tomar una decisión así como así. Necesito reflexionar y pensarlo varias veces.
Greco miró al hombre y entrecerró los ojos mientras analizaba esa nueva situación que se le presentaba. ¡No podía permitir que Darragh se casara! A él no le convenía, ya que si su socio accedía a los caprichos del viejo Garrett, todos sus planes se vendrían abajo. Sobre todo el que tenía junto a Carmina Brülh.
-Pues yo te recomendaría que lo pensaras bien y primero conocieras a esa chica para saber si en realidad te conviene como esposa – Exclamó Greco.
-Eso es lo que pienso hacer – Comentó Darragh – Aunque mi padre me dijo unas cosas y pues supongo que puede tener razón – Sonrió de forma malévola – Me conviene tener una esposa joven y bonita ya que tarde o temprano, Carmina se va a poner más vieja y ella no me dará un heredero. ¡Sabes que debo tener un heredero en un lapso de diez años!
-¡Pero esas cosas para ti no eran importantes! – Gritó Greco, alterándose.
-Pues no veo por qué debas alterarte por ello – Se levantó Darragh de su asiento – Decía mi abuelo que los sabios suelen cambiar de opinión y ¡yo ya he cambiado de opinión! – Suspiró – Me voy a casar, tendré un heredero y haré lo que mi padre me dijo, me conviene, ¡lo sabes! – Exclamó con firmeza – Pero, ya no hablemos de estos asuntos que nada tienen que ver con nuestra empresa, ¿cómo va la nueva línea de motocicletas?
-Tu noviecita nos interrumpió – Murmuró Greco disimulando su frustración – Íbamos a ver un vídeo que nos mostraría detalladamente los nuevos lanzamientos...
-Prefiero verlos con mis propios ojos – Dijo haciendo una seña a Greco – Vamos a verlos a la planta. Me gusta revisar mis diseños antes de lanzarlos al mercado.
-¡Cómo tu digas! – respondió Greco levantando los hombros y haciendo una mueca de disgusto - ¡Vamos!
Los hombres salieron de la oficina y Darragh se despidió de su secretaria. La mujer pudo notar la molestia en el rostro de Alessio. Greco no estaba contento con la noticia que Darragh acababa de darle. ¡No le convenía que su amigo se casara! De hecho tenía que quitarlo del camino tan pronto como fuera posible y lo haría de la mano de Carmina Brülh.
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Keira entró en su casa y corrió escaleras arriba. Su madre, Tessa Ackermann la miró correr como rayo y escuchó que cerró su habitación de un portazo. Su marido entró detrás de su hija, el hombre parecía sereno y tranquilo. Hector se acercó a ella y le besó la mejilla.
-¿Qué le pasa a Keira? – Preguntó Tessa – Entró y no me saludó.
-Está molesta – Murmuró encogiéndose de hombros.
-¿Por qué? ¿Qué le dijiste o qué le hiciste?
-¡Yo que voy a saber! – Respondió – Esa niña caprichosa se enoja de todo. Ve y pregúntale tú a ver si te dice el motivo de su ira – Finalizó y se alejó de su esposa para entrar en la cocina.
Tessa subió las escaleras y caminó a prisa hasta la habitación de Keira, tocó varias veces la puerta sin recibir una respuesta así que decidió entrar y averiguar lo que sucedía con su hija única. Entró en la habitación y miró a la joven. Keira sollozaba sobre la cama, pero se quedó callada cuando escuchó que alguien había entrado en su alcoba.
-¿Qué te sucede mi niña? – Preguntó su madre abrazándola con fuerza - ¿Por qué lloras?
Keira abrazó a la mujer y siguió llorando desconsoladamente en los brazos de su madre. No sabía cómo decirle a su mamá lo que su padre le había mencionado camino a su casa. Estaba segura que su mamá estaba ajena a la situación. No quería armar un escándalo tampoco y, si le decía la verdad a Tessa, la mujer terminaría enfrentando a Hector y se haría un gran lío.
-Si te lo digo – respondió Keira con voz velada - ¿Me prometes no enojarte con papá?
-Dime qué fue lo que pasó – Exclamó su madre acariciando la rubia cabellera de su hija - ¡Por favor! – Guardó silencio y suspiró – Te lo prometo.
-Papá tiene planeado casarme con Darragh Collingwood, el hermano mayor de Alfie...
-¿Con quién? – Preguntó Tessa sin creerlo - ¡No, no es cierto! Con ese hombre no.
-Dice que es la única manera de salvar la aerolínea – Suspiró la chica – Parece que debido a malos manejos, Ackermann Airlines se irá la ruina. Pidió ayuda al señor Collingwood y él acepta ayudarlo siempre y cuando yo me case con su hijo mayor.
-¡Pero ese hombre no es bueno! – Dijo Tessa con molestia – No sería un buen esposo para ti. ¡Además tú eres muy joven! – Bufó y se puso de pie – Hablaré con tu padre.
-¡No lo hagas! – Gritó Keira – Por favor no le digas nada. No quiero que se moleste contigo y que también se enoje conmigo.
-¿Y qué piensas hacer entonces? – Preguntó su madre sentándose de nuevo.
-Casarme – Murmuró Keira con resignación – Me casaré con Darragh, pero antes hablaré con él. Yo pondré mis condiciones, porque creo que también tengo voz y voto, ¡no soy un objeto! - Dijo la chica levantando la voz - Y el hecho de ser joven no quiere decir que sea una tonta o ignorante – Y se limpió las lágrimas – Pero aún falta conocer la respuesta de Darragh, dudo que acepte, así que van a tener que buscar otra solución.
-Espero que ese hombre se niegue – Sonrió Tessa y abrazó a su hija – No quiero que seas infeliz.
-Aunque.... – Sonrió – No creo que él sea tan malo, mamá. Si es como Alfie lo describe, estoy segura que es un buen hombre, además de guapo. Alfred habla maravillas de él. Es posible que hablando y dialogando, ambos lleguemos a un acuerdo al respecto.
-Ojalá, hija – Dijo su madre y la besó en la frente – Ahora vamos a que comas algo y, ya tendremos la oportunidad de discutir esto con tu padre. De mi parte, tienes todo mi apoyo.
-Gracias mamá, ¡te quiero! – Sonrió Keira y se levantó de la cama para salir de su alcoba junto a su madre.
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¡Bueno, bueno! Nos hemos dado cuenta que Greco no tiene buenas intenciones para con Darragh, a quién por cierto, no le pareció del todo indiferente la imagen de Keira y ha accedido de buena gana a casarse con ella. ¿Cómo lo va a tomar Carmina? Recuerden que ella es cómplice de Greco. Después conoceremos sus sucias intenciones. ¿Qué les pareció? Espero sus comentarios y gracias por leer.
Maria Decapitated
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