FINAL CHAPTER.

el corazón de hoseok palpitó con ansiedad, mientras él y jungkook esperaban afuera de la puerta de la habitación donde se encontraba yoongi convaleciendo. cuando entraron, se sintió aliviado al encontrarlo sentado en la cama.

—papá —susurró jungkook, lanzándose a los brazos de este.

hoseok se quedó atrás, contemplando a la familia de la que había aceptado ser parte, aferrarse el uno al otro. yoongi estaba pálido pero vivo, y eso era lo único que realmente importaba. aun así, los círculos oscuros bajo sus ojos hablaban del trauma que había sufrido, así como la presencia de seokjin junto a su cama sosteniéndolo de la mano.

miró alrededor de la habitación de yoongi y seokjin. era lujosa y limpia. esperaba que jungkook no pensara mucho sobre las habitaciones polvorientas en su casa, con las ropas arrojadas descuidadamente en la silla. y en el suelo. y en la esquina.

lavarlas era ridículamente molesto. tal vez realmente debería de contratar a alguien. o no. no importaba. 

habían pasado siete días desde que su celo comenzó, y dos de que hubiera terminado. luego de eso, había necesitado tiempo para recuperarse, al igual que jungkook. por teléfono, seokjin les había dicho que no se apresuraran, que yoongi se la pasaba dormido la mayor parte del tiempo y que prefería estar solo con su omega.

pero hoy después de desayunar, habían ido a casa de jungkook. ambos estaban cansados y sombríos, emparejados pero aún con el corazón siendo cauteloso sobre el futuro. yoongi estaba mucho mejor, aunque todavía tenía mucho por sanar antes de poder ser declarado completamente fuera de peligro.

cuando la familia se separó, jungkook tomó la mano de yoongi y se sentó en la cama junto a él, antes de indicarle a hoseok que se acercara.

—papá, mira quien vino conmigo.

—estoy feliz de verte aquí con kookoo —dijo yoongi, sonriendo y extendiendo su mano libre hacia él—. aunque ambos lucen agotados.

—ha sido una semana muy larga —murmuró hoseok, sentándose en el borde de la cama, junto a jungkook.

yoongi sonrió lentamente. —para todos.

—¿cómo estás? —preguntó hoseok—. ¿va bien la recuperación?

yoongi asintió y seokjin habló: —suponiendo que no adquiera ninguna infección post operatoria, podrá ir abajo a partir del lunes, y namjoon piensa que volverá a estar al cien, dentro de un mes.

—no me dejan fumar aquí —dijo yoongi, con el ceño fruncido—. dicen que es malo para mi salud. —le dirigió a seokjin una mirada y luego le sonrió con indulgencia, estirando la mano para acariciarle su cabello—. igual ya era hora de dejar ese mal hábito.

jungkook sonrió y besó la mano de su papá.

—siempre lo odié. significaba que estabas triste. 

yoongi sonrió.

—tal vez estaré menos triste a partir de ahora. ¿te dijo el doctor kim que me quitó el útero?

—¿qué? ¡no! —jungkook parpadeó rápidamente—. ¿no es ilegal?

—no si hay indicación de que el útero estaba necrótico —dijo seokjin, frunciendo el ceño y acariciando suavemente la cara de yoongi—. namjoon encontró pruebas de ello, o eso dijo, y una vez que yoongi se estabilizó, realizó la operación. fue más difícil para mí que para yoongi, ya que él estaba inconsciente por los anestésicos que le dio. y yo lo vi todo.

—porque insististe —dijo yoongi—. te negaste a salir.

—no iba a dejarte solo. podías necesitarme.

hoseok sintió una opresión en su pecho al observar las muestras de afecto entre los jeon. sus padres se habrían comportado igual. sabía que con el tiempo, su vínculo con jungkook sólo se fortalecería y luego ellos serían así también.

la mano de jungkook sostuvo la suya sobre la colcha. 

o tal vez ya eran así.

después de discutir algunos otros detalles sobre la situación de yoongi, volvieron al tema del contrato entre hoseok y jungkook.

—me gustaría disculparme contigo —dijo seokjin, en voz baja—. nunca debí haber presionado sobre la cláusula del hijo, o siquiera sugerir un sustituto. estaba equivocado.

hoseok inclinó la cabeza aceptando la disculpa, sin decir nada.

pero seokjin no había terminado.

—cuando pensé que yoongi... bueno, cuando pensé que lo iba a perder...

—no tienes que explicarlo. entiendo.

—déjame decirlo —dijo seokjin, levantando la barbilla—. y van a escucharlo. todos ustedes.

jungkook se levantó y se colocó detrás de hoseok, envolviendo sus brazos alrededor de sus hombros de manera protectora.

seokjin continuó: —jungkook fue contigo cuando ocurrió lo peor. el corazón de yoongi se detuvo y por poco el doctor kim no puede revivirlo. yo no era de utilidad, pero tu amigo yu-gyeom fue muy útil —le dijo a jungkook—. siguió exactamente las órdenes de namjoon, le dio respiración de boca en boca a yoongi mientras que namjoon le golpeaba el pecho.

—dios lobo —soltó hoseok y los brazos de jungkook se apretaron a su alrededor.

yoongi volvió a tomar la mano de seokjin, confortándolo.

—y en ese momento, estaba tan agradecido de que jungkook no estuviera allí, que estuviera contigo, y con suerte, feliz.

jungkook gimoteó suavemente. hoseok sabía que se había sentido culpable por la dicha que compartieron, mientras que sus padres habían estado sufriendo tanto. y él mismo había lamentado que su, por fortuna, fallido intento por apartarlos, hubiera empañado la gloria de su primer celo juntos.

—entonces supe lo irracional y mal que me había comportado. él será muy feliz con su érosgápe, con o sin hijos. a la larga no importará. nada dura para siempre. ni el hombre, la relación o la vida. la muerte reclama todo. así que, ¿por qué tratar de resistirnos a esa verdad?

—amor, te has vuelto más profundo —murmuró yoongi, besándole los dedos—. creo que un simple "lo siento" era más que suficientemente.

hoseok negó con la cabeza. —no, aprecio su sinceridad. es una lección que se podría pensar que aprendí con la muerte de mis padres, pero no es así. en lugar de eso, traté de apartar a jungkook. —se apoyó contra la alta figura de jungkook, feliz por los fuertes y fibrosos brazos alrededor suyo—. tenía miedo de que me considerara deficiente y odiara que fuera su érosgápe.

una parte suya todavía seguía preocupada, pero jungkook era tan... jungkook. abierto, cariñoso, listo para enfrentar un futuro juntos. sólo podía tener fe en él.

jungkook le besó la cabeza y murmuró: —eres un idiota.

—tú eres un imbécil.

—ya hemos tenido esta conversación antes.

las mejillas de hoseok se sonrojaron mientras se pasaba una mano por su cara, mirando a lo lejos. yoongi bostezó y seokjin se levantó rápidamente. —deberían irse. yoongi necesita descansar. vuelvan mañana y discutiremos los arreglos para la firma del contrato.

—¿mañana? —preguntó jungkook, confundido.

seokjin dejó de ver a yoongi, a quien estaba ayudando a que se acomodara mejor en la gigante pila de almohadas, para alzar la vista y decir: —¿no piensas quedarte con hoseok? —parpadeó confundido, pero continuó rápidamente—: obviamente eres bienvenido a seguir viviendo en casa. te amamos y te queremos aquí, si es donde quieres estar. es sólo que no anticipamos que quisieras quedarte.

—¡ah! no, yo... —se calló jungkook, volviéndose hacia hoseok. no habían discutido una fecha para vivir juntos en casa de él. ambos habían asumido que sus padres querrían que siguiera viviendo con ellos hasta que se firmara el contrato, posiblemente hasta que yoongi estuviera de pie otra vez. pero estaba claro que seokjin podía encargarse bien de yoongi, y ya nadie parecía demasiado preocupado por el contrato.

—deberías empacar una maleta mientras estamos aquí —dijo hoseok—. ya te acabaste la ropa limpia que yu-gyeom te llevó. y me temo que soy terrible lavándola.

jungkook le sonrió, con sus ojos azules brillando como el sol.

—¿quieres que me mude en este momento?

—claro que sí. no te preocupes. podemos volver después con cajas para te lleves cualquier cosa que necesites.

yoongi le tendió una mano a jungkook y él se acercó a darle otro beso en su mejilla.

—siento haberte asustado —susurró, tocando la mejilla de su hijo—. me imagino lo que debiste haber sentido al verme de esa manera, mi dulce niño.

jungkook le apartó el pelo de la frente y también le dio un beso allí. —mi padre y namjoon se encargaron. yo sólo me fui.

—eso es no es verdad —dijo su padre—. tú le pediste a namjoon que viniera e hiciste que yu-gyeom también lo hiciera. te comportaste como un verdadero hombre ante esta crisis. estamos orgullosos de ti.

yoongi suspiró. —y por suerte, nunca tendrás que enfrentar este tipo de prueba de nuevo.

—gracias a namjoon —dijo seokjin—. él es el otro héroe.

—pero jungkook es el verdadero héroe por llamarle —dijo yoongi, volviendo a bostezar.

—basta de plática para ti —dijo seokjin con severidad—. necesitas descansar.

jungkook abrazó a su padre y besó en la mejilla a su papá una vez más, antes de tomar la mano de hoseok y salir de la habitación.

. . .

—¿estas diciéndome que esas caras sonrientes no están dibujadas en los portaobjetos?

jungkook se rió y metió otra camiseta en su maleta. 

—yo creo que dibujaste esa sonrisas aquí, jungkook.

jungkook cerró la cremallera de la maleta y se rió de nuevo. —te lo juro. así es como luce la hierba de las dunas de arena en el microscopio.

hoseok parecía incrédulo. —¿cómo bebés verdes sonrientes?

—sí. pero espera... —se acercó al escritorio y sacó otra lámina de vidrio de su caja de portaobjetos—. este es mi favorito del momento. te lo mostraré. —quitó la lámina de la hierba de la duna y puso la otra, inclinándose sobre el microscopio el tiempo suficiente para ajustar la ampliación—. ahí está. mira.

—¡oh! es como una de las pinturas de jimin.

—¿por qué lo dices?

—por los colores y las líneas marcadas. —hoseok dejó de mirar en el microscopio para ver a jungkook con ojos felices—. ¿qué es?

—polvo. como el que hay por toda tu casa. —sonrió—. bueno, supongo que ahora es nuestra casa.

hoseok se carcajeó, sacudiendo los hombros, mientras se agachaba para volver a ver a través del lente del microscopio.

—¿qué es lo que estás diciendo, cariño? ¿debería empolvarla más?

—no, tu... nuestra casa, es una obra maestra secreta. todos notan el polvo, menos nosotros. cuando miramos a nuestro alrededor, vemos esto. un billón de veces.

hoseok alejó el microscopio, enderezándose para capturar los labios de jungkook en un beso. —eres totalmente adorable. ¿qué voy a hacer contigo?

jungkook sonrió. —bueno, yo sí sé lo que haré contigo tan pronto como lleguemos a casa, y tiene que ver con tu trasero y mi lengua.

los ojos de hoseok se tornaron radiantes. —ya veo.

jungkook movió las cejas de arriba a abajo, con una burbuja vertiginosa de alegría explotando en su pecho. —¿quieres que te lo demuestre? —hizo un gesto hacia la cama.

hoseok se aclaró la garganta y se mordió el labio inferior, agachando la cabeza casi con timidez. —¿y si dijera que sí?

—mi puerta tiene seguro.

—tengo que admitir que mi trasero tiene mucha curiosidad acerca de ese plan tuyo. ¿hará que me venga?

—algo mejor —gruñó jungkook, cerrando la puerta de su habitación, poniéndole seguro rápidamente.

aventando a hoseok en la cama, se lanzó tras él, besándolo con fuerza y rapidez, frotando sus mejillas en la cara de hoseok, y acariciándole el cuello con la nariz.

—bájate los pantalones —ordenó, sujetando la mandíbula de hoseok y lamiéndole la oreja—. ahora.

hoseok soltó un pequeño grito y se los desabrochó, empujándolos hacia abajo apresuradamente, dejando al descubierto su erección. cuando la acarició, jungkook le apartó la mano y se sentó a horcajadas sobre él. —quítate la camisa. voy hacer un desastre de ti.

hoseok gimió, estremeciéndose. —qué pasa si tus padres...

—saben lo que hicimos durante toda la semana pasada.

aunque los dedos de hoseok ya estaban desabotonándola, y su camisa se abrió rápidamente. jungkook deslizó su pecho, siguiéndolo por su estómago hasta debajo de su ombligo.

—sexy —murmuró, inclinándose para frotar la cara contra este—. mi precioso omega.

hoseok soltó el dulce sonido de sumisión que siempre se le escapaba cuando lo llamaba omega, y se arqueó por el contacto de jungkook. echó la cabeza hacia atrás cuando jungkook pasó sus manos para provocar sus pezones, para luego arrastrar los dedos de vuelta a su miembro.

—cuéntame sobre estos —exigió jungkook, tocando los tatuajes en los brazos de hoseok y pasando un dedo por la línea en sus costillas—. ¿cuándo te los hiciste? ¿y por qué?

hoseok se estremeció y suspiró. —hace mucho tiempo. después de los celos. estaba enojado de que tenía que dejar que esos alfas desconocidos me tocaran. quería recuperar mi cuerpo. asegurarme de que cualquier persona con la que me acostara, supiera que yo era mío, no suyo.

jungkook arqueó una ceja. —¿y ahora?

hoseok respondió arqueando también una suya. —¿ahora?

jungkook se rió y lo besó en la boca antes de presionar besos en cada tatuaje. —ahora son nuestros. no importa lo que hagamos, seguirás siendo hoseok.

hoseok estiró la mano y agarró el cuello de jungkook, tirando de él hacia arriba para mirarlo fijamente a los ojos. —dijiste algo acerca de tu lengua y mi trasero. no sólo platiques, bebé alfa.

jungkook le apartó la mano y puso la suya cuidadosamente en su garganta. —eres un mandón. —lo apretó ligeramente y luego le besó la boca roja—. me gusta que lo seas.

entonces lo volteó, le separó las piernas y lamió su entrada, largo y tendidamente, hasta que lo hizo venirse, temblando y jadeando su nombre.

. . .

después del sexo, hoseok lo ayudó a empacar el resto de sus cosas. cantó una melodía en voz baja, algo que le había oído a su papá hacía años. jungkook tarareó, proporcionando armonía, y antes de que hoseok se diera cuenta, tuvieron tres maletas llenas de pertenencias que se unirían al desorden en su casa.

pero cuando hoseok se volvió para abrir la puerta de la habitación, jungkook tomó suavemente su mano y le dijo: —déjame enseñarte una cosa más.

abrió la ventana que daba al hermoso patio y la trepó para pisar el techo debajo de esta. se arrodilló en el lado opuesto, estirando la mano hacia hoseok, quien se estremeció.

le trajo el recuerdo de su primera charla a través de la ventana de su estudio, dulce y absurdamente. 

«estoy aquí ahora.» 

hoseok salió tomándolo de la mano, y dejó que lo llevara a las tejas. se sentó, observando el patio, la casa de al lado y los árboles extendiéndose hasta el cielo azul.

—qué linda vista. me temo que en mi casa no hay nada como esto.

—pero tú estás allí, así que será perfecto —dijo jungkook, apoyándose en sus codos y apuntando hacia el cielo con las rodillas. inclinó su cabeza hacia atrás, y la línea de su cuello fue interrumpida por su nuez de adán. a hoseok se le hizo agua la boca. quería besarla. —aquí leí por primera vez tus poemas —murmuró jungkook.

—¿en serio? es curioso, porque en este momento estoy escribiendo un poema sobre ti.

—¿sí?

hoseok se rió. —sí. en mi cabeza.

—dímelo. —jungkook se sentó—. ¿necesitas papel? ¿voy por uno? no quiero que lo olvides. realmente deberías escribirlo.

hoseok se carcajeó, con el sonido haciendo eco contra la casa y hacia fuera en el patio cubierto por las hojas otoñales. —¿en verdad quieres que escriba poemas sobre ti?

—sí, y que los publiques. —asintió jungkook con entusiasmo—. creo que todo el mundo necesita saber cuánto me amas. necesitas decírselos. de una manera muy explícita pero a la vez elegante.

hoseok rió de nuevo. —pensé que ibas a poner un anuncio en el periódico acerca de ello.

—pero esto tiene mucho más estilo. tiene más caché. —le dio un guiño y acercó más a él—. voy a ser jeon jungkook, el famoso científico y algún día el heredero de la empresa de mi padre. no podemos vernos baratos al hacerle saber al mundo que soy el mejor alfa que jamás hayas conocido.

hoseok torció los ojos antes de inclinarse para susurrarle la primera línea al oído.

—sí, me encanta —dijo jungkook, tomándolo de la barbilla—. ¿después qué sigue?

la segunda línea del poema fue tragada por la boca de jungkook. hoseok no protestó. recostándose en el cálido tejado, jalándolo encima de él. el cielo azul se extendía por encima de ellos, el mundo giraba a su alrededor, pero en el tejado afuera de la habitación de jungkook, eran lo único que importaba.

alfa y omega unidos, el círculo completo. 

el principio y el fin.