Capitulo extra
Kang-ryul
—Salgan uno por uno y con cuidado, no se apuren, sus padres los están esperando en la puerta.
Escucho una afirmación colectiva y a la maestra ayudante salir con los niños para asegurarse de vigilarlos, yo aún tengo que limpiar un poco el desastre del lugar si quiero irme a casa tranquila.
¿Por qué hay tanto papeleo? Diablos.
Escucho a la maestra entrar de nuevo y me alegro porque necesito ayuda aquí.
—Mira, solo tenemos que organizar todo esto, los trabajos de hoy van muy separados de los de ayer, sabes cuáles son— me giro, la carpeta en mis manos es pesada— mejor conseguimos otra carpeta para...
Esa mano no es de la maestra.
Levanto la vista lentamente y me quiero morir conforme voy reconociendo esa figura, figura que trae a un niño en brazos y que al llegar a su rostro no hay la amabilidad que yo recordaba, hay un hombre enojado.
Muy enojado, me taladrea con la mirada.
—Quisiera saber— le hace una seña al nene, este se cubre los oídos— ¿Cómo demonios tengo que hacer para inscribir a mi hijo en tu clase cuando no me respondes hace como un mes?
—Yo... eh, aunque no me creas, ha sido un mes difícil, ocupado, ser maestra no es fácil.
—Tienes razón, no te creo.
El niño señala la hilera de juguetes y Jungkook lo baja para que vaya a verlos, apenas noté que cerró la puerta y el nervio aumenta porque eso significa que estamos aquí solos. Esto no estaba en mis planes.
Doy unos cuántos pasos hacia atrás pues su presencia es lo suficientemente imponente y pesada para ponerme en una situación nerviosa.
—Jungkook, escucha.
—Ajá.
—Te dije que aún no era el momento.
—Jeanggu acaba de cumplir los cuatro años, te llamo, te mensajeo, te pregunto, soy paciente aunque realmente me cuesta esperar y todo el tiempo estoy escuchandote para tratar de comprender a dónde quieres llegar con toda esta espera que se me ha hecho eterna después de que Jeanggu cumplió dos.
Dios mío, sigue caminando hacia mí como si fuese una especie de depredador y yo así realmente no puedo pensar.
—¡Yo también he sido paciente!
—Lo dudo mucho, vine a que me dieras una respuesta ¿vamos a empezar esto si o no?— no grita, no habla feo, pero aún así es obvio lo molesto que está— Si, estoy colérico.
Oh, pensé en voz alta.
—Escucha.
—Escucho.
—Creo que aún no es tiempo.
—No me dejes en el limbo otra vez— suspira— a ver, dime porqué carajos no es tiempo aún. No sé si es que acaso no has terminado de hacer todo lo que tenías que hacer, si aún te quedan pendientes, quieres conocer Urano o algo así.
—Jeanggu aún es muy pequeño, no sé si recuerdes que rentaste un vientre porque querías un hijo, no una pareja, estoy esperando a que disfrutes de tu hijo antes de cualquier cosa que nos involucre a nosotros.
Cierra los ojos, aprieta el puente de su nariz y se gira a ver al niño.
—Jeanggu, vuelta— él se gira aún sentado y nos da la espalda como si nada— y tú, ven aquí.
—¿Por qué?
—Que vengas.
—No me regañes más— suspiro, acercándome— no era mi intención molestarte, solo...
Toma mi rostro con ambas manos y de nuevo pierdo la respiración, no puedo mantenerle la mirada fija.
—¿Por qué no me miras?
—Mm, es un poco complicado.— vale, hago mi mejor intento por mirarlo—¿De verdad estás muy enojado?— suspira, niega—Lo siento.
Su nariz besa la mía de manera esquimal, es lo más lindo, sigue siendo un amor. Por lo menos hasta que se toma la libertad de besarme y la dulzura se pierde un poco en medio de la agresividad y ansias. Ahí es cuando me doy cuenta de que es nuestro primer beso, en realidad, este es el primer contacto íntimo que tenemos y es casi imposible de creer que aún se sientan cosas.
Cuando se aleja, muerdo mis labios mientras proceso la acción.
—No estoy pidiéndote que actúes como la madre de Jeanggu, solo estoy pidiéndote que me digas si aún te gusto o no. Estoy cansado de esperar más, lo siento, es todo, quiero que estés conmigo únicamente si tú también lo quieres.
Siento que si le doy más vueltas va a terminar odiandome.
—Supongo que ya es tiempo, entonces— que decisión más complicada para una persona nerviosa como yo— si, creo que podemos intentar.
—¿Totalmente segura?
—Si.
—¿No vas a salir corriendo mañana?
—Si, quiero decir, no. Estoy segura.
Respira profundamente.
—No era tan difícil ¿ves?— me suelta, tambaleo un poco pues me esperaba otro arrebato de pasión—Jeanggu, deja eso en su lugar y ven un momento.
Él se pone de pie con cuidado y camina a su propio paso, es tan bonito y obediente. Jungkook le vuelve a cargar y me mira en silencio, sacude su mano.
—Bien, hijo, ella es Ryul. Saludala con palabras.
El niño suspira como si fuese la cosa más complicada del mundo.
—Hola, yo Jeanggu.
Fallecí.
Sé que él es un poco tímido y le da pena hablar con alguien más que no sea su padre aquí presente, le ofrezco mi mano.
—Hola, Jeanggu-yah.— observa mi mano, las suyas son muy pequeñas.
Toma dos de mis dedos y aprieta, me mira, sus ojitos son igual de brillantes y bonitos como los de su papá. Sonríe de boca cerrada y sacude su agarre. Lloraré.
—Qué chistoso sería si te reconociera— murmura Jungkook, yo estoy feliz con que no me odie— Jeanggu, vamos a comer.
Él asiente, dejándome ir.
—Hambre.
Jungkook me mira.
—¿Escuchaste eso? Imposible olvidarme de ti cuando si tiene algunas de tus mañas. Hambre, hambre, hambre. Es todo lo que dice.
Le miro, ofendida, tomo mi bolso y lo sigo.
—¿Tengo que disculparme?
—Jeanggu, dile que es lo que más te gusta comer.
—Yogurth, mango.
Vale, si es culpa mía.
—Se llama karma, me alegro— caminamos— el mango es lo más rico ¿cierto Jeanggu?— él dice que si— me alegra que invites a almorzar porque no he desayunado apropiadamente.
Jeanggu me deja cargarlo, Jungkook se ríe y nos toma una foto que envía a los demás, casi me olvido de ellos.
—Te odian.
—Qué lindos, gracias.— miro al nene— Deberíamos pedirle a tu papá yogurth con mango.
Él abre un poco los ojos, más grandes.
—¿Hay?
—Por supuesto que sí.
—Gracias, ahora tendré que conseguir yogurth con mango o no estará feliz.
Uy, yo y mi bocota. En el auto se encarga de asegurar bien a Jeanggu en el asiento especial y antes de dejarme subir, me roba otro beso.
—Ya, pueden vernos.
—Qué importa, vamos. Esperé mucho tiempo, lo merezco.
Si, sigue resentido.
—¡Ya dije que lo sentía!
Espero que los dos bandos hayan quedado satisfechos jajaja, tanto los que querían a Jungkook solo con Jeanggu, como los que querían a estos dos juntos por siempre.
También espero que les haya gustado.
Adiosito.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro