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xiv.

CHAPTER FOURTEEN.

hoseok bebió de su té, mirando por la ventana de su estudio a las empapadas hojas marrones en el jardín. la nieve de la noche anterior no se había acumulado en lo absoluto. la luz color rosa a media mañana no daba ninguna indicación de los gruesos copos hermosos que habían girado alegremente por el aire. el cielo estaba despejado, y el día parecía que iba a ser soleado. era extraño estar irritado por algo que normalmente disfrutaba, como lo era el buen clima.

también su teléfono se había mantenido en un irritante silencio.

se volvió para fulminar a este con la mirada, como si fuera responsable de que jungkook no llamara. zephyr estaba sentada en el escritorio con las patas abiertas, lamiendo su trasero de una manera muy grosera.

hoseok torció los ojos.

—bestia desvergonzada —murmuró hacia ella—. igual a mí me gusta que laman mi trasero como a cualquier omega, pero incluso si yo mismo pudiera hacerlo, no se lo mostraría al mundo.

ella lo ignoró, lamiéndose incluso con más intensidad.

hoseok suspiró y se volvió hacia la ventana, con la cálida taza contra sus manos frías.

la noche anterior con jungkook, había estado a nada de hacerlo. no sabía lo que se había apoderado de él, pero si jungkook no se hubiera ido, entonces no tenía ninguna duda de que hubiera terminado sobre sus manos y rodillas, presentándose y siendo montado.

cuando le pidió que se quedara, había sido en parte para felicitarlo, para hacerle saber que había disfrutado verlo comportarse a la altura de las circunstancias en la confrontación con namjoon, pero también había querido investigar sutilmente el tema de yoongi y los abortivos.

incluso ahora no estaba seguro de lo que había estado esperando que jungkook le contara sobre la situación, pero con el delirio de feromonas afectándolo, y el tranquilizante alfa indudablemente menguando en jungkook, las cosas se habían movido tanto, que no había sido capaz de enfocar sus pensamientos. y entonces por fortuna, jungkook se había marchado, olvidando su abrigo y la receta del guiso de cangrejo que había copiado cuidadosamente para él.

ahora ya no estaba seguro de cuándo tendría otra oportunidad. mañana iría a las negociaciones sin saber si jungkook sabía de la supuesta conducta criminal de sus padres, y si era así, cómo se sentía al respecto. teniendo en cuenta su propio historial, la opinión de jungkook era bastante importante para él.

encendió el fuego, considerando sus opciones mientras prendía el cerillo. cuando las llamas tomaron forma, se levantó, sacudiendo pequeños trozos de corteza de sus pantalones y camiseta de manga larga color rosa, que se había puesto esa mañana. supuso que ordenaría otra vieja pila de revistas o posiblemente terminaría de leer la novela que empezó el día anterior. sin embargo, ninguna de las dos cosas parecía particularmente atractiva, no cuando podía haber ido con jungkook a deslizarse en trineo, actuando como si volviera a ser un niño. 

fue un alivio cuando el timbre sonó.

dejando la taza de té sobre la mesa, le dio a zephyr una mirada firme y dijo: —no la tires. ¿entiendes?

ella maulló y le dio la espalda.

anticipando que fuera una entrega o tal vez el correo, se quedó sin aliento cuando abrió la puerta.

—¡oh!

—hola —dijo jungkook, sonriendo con picardía.

hoseok arqueó una ceja, sintiendo caer a su estómago en picada como un pájaro en vuelo. —pensé que me llamarías esta mañana —lo regañó—. no que te aparecerías en mi puerta.

—iba a llamar si nevaba —dijo jungkook, con un toque de suficiencia. traía puesto un pantalón de uso rudo, una gruesa y pesada camiseta de manga larga, y una pala en la mano.

había tres hombres de pie en el pasto detrás de él, con atuendos similares, llevando herramientas para el jardín. había una camioneta en la calle tras ellos. el costado de esta decía: "jardín en crecimiento – betas en contratación".

jungkook apartó un puñado de pelo rubio de sus ojos.

—no nevó.

—no. no nevó.

—tendremos que deslizarnos en trineo en otra ocasión. pero el frío de anoche me hizo pensar que si voy a hacer algo respecto a tu jardín, necesito empezar antes de que el suelo se congele. ellos son betas que mis padres contratan, y acordaron venir conmigo para comenzar el día de hoy si te parece bien. tenemos mucho por hacer. si mal no recuerdo, el lugar está bastante crecido.

hoseok parpadeó hacia él en la pálida luz que brillaba a través de los árboles. sus ojos azules resplandecían como el mar en pleno verano, y sus mejillas estaban sonrosadas por el frío.

—¿tus padres saben que estás aquí?

—por supuesto. me dieron una dosis extra, no te preocupes. —sonrió jungkook.

hoseok enrojeció, con una ola de calor elevándose a través de su interior, mientras que lubricante natural humedecía su trasero.

las fosas nasales de jungkook se dilataron y sus ojos brillaron peligrosamente. —eh.

hoseok gimió, se pasó una mano por su barbilla y dijo: —espera un minuto. —le cerró la puerta en la cara y tomó una respiración profunda, intentando calmar su pulso. feromonas ridículas. era un hombre adulto, por el amor de dios lobo.

se volvió hacia el perchero junto a la puerta, agarró el abrigo de jungkook, le dio una larga aspiración, disfrutando del aroma con toques de lápiz, tierra y algo picante. luego abrió otra vez la puerta.

—anoche dejaste esto.

jungkook recibió el abrigo, también lo olió y sonrió.

—ahora huele a tu casa. y a ti.

—en realidad pensé que olía a ti.

jungkook contempló a hoseok con tal intensidad, que hizo que la humedad se propagara más por su entrada.

—¿te gusta eso?

hoseok gimió de nuevo, mirando por encima de los hombros de jungkook, hacia donde los jardineros betas se quedaron hablando en voz baja al frente de su casa. —sí. —en esa admisión, su cuerpo lo traicionó aún más. su pene se engrosó e irguió, y su entrada se empapó. tendría que cambiar su ropa interior.

jungkook apretó la mandíbula, apoyando la pala contra el costado de la casa. devolviéndole el abrigo, le dijo: —quédatelo entonces. no lo necesito hoy. tendré bastante calor una vez que comience a trabajar.

hoseok lo tomó sin argumento, y se estremeció cuando al aroma de jungkook llegó a él de nuevo.

jungkook miró sobre su hombro hacia los hombres que había traído con él. —podría decirles que se vayan. puedo oler cómo te estás abriendo para mí. y si das tu consentimiento, puedo hacer algo al respecto. —hizo un gesto hacia abajo en donde su erección distorsionaba la parte delantera de sus pantalones.

—protocolos —dijo hoseok con voz ronca, ahora su propio miembro palpitaba y sus pezones se notaban por debajo de su camiseta, irguiéndose por algo más que el aire frío del exterior.

—¿a quién le importa? ya estamos mal para los estándares culturales. tú quieres sentirme. yo quiero sentirte. —dio un paso hacia adelante, con las pupilas dilatadas y la boca abierta como si fuera a inclinarse para un beso.

—detente —se quejó hoseok. cerró los ojos para controlarse—. pensé que habías dicho que te dieron tu dosis.

—lo hicieron. aunque quizás necesitan darte algo a ti, ya que estás empapado por mí. no deberías sufrir cuando sé lo que quiero. —sin embargo, titubeó en el umbral—. tú decides.

—mocoso insolente.

los ojos de jungkook destellaron. —te debería nalguear por eso.

las rodillas de hoseok temblaron, y entrecerró la puerta hasta que estuvo abierta sólo un par de centímetros.

—sí, puedes limpiar mi jardín —dijo a través de la grieta, tratando de recuperar un poco de dignidad cuando no quería nada más que arrastrarlo dentro de la casa, tirarse al suelo, bajarse los pantalones, ser nalgueado, y luego embestido hasta no poder ver bien.

—si estás seguro. —los ojos de jungkook brillaron.

—estoy seguro —dijo hoseok, con el corazón acelerado.

dios lobo, jungkook era tan joven, tan inexperto, probablemente eran sólo palabras. no sabría qué hacer si lo dejaba entrar en la casa. no tendría ni idea de por dónde empezar con una nalgueada adecuada y el sexo. ¿cierto?

tenía que creer eso o se volvería loco.

jungkook asintió y resopló haciendo volar un mechón del rubio cabello de su frente, sólo para que volviera a caer sobre esta de nuevo.

—estaremos atrás. probablemente nos tomará la mayor parte del día.

—entonces tendré el almuerzo listo para el mediodía.

jungkook ladeó la cabeza dudosamente. —¿puedes preparar el almuerzo?

—no creas todo lo que mis amigos te dicen. soy perfectamente capaz de hacer sándwiches para cuatro hombres. —su miembro palpitó al ritmo de su pulso, mientras luchaba contra el impulso de abrir la puerta de par en par y arrastrar a jungkook al interior.

—entonces estaré esperándolo —dijo jungkook, antes de ajustar su miembro para que este fuera más discreto, y entonces volteó hacia los hombres detrás de él—. por aquí. hay mucho trabajo por hacer. ah, y kwan, dime qué piensas sobre lo que deberíamos plantar. aunque por supuesto, lo discutiremos con hoseok antes de comprar cualquier cosa.

—voy a estar aquí todo el día —dijo hoseok débilmente, antes de cerrar completamente la puerta, poniéndole seguro, y apretando el abrigo de jungkook contra su rostro. cayó sobre sus rodillas, batallando para abrir su pantalón, y agarró su palpitante erección. cerrando los ojos con fuerza, pensando en la intensa mirada azul de jungkook, se metió la mano en la boca para ahogar sus gruñidos. sus caderas se sacudieron y su cuerpo se convulsionó mientras pintaba rayas blancas en los desgastados tablones marrones.

cuando terminó, se levantó tembloroso, colgó el abrigo de jungkook en el perchero y agarró un pañuelo del bolsillo de uno de los suyos, para limpiar el desastre. con el corazón aún acelerado, y su trasero estremeciéndose y húmedo, se dirigió arriba hacia el baño. un atisbo de preocupación lo molestaba a pesar de la bruma post-orgásmica. su excitación apenas y se había saciado.

la imprimación alfa podría ser instantánea y violenta. ¡pero la contraparte omega no se quedaba atrás! su cuerpo ansiaba por jungkook y no iba a dejar que se olvidara de él. requirió de otro orgasmo en la ducha, con el trasero llenó por un dildo tamaño alfa que utilizaba cuando namjoon necesitaba un descanso durante el celo, para recuperar sus sentidos.

. . .

el resto de la mañana transcurrió con suficiente calma.

hoseok se entretuvo en su estudio, sintiéndose a gusto y relajado, ordenando montones de revistas. luego se acomodó para leer en el sillón, tapándose con una manta. zephyr dormía en sus piernas y estaba lejos del fuego, para así poder apreciar la vista desde las ventanas ahora abiertas, donde jungkook y los betas trabajaban sin contratiempos. tomó un sorbo de té, leyó unas cuantas páginas, durmió un poco, soñando con los dedos de jungkook en su trasero, y se despertó de nuevo excitado. gimió y se puso de costado, bajando a zephyr, y respiró lento y profundamente hasta que su erección desapareció.

mientras volvía en sí, distinguió cuatro voces cantando, y las palabras llegaron a él con la brisa. curioso, se levantó y se estiró, y luego atravesó la habitación para ver mejor. efectivamente, jungkook cantaba junto con los otros hombres, su voz era en un dulce y tierno tono barítono mientras cantaba una canción de amor del viejo mundo, para una mujer humana llamada roxanne.

hoseok sonrió cariñosamente, apoyándose en el alféizar y mirando hacia afuera a donde habían quitado casi una camioneta de escombros. ya comenzaba a parecerse más al antiguo jardín de su papá. incluso habían dejado al descubierto la vieja estatua de "lobo in extremis", cerca de la parte trasera.

cuando terminó la canción, el beta que jungkook había llamado kwan, comenzó una nueva. hoseok la reconoció como algo que había escuchado en el teatro hacía varios meses atrás. había asistido al espectáculo con namjoon, y después volvieron a la casa de hoseok para hacer el amor.

siempre había disfrutado la cuidadosa y prudente intensidad de namjoon en la cama. debería extrañarla, y tal vez con el tiempo lo haría, pero por ahora quería algo completamente distinto. quería a jungkook. un chico que ni siquiera había estado en su radar en la última ocasión que escuchó esta canción. era difícil creer que sólo había pasado una semana desde que su vida se había puesto patas arriba.

jungkook se volteó, lo vio y se acercó a la ventana.

—¿te gustan los lirios? kwan dice que puede conseguirlos a buen precio con un proveedor en el distrito calitan. —se pasó una mano sucia por su frente sudorosa, viendo hacia hoseok en la ventana, con una sonrisa—. no es que el precio importe. no dejes que eso te preocupe.

—en realidad, sí, me gustan. mi papá tenía hace años. se marchitaron pocos años después de que él falleció. —hoseok se encogió de hombros con tristeza—. descuidé todo muchísimo.

—debió haber dolido el venir aquí y pensar en él. por supuesto que fue demasiado —dijo jungkook con suavidad.

—dolía más ver con los años, cómo dejé ir todo al carajo. me temo que soy muy perezoso. si no estoy dando clases o escribiendo, soy bastante inútil. no estoy seguro de qué vas a hacer conmigo.

la sonrisa de jungkook se volvió ladina.

—eh, tengo un montón de ideas de qué hacer contigo.

el pene de hoseok se llenó de sangre, por lo que chasqueó la lengua.

—no en este momento.

después de dar un rápido vistazo por encima de su hombro, jungkook se apoyó en el alféizar y dijo en broma: —hace un rato parecías excitado ante la idea de una nalgueada. ¿eso te haría menos flojo? —sus ojos brillaron—. una nalgueada al día, mantiene al polvo alejado.

la entrada de hoseok se humedeció, y se alegró de que la corriente del aire fuera hacia la habitación y no al contrario. aunque podía oler el sudor de jungkook, y eso lo hizo mojarse y su ridículo miembro, «¿qué no había tenido ya suficiente?», se puso incluso más duro

—tengo el presentimiento de que una nalgueada sería inútil para alentarme a limpiar.

—¿por qué?

—como ya lo discutimos, me motiva mucho el sexo. las nalgadas darán lugar al sexo, y eso a un orgasmo, lo que me pondrá muy cansado y feliz de no hacer nada más que acostarme a leer libros y dormir a la espera de mi próxima nalgueada. —sus pezones se estremecieron, y tuvo que quedarse muy quieto a fin de evitar menear el trasero, por lo que se mordió el interior de su mejilla para controlarse.

las cejas de jungkook se alzaron. —es bueno saberlo. creo que me va a gustar vivir contigo.

la garganta de hoseok chasqueó al pasar saliva.

—deja de coquetear con tu omega y vuelve al trabajo —gritó kwan desde donde cortaba una gruesa mata de maleza, mirando a jungkook a través de un oscuro mechón de pelo sucio—. si quieres que esto esté para la tarde, necesito la cooperación de todo el que se pueda.

jungkook gritó: —estoy negociando el almuerzo.

—comeremos el nuestro aquí. ¿verdad, chicos?

los otros dos betas asintieron, sin siquiera levantar la vista de donde cortaban, picoteaban, y echaban las ramas rotas, arbustos y maleza, en carretillas gigantes.

—yo comeré adentro —dijo jungkook, volviéndose hacia kwan—. y luego vuelvo. —sus largos dedos agarraron el alféizar de la ventana.

hoseok cerró los ojos cuando un destello de su sueño, lo golpeó de nuevo. en el sueño, jungkook había sabido lo que estaba haciendo, dándole en la próstata con cada toque de sus dedos y masajeado expertamente sus glándulas omega, pero de esto, jungkook no podía saber nada al respecto, ¿o sí? ¿siquiera él habría estado con un beta? dios lobo, se estaba volviendo loco.

kwan resopló pero sólo dijo: —si no terminamos hoy, supongo que nos pagarás otro día. adelante, es tu dinero.

jungkook se volvió hacia hoseok y bromeó: —debería trepar por aquí o...

—rodea hacia la puerta de la cocina en quince minutos —dijo hoseok, señalando con el pulgar hacia el costado de la casa—. tendré comida para todos para ese entonces.

por suerte, jimin le había dejado las sobras y víveres básicos, como pan, huevos y leche. si sus amigos no cuidaran de él, no sabía qué sería de su vida. estaría hambriento, eso es seguro.

el pan integral era suave y fácil de cortar en rebanadas de sándwich. le untó un poco de mayonesa y un poco de mostaza. las rebanadas de pato que sobraron, estaban bien colocadas sobre el pan, y las hojas de espinaca verdes le daban una pizca de bienestar al convite. rebuscó en su alacena hasta que encontró la bolsa sin abrir de rodajas de piña secas que había estado guardando para un antojo de dulce, y puso dos en cada plato.

apenas había terminado cuando se escuchó el toquido de jungkook en la puerta trasera.

—adelante —dijo, y juntó tres platos en sus manos. se los pasó a los trabajadores, quienes se los llevaron hacia el patio trasero con gruñidos de agradecimiento—. ¿no necesitan algo de beber? —preguntó viéndolos irse, en tanto que jungkook trataba de quitarse sus botas sucias antes de entrar en el cocina.

—traen termos —gruñó jungkook mientras se sacaba su segunda bota.

se puso de pie sonriendo y cerró la puerta tras él.

la casa se sentía tranquila. una sensación de soledad se instaló duramente. la respiración de hoseok cosquilleó sus pulmones, y la sensación burbujeante permaneció en él conforme jungkook lo recorrió con la mirada, con los ojos casi ensombrecidos por el mechón de pelo rubio.

—debería lavarme las manos —dijo, pero de alguna manera sonó como seducción. áspero y lleno de lujuria.

hoseok retrocedió e hizo un gesto hacia el fregadero.

—también hice sándwiches para nosotros. —estos estaban sobre los platos en la mesa, junto con vasos de agua fría, esperando a que se sentaran.

jungkook no dijo nada mientras se lavaba las manos, a continuación se inclinó sobre el fregadero de la cocina, salpicando su rostro sudoroso con agua. el estómago de hoseok dio un vuelco, con una corriente chispeante entre ellos, dejándolo congelado, esperando.

jungkook se secó la cara con un trapo que hoseok había dejado sobre la encimera, y luego se volvió hacia él. —ven acá.

—¿por qué? —las entrañas de hoseok se retorcieron y su miembro se engrosó.

—sólo hazlo.

hoseok pasó saliva y se acercó un paso, con el corazón en la garganta y la piel erizada.

cuando estuvo lo suficientemente cerca, jungkook lo sujetó de la barbilla con suavidad. la habitación se sentía demasiado pequeña y grande a la vez, y lo mismo pasaba con su cuerpo. quería huir, ponerse de puntitas y besar los labios de jungkook, o derretirse en un trémulo desastre resbaladizo y húmedo por toda la cocina. es más, ni le importaba lo que sucediera, con tal de que algo pasara.

—voy a besarte —anunció jungkook, firme y seguro—. ¿tienes algún problema con ello?

«¿dónde estaba su inseguro bebé alfa?»

—no.

—no, no tienes problema, o...

—no tengo problema con ello.

tenía treinta y cinco años y había besado a muchos hombres, pero nada lo preparó para la dulzura de los labios de jungkook en los suyos. suave y húmedo, determinado pero respetuoso, sintió el beso hasta los dedos de sus pies, su miembro, sus entrañas, y su deshecho y doliente corazón ardiente. su trasero derramó lubricante a borbotones, y jungkook gruñó en respuesta al olor. sus rodillas le temblaron, envolvió los brazos alrededor del cuello de jungkook y se sujetó, saboreándolo una y otra vez.

cuando jungkook se apartó, apoyó la frente en hoseok, jadeando suavemente, su erección picoteaba con fuerza el estómago de hoseok.

—eso es suficiente por ahora. —su boca estaba húmeda y roja.

hoseok vibró de deseo. su mente dio vueltas a una pregunta maravillosa en particular: ¿cómo es que este excitante joven alfa, había aprendido a besar así?

el pecho de jungkook se sacudía con los latidos de su corazón, haciendo eco del propio pulso de hoseok.

—sabes tan bien —susurró jungkook, sus ojos fijos en la boca de hoseok—. demasiado bien.

hoseok gimió, empuñando sus manos en la camisa de jungkook, y lo empujó contra la encimera mientras tomaba su boca de nuevo. jungkook le dejó hacerlo, y se movieron el uno en contra del otro, duro y con vigor. jungkook se sacudió y gimió, luego lo agarró por el cuello, atrayéndolo, y lo besó hasta debilitarle las rodillas.

sujetándolo con un brazo alrededor de su cintura, jungkook se separó del beso. —hueles tan bien. húmedo y abierto para mí. tan relajado. tan listo.

—siempre listo para ti —respondió hoseok, como si hubiera sido programado para decirlo.

—sí —dijo jungkook entre dientes.

el trasero de hoseok se estremeció. —te necesito.

los dedos de jungkook apretaron su cuello fuertemente y cerró los ojos apachurrándolos. —espera, aguarda.

el corazón de hoseok tamborileó. ¿su bebé alfa iba a echarse para atrás? ¿dejándolo iracundo sin clavarle en la desesperada y abierta entrada, su gigante y ansioso miembro?

espera... ¿gigante y ansioso miembro? ¿dios lobo, qué estaba pensando? ya estaba demasiado ido.

jungkook apretó los dientes. —tenemos que tomar una decisión. una inteligente.

hoseok restregó sus caderas contra él, con su pene adolorido y el trasero empapado. era todo lo que podía hacer para no exigirle que lo penetrara en ese momento.

—no puedo pensar cuando aún puedo saborear tu saliva —susurró, lamiéndose los labios en busca de más.

—rayos —dijo jungkook, mirándolo con los ojos muy abiertos.

—pero no deberíamos... —ni siquiera podía realmente protestar.

esta era la razón por la que no debían estar solos.

—date la vuelta —dijo jungkook, volteándolo hacia la encimera mientras decía las palabras.

fue duro y rápido. jungkook se pegó contra su espalda y besó su cuello, orejas, mientras le restregaba la entrepierna bajo el grueso pantalón, presionándose contra su trasero.

hoseok se arqueó contra él, ansioso y listo para lo que le quisiera hacer.

—sí —gimió—. por favor.

jungkook gruñó, empujándole su duro pene contra el trasero. le besó el cuello, enviando una cascada de dulces escalofríos sobre su piel. entonces maldijo en voz baja y se apartó de él.

—no —se quejó hoseok, mirando tristemente por encima de su hombro—. vuelve.

jungkook negó con la cabeza. sus ojos estaban vidriosos y jadeó, estaba temblando, pero mantenía la distancia. —comamos.

hoseok se quedó apoyado contra la encimera, con su erección pulsando duramente en su pantalón. —¿qué?

—comamos —dijo jungkook con voz grave, dirigiendo su vista hacia el jardín por la ventana de la cocina—. terminaremos esto en otro momento.

hoseok se volvió lentamente para mirarlo.

—¿estás loco o simplemente eres un idiota?

jungkook se rió. —estoy tratando de demostrarte algo. que puedo controlarme. estás haciéndomelo difícil, pero me imagino que si esto es una prueba, la voy a pasar, aunque sea por poco.

hoseok parpadeó, completamente podrido en lujuria. se quedó en silencio mientras jungkook ajustaba su pene y luego con cautela, se movió para sentarse en la mesa de la cocina. se necesitaron varios momentos aturdidos para unirse a él allí. cuando lo hizo, jungkook todavía tenía la bruma de lujuria en sus ojos, pero le sonrió esperanzadoramente.

—¿así que sólo vamos a comer? —siseó hoseok.

—sí. —jungkook agarró su sándwich y le dio una mordida.

—¿estás siendo serio?

asintiendo, jungkook masticó y se lo pasó.

—¡oye, está bueno! jimin no le hizo justicia a tus habilidades sobre los sándwiches.

haciendo caso omiso de la burla, dijo: —hace un rato querías pasar y tomarme. ¿ahora que estoy dejándote hacerlo, te detienes?

—hace un rato iba a llevarte a tu habitación y hacer las cosas bien —dijo jungkook calmadamente, aunque su cuello se sonrojó.

hoseok apretó los dientes.

—fue una buena idea el tomar una dosis extra de tranquilizante alfa antes de venir aquí, ¿eh? —jungkook arqueó una ceja—. o seguramente habría fallado la prueba.

—no era una prueba. —hoseok se puso de pie, con el cuerpo cargado de energía por la denegada excitación—. no te haría eso.

jungkook asintió con cautela.

—lo sé. bueno, quiero decir, sé que no lo harías a propósito, así como premeditadamente. pero más tarde estarías pensándolo y te preguntarías cómo puedes estar con un alfa que te tomó por primera vez en la cocina, sin cuidado y preparación, y sin seguir los protocolos.

—me importan una mierda los protocolos —dijo hoseok, agarrando el borde de la dura mesa—. no soy el tipo de hombre que podría exigirte que los siguieras.

jungkook puso su sándwich en el plato para darle a hoseok toda su atención. —eso no es cierto. te importan. insististe desde el principio que los siguiéramos.

—porque tenía miedo —admitió hoseok. la madera bajo sus palmas se le clavó bruscamente—. no te conocía.

—¿y ahora sí? —las cejas de jungkook se alzaron. él tenía algo de razón. —creo que estás sufriendo de delirio por feromonas, profesor jung.

hoseok lo fulminó con la mirada.

—come tu almuerzo —dijo jungkook, empujando el plato intacto de hoseok—. necesitas conservar las fuerzas para toda esa lectura y siestas que tienes el día de hoy.

hoseok resopló pero no agarró su sándwich. —ya vuelvo.

—¿a dónde vas?

se detuvo y señaló hacia el baño. su ropa interior estaba empapada de nuevo, y no iba a comer con la molesta humedad resbaladiza, como un recordatorio constante de cómo jungkook lo había puesto.

—necesito cambiarme.

—pero me gusta la forma en que hueles —dijo jungkook, entrecerrando los ojos—. sabiendo que estás mojado por mí, eso me gusta.

lo sé. —hoseok apretó los dientes y fue a cambiarse de ropa.

le tomó unos minutos el limpiarse y entrar en razón, pero cuando volvió con jungkook a la mesa, sus manos aún estaban temblando al tomar su sándwich. ¿cuánto tiempo tendría jungkook ese efecto en él? ¿su cuerpo se calmaría si cedía a sus deseos, si firmaban el contrato y lo consumaban? ¿cuánto tiempo hasta que ambos se relajaran?

—entonces, ¿qué hay de nuevo? —preguntó jungkook, como si hacía cinco minutos, no hubiera sido el mayor calienta braguetas de toda la historia humana.

aún al límite, hoseok masticó el bocado de sándwich y luego se encogió de hombros. —no mucho. creo que te dije que el otro día vi a jimin. está trabajando en una nueva pintura.

—ah sí. es artista, chef y filósofo, ¿verdad? ¿es bueno? en la parte técnica, quiero decir.

—en mi opinión, sí, aunque por supuesto, cada quien tiene sus propios gustos sobre el arte.

jungkook se metió en la boca un pedazo de espinaca. —me gusta más el abstracto que el figurativo. ¿qué ha hecho él?

—un poco de ambos. —hoseok no tenía ganas de comer. hizo a un lado su sándwich—. ¿qué te atrae del arte abstracto?

jungkook ladeó la cabeza, pensando un poco. —¿vas a comer eso? —hoseok negó con la cabeza. —¿te importa si...?

su alfa en crecimiento había estado trabajando afuera. por supuesto que tenía hambre. —adelante.

jungkook le dio un gran mordisco a su propio sándwich y luego añadió el de hoseok a su plato. —creo que estoy atraído a lo abstracto sobre lo figurativo, porque paso mucho tiempo mirando a través de microscopios, tanto en la escuela en mis estudios, como en casa por diversión. a veces finjo que lo que estoy viendo es arte. trato de imaginar cómo sería recrear la imagen de alguna otra manera. en ocasiones lo intento. yo no diría que soy un artista, pero algunas veces dibujo. lo que veo bajo el microscopio suele ser un desastre, pero es uno interesante. y eso es lo que veo en el arte abstracto, las mismas cosas que veo bajo el microscopio. son las creaciones del mundo, ¿sabes?

en algún lugar de ese pequeño discurso, jungkook había sido lo suficientemente adorable para que hoseok lo perdonara por insistir en seguir los protocolos, después de no haberlos seguido para nada. tal vez fue su sinceridad o la forma en que sus ojos brillaron cuando mencionó el microscopio. hoseok dijo: —no he pasado mucho tiempo viendo en los microscopios. de hecho, yo diría que no he mirado en uno desde que me gradué de monte jurado hace varios años ya.

los grandes ojos de jungkook se iluminaron como el sol en el mar.

—¡ah! voy a tener que mostrarte pronto mis portaobjetos favoritos. sé que te gustarán.

sí, era la forma en que él resplandecía. por eso es que hoseok lo perdonó. eso, y el saber por debajo de la lujuria, que jungkook tenía razón. si él lo hubiera tomado en la encimera, más tarde hoseok lo habría juzgado duramente por ello. así de imbécil era. y de alguna manera, jungkook ya sabía eso de él.

—tal vez si te muestro mis portaobjetos favoritos, escribirás un poema sobre lo que viste. —jungkook pasó saliva—. o tal vez no. de cualquier manera está bien. pero me gustaría mostrártelos, si deseas verlos.

—me gustaría hacerlo. y tal vez escriba un poema. "oda a jungkook y el arte de la ciencia". todo con letras minúsculas, por supuesto.

—por supuesto. —sonrió jungkook—. ¿escribirías un poema de mí? ¿en verdad?

—estoy seguro de que algún día voy a terminar escribiendo uno sobre ti —dijo hoseok, ladeando la cabeza, curioso de lo ansioso que jungkook parecía estar de que lo hiciera—. es poco probable que comparta esta experiencia contigo y no escriba en absoluto sobre ello.

—genial. —jungkook asintió bruscamente—. no importa lo que mi padre diga al respecto, ignóralo. no estará en el contrato. lo prometo.

el flujo sanguíneo de hoseok se desaceleró, con la sospecha retorciéndose en su estómago. —¿no importa lo que tu padre diga acerca de qué exactamente?

—ah, de la poesía. no quiere que escribas poemas, en especial de mí. pero yo sí. quiero que escribas un montón de ellos sobre mí. y que sean tus mejores poemas. —las aletas de su nariz se expandieron, y le dio a hoseok una mirada acalorada, posesiva—. así que hazlo cada vez que te inspire. cuanto antes mejor. tampoco me importa lo que digan. no tienes que halagarme. pueden ser feos. sólo hazlos lo más reales posible.

hoseok se aguantó una carcajada. —ay jungkook. dios lobo, ¿qué se supone que haré contigo?

—no lo sé. averígualo. en un poema. —jungkook sonrió de nuevo, masticando felizmente una rodaja de piña deshidratada—. ¿cuándo puedo traer mi microscopio y mostrarte algunos de mis portaobjetos?

—tal vez pueda verlos la próxima vez que vaya a tu casa. ¿no sería así más fácil?

jungkook arrugó la nariz y apartó su mirada.

—¿qué?

—creo que podría bajarlo al salón de música o al estudio de mi padre. sería más fácil que atravesar la ciudad a cuestas. pero... —se encogió de hombros—. no sé.

hoseok contempló el mechón de pelo que caía en la frente de jungkook y su cuello ruborizado. —¿qué te preocupa tanto?

jungkook se encogió de hombros. —no es importante.

hoseok se cruzó de brazos y se le quedó viendo de una manera que lo tuvo rindiéndose en cuestión de segundos.

—está bien. es una tontería. puedo bajar el microscopio, pero entonces mis padres estarán allí y no será privado. si lo traigo aquí, podemos verlo juntos sin gente alrededor. me gusta más cuando estamos solos. ¿a ti no?

dejando a un lado la forma en que jungkook le daba alas y luego lo dejaba colgando, sí, le gustaba. —podría subir a tu habitación. es decir, si a tus padres no les importa. podríamos dejar la puerta abierta para que se sientan más seguros y...

jungkook resopló. —¿tú dejas la puerta abierta cuando vas a la habitación de namjoon?

hoseok se mordió el interior de su labio por un momento, notando el encorvamiento de los hombros de jungkook, y el brillo de vergüenza en sus ojos. —¿qué tiene que ver namjoon con tu microscopio? —preguntó en voz baja.

—nada. —jungkook dio una mordida feroz a lo que quedaba del sándwich de hoseok, y luego con un profundo suspiro, arrojó el pedacito sobrante sobre el plato y se levantó—. mi habitación es la de un niño. no quiero que la veas. vas a pensar que no puedo ser un alfa para ti.

—por si sirve de algo, nunca he estado en la habitación de namjoon —dijo hoseok—. bueno, no en su casa de aquí en la ciudad. por lo que sé, la mantiene exactamente como cuando su omega estaba vivo.

—¿su omega?

—seung-min. nunca lo conocí. namjoon estaba profundamente enamorado de él. estaban emparejados.

los hombros de jungkook se relajaron un poco. —pero ha estado en tu habitación.

—¿estás celoso de namjoon?

—sí, pero no voy a enloquecer por ello. y no puedes pretender estar sorprendido por eso, porque ya sabías que lo estaba.

hoseok sonrió. —sí.

—es sólo que no me gusta que pienses de mí como un niño. entrar en mi habitación sólo lo empeoraría.

—tal vez quiero ver tu habitación. —hoseok estiró su mano y sujetó los dedos de jungkook, sintiendo su fuerza mientras los entrelazaba con los suyos—. mira, nada va a hacer que tengamos la misma edad o incluso que sea menor la diferencia. si no has cambiado tu habitación, es porque todavía dice mucho de ti, y me gustaría verla, tal como está. eres mi alfa, y si voy a firmar un contrato contigo, no sirve de nada fingir que no tienes diecinueve años y que no eres exactamente quién eres, y quien has sido. —apretó sus dedos—. ya que yo tampoco puedo pretender no ser quien soy y quien he sido.

las entrañas de hoseok se constriñeron. no sabía cómo podía confesarle acerca de lo que había sucedido durante ese segundo resurgimiento de celo, pero tampoco estaba seguro de si moralmente podía firmar un contrato con él si lo mantenía en secreto. necesitaba saber qué pensaba jungkook de la situación de su papá, cómo veía en general ese tipo de cosas antes de que le contara su propia historia, ¿pero cómo preguntar sin ser obvio?

—lo pensaré. —jungkook le apretó la mano.

hoseok cerró los ojos y reunió el coraje. sus manos estaban húmedas, por lo que soltó la suya y se sentó. —hablando de ser honestos y sinceros entre nosotros, el otro día escuché algo que me angustió.

—¿qué? —preguntó jungkook, con sus cejas decayendo.

—es sólo que me llegó de manera indirecta, que es posible que estés ocultándome algo.

jungkook pasó saliva y cerró los ojos. —¿ah, sí?

—sí, y jungkook, necesito que seas honesto conmigo. para que la negociación del contrato sea fructífera, tenemos que contarnos todo. un conocido mío me dijo que había rumores...

los labios de jungkook temblaron ligeramente mientras agachaba la cabeza, cayendo pelo rubio sobre sus ojos. —¿se trata de yu-gyeom? ¿un profesor amigo tuyo sospecha de nosotros? —pasó saliva.

hoseok parpadeó confundido, perplejo. —¿yu-gyeom? ¿tu amigo de la biblioteca?

—sí. —jungkook frunció el ceño—. ¿él mismo te lo dijo? o alguien supuso... —se sacudió el cabello, dejándoselo revuelto—. lo que sea que hayas oído, no tienes de qué preocuparte. no sucederá nunca más. lo prometo.

el cerebro de hoseok se revolvió tratando de comprender sus palabras. no tenía idea de lo que estaba hablando, pero decidió seguirle la corriente hasta que llegara al final del asunto. —está bien. pero necesito que me expliques un poco más.

—¡era sólo un juego! —la ansiedad de jungkook brillaba en su rostro—. al menos para mí. pienso que para yu-gyeom tal vez fue algo más. creo que desarrolló sentimientos por mí. —se aclaró la garganta—. no, sé que lo hizo. lo cual sé que está mal en muchos aspectos. pero el libro sagrado del lobo no da cabida a alguien como él, y parece cruel, ¿no te parece?

hoseok lo contempló con una sospecha formándose.

—él no escogió sentirse de esa manera. ¡no es realmente lo que él quiere ser! no sé cómo te enteraste, pero por favor, no me juzgues por ello. —se pasó una mano por la boca, con la vista dirigiéndose a todas partes—. fue sólo un juego. y nadie debía saberlo nunca. ¿yu-gyeom te lo dijo? sé que está celoso, pero pensé que había aceptado esto. —hizo un gesto entre ellos—. a nosotros.

—yu-gyeom no me dijo nada. nunca me lo he encontrado o hablado con él.

—ah, gracias a dios lobo —susurró jungkook—. sería estúpido de su parte el contarle a alguien y sé que está molesto, pero no es suicida. no quiere que nadie sepa que es un amanerado. —su boca se cerró y sus ojos se ampliaron—. ¡no! no quise decir eso. no es un amanerado. es sólo... diferente.

hoseok tomó un sorbo de agua, mojando su boca repentinamente seca, con la comprensión plenamente alborada. —déjame ver si entiendo. ¿estás diciéndome que has estado teniendo sexo con tu mejor amigo? ¿penetrando a otro alfa?

jungkook frunció el ceño, con la confusión deformando sus facciones. —pero tú lo sabías. acabas de decir... —se sonrojó aún más—. ah, no lo dijiste.

—no, no lo hice. debiste haberte sentido culpable por eso y pensaste que me refería a él —soltó hoseok.

—sí. —el pie de jungkook golpeó el suelo con rapidez, y parecía que iba a vaporizarse de la silla. incluso sus labios temblaban.

hoseok sabía que había todo tipo de tabúes sobre el sexo entre alfas, pero también que los chicos en crecimiento con hormonas salvajes, necesitaban desfogarse. indiscreciones eran de esperarse. los omegas en monte jurado tampoco se contenían.

—no sabía que tu familia se adhería tan fuertemente al libro sagrado para que te sintieras culpable por desahogarte con tu amigo. aunque obviamente tiene que ser mantenido en secreto por su seguridad, y hasta cierto punto, la tuya. pero tampoco soy quien para juzgarte por ello.

jungkook bajó la cabeza. —no es eso. no me siento culpable por ello.

—¿entonces...?

—lo hicimos una última vez. después. —cruzó su vista con la de hoseok, con sus labios retorcidos y las lágrimas acumulándose en sus pestañas—. lo siento.

el rostro de hoseok palideció y un dolor agudo lo punzó, inesperada y extrañamente. ¿por qué le importaba? apenas y se conocían, y estaba claro que jungkook no tenía intención de continuar con el otro chico, así que, ¿por qué se sentía como si hubiera sido apuñalado? no tenía derecho a esa sensación.

una voz en su cabeza le susurró: «acostúmbrate a ello. él debería conseguirse un sustituto», mientras otra siseó: «¡no, quiero que me elija a mí! por favor, elíjeme siempre.»

jungkook se tambaleó para pararse y rodeó la mesa para arrodillarse ante hoseok. —lo siento. por favor perdóname. nunca voy a hacerlo de nuevo. fue la última vez y lo hice por él, porque lo necesitaba. pero no hay excusa. me gustaría poder regresar el tiempo.

los dedos de hoseok se sacudieron al enroscarlos en el pelo de jungkook e inclinarle la cabeza hacia atrás. —shh. calla. no necesitas decir nada más.

—¿alguna vez me perdonarás?

hoseok sonrió suavemente. ah, finalmente allí estaba su inseguro bebé alfa. —si hay una cosa que he descubierto en todos estos años, es que no soy bueno en guardar rencores. no me encanta, pero no hemos firmado un contrato. no tengo ningún derecho legal para objetar.

—aunque moralmente... —se detuvo jungkook—. no debí haberlo hecho. por una gran cantidad de razones.

—estoy más preocupado por tu amigo. —hoseok no pudo resistirse a dejar que sus dedos se arrastraran por la mejilla de jungkook, encontrando suavidad en su piel por un afeitado reciente.

ya había oído hablar de alfas adultos que disfrutaban del tabú del sexo con otro alfa. les llamaban amanerados y eran despreciados por la sociedad, encarcelados si eran descubiertos a la luz pública, y se les consideraba depravados. nunca había compartido esas ideas, pero tampoco había conocido personalmente a un alfa que anhelara a otro.

durante sus años como profesor, raramente había existido algún que otro caso de un alfa amanerado entre los estudiantes. sin embargo, cuando se descubría que lo eran, por lo general era dado de baja por sus padres y llevado a casa en un intento por "reeducarles", lo cual por lo que entendía, consistía en emparejarlo con un omega y hacer que este se embarazara tan pronto como fuera posible. se suponía que una vida familiar solucionaría el problema.

—¿es cuidadoso? ¿se meterá en problemas en un futuro buscando otro alfa? —preguntó hoseok.

—no lo sé. no creo —susurró jungkook hacia los zapatos de hoseok—. dice que desearía ser omega. —se estremeció—. no se lo digas a nadie. ¡por favor!

—por supuesto que no —prometió hoseok—. nunca pondría en peligro a un amigo tuyo.

jungkook alzó la mirada con sus pestañas humedecidas. —tengo miedo por él.

—tienes razón en tenerlo. —hoseok volvió a acariciarle el rostro, secándole las lágrimas antes de que estas cayeran, y frotó su labio inferior con el pulgar. la tentación de volver a besarlo era fuerte y luchó contra ella valientemente.

«merece un omega con el que pueda reproducirse. deja de hacerte esto. deja de hacérselo a él. deja de desear que él te desee. y deja de mentirte de que no va a recriminarte después cuando se hayan emparejado y no puedas continuar con la línea familiar.»

«para, hoseok. detente.»

pero su cuerpo no escuchaba a su mente. enredó sus dedos en el cabello de jungkook, gruñendo y dándose por vencido.

besar a jungkook era demasiado dulce y correcto. gimió y su trasero se humedeció, rogando con su cuerpo mientras tiraba de jungkook hacia arriba, hasta que su peso venció a la silla de la cocina y aterrizaron en el suelo de madera.

no dejaron de besarse, y el miembro de hoseok palpitó con renovada necesidad. jungkook sujetó su trasero y se restregaron juntos, besándose, gimiendo y tocándose el uno al otro. el cuerpo de hoseok estalló en sudor y sintió el tirón de un orgasmo acercándose.

—sí —canturreó, moviéndose más duro contra jungkook—. cariño, haz que me venga.

jungkook lo sujetó de la barbilla, besándolo profundamente, y hoseok se arqueó, con su pene flexionándose en sus pantalones. gritó mientras se venía con fuerza y su trasero de nuevo se desbordaba con lubricante. temblaba, con su entrada palpitando y mojándose, deseando el grueso miembro de jungkook.

su cuerpo se estremeció mientras se precipitaba hacia el lugar más cálido y alto, a donde los omegas ascendían después del primer orgasmo compartido con un alfa. hoseok necesitaba ser penetrado y venirse de nuevo, esta vez quería que el orgasmo nublara su mente, sacudiera la tierra, como resultado de ser embestido por el enorme pene de un alfa. era una de las bendiciones de ser omega, el tener múltiples orgasmos de diferentes tipos.

jungkook gimió y se encorvó contra él. —¡rayos! —enterró su cara en el cuello de hoseok, quedándose quieto mientras que este continuaba sacudiéndose contra él. su respiración jadeante le hacía cosquillas, por lo que hoseok se retorció.

—vente para mí —rogó hoseok—. métemelo. por favor. 

jungkook negó con la cabeza.

hoseok gimió y se empujó contra el grueso miembro de jungkook.

—llévame arriba si eso te hace sentir mejor. pero por favor, jungkook, te necesito dentro de mí.

su mente, aún silenciada por el orgasmo, zumbó con un ligero desánimo, con una sensación de que no debería estarle rogando que hiciera esto. no todavía. tal vez nunca.

jungkook se desenredó suavemente de los brazos y piernas de hoseok, y se sentó en el suelo junto a él, con el pantalón distendido por su enorme miembro. —no. no debemos. no en este momento.

hoseok estaba a punto de gritar de frustración, pero optó por estirarse y tratar de atraerlo de nuevo en un beso. jungkook lo rechazó suavemente.

—no, sólo quería hacer que te vinieras para ver cómo lucias durante y después de ello. en caso... —se calló.

—¿qué?

—en caso de que no firmes un contrato conmigo —susurró jungkook. —porque sé que todavía no estás convencido de hacerlo.

—¿y yo no debería ver como luces tú, cuando te vienes? —se humedeció los labios—. ¿qué si ese es el gancho, cariño? para firmar.

—¿quieres ver? —la voz de jungkook fue brusca.

—más que nada. —en ese momento eso era verdad, pero a medida que los segundos pasaban, la mente de hoseok se iba despertando. teniendo un atisbo de duda de que esto era efecto de la fiebre del orgasmo.

con una mano en la garganta, jungkook lo mantuvo recostado, apropiándose, poseyéndolo, mientras se ponía de rodillas y sacaba su miembro.

los ojos de hoseok se pusieron en blanco cuando vio el grosor venoso, el prepucio y la gran longitud, y luego se obligó a concentrarse en jungkook acariciándose justo a un lado de su cara. sacó la lengua, pero jungkook se apartó de él.

—sólo mira —susurró.

viendo a hoseok hacia abajo, las mejillas y labios de jungkook se pusieron de color rojo conforme movía su mano sobre sí mismo. hoseok quería participar, deshacerse de sus pantalones manchados y llevar la mano más allá de su propio pene, aún erecto, y meter un dedo en sí mismo mientras lo observaba masturbarse.

—vente para mí —susurró hoseok—. muéstrame cómo luces.

los ojos de jungkook se ampliaron, vulnerables y casi temerosos, mientras embestía su mano una y otra vez. —hoseok —susurró, y luego su rostro se arrugó, sus caderas se contrajeron, y un montón de semen salió disparado por el aire. salpicó el suelo, la silla de la cocina que estaba tirada en el suelo, la camisa y los pantalones de hoseok. unas gotas aterrizaron en la mejilla de este y otra en su frente, y jungkook gimió, apuntando y bombeando un enorme chorro directo a la boca abierta de hoseok.

el paladar de hoseok explotó por el sabor y se convulsionó en el suelo, el peso de la mano de jungkook en su garganta lo mantuvo presionado mientras se venía por segunda vez. el sabor de su alfa desencadenó una cascada de placer hasta ahora desconocida, un orgasmo de una esencia y textura que nunca antes había experimentado. estremeciéndose, sudando y temblando, se tragó el semen y abrió la boca por más.

pero jungkook ya había acabado.

jadeando y gimiendo, jungkook colapsó en hoseok y lo besó desesperadamente antes de lamer el pegajoso semen de su frente y mejilla, compartiéndolo en otro beso. hoseok yacía sin fuerzas en el suelo de la cocina, dejándose saborear y tocar a través de su ropa. entonces jungkook se incorporó, acomodándose sus pantalones.

—esto no estaba previsto —dijo con voz ronca.

—no, no lo estaba —concordó hoseok.

y mientras una parte escéptica de él, temía que hubiera demasiadas dificultades entre ellos como para confiar en la idea de que un acuerdo pudiera darse y firmaran el contrato, también sabía que nunca se arrepentiría de haber probado el semen de su alfa y ser testigo de su placer.

al diablo con los protocolos. su corazón estaba roto y su esperanza se convirtió en miseria. no importaba lo que deparara el futuro, no iba a lamentar hacer esto.

jungkook se levantó lentamente, tembloroso, y lo ayudó a ponerse de pie. —debemos limpiarnos. por separado. o esto se repetirá.

con la cabeza aun girando, hoseok asintió y señaló hacia el baño al final del pasillo, un poco más allá del estudio.

—ve a allí, yo iré a mi habitación.

—y luego volveré al trabajo. —jungkook pasó saliva—. ¿me perdonas entonces? ¿por lo que hice con yu-gyeom?

hoseok parpadeó.

—cariño, una lección de vida para ti, no traigas a colación antiguos amantes mientras que el actual sigue temblando por los orgasmos que compartieron.

jungkook bajó la cabeza y se sonrojó.

arriba en su habitación, hoseok se bañó y cambió por tercera vez desde que despertó esa mañana, dándose cuenta de que todavía no le había preguntado sobre yoongi y los abortivos. ¿cómo es que iba a tomar una sabia decisión sobre si debía o no confiar su suerte en la familia jeon, si no podía mantener sus manos lejos del chico? esta era la razón por la que existían los protocolos. así se podían hacer elecciones sensatas antes de que fuera demasiado tarde.

mientras se arrodillaba en su ducha con el consolador tamaño alfa metido en su todavía necesitado trasero, se preguntó si alguna vez volvería a ser sensato.

cerró los ojos y acarició su miembro, haciendo rodar en su boca el persistente sabor de jungkook e imaginándose su cara arrugada por el placer, viniéndose de nuevo con un fuerte grito que se hizo eco en los azulejos.

mantuvo el consolador adentro de él, y se deslizó en su tina, dejando que el agua cayera a plomo sobre sus piernas y rígido pene.

—¡dios lobo! venirme cinco veces en un día —susurró—. pareciera que estoy en celo.

se mordió el labio cuando un terrible pensamiento se formó.

ayer había guardado la comida de jimin pero no había tenido hambre durante todo el día de hoy. incluso después de los varios orgasmos de esa mañana, había rehuido al almuerzo. luego le había rogado a jungkook que lo penetrara, que olvidara los protocolos y conectara su trasero con ese hermoso pene. había querido que lo hiciera. una y otra vez. y aún más revelador que eso, seguía excitado.

pero no podía ser...

aparte de los terribles resurgimientos de celo, nunca en su vida había tenido un celo inesperado. sacudió la cabeza con firmeza. se negaba absolutamente a siquiera considerar la idea. todos sus comportamientos podrían explicarse por el encuentro con su érosgápe.

nada más que eso.

ya que no había manera de fuera a ser obligado a ir a la negociación de un contrato, durante un inminente celo. el universo no sería tan cruel. ¿o sí?

cerró los ojos y susurró: —no me hagas esto. si me obligas a sufrir tal injusticia, nunca te lo perdonaré.

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