Jungkook

—No puedo creer que enserio estemos aquí.

—¡Qué estoy hablando en serio!

Seokjin se rió, rodeó mis hombros con un brazo y caminamos por toda la clínica hasta el consultorio de mi médico.

—Solo estoy molestándote, sé que lo dices de verdad, Jungkook.

—Si vas a apoyarme lo agradezco mucho, hyung, pero no quiero volver a escuchar como no me toman enserio— toco la puerta, escuchando la autorización para entrar— yo de verdad quiero esto.

Él asiente lentamente, enseriandose.

—Bien, vamos a elegir una buena mujer entonces.

Todo estaba planeado, por supuesto sería en extrema privacidad, la mujer que llevará a mi bebé tiene que aceptar vivir conmigo porque no quiero perderme nada de este proceso, quiero ayudar y aprender, sé que será difícil y doloroso para ella.

Yo quiero presenciarlo todo, los mareos, los antojos, las náuseas. Realmente quiero toda la experiencia.

—Muy bien, señor Jeon— señala la pantalla— aquí están todas las mujeres que actualmente aceptarían sus condiciones, el rango de edad va desde los veinticinco a los cuarenta, sus rasgos físicos y de más son cosas que usted debe elegir— asentí, rasqué la punta de mi nariz inmerso en la lista— los dejaré solos para que puedan elegir y discutir tranquilamente.

Se levanta y abandona el consultorio, me río del rostro de Seokjin y este me sigue la risa después.

—Cree que somos pareja.

—Cállate y elige— me pellizca, comenzamos— muy bien... todas son muy bonitas.

Lo son.

—Ella es bonita— digo, luego la descarto—tiene treinta y siete y solía fumar pero lo dejó, mejor no arriesgarse a que lo retome.

—¿Te gustaría un niño o una niña?

—No lo sé, me gustan ambos. Pero creo que un niño está bien— río, bajando— imagínate a un niño como de medio metro que se parezca mucho a mi, sería asombroso.

—Con tus ojos de bebé. Yo digo que bajemos hasta el final, ahí siempre están las mejores opciones, las que nadie ve porque están al fondo.

—Bien.

Eso hago, llevo el mouse hasta el final, que parece imposible llegar a él, Seokjin me hace porras como si fuese un asunto que requiere de excesivo ánimo y celebra cuando logro llegar al final.

—Y la última es...—redoble de tambores, hago el sonido con mis dedos en el escritorio— Seo Kang-ryul, veintiocho años, escribe cuentos para niños, es niñera ocasional y— silba— es muy bonita.

La miro, cabello muy claro, ojos redondos y bonitos. Piel bonita, contextura bonita y básicamente todo en ella es muy bonito, no tienen ningún hábito que me disguste, me incomode o me cause preocupación y es solo dos años menor a mi.

Es perfecta. Incluso está relacionada con los niños, sabe lo hace.

—Ella me gusta, hyung— decido, mirándole— ¿Tú qué opinas? Se sincero.

—Creo que es la indicada— sonríe con suavidad— haz que la llamen, ten un encuentro con ella y hablen, me dices que te parece, ella tiene la palabra final.

Vuelvo a rascarme la nariz, si, yo puedo hacer todo eso.

—Hyung— pero quiero apoyo— ¿Te molestaría estar conmigo mientras hablo con ella? Necesito alguien con quién compartir la experiencia, no quiero decirle a Hobi hyung porque sé que le incomodará y Yoongi hyung no cree que de verdad lo haga. Tú me crees.

—Voy a hablar con esos dos ingratos. Y está bien, avísame cuando será, yo iré.

Aplaudo y lo sacudo por los hombros, escuchando sus quejas argumentando que lo voy a romper o algo así.

Bien, solo es cuestión de tiempo.