Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CUATRO

-¡Keira! – Exclamó Blake mirando a la rubia que se encontraba en posición de flor de loto sobre la cama, con la vista fija en el ordenador - ¡Keira! – Repitió – Mujer, ¿me estás escuchando? – Preguntó acercándose a su amiga y dándole tres golpecitos en su hombro.

La rubia se estremeció y regresó a la realidad. ¡Blake le estaba hablando!

-¡Perdón! – Gimió Keira – Disculpa, pero no te estaba escuchando, ¿qué me decías?

-Eso se nota – rió Blake – Te comentaba que estaba pensando pasar el fin de semana a solas con Alfie... ¡pero creo que mejor hablamos de lo que te acontece! – Exclamó poniéndose seria - ¿A qué se debe esa actitud tuya? Generalmente eres muy risueña y parlanchina...

-Lo que pasa es que ayer tuve una charla con mi padre y la noticia que me dio me cayó como balde de agua helada – Dijo Keira haciendo la laptop a un lado.

-¿Y qué te dijo tu papá? – Preguntó su amiga con mucha curiosidad.

-Primero me habló de la situación de la aerolínea – Suspiró Keira – No es muy buena que digamos – Murmuró – Su estabilidad pende de un hilo y papá pidió ayuda a los Collingwood...

-¿A los Collingwood? – Preguntó Blake y Keira asintió – Comprendo tu preocupación, sé que no es fácil por lo que estás pasando... ¿Ellos aceptaron?

-Sí, el señor Garrett accedió ayudar a mi padre y han decidido fusionar las empresas – Suspiró Keira – Sin embargo, el señor Collingwood puso una condición.

-¿Cuál?

-Aceptará fusionar ambas empresas sólo sí yo me convierto en la esposa de su hijo mayor....

-¿Darragh? – Preguntó Blake con la boca abierta - ¡No es cierto! No, no... ¿en serio?

-¡Con él mismo! – Respondió Keira.

-¡Darragh Collingwood es un sueño! – Gimió Blake – Es uno de los hombres más sexys del país, el soltero más cotizado y el hombre mejor vestido – Continuó la castaña – Además de estar entre los diez hombres más guapos del mundo.

-¡Ay ya lo sé! – Sonrió Keira mirando el ordenador – Estuve "googleandolo" y me encontré estas nuevas fotografías – Suspiró la rubia.

Los ojos de Keira se posaron en una de las fotos que estaban en la pantalla y dejó escapar un largo suspiro. Blake tenía razón al decir que Darragh era un sueño, se veía precioso en esas fotografías, luciendo un impecable traje en color negro hecho a la medida. El cuerpo del hombre era esbelto y atlético. Ancho de espaldas, brazos fuertes, manos grandes, cintura estrecha... Keira continuó observando, centrándose ahora en el rostro del hombre. ¡Era bellísimo! Sus ojos de expresión severa eran de un tono azul verde, pestañas tupidas pero pequeñas, nariz recta, mentón afilado y perfectamente afeitado. Volvió a suspirar y sonrió: ¡siempre perfecto, siempre insuperable!

-Volviste a quedarte embobada en la computadora mirando las fotos de Darragh – Se rió Blake - ¿Entonces estás de acuerdo conmigo?

-Claro, ¿quién no estaría de acuerdo? – Dijo Keira – El hombre es bastante atractivo e imponente, pero... - Se detuvo y bajó la pantalla del ordenador – No lo sé, tengo miles de dudas al respecto, ¡no lo conozco! Podrá ser un sueño pero, ¿qué tal si la realidad es otra? Quizá vivir a su lado sea un infierno, ¡independientemente de lo que diga Alfie!

-¡No creo que sea tan malo! – exclamó Blake – Si se ve enérgico, aunque dice mi papá que es un libertino. – dijo la chica – Dicen que tiene muchas amantes y que su favorita es Carmina Brülh, una mujer que solía ganarse la vida desnudándose en un cabaret.

-Lo he visto en algunas fotos junto a ella – murmuró Keira - ¡Pero no sé! Me gustaría tener una charla con él, salir algunas veces para conocerlo y al menos ser amigos.

-¿Piensas casarte con él? – preguntó su amiga arqueando las cejas – No te veo muy convencida.

-¡No tengo otra alternativa! – respondió la rubia – He estado pensando mucho en el asunto y creo que es la única opción para poder salir de esta mala racha. No quiero que papá pierda lo que con mucho esfuerzo logró en todos estos años de trabajo. ¡No sería justo para él! Pero ¿sabes? Me aterra la idea de casarme con un desconocido.

-¿Por qué no lo llamas? – preguntó su amiga – Le podemos decir a Alfie que nos pase su número y lo invitas a salir.

-¡Es una muy buena idea! – respondió Keira – Llamaré a Alfie y le pediré el número de su hermano.

Blake asintió y aplaudió con entusiasmo. Keira tomó su teléfono y marcó el número de Alfred, quién le respondió con entusiasmo.

-¡Hola! – dijo el chico - ¿Cómo estás?

-Muy bien, gracias – Respondió Keira – Ahora mismo estoy en casa de Blake.

-¡Malvadas! ¿Por qué no me invitaron?

-Porque era tarde de chicas – Se rió Keira – Por cierto, te llamo para pedirte un favor.

-¿De qué se trata? – Preguntó Alfred con interés.

-No sé si ya te hayan hablado de...

-Tú boda con mi hermano Darragh – Bufó el chico – Él me lo dijo y no estoy de acuerdo...

-Yo tampoco estoy de acuerdo – Murmuró Keira con un poco de tristeza – Pero intentaré que sea sólo hasta que mi padre se salve de la ruina – Dijo con decisión – Tengo algunos planes y me gustaría hablar con tu hermano antes de llevar a cabo este enlace. ¡Seguramente me escuchará! – Rió – Después hablaré con ustedes para darles todos los detalles.

-¡Perfecto! – Exclamó el joven - Y ¿qué puedo hacer yo para ayudar? – Preguntó Alfred – Te escucho entusiasmada, Darragh es sensato y creo que también propondrá algo. Por el bien de ambos.

-¿Me podrías dar su número de móvil? – Preguntó Keira - ¡Por favor! Sé que es personal pero...

-De acuerdo – La interrumpió su amigo – Te pasaré su número personal.

Keira anotó el número de Darragh, le agradeció a su amigo y colgó. Suspiró y comenzó a guardar sus cosas. Si iba a hablar con Darragh, lo haría en privado, así que se despidió de Blake, prometiéndole que luego le daría todos los pormenores de esa charla. Al llegar a su casa, Keira entró en su alcoba y cerró la puerta con llave, no quería que nadie la escuchara hablar, pero si iban a casarla con un desconocido, sería bajo sus propias condiciones. Miró el reloj y oró para que no interrumpiera al hombre de sus múltiples ocupaciones. Inhaló y exhaló antes de decidirse a marcar el número.

::::::

Darragh se encontraba terminando de firmar unos documentos y de revisar la campaña publicitaria de su nueva línea de motocicletas. Estaba de buen humor y muy satisfecho, lógicamente, todo se lo debía a Carmina. Le echó un ojo a su elegante reloj de pulsera y se estiró antes de levantarse de su asiento. Iría a almorzar algo y después... Su teléfono vibró y de inmediato lo tomó. Se trataba de un número desconocido y él, por lo general, no tomaba llamadas de números desconocidos, sin embargo, ganó su curiosidad.

-¿Diga? – Preguntó el hombre con voz firme.

Keira lo escuchó del otro lado de la línea y de pronto se quedó muda. Todo su aplomo se había venido abajo. ¿Qué acababa de hacer? ¿Qué demonios iba a decirle? ¿Acaso se había vuelto loca? Intentó hablar, pero las palabras se atoraron en su garganta. ¡No debía ser tan impulsiva! Debió esperar a que su padre se hiciera cargo de organizar una reunión entre ellos dos. Suspiró con sonoridad antes de intentar hablar.

-¿Hay alguien en la línea? – Preguntó Darragh con molestia – Mire que si se trata de una broma o de un....

-Por favor – Se escuchó una voz suave y cantarina – No se moleste, señor Collingwood – Murmuró Keira – Le pido disculpas por interrumpirlo y ser inoportuna... ¡Soy Keira Ackermann!

-¿Quién? – Preguntó Darragh un poco sorprendido. Realmente no esperaba que esa chica lo llamara. De hecho, esperaba el primer movimiento de parte de Hector. Pero de Keira, jamás - ¿Cómo conseguiste este número?

-Quizá esta no fue la mejor manera de tener un acercamiento – Exclamó Keira recobrando su aplomo – Se lo pedí a su hermano Alfred, ¡por favor no se moleste con él! – Le suplicó – Pero necesito hablar con usted.

-¿Sobre qué? Señorita Ackermann – Preguntó Darragh cada vez más interesado y fascinado por la voz de esa chica.

-Sobre nuestro... ¿cómo decirlo? – Titubeó Keira - ¿Nuestro matrimonio?

-¿Y qué quiere decir al respecto? – Exclamó Darragh – Yo no tengo nada que decir...

-¡Pues yo sí! – Dijo la rubia con firmeza - ¡Necesito hablar sobre esto! – Suspiró – Pero no a través de una llamada telefónica. Deseo verlo en persona, ¡hablar cara a cara!

De nuevo, Darragh se sorprendió ante la seguridad de la chica. Comenzaba a parecerle interesante, aunque de inmediato desechó ese pensamiento. ¡Sólo era una chiquilla! No podía tener nada de extraordinario.

-¿Te parece si vamos a almorzar?

-¿A-ahora mismo? – Preguntó Keira.

-¿Por qué no? – Respondió Darragh – Has despertado mi interés y quiero escucharte.

-¿En dónde nos vemos? – Dijo Keira con un hilo de voz.

Darragh dio los datos de un elegante restaurante y la hora en la que deberían verse. Keira anotó los datos y pegó un grito luego de colgar. Sólo contaba con cuarenta minutos. Así que entró en la ducha y se bañó lo más aprisa que pudo. Buscó un vestido en su armario y se lo puso, así como unas zapatillas de tacón. Decidió no usar maquillaje y arregló su cabello lo mejor que pudo, tomó su bolso y salió, no sin antes de 'bañarse' con su perfume favorito.

::::::

Darragh miró por enésima vez el reloj, no porque fuera tarde, sino porque estaba ansioso por reunirse con Keira. Le parecía raro sentirse así, incluso estaba nervioso y él no era de los tipos que se ponían nerviosos. Pero esa chica le provocaba actuar de una manera distinta, negó con la cabeza y bebió un sorbo de vino antes de levantar la cabeza y mirar hacia la entrada del restaurante.

¡Ahí estaba Keira! Luciendo radiante y encantadora. Su cabello rubio brillaba bajo la luz del sol de esa tarde, parecía un ángel con ese vestido de encaje azul cielo y unas zapatillas de tacón de encaje a juego con el atuendo. ¡La chica tenía clase! Se le notaba mientras caminaba erguida detrás del anfitrión que la conducía hasta la mesa donde se encontraba Darragh. Él la miró fijamente y se puso de pie al verla acercarse, repasando sus delicadas curvas.

El corazón de Keira latió a toda prisa al mirar a Darragh Collingwood, él se veía soberbio, vistiendo todo de negro, su cabello bien recortado estaba peinado hacia un lado y cuidadosamente engominado. Sus ojos brillaron al verla y en sus labios gruesos y carnosos se dibujó una sonrisa seductora. A Keira le temblaron las piernas e intentó ocultar su nerviosismo. Pero le fue imposible, ella era una mujer pequeña, que apenas llegaba al metro con cincuenta y cinco centímetros. Darragh tampoco era muy alto, pero a su lado, ¡él era enorme!

-¡Buenas tardes, señor Collingwood! – Saludó Keira con un timbre de voz que a ella le pareció horrendo y chillón, como de ratón – Perdón por hacerlo esperar.

-¡Buenas tardes, señorita Ackermann! – Respondió Darragh tomando la mano que la chica le había tendido - ¿O debo llamarte Keira? – Preguntó mientras acomodaba la silla para que la joven tomara asiento.

-Gracias – Murmuró la joven – Por favor, llámeme Keira.

-Entonces no me hables de usted – Respondió Darragh – Debemos tenernos confianza, ¿no lo crees? – Preguntó el hombre sin despegar sus ojos de los de la chica.

Keira se puso colorada y asintió. Sus manos estaban frías y sudaban. La sola cercanía del hombre la ponía a temblar. Darragh poseía esa cualidad de fascinar e intimidar a todo el mundo. Ahora se daba cuenta del porqué triunfaba y porque era uno de los hombres más deseados de toda Inglaterra y el mundo.

-Ordenaremos primero y mientras comemos podemos hablar – Dijo Darragh mirando la carta - ¿Te parece bien?

-Sí – Exclamó Keira.

El hombre llamó al mesero y ambos ordenaron el almuerzo. Keira estaba callada y ausente, a pesar de ser muy parlanchina y de acaparar siempre la atención de todos y posesionarse de las pláticas, esta vez era diferente. No sabía que decir, ni cómo actuar delante de ese hombre.

-Estás muy seria – Comentó Darragh – Y tengo entendido que deseabas hablar conmigo – Sonrió el hombre.

-Es que de pronto no supe que decir – Sonrió la joven – Pero creo que tienes razón, quiero hablar contigo – Murmuró – Sé que no nos conocemos y que aún no se ha hablado de nuestro matrimonio como un hecho – Continuó Keira – Pero antes de que nuestros padres digan algo al respecto, me gustaría que nos conociéramos y fuéramos amigos. Que al menos, mientras dure nuestra ¿unión? Tú y yo nos lleváramos bien y...

-¡Eso es interesante! – Comentó Darragh esbozando una sonrisa sarcástica - ¿Tú y yo amigos? ¡No, por favor! Yo no puedo ser amigo de una mocosa.

Keira se puso tensa y se le borró la sonrisa del rostro para dar paso a una mueca de sorpresa. No esperaba esa respuesta, había pensado que ese hombre reaccionaría de una forma más razonable.

-Pero... ¿por qué? – Preguntó Keira – Yo tenía pensado que quizá podíamos tratar de llevarnos bien, que, aunque nuestro matrimonio haya sido algo arreglado, ¡hubiera armonía! No vernos como enemigos, dar la imagen de que realmente somos un buen matrimonio y...

-¡Por favor, niña! – Comentó Darragh lanzando una carcajada – Tus comentarios son muy divertidos, ¡realmente eres ilusa! ¿Crees que yo estaré contigo bajo el mismo techo? – Exclamó poniéndose serio – Si acepté casarme contigo fue únicamente por dinero y nada más. Mi padre y yo nos haremos cargo de la fusión, manejaremos la aerolínea a nuestro antojo y la sacaremos de su mala racha. Tanto tu padre cómo tú sólo mirarán cómo la empresa crece y evoluciona y ¡claro! Van a recibir su parte, ¡son sólo negocios! Nada de amistades tontas ni apariencias estúpidas. ¡Yo llevaré mi vida como hasta ahora! Y tú vas a desempeñar tu papel de esposa buena, pura e inocente.

-¡Qué decepción! – Exclamó Keira llena de coraje - ¡Y yo que creí que eras un hombre diferente! Alguien razonable que buscaba el bienestar de ambas partes, ¡pero ya veo que no! Y qué lástima me das, Darragh Collingwood. Ahora me doy cuenta que sólo eres un pobre hombre miserable y solitario – Dijo la chica poniéndose de pie – Hablaré con mi padre respecto a esto y buscaremos una manera de salir adelante por nuestra cuenta, sin necesidad de recurrir a este tipo de teatros, como tú lo dices, estúpidos y sin sentido – Suspiró – No puedo decir que fue un gusto conocerlo, señor Collingwood. Gracias por el almuerzo... ¡adiós!

Keira dio media vuelta y salió hecha una furia del restaurante, ¿qué se creía ese idiota? O más bien dicho, ¿qué fue lo que creyó ella? Darragh era arrogante, egoísta, frío y sin sentimientos, además de calculador, presumido e interesado. Tenía que encontrar otra solución, no sabía cómo, ¡pero lo intentaría! Ella no iba a casarse con ese patán.

La chica caminó a toda prisa. Buscó un transporte con la mirada y levantó su brazo para detenerlo, sin embargo, el brazo firme de Darragh la sostuvo por la cintura y la apretó contra su cuerpo.

-¡Suéltame, imbécil! – Dijo Keira con furia - ¿Qué no oyes? ¡Te he dicho que me sueltes!

-¡Tranquila! – Sonrió Darragh – No tienes porque alterarte. ¿Qué te parece si vamos a mi oficina y hablamos con más tranquilidad?

-¡Olvídalo! – Exclamó la rubia – Yo no iré a ningún lado contigo. Ya escuché todo lo que tenía que escuchar y dije todo lo que tenía que decir. Puedes decirle a tu padre que no se haga ilusiones...

-¿Mi padre? – Se rió Darragh - ¡Pero si fue tu padre quién propuso este negocio! Mi padre sólo pretendía comprar la empresa, pero tú, niña – Dijo mirándola fijamente - ¡Sólo eres el comodín de Hector!

Keira lo miró con rabia, mientras que un par de lágrimas resbalaban por sus mejillas. ¡Debió haber esperado! ¿Por qué tenía que ser tan impulsiva? Hizo un enorme esfuerzo por soltarse y se limpió los ojos con violencia. No quería que ese tipo la viera llorar, no quería que ese tipo viera que podía ser frágil. Lo empujó con brutalidad y se dio la vuelta para alejarse de él. Los brazos de ese hombre eran peligrosos ya que por un instante deseó que él volviera a abrazarla y la besara con pasión.

-¿A dónde vas? – Preguntó Darragh caminando tras Keira.

-¡Qué te importa! – Gritó la chica echándose correr.

¡Tenía razón su hermano! Keira era una fiera y eso le estaba gustando, el jueguito de la chica era divertido. Aunque no estaba seguro si se trataba de un juego. Parecía que esa muñeca no iba a sucumbir ante sus encantos y eso también era un reto para él.

Keira corría sin mirar atrás, deseando desaparecer de la vista de ese hombre y no volver a verlo nunca. En ese momento, su tacón se atoró en una grieta de la acera y la chica gritó, pues estaba a punto de caerse.

Los fuertes brazos de Darragh Collingwood detuvieron su caída. Ella se aferró al cuerpo del hombre y apretó los ojos. La mano de Darragh acarició su rostro y Keira levantó su cara y abrió sus ojos para mirarlo. Darragh la contemplaba fascinado, sin dejar de acariciarla. Ella cayó en el embrujo de esos bellos ojos y sin esperarlo, los labios de Darragh rozaron los suyos.

::::::

Se gustaron, es obvio, sólo que Darragh es untipo difícil y calculador, sin embargo, Keira lo ha descontrolado. Aunque meimagino que él no reconocerá que ella le fascina. ¿Qué les pareció estecapítulo? Dejen sus comentarios y gracias por leer. Actualizaré esta historia hasta el dos de Enero, así que no se desesperen por la continuación. A partir de ese día volveremos a las actualizaciones los días lunes y miércoles. Gracias por su comprensión.
Maria Decapitated
    

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro