Observo con cautela su propio reflejo, por suerte era una pequeña copia de su madre, tan hermoso como ella y su propia sensualidad distinguida. Aun así no estaba mal ser preventivo, destacar y caer en ojos buenos, ser deseado, adorado, ser amado era su objetivo de cada día.

Las personas eran fáciles de engañar, las palabras bonitas con gestos mínimos de gran "esfuerzo" eran valorizadas enormemente atrayendo innumerables beneficios, pero el más grande de ellos, al único que buscaba con anhelo y paciencia estaba fuera de sus manos.

Era tarde, 07:40, Cirrus ya debía estar saliendo de casa por lo que había perdido la oportunidad de invitarlo a desayunar y dentro de poco debia recibir la llamada de Kang.

Bajo las escaleras con tranquilidad, su madre era la única en casa además de las empleadas que su padrastro contrato para rellenar su ausencia.

—querido, te ves esplendido hoy—su madre como siempre lo recibió con un cumplido, elevando la copa en su dirección a modo de saludo. Analizo la mesa con el desayuno servido, solo dos platos y el vino de su madre provocandole un suspiro exasperante.

—¿tan temprano y ya bebiendo?

—¿es tan malo?

—solo me preocupo por mi querida madre—se sento a su lado sonriendole a la empleada cercana—además de que sabes que sólo lo irritas y eso me perjudica a mi

—aun no entiendo porque quieres llevarte bien con ese muchacho cuando solo podrías ocupar su lugar, Kang te quiere como si fueras su sangre—murmuró en su oido dejándose caer en el hombro de su hijo.

—es porque limitas tu pensamiento, madre pero tranquila, yo ampliare el campo por los dos

Jisu solo rio tomando otro sorbo de vino, comiendo en silencio hasta que se hizo la hora de ir a la preparatoria.

—suerte—canturreo su madre sin especificar para que, para las sirvientas que veían con ternura no era más que una madre deseándole un buen día a su hijo pero para madre e hijo, era tanto una burla como un aliento a un plan obsesivo.

No iba a la misma escuela de Cirrus, si lo hiciera defitivamente él lo odiaría aún más. Se conformaba con estar cerca y que él lo pasara a buscar como Kang lo había ordenado, camino a la escuela hablo con el susodicho cortando cuando sus pies pisaron la institución prometiendo llamar antes de dormir.

Bufo guardando el teléfono, cuando su madre estaba conociendo a Kang su patrón de conquista fue modificado al enterarse que el hombre tenía un hijo, de esa forma planeo acercamientos de su parte con su futuro padrastro ganándose su cariño y su simpatía al ser similar a Jisu.

Ganar el corazón de un hombre consumido por el dolor y el odio fue fácil para la pequeña familia Kim, el verdadero reto era conservarlo todo teniendo un obstáculo como Cirrus con una mentalidad tan psicótica como la suya, aun si su madre subestimaba a su hijastro él no cometería semejante error sabiendo el odio que el chico cultivo estos últimos años, su madre afirmaba que sus esfuerzos serían inútiles por la terquedad de Cirrus. A pesar de sus pensamientos, lo animaba a seguir adelante con sus planes.

El día paso tensamente como todos los días desde que se instalaron con los Baek, al salir de la escuela mientras hablaba con sus amigos pudo distinguir fácilmente a Cirrus entre la multitud de estudiantes, su uniforme destacaba entre la marea carmin, eso y porque se confino a si mismo en una esquina de la salida.

—tu hermano me da miedo

Vio de reojo a su amigo, no podía culparlo, Cirrus nunca se mostraba gentil ni amable cuando venia a buscarlo. Tenía una expresión de molestia absoluta por estar obligado a escoltarlo a casa.

—te prometo que es mejor de lo que parece—le sonrió sin apartar la mirada de su hermanastro que por fin lo ubico con su ceño fruncido a lo lejos.

—a mi me parece lindo

—Miu, a ti todos te parecen lindos—bufo Don burlándose de su amiga, Jun se limito a reír, ocultando su molestia despidiéndose con un simple ademán.

No solía juntar a sus amigos con su familia y no comenzaría a hacerlo ahora.

Silenciosamente trazo una línea entre su vida social y su vida familiar, lo poco que sus amigos conocían de su vida hogareña era el nombre de su madre.

—¡hermano!—dio su mejor sonrisa al castaño, llegando a sus ojos que destacaban en un brilloso anhelo asqueando al mayor.

—vamonos

Le contesto, era un avance.

Camino al lado tratando de mantener su paso apresurado, comenzando su rutina para meterse en la piel de Baek Cirrus.

—¿como fue tu día?

—aburrido

Lejos de desanimarse con su corta y fría respuesta, siguió con la conversación como si de le hubiera preguntado lo mismo.

—yo tuve un examen sorpresa, me fue bastante bien, quede en el primer puesto de nuevo... —se quedo en silencio esperando algún tipo de felicitacion, al no oírla simplemente siguió hablando sin inmutarse ante su falta de interés—pronto tendré que hacer un informe acerca de-

—¿cuantas veces tengo decirte que no me interesa ni tu vida ni tu existencia para que dejes de contarme cosas que no me interesa oír?—los pesados ojos de Cirrus se fijaron en los suyos, analizandolo de pies a cabeza buscando una imperfeccion, un error que pudiera explotar para desbordarlo y así llevarlo a su ruina.

Él era realmente una cosita tierna ¿cierto? Creyendo que podría sacarlo del juego con un asunto tan trivial.

La expresión imperturbable de Jun se mantuvo sonriente, con ese brillo jovial que encantilaba a cualquiera pero Cirrus no era cualquiera y jamás lo seria, estaba lejos de serlo, de otro modo jamás se hubiera interesado en él. Todo lo que provocaba en él era irritación, sus insistencias solo lo sacaban de quicio, de una forma u otra Cirrus terminaba por acostumbrarse a él, de a poco lograba una tolerancia mayor.

Cirrus detestaba esa condescendencia, tan propia de los Kim, el pequeño siendo una copia de aquella a la que llamaba "perra mayor" de pies a cabeza, Jun podía ser hermoso y amable, sonreír y aparentar una personalidad calida y encantadora pero era igual a su madre, podrido de adentro a afuera.

—parece que mi hermano esta algo estresado, debió ser un día muy duro para ti—una pequeña y adorable sonrisa, y siguieron su camino como todos los días.

Jun debia reconsiderar su táctica, el hermano menor prodigioso que quiere engullecer a su hermano mayor no daban los resultados esperados.