Era guapo, alto, un cabello cortado como tazón casi liso de un color castaño claro, sus ojos eran lo que más llamaba su atención y no por su peculiar gama de tonalidades.

Estaban vacíos.

Su mirada estaba completamente vacía.

Todo él era un cascarón de mentiras y falsedades.

Le encanto.

Porque aun que se esforzará en decirlo, Cirrus no era diferente a él.

—encantada de conocerte, soy Jisu Kim—su madre tomo la iniciativa, con esa sonrisa cariñosa ensayada, le tendio su mano simulando alegria—tu debes ser Cirrus ¿verdad?

Esos ojos vacíos solo fueron al dedo anular de su madre donde descansaba el anillo que el idiota mayor le dio, observo como cautelosamente se fijo en su padre de reojo para dar una reverencia respetuosa, saludandola de forma corteza sin tener contacto físico que estaba seguro que le repuganaba.

—¿ya nos vamos?—el padre indiferente se acerco a su mujer, viendo de ella a su hijastro con una sonrisa tenue pero lo suficientemente brillante para perturbar a su hijo de sangre, lo notaba.

—Oh espera, cariño, no seas tímido—su madre hizo una seña elegante llamándolo a su lado, copiando su sonrisa y falsa timidez se coloco allí—preséntate, después de todo, desde ahora serán hermanos

Mírame, niño rico.

Mírame y ámame porque atraves de mi tendrás migajas del amor de tu padre.

—soy Jun Kim, espero podamos llevarnos bien, hermano mayor

—¿escuchaste, Cirrus? Debes cuidar de tu hermano menor

Kang le acaricio el cabello con genuino cariño, no a su hijo, a su hijastro ante la mirada impresionada de su hijo que apretaba sus puños hasta sentir las uñas clavarse en sus palmas.

Jun sabía lo que pasaba por esa pequeña cabeza, "en sus anteriores matrimonios no hizo eso ni tampoco hubo otro hijo"

Oh vamos, ese chico era tan predecible.

Lo estaba notando, algo era diferente a las anteriores mujeres de su padre, Jun podía asegurar que su madre se encargo de eso y claro, él le ayudó un poco porque ¿qué mejor que jugar a la casita feliz con un hombre que odiaba a su propio hijo de sangre? Y más cuando deseaba desesperadamente una retención, una familia.

Cirrus mostró sus dientes como una bestia herida, retuvo el impulso de reír, nisquiera pudo quebrantar el temple de su madre.

No era necesario desperdiciar saliva en este niño cuando su madre tenía a Baek Kang tan idiotizado por ella.

Como era de esperarse, los Kim se hicieron lugar en la mansión, pronto los cambios se notaron con las remodalaciones habiendo más de una confrontación por parte de Cirrus y de su madre ¿qué hay de él? Bueno, se ocupaba de su pequeño papel de hermano menor. Apreciaba las miradas de odio y asco que el Baek menor le ofrecía cada vez que se topaban en los pasillos, la bestia sólo ladraba hasta que llegó ese día.

La única cosa buena de Cirrus era esa bonita perra, siempre quiso una mascota de niño pero no podia tenerla porque solían moverse de un lado a otro para vivir, además de que a su madre realmente no le gustaban los animales.

Era linda, Candy era una chica buena como para que Cirrus la mantuviera encerrada todo el día.

Fue idiota, lo sabía.

Abrió la puerta encontrándose con la pequeña perrita recostada en el piso, tan aburrida como supuso.

—hey Candy—silvo bajo llamando su atención, acaricio su suave y hermoso pelaje azucarado—¿no te cansas de estar encerrada aquí todo el día? ¿Te gustaría salir a trotar conmigo?

Recibió un ladrido en respuesta y eso fue suficiente para ir a buscar la correa y lo que sea que tuviera que llevar.

—¿donde deja el idiota las bolsas para la popó?—murmuró en voz baja sin percatarse como la puerta volvía a abrirse detrás de él—Mmm parece que tendremos que pasar por una veterinaria, Ca‐

—¿qué mierda haces en mi habitación?

Se giro sobresaltado, pronto puso una sonrisa y rostro sumiso ocultando la oscuridad en su mirada.

—¡hermano mayor! Llegaste temprano a casa hoy ¿has saludado a madre? ¿Sabes? hoy escuche que vien--

No pudo terminar de hablar cuando fue fuertemente golpeado contra la pared, siseo adolorido, su cabeza había hecho un ruido demasiado fuerte como para que el dolor fuera efímero.

Mantén la calma.

—¿hermano mayor?—su noto era asustadizo, mirando fijamente al castaño que irradiaba ira bruta.

—¡cállate! ¡¿qué le hiciste a Candy?!—lo azotó nuevamente, su cabeza comenzaba a pitar.

Sé inteligente.

—¡hermano mayor, para por favor!—sollozo—¡me duele la cabeza!

—¡cállate, mierda!

Una patada en el estómago le quito el aire, cayendo de rodillas, no pudo nisiquiera lamentarse cuando fue tomado por sus cabellos sacandole gemidos adoloridos.

—¡hermano, juro que no hice nada!

—¡no te creo, puto bastardo de mierda!

Cuando Cirrus iba a golpear su rostro, repleto de lágrimas y unos hilos de sangre cayendo desde su cabeza, un golpe lo mando lejos de él. Jun apoyo su frente contra el frío suelo, con sus manos tomando su estómago mientras su cuerpo tenía espasmos por su llanto silencioso.

Ah, desde cualquier posición Jun Kim lloraba por la golpiza que su "hermano mayor" le propinó, a los ojos de su madre que se acerco preocupada por su único hijo, podía distinguir la risa que intentaba pasar por llanto.

El orgullo fue rebosante.

—¡¿como te atreves a golpear a tu hermano menor?!—un golpe—¡¿qué mierda te dije que hicieras?!—otro más —¡¿eh?! ¡¿Acaso eres idiota?!

Cirrus nisiquiera podía reaccionar.

¿En que momento llego su padre?

—¡papá, por favor pará!—se paro a duras penas con ayuda de su madre—solo es un mal entendido, Cirrus entendió mal

Kang miro a su hijo, los pequeños ojos grices iguales a los de su madre repletos de lagrimas que se esforzaba en no soltar, sorbiendo su nariz.

—¿entendió mal?—el tono fue suave, diferente a cuando se dirigía a su verdadero hijo.

—él no sabía que me dejaste salir a pasear con Candy, creyó que le iba a hacer algo—lagrimeo entristecido.

—¿como podrías hacerle algo? Eres un algodón de azúcar—su ceño se frunció viendo la sangre deslizarse por el rostro de Jun—vamos, hay que llevarte al hospital ¿como es que estás de pie? Ven, apoyate en tu padre para caminar

Ah.

Él no sólo había reemplazado a su madre.

Incluso llego a desear un siguiente golpe con tal de que su padre volviera a prestarle una mínima atención, era absurdo.

Jun no planeo esto ¿Sabía que Kang estaría en casa hoy? Sí, se lo había dicho en una llamada en la mañana. Fue espontaneo, le pidió permiso para pasear a Candy a sabiendas que Cirrus le daría una dura negativa, lo que no tenía previsto es que su hermanastro llegara temprano de la escuela pero fue rapido en sacar provecho de la situación, tal y como le había enseñado su madre.

No desperdicio la oportunidad de demostrar su superioridad.

Para que Cirrus pudiera vivir cómodamente, con la soga asfixiante de las manos de Jun en su cuello, debia obtener la gracia de Jun Kim.

Si Cirrus quería respirar en esta casa, debia arrebatar el suspiro de los labios de Jun, absorber el aire en sus pulmones colorando como el cielo aquella tormenta viva.

Si Cirrus lo deseaba, si quería la comodidad y el cariño debia darle todo lo que tenia a Jun Kim, y solo así cuando el hijo postizo saciará su sed podría succionar las pocas gotas que caían de él.

De forma lamentablemente y patética.

Se negaba a ceder.

Siempre impertinente, no importaban los esfuerzos de Jun, Cirrus no se doblegó hasta que escucho los sabios consejos de su madre.

"¿Y si te metes desnudo en su cama? No te ve como un hermano, te ve como un hombre"

Baek Cirrus fallo a su palabra, porque terminó bebiendo cada gota chorreante del esbelto cuerpo de su hermanito, gustoso de las tersas piernas aferrándose a sus hombros, los labios robandole el aire retenido, volviéndose el hijo de sangre un monstruo insaciable.

A fin de cuentas, Jun Kim logró su cometido.

Tomo todo de él.