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࿐♡ 07

—¿Cómo crees que reaccionarán? —Jeongin estaba nervioso, habían pasado ya 4 meses de gestación, su estómago no se hincho ni un poco, como mayoría de los demás omegas.

Hoy era el cumpleaños de la madre de Chan, un hermoso omega de 58 años cumplidos ese día, siempre quiso ser abuelo así que Chan aprovecharía ese deseo para volverlo realidad.

—Cariño, mamá y papá te aman, es imposible que no amen a nuestro cachorro —lo que tenía miedo era de que lo regañen por no haberle dicho más antes la noticia.

—Amor... —Jeongin se quedó quieto mientras alistaba su bolso.

Chan se alarmó pensando que otra vez tenía nauseas, pero no fue así, Jeongin lo miró con ojos de cachorro, sabía que era lo que pasaría.

—¿Puedes traerme un pudín?

—Cariño, ya te los acabaste.

—¿Puedes ir a comprar unos? ¿Sí? por favor —tomó su brazo y su mano haciendo que la acción de negarse sea imposible para su alfa que solo suspiró, besó su frente y con un "ya regreso" salió de su vivienda.

Pasaron aproximadamente 15 minutos en donde un cansado Chan volvió a casa con una caja de pudines, sacó uno, los demás los metió al refrigerador y alzando una cucharilla subió a su habitación para entregárselos a su tierna pareja.

—Gracias~ —besó su mejilla abriendo el pudín para después comérselo, no sabía cómo era que le encantaba tanto el pudin últimamente.

—No es nada, cariño —corrió hasta la tienda porque ya casi era hora para cerrar, se acostó en su cama esperando que su lindo esposo acabe de comer para ir a casa de sus padres.

Pasaron menos de tres minutos cuando Jeongin soltó su cucharilla algo alarmado.

—Amor —se acercó a su pareja quien de inmediato se sentó debidamente.

—¿Cariño, te duele algo? ¿quieres ir...?

—¡Se movió! —sentía unas pequeñas movidas en su vientre, como mariposas—. Mira —tomó la mano de Chan, subió su sweater y colocó la mano de su esposo en su vientre.

Los movimientos eran leves, pero notorios, Chan de inmediato abrazó a su omega, besó su vientre repetidas veces metiéndose dentro de su sweater.

—Te amo, mucho, mamá y papá te están esperando pacientemente, te amamos muuuuucho —el alfa hablaba como si su cachorro entendiese aquello, no se separó hasta que Jeongin le dijo que ya se estaba haciendo tarde.

Subieron a la movilidad, con Berry atrás como otras veces, pero ahora estaba un poco más grande.

—Estoy nervioso —Jeongin jugaba con sus manos durante el viaje corto a casa de los padres de Chan.

—Están estudiando coreano, podrán entenderte.

—No es por eso... —miró el suelo bajando un poco su cabeza—. ¿Y si no lo aceptan?

—Amor, te dije que eso era imposible, te aman mucho, nadie puede decirle que no a esa carita y ojitos tuyos.

—Si... me lo dices a menudo —su alfa lo hacía sentirse seguro.

Pasaron un aproximado de 10 minutos para que lleguen a la casa de los padres de Chan.

Estaban frente a esa puerta, esperando ser atendidos, Jeongin tenía en manos la correa de Berry y una bolsa con chocolates adentro además de una nota que decía.

"¿Recuerdas que siempre quisiste ser abuelo? Por favor espera 5 meses más~"

—Papá, mamá —el alfa abrió sus brazos al ver a sus dos padres, quienes lo abrazaron, pero al ver a su yerno lo dejaron de lado.

—¡Jeongin! —el padre de Chan abrazó al omega que tenía como yerno, ese jovencito siempre fue tan agradable a los ojos de sus padres.

—Señor, buenas tardes —aceptó el abrazo.

—Basta de formalidades como esas, dinos papá y mamá, "señor" me hace sentir... viejo —tenía 63 años, y esa palabra seguía sin gustarle.

—Claro, lo siento.

—Jeongin —la madre de Chan se acercó a Jeongin, era un muy bello omega, aunque ya cumplía 58.

—Mamá, feliz cumpleaños —lo abrazó y seguidamente le entregó la bolsa con chocolates.

—Uy, no puedo esperar a ver que es, vamos, entren a la sala —los hizo pasar y sentarse, Berry jugaba amenamente con el gato de los padres de Chan.

—Mamá, esperamos que te guste el regalo —Chan habló tomando la mano de Jeongin a ver que este se estaba poniendo nervioso.

—Ya veremos —abrió la decorada bolsa de papel viendo muchas cajas de chocolates adentro, pero en el costado vio una nota, la alzó y la leyó, tuvo que leerla tres veces para estar seguro de lo que era—. Jeongin... cariño... tú estás.

El omega asintió tímidamente, su suegro omega entregó la nota a su esposo para que el igual la leyera.

Ambos se miraron y después a Jeongin y Chan, el omega mayor no aguantó más y gritó, abrazó a Jeongin y a Chan besando ambas frentes.

—Oh, Dios, este en verdad es ¡el mejor regalo! —su sonrisa era grande—. Jeongin, ¿necesitas algo? Tal vez les faltan mantas, o una cuna, andadera y leche en polvo, díganme y lo conseguiremos.

—Chan —su padre habló.

—¿Sí, papá?

—Más te vale que hagas lo que Jeongin te pida, especialmente en las noches del sexto mes... no te aconsejo negarle un antojo o dormirás en el piso o en el sofá por tres semanas —aún recordaba la vez en que le dijo que no a su omega cuando este le pidió una rodaja de piña a las dos de la mañana... recordaba el frío piso en el que durmió por dos semanas y media.

—Él me haría dormir fuera de la cama por un mes... así que ahora estoy bajo sus órdenes — suspiró junto a su padre—. Papá... cuando ustedes me tuvieron... ¿Sabían que estaban listos?

—No, yo era el que tenía más miedo, eras tan pequeño y delicado, tenía miedo de que algo te dañara, pero la primera vez, que dijiste "Papá" supe que siempre estuve listo, eras igual a mí, yo era tu modelo a seguir, entonces tenía que darte un buen ejemplo, ser padre es hermoso, recuerdo todos los días cuando eras pequeño, tus primeros pasos, tus primeras palabras, la primera vez que te subiste a una bicicleta —se sentó al lado de su hijo—. No sabes cómo en verdad es la paternidad hasta que la vives, así que cuando llegue, disfrútalo todo el tiempo posible.

—Lo haré, papá —el simple hecho de imaginar a Jeongin sosteniendo a su cachorro ya derretía su corazón, quería tener a su hijo en brazos, quería mimarlo y enseñarle muchas cosas.

Solo faltan 5 meses, nada malo ocurrirá, ¿verdad?

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