Ya eran tres días desde la última visita de Misel, al parecer el Alfa entró en celo y por lo tanto obviamente tuvo que pedir unos días, Darien no estaba particularmente afectado con eso, él hizo su trabajo.

Miró al Alfa frente a él e hizo una mueca minúscula, era pedir demasiado que Yulián no se metiese en sus problemas con Misel, puso una condición y Darien terminó aceptando tener un niñero.

Damon, el Alfa que Yulián había enviado estaba ahora sentado en uno de sus blancos asientos, exactamente sentado no, tenía las piernas por encima de las manillas y su espalda apoyada del otro lado en un cojín, Darien frunció el ceño, demasiado joven para ser el hombre de más confianza de Yulián.

El cabello rubio oscuro estaba amarrado en una coleta, sus ojos negros entretenidos viendo la pantalla de su teléfono y sus labios se fruncían cada vez que hacía una jugada errónea.

Sí, Darien estaba cien por ciento seguro de que jugaba en el teléfono, como decía, era demasiado joven para ser su niñero, no podía tener más de veinte años.

La ventaja era que no estaba usando collar.

Darien dejó de pensar en ello, Yulián sabía lo que hacía, así que volvió a su trabajo, sólo quince minutos después, Darien vio por primera vez a Damon desatender su teléfono y olfatear.

—¿De quién es ese aroma?

—¿Aroma?

— Uhum, huele bien — Damon asintió mirando hacia la puerta, Darien olfateó, el aroma a coco llegó a su nariz diciéndole exactamente quien estaba a punto de entrar.

—Creo que es de…

Misel entró y caminó directo hacia él, Darien se puso de pie, el Alfa agarró sus manos y lo miró como un cachorro arrepentido, en verdad parecía estarlo.

—Darien, siento mucho lo que pasó ese día, no fue mi intención, estaba en el inicio de mi celo y odio admitirlo, pero perdí el control —murmuró frenéticamente, Misel se vio interrumpido por la voz de Damon.

—Deberías soltarlo —Damon se puso de pie y miraba la unión de sus manos con intensidad, Misel frunció el ceño mirándolo.

—¿Qué?

—He dicho, que dejes de tocarlo.

—¿Y este quién es?

Las feromonas de Damon aumentaron de repente, olía a limón, era agradable normalmente pero ahora estaba arruinando el ambiente por completo.

—Alguien que te enseñará modales si no dejas de agarrar sus manos.

Misel dejó de tocarlo y pidió explicación con su mirada, Darien no sabía como llamarlo en realidad. 

—Él es mi…

Damon respondió sin problema alguno.

—Soy su niñero mientras estés cerca de él.

—¿Es en serio? —Damon se encogió de hombros y sonrió incitando a Misel.

—Esto es lo que consigues al provocar a mi jefe.

—Yulián —gruñó Misel bastante enojado.

Damon se acomodó en el asiento que parecía haberlo adoptado en los últimos tres días y se puso a ver su teléfono sin problema alguno.

—Ahora trabajen, y no toques innecesariamente.

—No puedo creerlo —gruñó Misel mirándolo, Darien suspiró.

—Trabajemos ¿quieres?

—¿En serio podemos trabajar con eso ahí? —Damon dejó su teléfono, se puso de pie y caminó hacia ellos otra vez, se detuvo frente a Misel y achicó los ojos.

—Mientras no lo toques te dejo trabajar.

—¿No eres demasiado orgulloso? —gruñó, Damon se acercó a su cuello y olfateó, Darien se estremeció viendo su sonrisa juguetona, Misel no lo había tomado nada bien teniendo en cuenta su aroma chocando con el de Damon.

— ¿No hueles demasiado bien para ser un Alfa?

—¿Perdón?

—Estás perdonado y baja la intensidad de tus feromonas estas poniéndome inquieto.

—¿Por qué tengo que hacer lo que me digas?

—¿Siempre es así de testarudo? —preguntó Damon mirando hacia él, Darien se encogió de hombros—. Alfa —gruñó Damon agarrando su corbata y jalándolo hacia él, Darien miró a la ventana, sentía como si estuviese viendo una escena intima, aunque sonase estúpido en esta situación.

Damon susurró algo en su oído, incluso las orejas de Misel se colorearon de rojo, sus ojos dorados salieron a la superficie, Darien pestañeó ¿Iban a pelearse?

Misel lo empujó y salió de su oficina muy ofendido, Damon se carcajeó mirándolo, él estaba divertido con la situación, pero ahora tendría que hacer el trabajo solo.

—Trabajo con él, no puedes espantarlo.

—¿Quieres que lo traiga? — preguntó con emoción, Darien negó, eso no era una buena idea.

—No, déjalo en paz.

—Puedo hacerlo en un segundo.

—No. ¿Y qué le has dicho para ponerlo así? —Damon arqueó una ceja.

—¿De verdad quieres saber?

Darien tragó, era suficiente con la advertencia, podía vivir sin saberlo.

—No, mejor no ¿Qué edad tienes?

—Diecinueve —respondió regresando a su asiento, Darien no estaba conforme, aún no podía hacer la conexión entre este muchacho y Yulián.

—¿Y cómo conociste a Yulián?

—Tu padre mató a los míos hace tres años, Yulián se encargó de mí después de eso —Darien tragó, su padre, como siempre haciendo este tipo de cosas, ni siquiera quería saber cuál fue el motivo.

—Lo siento.

—Ya no importa — ñmurmuró Damon encogiéndose de hombros, lo peor es que lo decía en serio, él no parecía estar ni un poco encariñado con ellos.

—¿En serio se encargó de ti?

Damon jugueteó con su teléfono y sonrió de medio lado.

—Sí, terminó de pagar mis estudios y me dejó vivir en una casa que prácticamente no usa.

—No lo sabía —murmuró, Darien no se imaginaba a Yulián haciendo algo mínimamente bueno hasta hace poco.

—Ustedes no se llevan bien, ¿verdad?

—Creo que no.

—¿Crees que no? —Damon se carcajeó, el parecía estar al tanto de toda la situación—. No soy tonto, ni siquiera pasan los celos juntos.

—¿Cómo…?

—Yulián no necesitaría echarme de la casa durante tres días de forma misteriosa cada seis meses, y aunque no ha dicho nada, viene a vivir conmigo cada tres por una semana, alegando que estás de viaje, lo cual obviamente no es cierto, son fechas muy exactas, por lo que creo que corresponde a tus ciclos de calor.

—Vaya, esto es vergonzoso —Damon se encogió de hombros importándole poco.

—Pero estoy seguro de que se quieren, o yo no estaría aquí cuidando de ti —Darien miró a sus planos. 

—Debería trabajar.

Damon lo interrumpió unos minutos después mirando a la puerta, evidentemente se dio cuenta de que Misel no volvería luego de la discusión.

—¿En serio dejarás ir al pelirrojo?

—¿Estás preocupado luego de espantarlo? —preguntó trazando una raya.

—Puede que no vuelva si no lo convences después de lo que le dije.

Darien dejó su bolígrafo y lo miró, Damon estaba haciendo un puchero.

—En serio, me darás más problemas que Misel.

Darien ni siquiera tenía el número del Alfa así que tuvo que llamar a su oficina, por supuesto que Misel no había llegado, pero transmitieron la llamada a su celular directamente.

Al final no logró convencerlo de volver, Misel incluso dijo que pagaría la indemnización y no trabajaría de nuevo con él, Darien fulminó a Damon con la mirada y le ordenó solucionar las cosas, o tendría problemas con Yulián.

Damon parecía ser bastante fiel a Yulián así que, preocupado por las consecuencias corrió a arreglar su problema.

Darien lo dejó encargarse de eso, el Alfa pidió toda la información de Misel a alguien a través del teléfono y se disponía a ir.

Él simplemente fue a casa y dejó su maleta, el abrigo y bufanda se quedaron en el perchero, Yulián estaba en el sofá hablando con alguien, Darien se sentó a su lado y esperó a que terminara.

Yulián colgó y sonrió.

—¿Qué tal te fue con ese Alfa?

—Estoy seguro de que sabes, ese chiquillo te debe haber llamado —gruñó fulminándolo con la mirada, Yulián se encogió de hombros.

—Esa no era mi intención.

—Yulián, quiero trabajar en este proyecto y él es útil —Yulián suspiró.

—Lo sé, de todas formas, Damon dijo que lo arreglaría, no te preocupes.

Darien sonrió recordando lo que dijo Damon.

—No lo sabía —Yulián ladeó la cabeza mirándolo con confusión.

—¿Qué no sabías?

—Que cuidaste de él —Yulián torció los ojos y negó.

—Hice que fuese para protegerte, no para que te contase historias sobre mí.

—¿Te avergüenzas de ayudarlo?

— No, no eso —murmuró mirándolo, Darien resopló.

—¿Entonces?

—¿En realidad crees que lo sabes todo sobre mí? Perdimos años odiándonos, nunca llegamos a conocernos, Darien.

Darien tragó, ya sabía a donde se dirigía la conversación y no le estaba gustando nada. 

—Eso parece.

—¿Podemos hablar sobre eso ahora?

Darien se levantó.

—No, lo siento, no debí empezar esta conversación.

—¿A que le tienes tanto miedo? —preguntó Yulián agarrando su muñeca, Darien mordió su labio inferior y lo miró.

—Tengo miedo de ti, de que al final, me hagas daño otra vez.

—No recuerdo hacerte daño en ese entonces, Darien —Darien resopló con burla, burla hacia sí mismo, porque aún ahora le hacía daño, y este Alfa ni siquiera lo recordaba.

—Eso quiere decir que ni siquiera fue importante para ti, no vamos a ser una pareja real de nuevo, sólo cuidaremos de este cachorro juntos, Yulián, no hace falta amarte para eso, ya hicimos lo más difícil.

Yulián se puso de pie y agarró su mentón para que lo mirase directamente. 

—¿De verdad crees que lo más difícil es tener sexo? Eso nos sale naturalmente y lo sabes, aquí el problema es que no hablamos sobre lo que sucedió.

—Iré a dormir —gruñó soltándose.

—Darien, no hagas esto.

—Buenas noches —murmuró caminando directamente a su habitación.

Darien suspiró y arregló la bañera, él se metió cuando estuvo lo suficientemente agradable, tocó su abdomen esperando que esta vez su milagro estuviese ahí, no necesitaba el amor de Yulián para traer a este cachorro al mundo, sólo sus feromonas.

No tenía que escuchar sobre el pasado, no le importaba, eran muchos años y sus heridas tuvieron tiempo de cicatrizar por completo, era distinto, no el ingenuo Omega que cayó en las redes de Yulián.

Darien se secó y colocó una bata, para su sorpresa, Yulián estaba sentado en su cama esperando por él.

—¿Qué haces aquí? No recuerdo invitarte —Yulián se puso de pie, él estaba decidido a hablar sobre eso y Darien apenas quería recordarlo, no más.

—Es hora de que hablemos sobre nosotros.

—No hay un nosotros —Yulián se peinó hacia atrás de forma desesperada, el cabello volvió a caer sobre su frente casi al instante.

—¿Qué fue lo que te hice?

—No voy a caer en esto, no quiero hablar contigo.

—No seas cobarde —Darien lo fulminó con la mirada cayendo directamente en su provocación.

—Confié en ti y lo único que hiciste fue traicionarme.

Yulián lo miró como si hubiese perdido la cabeza.

—¿Te has vuelto loco? Nunca hice algo así, te fui fiel, Darien, siempre lo fui.

—¿Fiel, dices? —Darien se carcajeó—. Eras un maldito Don Juan, no intentes engañarme otra vez, yo mismo me engañé, creyendo que cambiarías por mí.

Yulián negó.

—Tú fuiste mi primero, y lo sabes, no hice nada de lo que me acusas, admito que siempre tuve fama de mujeriego, pero sabes muy bien que era simple especulación.

—Ya no sé nada —negó, Yulián levantó las cejas con incredulidad.

—¿En serio crees que fingí mi ineptitud en la cama sólo para manipularte?

—Detente, es suficiente de esta charla —dijo girándose hacia la puerta, Darien pretendía abrirle y echarlo de su habitación, pero Yulián hizo que se detuviese agarrando la bata.

Darien se giró de nuevo para verle.

—No, amenazaste a tu padre con divorciarte si tocaba un sólo pelo tuyo otra vez, él me amenazó a mí con algo mucho peor, así que quiero saber el motivo.

Darien apretó los labios, si eso era lo que quería, se lo daría, ya era suficiente con cargar esto él solo por más tiempo. 

—Fue en tu cumpleaños, te reuniste con tus amigos ¿recuerdas? —Yulián asintió—. Fui a verte ese día porque tenía un regalo para ti, y escuché la conversación que tenías con ellos.

Darien ni siquiera quería recordar eso, terminó esa estúpida casa con antelación y pensó que sería el perfecto regalo de bodas, una casa hecha a la medida.

Perfecta para la familia que nunca iban a tener.

Se odiaba por ser tan iluso y estúpido, por eso no quería saber nada de esa maldita casa.

—Y fuiste a contarle a tu padre en vez de hablar conmigo —Darien se encogió de hombros.

—Era un chico de diecisiete con el corazón roto. ¿Crees que iba a escuchar tus explicaciones?

—Debist…

—Pero no lo hice, no cambiará nada ahora —Yulián suspiró colocando una mano en su cabeza.

—Dios, siento tanto que hayas escuchado eso.

—Yo también, ahora vete.

—Nada era cierto —Darien negó, esas palabras lo habían perseguido los últimos años, lo hicieron sufrir de la peor manera.

—No te creo.

—Lo sé, pero como sabes, vivía de las apariencias, hablé de todas mis malditas experiencias, cuando sólo tenía lo que experimenté contigo, debo decir que era un chiquillo estúpido y estaba enojado —admitió, Darien arqueó una ceja.

—¿Por qué estabas enojado? — Yulián no respondió, Darien se enojó aún más tomándolo del frente de su camisa y zarandeándolo—. Yulián, me humillaste delante de todos esos Alfas, a mí, tu Omega.

Yulián apretó la mandíbula.

—Siento causarte ese daño, mis palabras no fueron bonitas esa noche —Darien resopló con una sonrisa.

—Sí, y me encargué de que no siguieras susurrándome esas bonitas palabras que acostumbrabas cuando estábamos solos, alimentando mis ilusiones, cuando me rechazabas en público.

—Darien…

—No, ya vete —gruñó con furia.

Yulián se retiró sin una palabra más, por esto no quería recordarlo, prefería quedarse con estos recuerdos del nuevo Yulián, él le daría a este cachorro, lo criarían juntos, pero nada más que eso.

Darien se acostó, no iba a llorar, ya era suficiente, ese chico de diecisiete años con el corazón roto y una llave, recordándole lo tonto que era, porque ese Alfa no era suyo.

Ese Alfa estaba ahí sólo para quedarse con lo que le pertenecía a su padre.

Era imposible perdonarlo por lo de esa noche, aún ahora podía sentir el peso de esa maldita llave en su mano, el sonido de su corazón rompiéndose y sus ilusiones haciéndose añicos por sólo unas palabras vacías de ese Alfa.

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