siete
Rosé salia de su clase cuando la vi en el pasillo, me acerque a ella rápidamente con una sonrisa en mi rostro. Al notarme me imitó, recibiendome en sus musculosos brazos, quiero morderlo hasta no dar más.
— ¿Vienes a casa hoy? — pregunté.
— Lo siento, pero tengo que estudiar... — eso no me agrado, y ella lo noto tan rápido que no hubo necesidad de que diga algo — pero tranquila, el viernes podremos vernos. — hoy es lunes, ¿podré esperar tanto? bufé, asintiendo — Gracias por entender, eres la mejor novia que puede haber.— beso calidamente mis labios para asi darme la espalda — ¡Te compraré algo lindo hasta entonces! — agite mi mano despidiéndola.
Mierda, Roseanne, ¿sera que de verdad me ocultas algo?
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