xviii.
CHAPTER EIGHTEEN.
la cena era extraña.
y no debido a la mezcolanza de olores que jungkook llevaba a cuestas al llegar a casa. ni siquiera porque había llegado tarde. y tampoco porque había violado los protocolos con hoseok. no, hasta ahora había logrado esquivar todas esas balas.
cuando llegó, sus padres habían estado encerrados en el estudio de su padre, por ninguna parte olía a la cena. confundido, pero aliviado de no ser bombardeado con preguntas y ojos conocedores, había subido corriendo las escaleras para tomar un poco del tranquilizante alfa, antes de revolcarse durante unos minutos en la dicha de la combinación de su aroma con el de hoseok por toda su ropa y piel.
después de bañarse, y una vez que pudo pensar con claridad, metió todo menos la camisa que había estado usando, en la moderna lavadora que su padre había comprado hacía varios años. puso la camisa cubierta de semen debajo de su almohada, con la esperanza de que sus padres se mantuvieran fuera de su habitación hasta que tuviera la oportunidad de disfrutarla más.
pero entonces fue al comedor y descubrió que no sólo no había ninguna fiesta, sino que tampoco decoraciones de la temporada. el candelabro del lobo expectante que su papá siempre ponía de centro de mesa, no estaba. los arreglos llevaban allí varios días y no eran tan bonitos como los que habían tenido para la fiesta de la semana pasada, cuando hoseok había sido invitado.
no estaba bien. no era natural. pero cuando sus padres finalmente aparecieron con sólo una extraña variedad de sobras recalentadas para servir en platos más lindos, el aire había estado tan denso y tenso, que jungkook no se había atrevido a preguntar qué estaba pasando por miedo de escuchar que era su culpa.
sin duda, toda esta extrañeza no era sólo por lo que había hecho con hoseok. obviamente no había manera de cubrir las marcas, pero unos cuantos besos no podían traer este tipo de tensión, ¿o sí? si sus padres supieran todo lo que había hecho, suponía que estarían lo suficientemente enojados como para tener problemas. pero si fuera así, ¿dónde estaba el regaño? ¿la gritadera? ¿las sugerencias de que hoseok no era adecuado? todo lo que había era un doloroso silencio.
jungkook esperaba que si estaba lo suficientemente tranquilo, tal vez lo dejarían pasar. después de todo, las negociaciones continuarían mañana, y si se desarrollaban sin problemas, entonces todo saldría bien.
su estómago se tensó.
«negociaciones.»
¿y si habían descubierto algo más sobre hoseok? ¿algo que no les gustó? ¿qué pasaba si no querían celebrar la fiesta porque no había nada bueno en el futuro? ¿qué si estaban tratando de encontrar la manera de decirle que jamás podría tenerlo?
se armó de valor y se preparó para tantear las aguas con una pregunta sobre las negociaciones del día siguiente, pero antes de poder hacerlo, su padre hizo a un lado su tenedor y se encontró con su mirada con una extraña sombra en sus ojos. —deberíamos de cenar y luego ir a dormir temprano. necesitas estar bien descansado y lúcido para mañana, hijo.
—pero son sólo las ocho.
sí, era tarde para que la cena apenas empezara, pero era demasiado pronto para dar por terminada la noche.
—pásame la mantequilla —dijo su papá, con el ceño firmemente fruncido. ni siquiera se había vestido para la ocasión. llevaba un suéter flojo color gris, uno de sus colores menos preferidos. su padre por su parte, al menos se puso un saco. jungkook se sentía como un idiota al usar su habitual vestimenta de fiesta, un traje y corbata—. ¿jungkook? ¿la mantequilla? —espetó su papá.
—sí. —mientras pasaba el plato de cristal rojo con la mantequilla, frunció el ceño. bajo el olor a cigarro que emanaba su papá, había otro, algo extraño y ajeno. ¿enfermedad, tal vez? no era el olor habitual de su papá en absoluto.
su papá le prestó atención a jungkook por primera vez en toda la noche y le preguntó en voz baja: —¿cómo te fue en el jardín de hoseok?
su padre levantó la vista de los restos de pollo y arroz que estaba agarrando. —sí, ¿todo bien?
la mente de jungkook rápidamente proyectó la imagen de hoseok arrodillado, sin camisa, con los tatuajes a la vista, los pezones erectos por el aire frío que entraba por la ventana abierta, y salpicado por todas partes con su semen.
—sí. todo muy bien.
su papá le sonrió, pero débilmente.
—¿ah sí?
—kwan y su equipo terminaron de limpiarlo, y plantaron los bulbos para la primavera. hoseok también pareció contento con cómo quedó. —en realidad no es que hubiera dicho algo en absoluto. pero estaría feliz con el resultado cuando florecieran.
su papá asintió y volvió a empujar su comida alrededor de su plato.
jungkook tomó un bocado de camarones y pasta, y lo masticó cuidadosamente, tratando de encontrar la fuente del extraño olor proveniente de su papá.
—es bueno escucharlo, hijo —dijo el padre de jungkook.
—es fan de las rosas —continuó jungkook, gustándole el tema—. así que kwan pensó que sería bueno plantar unas cuantas debajo de las ventanas de su estudio, para que el aroma le llegara durante el verano. va a regresar la próxima semana para llevar unos rosales que están buenos para otoño y los plantará en la tierra.
—suena muy bien —dijo su papá, volviendo a tratar de sonreír pero fallando en ello—. me alegro de que hayan tenido un buen día allí.
jungkook miró a sus padres, apenas y se habían visto entre sí durante toda la cena. estaba empezando a asustarse. —¿te sientes bien, papá?
el padre de jungkook lo vio entonces, con sus ojos azules enfriándose con ira. —¡basta! —gruñó.
el estómago de jungkook se encogió y su pulso se aceleró. no recordaba que su padre alguna vez le hubiera hablado así.
su papá dejó el tenedor y le gruñó a su pareja. —no es como si no pudiera olerlo, seokjin.
el padre de jungkook sacudió la cabeza con fuerza, presionando sus labios fuertemente entre sí.
a jungkook se le secó la garganta. el silencio reinó cuando todos hicieron a un lado la comida en sus platos, hasta que finalmente susurró: —lo huelo.
—¡no! —gritó su padre, golpeando la mesa.
—seokjin, no hay que darle más vueltas.
—no necesita saber acerca de esto —soltó el padre de jungkook, haciendo su silla para atrás antes de levantarse y señalar a su pareja—. yoongi. a mi estudio. ahora.
pero el papá de jungkook se quedó allí sentado, mirando desafiantemente a seokjin, con los nudillos blancos por apretar fuertemente el mango de su tenedor.
la comida de jungkook pesaba en su estómago y su corazón latía con fuerza. ¿qué había hecho su papá?
su padre se agarró al respaldo de la silla, pasando saliva convulsivamente.
—¿qué hueles, jungkook? —preguntó su papá finalmente, con su voz mortalmente silenciosa.
—a otro mezclado con tu olor. —se atrevió a darle una mirada a su padre y luego susurró—: tú... pero ¿por qué tú...? —se le hizo un nudo en la garganta, y sonó como un niño—. amas a mi padre.
los ojos de su papá brillaron con la confusión, antes de despejarse. una extraña y frágil sonrisa se dibujó en su rostro. —ay bebé, no. jungkook, yo nunca lo haría. —frunció el ceño hacia seokjin—. ¿ves? este es el porqué tenemos que decirle. piensa que estuve con otro hombre.
el padre de jungkook jaló su silla y luego se sentó en ella. con los codos en las rodillas y la cabeza entre sus manos, la tensión que desbordaba era casi insoportable. el silencio reinó de nuevo por un largo tiempo.
jungkook se tragó con prisa otro bocado de su cena apenas comida.
—¿entonces qué es?
—estoy embarazado —dijo su papá sombríamente.
—ah. —jungkook observó a sus padres con el corazón acelerado—. pero eso es peligroso para ti. pensé que tomabas medicamentos para evitar que sucediera.
—¿también le hablaste de eso? —el padre de jungkook levantó la cabeza en estado de shock para mirar a yoongi—. dios lobo, yoongi, él no debería llevar esa carga.
el papá de jungkook dejó caer su tenedor contra el plato.
—pronto se va a emparejar. posiblemente mañana, seokjin. tiene que entender la carga que todos los omegas llevan. te guste o no, es lo suficientemente mayor para saber la verdad de nuestra familia.
—no todos los omegas tienen tu problema.
—eso no arregla esta situación. no peleemos por detalles.
—¡no, peleemos por tu vida! —los ojos azules del padre de jungkook se clavaron en los de yoongi, con una desesperación que jungkook nunca había visto en él—. casi mueres con jungkook. no, de hecho sí moriste. ¡tuvieron que resucitarte el corazón!
los labios del papá de jungkook se oprimieron juntos firmemente y volteó a ver a su pareja. —lo sé, jin. estuve ahí.
—¿qué? —dijo jungkook, parpadeando mientras los veía. no tenía ni idea.
—y una vez que estuvo apenas latiendo, si el hospital no hubiera tenido todas esas reservas de tu tipo de sangre... —los ojos del padre de jungkook se llenaron de lágrimas y se le cortó la voz—. si no hubiéramos tenido tanta suerte ese día, te habría perdido.
los de yoongi también se llenaron de lágrimas y sus labios temblaron.
—no me perdiste. estoy aquí.
—sí, estás aquí. con casi veinte años más, además de más frágil que nunca después de usar esos abortivos durante tanto tiempo, ¿y crees que puedes llegar a término?
—no lo sé. pero lo intentaré. —cerró los ojos—. obviamente él quiere estar aquí. los medicamentos no lo destruyeron. soportó los calambres y el sangrado. es un guerrero.
—¡quién sabe qué efectos tuvieron esos medicamentos en un feto en desarrollo! —gritó el padre de jungkook, cubriéndose la cara otra vez conforme las palabras resonaban en la habitación. los ojos de yoongi se abrieron y tembló mientras miraba a su pareja, pero no se inmutó.
jungkook se paralizó, con un miedo frío desgarrándole el corazón.
—¿qué otra opción tenemos, seokjin? —la piel del papá de jungkook estaba pálida, pero sus ojos brillaban con determinación—. las otras opciones son tan ilegales como los abortivos y mucho más arriesgadas. sin un médico competente, un aborto es casi tan peligroso como conservarlo. además, no sabemos ni dónde conseguir ese tipo procedimiento. ¿para empezar, en quién siquiera podríamos confiar?
—el dinero puede comprar silencio, y pagaré cualquier cantidad para mantenerte a salvo.
—no voy a hacerlo —dijo el papá de jungkook moviendo la cabeza—. este niño quiere nacer. y yo quiero tenerlo.
la boca del padre de jungkook se movió con su respiración viniendo en grandes estremecimientos. un gemido jadeante se le escapó antes de que se levantara y saliera de la habitación, cerrando la puerta. la boca de jungkook estaba seca, y su sangre hervía. también quería huir pero no sabía a dónde o cómo, y su terror lo mantenía clavado en su asiento.
su papá se tocó el bolsillo del pecho, sacando una caja de cerillos y una de cigarros. apartó su plato y encendió el cerillo, prendiendo un cigarro. humo se elevó en espiral hacia arriba de su cabeza y se desvió hacia el techo.
a jungkook le hormigueaban los dedos de las manos y pies, mientras un entumecimiento se propagaba a través de él. la habitación daba vueltas. un silencio negro se filtraba desde los bordes de la habitación, como si todo afuera hubiera desaparecido. como si sólo esta mesa y ellos dos existieran.
y su padre, en algún lugar en la oscuridad afuera de la sala, en la agonía.
desviando el humo que exhaló su papá, preguntó jungkook: —¿es bueno para el bebé?
su papá rió con amargura.
—sólo dios sabe, amor. —le dio una larga calada—. probablemente no. lo dejaré mañana.
jungkook clavó el tenedor en el camarón que quedaba en su plato, incapaz de imaginar comer en este momento. se lo pasó con dificultad.
—no quiero que mueras.
su papá gimió, tratando de alcanzar su mano. —nada está escrito. no estoy bien, pero tampoco estoy dispuesto a romper otra media docena de leyes que podrían llevarte a ti o a tu padre a la cárcel, por poner fin a un embarazo que, para mi sorpresa, quiero llevar a término.
—pero dijiste que no sobrevivirías, y mi padre dice que conmigo tuvieron que resucitarte el corazón y hacerte una transfusión, ahora que eres mayor, y no estás bien. ¿por qué estás haciéndolo? me tienes a mí. no es necesario que tengas otro. la continuidad de la línea familiar está asegurada.
—¿lo está? —preguntó su papá en voz baja—. el historial clínico de tu hoseok no luce como que tampoco pueda llevar a término un embarazo. y no lo haré pasar por lo que yo he sufrido. otro niño, ya sea alfa u omega, abriría una nueva posibilidad para el futuro de esta familia.
—podría elegir a un sustituto. —le dolió el estómago y pensó en que moriría. escoger entre su papá y hoseok, hacía que su sangre y huesos le dolieran de sólo pensarlo. aun así, no podía permitir que su papá muriera—. si tengo que hacerlo, lo haré.
—no. —los ojos color avellana de su papá, brillaron con tristeza—. yo nunca te haría eso. privarte de la unión que hizo mi vida tan maravillosa a pesar del dolor. —negó con la cabeza—. absolutamente no. tampoco le haría eso a hoseok. sería traicionarme a mí mismo como omega, para poder seguir con la línea familiar por encima del vínculo que van a compartir. —su papá tiró la ceniza en su cena no comida—. además, siempre quise tener otro hijo. no es como si sólo hubiera querido tener uno, ¿sabes? me ha gustado ser tu papá todos estos años y ahora pronto nos dejarás. un bebé en casa nos traería una nueva alegría.
—si mueres teniéndolo, no habrá alegría en absoluto —dijo jungkook, dejando caer su tenedor contra el plato con un sonido metálico—. yo no lo quiero. deseo tenerte a ti todo el tiempo que me sea posible, y no lo amaré si mueres por él.
—jungkook... —su papá dio una larga calada de su cigarro antes de aplastarlo contra su plato. luego se levantó y rodeó para arrodillarse en el suelo junto a la silla de jungkook, agarrando sus manos—. sé que estás asustado y la reacción de tu padre no está ayudando, pero no nos preocupemos de más. quién quita y este embarazo es diferente a los demás.
—¿por qué lo piensas?
su papá se encogió de hombros.
—sólo tengo esperanzas. la vida es misteriosa y han pasado cosas extrañas.
jungkook se le quedó mirando con la boca abierta, la ira comenzaba a calentarle el estómago y a presionar contra su pecho, por lo que hizo aspavientos con las manos.
—¿qué? —preguntó su papá, sonando nervioso—. ¿qué estás pensando?
—estás dándote por vencido. es como dijiste el otro día, que sabías que te necesitaba, y ahora crees que ya no, y estás rindiéndote.
su papá se le quedó viendo, apretado la mandíbula y luego apartando la vista.
—si me dices que estoy equivocado, no te creeré.
se levantó su papá y a continuación volvió a su silla, contemplando la ceniza y los restos de comida en el plato, como si fuera una bola de cristal que predijera el futuro.
—está bien. ya tienes la edad suficiente para la verdad.
jungkook se enderezó en su asiento.
—estoy cansado de tener dolor todo el tiempo, de lastimarme y tener una pérdida después de cada celo. estoy cansado de hacer pasar a tu padre por esto. él también ha sufrido. si pudiera darle un hijo más, tal vez me perdonaría por... por lo demás.
—te ama —declaró jungkook, con la esperanza de que su papá entrara en razón. a pesar de que no tenía ni idea de cómo podría arreglarse lo del aborto ilegal, no tenía ninguna duda de que su padre encontraría una manera si tan sólo su papá estuviera de acuerdo—. nunca ha estado enojado por nada de eso.
—me refiero a perdonarme por morir —dijo su papá en voz baja. un cuchillo atravesó el corazón de jungkook.
apenas y podía respirar, pero se las arregló para preguntar: —¿hiciste esto a propósito? ¿no te tomaste las pastillas esta vez?
—¿qué? por supuesto que me las tomé —espetó su papá—. el químico que las hace para mí, siempre advirtió que podrían fallar. había tenido suerte hasta ahora, pero esta vez... —se interrumpió, suavizando su expresión—. vas a estar en buenas manos con tu omega. puedo ver en sus ojos que cuidará de ti. y tu padre... —su barbilla tembló.
—¡él no puede criar a un bebé solo!
—tú y tu hoseok le pueden ayudar.
—deja de llamarlo mi hoseok. es sólo hoseok. es mi omega, y él no va a criar a mi hermano menor al que egoístamente insistes en tener. —jungkook empujó su plato, con tanta fuerza que se deslizó al otro lado de la mesa y casi cayó de esta.
—jungkook... —su papá sonó igual que cuando lo regañaba de pequeño.
—no. detente. —jungkook se hizo para atrás de la mesa y se puso de pie, apuntándolo—. ¿y si el bebé no sobrevive y muere junto contigo por nada? ¿si no se obtiene nada bueno? ¿entonces qué? por favor, papá. esto no tiene que pasar. mi padre dijo que podía encontrar a alguien que... que... se encargue.
su papá negó con la cabeza y encendió otro cigarro con dedos temblorosos.
—eso es muy arriesgado, jungkook. eres joven, no entiendes las consecuencias, pero tu padre y yo sí. hemos visto lo que puede suceder. mi vida no vale la pena para que él vaya a la cárcel. prefiero morir en el intento a que él muera en una celda de prisión, obligándome a soportar celos yo solo, y sabiendo que tu padre se siente muy mal y frenético en una celda separado de mí. —lo señaló con el cigarro—. y déjame decirte, si llegan a atraparnos, la prisión es el mejor de los casos. perdí a un amigo omega cuando era muy joven. era soltero y entró en celo de una forma inesperada. hizo lo que tenía que hacer y terminó teniendo un aborto. fue capturado dos días después y ejecutado luego de una semana.
a jungkook se le secó la boca.
pero su papá no había terminado. —por no mencionar que el procedimiento del aborto es arriesgado. los médicos no están capacitados para hacerlo y sólo pocos de los buenos, están dispuestos a hacerlo. se sabe que los omegas mueren incluso por el puro intento. nuestra anatomía es delicada. el instrumento destinado a salvarnos puede extinguirnos. —su papá le dio una calada al cigarro y luego soltó las cenizas en su plato—. así que de nuevo, prefiero arriesgar mi vida para darle a este niño una oportunidad, que morir tratando de destruirlo.
—papá, por favor... —susurró jungkook—. no quiero perderte. por favor, no hagas esto.
—no hay ninguna buena opción aquí, jungkook. tengo que escoger la menos mala. como dije, este bebé quiere nacer. se ha aferrado por siete semanas. eso es más de un cuarto de las veinte semanas de gestación.
—¿cuánto tiempo hace que lo sabes?
—una semana más o menos. tu padre lo olió ayer por primera vez. eso significa que está creciendo más. que está sano. si sólo me aferro a él...
un sonido de cristales rotos vino de arriba. yoongi se levantó de un salto, tirando su silla mientras corría hacia la puerta de la habitación. jungkook lo siguió con el corazón dolorido, como si un caballo le hubiera dado una patada en el pecho. corriendo por las escaleras, rebasó a su papá fácilmente y llegó al cuarto de este antes que él. abriendo la puerta de un tirón, se encontró con la habitación a oscuras.
su amplia cama estaba perfectamente tendida y los otros muebles de la habitación se erguían como sombras gigantes. su padre estaba junto a la ventana rota, mirando hacia la noche. aire frío entraba y pasaba zumbando junto a jungkook, rumbo al pasillo.
—estoy bien —dijo su padre, con una voz apagada—. vete.
—¡seokjin! —el papá de jungkook gritó desde la escalera, subiendo tan rápido como pudo, pero su cara se había puesto pálida y estaba temblando.
jungkook se apartó cuando su papá entró en la habitación y vio la escena. —estoy bien, yoongi —repitió su padre, apoyando una mano ensangrentada en contra del marco de la ventana. mantuvo los ojos fijos en la ventana rota, hacia el patio de enfrente. las estrellas brillaban en el cielo negro, en una vista más clara por la falta del vidrio reflejando la luz del interior. se veían como pinchazos blancos en una cortina azul marino.
yoongi pasó junto a él y entró en la habitación. —¿qué hiciste?
—necesitaba un poco de aire fresco y la ventana estaba atascada, así que la rompí. pero todo está bien ahora.
a jungkook le dolía el estómago y las lágrimas corrían por su rostro.
—¡nada está bien!
su padre mantuvo recta su fuerte espalda y su rostro inexpresivo mientras miraba afuera.
su papá se movió hacia él, diciendo por encima del hombro: —ve abajo, cariño. yo me encargo de esto.
—pero...
—ve —repitió su padre con desgana.
el papá de jungkook le dio una sonrisa tranquilizadora, pero era falsa, como todo lo demás desde que comenzó la cena.
jungkook cerró la puerta de sus padres y permaneció en el pasillo, pero después de unos minutos de caminar de un lado a otro, no oyó nada detrás de la puerta. apretó la oreja en la madera y escuchó, encontrando sólo murmullos.
se movió rápidamente y se dirigió hacia abajo, yendo hacia el salón de música de su papá. se quitó la corbata y el saco, lanzándolos en el sillón. se arremangó la camisa, pensando en practicar la guitarra, pero incluso con el instrumento en sus manos, no podía descansar. caminó de un lado a otro por la habitación, una y otra vez. hasta que finalmente sacó una hoja de papel del escritorio, para escribir una nota rápida. la dejó sobre una mesa en el vestíbulo de la entrada, antes de salir por la puerta principal.
jungkook no solía caminar por las calles después del anochecer. era un mundo diferente con las farolas brillando y las casas oscuras. las luces eléctricas en el interior de la mayoría de estas, brillaban como la mantequilla derretida. algunas de las casas más humildes, parpadeaban con velas, haciéndolo preguntarse cómo sería tener tan poco.
sorprendentemente, había mucha gente en la calle. alfas, omegas, solos y acompañados, y montones de betas que estaban vestidos para ir a centros nocturnos y fiestas. al parecer, los que no tenían fuertes lazos familiares salían en la noche de la fiesta del lobo expectante. es curioso, nunca antes había pensado en lo que ellos hacían para celebrarla.
mantuvo su mente enfocada en lo que pasaba a su alrededor, como en los fantásticos trajes y los artistas callejeros con sus cantos y lecturas de poesía. si se obligaba a prestar atención, entonces no tenía que pensar en sus padres, y eso no podía hacerlo porque si lo hacía, su corazón se aceleraría, amenazando con explotar. se sentía débil como si sus pulmones hubieran dejado de funcionar y el mundo girara a su alrededor frenéticamente. siguió caminando, observando y tratando de no sentir nada en absoluto.
en la ciudad, las calles que le eran familiares se tornaron extrañas en la oscuridad, ignorando las miradas inquisitivas que le daban, caminó sin mirar hacia atrás. sus pies sabían a dónde ir. en poco tiempo, estuvo frente a la casa de hoseok, mirando hacia arriba por debajo del gran roble.
abrió la puerta de la cerca, caminó hasta llegar al porche. se escuchaba música viniendo de la casa, y consideró el rodearla para mirar por las ventanas para asegurarse de que hoseok estuviera solo. ¿y si no lo estaba? ¿si namjoon había regresado a ver cómo estaba? sintió profundas nauseas ante la idea de ellos juntos, pero las controló. mirando por la larga y estrecha ventana a un lado de la puerta, vio a hoseok yendo por el pasillo hacia su estudio.
jungkook contuvo el aliento. hoseok lucía tan guapo en una bata satinada color plata que hacía juego con el pantalón de pijama y pantuflas de peluche de color dorado. zephyr iba pisándole los talones con su cola y cabeza en alto. salvo por la gata, parecía estar solo.
así que tocó la puerta.
hoseok se sobresaltó pero se volvió hacia la puerta, envolviéndose en la bata con más fuerza mientras se acercaba. con cautela, la puerta se abrió en una grieta y se asomó, comprobando con un ojo verde quién lo estaba perturbando tan tarde. entonces la puerta se abrió de par en par. —¿jungkook? ¿en el nombre de dios lobo qué...? ¿se te olvidó algo?
jungkook levantó la cabeza y no dijo nada, pero los ojos de hoseok se ampliaron al ver su rostro pálido.
—ay cariño. ¿qué sucede? entra. —tiró de jungkook al interior, cerrando la puerta tras la noche fría. el sonido del violín que se superpuso al del piano, provino del estudio de hoseok y luego una profunda voz de barítono de un locutor de radio, habló con un ritmo tranquilizante.
la cabeza de hoseok se inclinó y lo miró inquisitivamente.
—¿qué pasa? te ves tan pálido.
jungkook notó la marca roja en el cuello de hoseok. la que él había dejado allí cuando el mundo había sido hermoso y lleno de posibilidades.
—no sabía a dónde ir.
hoseok tiró de él más adentro de la casa, acercándolo, y entonces cuando susurró: —estás muy frío. —jungkook se dio cuenta de que había salido de casa sin abrigo. —cuéntame. ¿qué pasó? —la voz de hoseok sonó cerca de su oído. se echó hacia atrás lo suficiente para verlo de nuevo a la cara—. ¿son tus padres? ¿están enojados contigo?
jungkook negó con la cabeza, pero su garganta estaba demasiado cerrada para que las palabras salieran. hoseok se acercó más, metiéndole la cara en su cuello, y lo sostuvo.
hoseok chasqueó en su oído, sujetándolo con fuerza.
—ay cariño —dijo con dulzura.
con valentía, jungkook trató de no llorar, pero las lágrimas calientes corrieron por sus mejillas y pequeños sollozos de desdicha, hiparon de él sin control.
hoseok lo meció de atrás hacia adelante mientras zephyr daba vueltas alrededor de sus piernas. lo silenció y le hizo promesas que jungkook sabía que no podía cumplir. después de todo, su papá estaba embarazado y determinado a tener al bebé. por lo que no.
no todo iba a estar bien.
lloró con más fuerza, doliéndole la garganta mientras su vida se desmoronaba.
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