Desde que llegó a su casa lo primero que hizo fue tumbarse en la cama y no levantarse más, realmente pensaba tomar la misma rutina de quedarse a vivir entre las sábanas porque ahora sí que ya no tenía otra opción, pero no podía hacerlo, realmente Jeongin ya no sentía esa necesidad de esconderse del mundo, porque había entendido finalmente que Hyunjin no era el único hombre en la tierra.

Pero sí era el único que él amaba, ese era el problema.

—Bueno, después de todo era lo correcto —espetó Chan a su lado mientras me acariciaba el cabello.

Había tenido que soportar su sermón toda la mañana por el hecho de no seguir su consejo y firmar el divorcio, pero él mismo entendía que lo que tenía que hacer era sentirse bien con él mismo, y hacer feliz a Hyunjin dándole algo que quería y necesitaba.

—No puedo retener a alguien a mi lado si eso es lo que no quiere —susurró, mirando hacia el piso de la habitación, en el único lugar donde se sentía seguro del mundo.

—Eres un chico precioso, Innie. Necesitas liberarte, sentirte bien contigo mismo, conocer nuevas personas.

—Lo voy a hacer... —agarró su celular en las manos mientras sentía el zumbido, y el nombre de Yugyeom apareció en la pantalla. Sin embargo, no le dió importancia. —Sólo necesito tiempo, Hyunjin ha sido como una tormenta que pasó por su vida y dejó daños irreparables.

—¿Por qué no contestas? —preguntó al ver que la llamada se cortó sin que contestara, a pesar de que tuvo tiempo suficiente para hacerlo.

—Es sólo Yugyeom, ¿Recuerdas la fiesta de la que te hablé hace unas semanas a la que él nos invitó? Bueno, es hoy.

—Yugyeom es algo intenso ¿no?

—Él sólo está enamorado Chan, más bien tú eres muy malo que no le das ni la hora —bromeó, a pesar de que era cierto lo que decía.

—Bueno, ¿Dónde es la fiesta? —preguntó, cambiando de tema.

Cogió impulso para levantarse de sus piernas y así agarrar su cabello dándole una pequeña peinada con los dedos,

—En su casa —respondió, terminando el trabajo con su cabello. —Al parecer es una gran fiesta porque tienen más de un mes en esos preparativos.

—¿Es de su hermana cierto?

—Sí.

—Deberíamos ir.

Se había parado de la cama para caminar hacia el baño cuando se detuvo a medio camino, realmente no podía creer que Chan había dicho eso.

—¿Estás hablando en serio, Christopher Bang? —preguntó, asegurándose bien de que en realidad había sido su amigo el que había dicho aquello. —¿Recuerdas quién es Kim Yugyeom tu eterno enamorado?

—¿Qué tiene de malo? Igual y podemos divertimos.

Lanzó un jadeo agotador mientras se devolvía a la cama y se sentaba junto a él.

—No tengo deseos de salir a divertirme, no tengo ánimos realmente.

—¡Vamos Jeongin! Deja de amargarte la vida, esta fiesta te puede ayudar a soltarte, y por lo menos tendrás a Yugyeom hablando toda la noche como una máquina.

—Bueno, pero no te conocía en esa faceta Chan —comentó, frunciendo el ceño mientras menos lograba entenderlo. —Cualquiera que te oye piensa que de repente quieres ir a ver a Yugyeom.

—Por supuesto que no ¿qué cosas dices? —susurró, mientras él comenzaba a reír. —Yugyeom no es mi tipo y aparte es como un imán mal pegado.

—La verdad es que yo no sé cuál es tu tipo de persona porque nunca te he visto con una mujer. ¿Será que eres gay? —bromeó.

—¿¡Qué!? —exclamó, y Jeongin brincó de la cama por el fuerte grito. —Estás loco Jeongin, ¿Cómo se te ocurre decirse eso?

Se levantó ofuscado de la cama mientras agarraba sus llaves y caminaba hacia la puerta, algo que Innie observaba sumamente confundido por su comportamiento.

—Chan —lo llamó, sin evitar reírse, se estaba comportando como un niño. —No es un delito ser homosexual. Yo soy gay.

—Pues yo no soy nada de eso, te amo y te respeto a ti, como a todos, pero yo no soy gay. Bueno, te arreglas que pasaré por ti en unas horas, es mi última palabra Jeongin.

Sin decir nada más se alejó de la habitación y debía suponer que también de su casa. Ahora, ya estaba comprometido a ir a otra torpe fiesta donde la iba a pasar igual que en la inauguración de la sociedad de sus padres, la única ventaja era que aquí no iba a estar ni Hyunjin ni Jennie, pero sí gente desconocida, otra cosa que lo había empezado a irritar.

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Se había colocado un crop top, regalo de hace dos años de su mejor amigo, pero que al casarse dejo de usar. Mientras vivió con Hyunjin siempre le había gustado comprar mucha ropa, la verdad era que le gustaba lucir perfecto para él, cautivarlo y de esa forma atraparlo con mis encantos, claro que al final el que quedó atrapado fui Jeongin.

Chan pasó por su amigo horas más tarde y fueron a casa de Yugyeom, quien los recibió muy emocionado en la entrada, claro después de haber recibido la llamada de Jeongin en la que le decía que sí asistirían a la fiesta.

—Estoy muy emocionado de que hayan decidido venir—él expresaba su felicidad mientras los tres caminaban entre la gente alrededor de una piscina llena de globos e iluminada por unos cuantos faroles que hacían de la decoración aún más elegante.

—No podíamos dejar de venir, Chan se emocionó mucho cuando se lo mencioné —contestó el menor, cerrando los ojos cuando sintió el leve dolor de un pellizco que recibió de su parte.

—Gracias por haber aceptado mi invitación, Chan —él le dijo, mirándola directamente a los ojos mientras que el mayor lo único que hizo fue sonreírle, y esa escena honestamente me conmovió.

—Bueno, ¿dónde está la festejada? —preguntó cambiando de tema.

—Está por aquí, acompáñenme.

Comenzó a caminar mientras ello le seguían los pasos, pero se detuvo automáticamente al recordar que ni siquiera regalo llevaba en las manos y eso no sería bien visto, aunque a juzgar por el tipo de fiesta que era sentía que ese detalle no era muy necesario en aquel momento, y decidió ignorarlo, concentrándose en seguirle los pasos nuevamente.

—Dahyun, ¿puedes venir un segundo? —lo escuchó decir y de inmediato una chica innegablemente hermosa se presentó ante ellos, con una sonrisa muy amable. —Quiero presentarte a mis amigos, ellas son Jeongin y Chan.

—Es un gusto conocerlos, Yugyeom me ha hablado mucho de ustedes. Soy Dahyun, su hermana.

Se acercó y besó la mejilla a ambos, realmente parecía era muy amable, sin contar el carisma que se cargaba.

—Es un gusto para nosotros también —contestó, echándole un vistazo a su amigo que observaba la escena sin decir una palabra.

—Espero que disfruten esta noche, mi familia es un poco intensa, comenzando por este señor —apuntó hacia Yugyeom —Pero nos encanta hacer nuevas...

—Dahyun... —una voz masculina irreconocible para Jeongin lo había interrumpido mientras lo llamaba, y fue cuando miró a ese lugar de donde escuchaba el sonido que se encontró con la mirada de aquel hombre. —Ya puedes ir a tomarte las fotos —pronunció, deteniéndose un segundo a mirar el punto desconocido para él.

—Gracias Jongsuk —respondió ella, dándole un beso en la frente a "Jongsuk" y posteriormente los miró. —Buenos chicos, las dejo en buenas manos.

Se alejó de nosotros con una sonrisa en su rostro mientras nos quedábamos parados a un lado de la piscina, ahora sin nada que decir o conversar.

—Bueno... —Yugyeom rompió el silencio mientras que un poco nervioso señaló al hombre que se encontraba a su lado. —Chicos, él es Lee Jongsuk, mi primo.

Esa mirada llamativa se centró nuevamente en la de Jeongin, y no entendía por qué, pero se sentía intimidado con sólo mirarlo.

—Es un gusto conocerlos —saludó, levantando su mano buscando encontrarse con la nuestra, y yo inicié a corresponderle.

—Yo soy Jeongin, y él es mi amigo Chan.

—Es curioso porque Yugyeom ha hablado tanto de ustedes en esta familia que siento como si ya los conociera —expresó, causando una pequeña carcajada de mi parte y miró a Yugyeom.

—Gracias por hacernos famosos, Yugyeom.

—¿Se quieren sentar? —sugirió Jongsuk, dándose la vuelta mientras buscaba una mesa vacía en el gran jardín de aquella inmensa casa.

El menor sólo me limitó a asentir y seguirle los pasos mientras nos acercábamos a una mesa de cuatro sillas, al parecer tendríamos pareja toda la noche.

Era extraño que me sintiera tan bien en un lugar desconocido y más después de pasar por un momento tan difícil como había sido firmarle el divorcio a Hyunjin. Era como si poco o nada le importaba, algo completamente sorprendente porque días atrás quería morirse. Sin embargo ahora se encontraba en una fiesta con su mejor amigo, conociendo gente nueva, viviendo nuevas experiencias, y por si fuera poco, conviviendo con Yugyeom, Chan y todo era paz.

—Entonces trabajas con Yugyeom —comentó Jongsuk a un lado suyo.

Ambos ser encontraban s en una conversación, mientras que a un lado, Chan se encargaba de escuchar a Yugyeom.

—En realidad trabajaba —admitió, mostrando una pequeña sonrisa avergonzada. —Me despidieron hace más o menos un mes y medio.

—Qué mal, ¿Por qué lo hicieron? —preguntó interesado,

Vaya tema de conversación.

—Es algo complicado, realmente todo fue mi culpa —se rió.

La conversación simplemente fluyó, olvidándose que era un completo desconocido, y sin darse cuenta que la noche se volvió más movida y concurrida, cada vez llegaban más personas a la fiesta de Dahyun, y ella cada vez más tenía que recibir, era una situación divertida.

En cuanto a Jeongin, después de hablar con Jongsuk, podía decir que la estaba pasando bien a su lado, tanto que de repente parecían una pareja.

Lee Jongsuk era un hombre muy divertido, y también bastante comunicativo.

Era administrador financiero y trabajaba independiente, incluso ya le había ofrecido trabajo que, por supuesto Jeongin no rechazó, mucho menos si se trataba del área de negocio.

Era claro que no entraría a trabajar inmediatamente, primero debían formalizar un acuerdo y de esa forma conocerse mejor, porque sí, el hombre a su costado se había hecho bastante interesante y quería seguir conociéndolo.

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—Nunca creí que asistir a la fiesta en casa de Yugyeom me haría sentir tan bien —expresó, metiéndose al auto de su amigo para marcharse finalmente a casa.

—Nunca creíste que al venir a esta fiesta conocerías a un hombre como ese tal Jongsuk, dilo claro—dijo Chan, y el menor se rió, porque era cierto.

—Es un hombre muy apuesto e interesante —susurró, tumbándose en el asiento mientras largaba un pequeño suspiro.

—Lástima que posiblemente no lo vuelvas a ver —comentó mientras ponía el auto en marcha, y yo frunció el ceño.

—¿Por qué lo dices?

—Conociéndote, seguro que ni su número le pediste.

—Pues no se lo pedí yo —contestó, sacando el celular de su bolsillo y tecleando rápidamente, para luego colocarselo frente a su rostro. —Él se encargó de pedírmelo.

—¡Oh por Dios! —expresó emocionado mientras esbozaba una gran sonrisa. —Esto se pone interesante.

—Demasiado interesante, por primera vez después de mucho tiempo me siento feliz, y estoy tan agradecido de que sea por una persona nueva, a la cual comenzaré a conocer, Channie.

Jeongin se sentía feliz, y aun no le daba nombre a esas sensaciones que le recorrían por todo el cuerpo.

—Entonces, ¿Hwang, cancelado? —preguntó.

El menor pensó un poco, obviamente Hyunjin aun no estaba cancelado, pero con esta nueva oportunidad que sentía de ser feliz sabía que el momento llegaría.

—Necesito escuchar música —expresó, cambiando estaciones de radio a mitad de la noche mientras corrían dentro del auto por una calle completamente solitaria. —Las estaciones son un asco.

—Tengo discos dentro de la gaveta, ábrela y saca el que quieras —indicó y siguió sus órdenes,

Abrió la pequeña gaveta para buscar un CD adecuado al momento, quería el más movido, que lo hiciera sentir como si aún estuviera en esa fiesta, a la cual asistió creyendo que se aburriría y terminó siendo una noche increíble.

Minutos después, buscando entre tantos discos no logró encontrar uno que lo hiciera sentir seguro de usar para el momento, pero sí encontró una foto, que de hecho llamó su atención y es que en la imagen salía alguien que lo desconcertó completamente: era Hwang Félix.

—¿Por qué tienes una foto de Félix en tu auto? —le preguntó, mirándolo atentamente mientras esperaba su respuesta.

—¿Qué? —respondió, aunque no mi pregunta. —No tengo idea, quizá a Jennie se le quedó aquí.

—Puede ser —espetó, restándole importancia y bajando el vidrio del auto mientras la brisa de la madrugada chocaba fuerte contra su rostro —¡No quiero saber nada de Hyunjin por esta noche, y tampoco nada de quienes lo rodean!

Lanzó la imagen al olvido y al vacío, como pensaba echar sus sentimientos en un futuro también.

—¡Jeongin! ¿¡Por qué la tiraste!? —preguntó alterado, y es que la brisa nos obligaba a gritar.

—Relájate —habló, un poco más calmado después de haber cerrado por completo el vidrio. —Era sólo una imagen de Félix, ese chico al que nadie soporta.

Chan no dijo nada más, sólo seguir el rumbo hacia su destino, donde dejaría a su amigo en casa y se iría a dormir recordando todo lo vivido en un día que comenzó terrible y terminó increíble, como pensaba hacer de sus días de ahora en adelante.