5🍼
Darien suspiró entrando a casa, estaba cansado del incesante parloteo de Misel, tanto que sus oídos pitaban sin descanso. Dejó la bufanda en la percha de la entrada y siguió caminando al interior notando algo extraño, Yulián no lo recibió como acostumbraba últimamente, la casa estaba en penumbra.
Darien encendió la luz y achicó los ojos adaptándose a ella, un bulto sobre el sofá se movió de forma extraña llamándole la atención. Dejó su maletín en la entrada y caminó hacia allí, la manta marrón dejaba ver un poco de pelo castaño diciéndole exactamente quién era.
Darien bufó caminando directo a su habitación e ignorando la situación ante sus ojos, se dio un baño, enredó la toalla en su cintura, y chasqueó la lengua, no podía dejar de pensar en esa maldita carga en el sofá.
Se colocó un pantalón y camiseta antes de ir hacia allí, no se había movido ni un centímetro, Darien torció los ojos y lo destapó.
Yulián estaba completamente dormido, su cara magullada, la camisa y el pantalón sucios debido a los golpes, estas eran las consecuencias de ese estúpido trabajo.
Darien buscó hielo, lo envolvió en un paño, también el kit que tenían en casa y volvió junto a él, Yulián abrió los ojos con esfuerzo y lo vio sentado en la mesa frente al mueble.
El Alfa se sentó más rápido que un rayo haciendo que todo su cuerpo doliese por lo que gruñó aferrándose al sofá, Darien negó colocando el hielo en su rostro.
—¿Te doy tanto miedo? —Yulián hizo una mueca agarrando el paño e intentó sonreír, de más está decir que no lo consiguió.
—No, es una pena que no pudiese hacer la cena.
Darien vio su camisa abierta dejando ver algunos golpes, algo grave había pasado como para tener a Yulián en este estado.
—Me sorprendería que lograras hacerlo. ¿Qué pasó?
—Nada importante —dijo mirando a un lado, Darien negó.
—Esto no pasaba antes ¿Qué cambió? — Yulián mordió su labio inferior, si él no quería decirle es porque tenía que ver con su padre, así que Darien no intentó obtener más información de eso.
—Gracias por ayudarme.
—Haría lo mismo por cualquiera —respondió tomando un hisopo del kit y pasándolo por su labio agrietado con el desinfectante, Yulián ni siquiera hizo una mueca.
—Sé que lo harías, no te pareces en nada a tu padre.
—Quítate la camisa.
—¿No vamos demasiado rápido? —preguntó Yulián con un puchero, Darien arqueó una ceja viendo su comportamiento infantil.
—Llevamos casados siete años, así que, aunque fuese de esa forma creo que más bien vamos atrasados.
—Me atrapaste —murmuró desabotonando la camisa y dejándola sobre el mueble, Darien deslizó la mano por cada moretón verificando que no existiese más daño que eso.
—Parecen ser sólo moretones, no hay costillas rotas.
—Tuvo cuidado —suspiró.
—Entonces sólo pondrás la pomada luego del baño y tomarás calmantes —dijo dándole la pomada y las pastillas, Yulián las tomó en ese mismo instante.
—Gracias.
—Ya lo dijiste.
—¿Comemos?
Darien se puso de pie y lo miró con reproche, este Alfa sabía muy bien que él no se metía a la cocina para nada más que fregar los platos.
—Si pretendes que cocine déjame decirte que tendremos que ir al hospital a que te hagan una tomografía.
Yulián se carcajeó levemente tratando de evitar que sus lesiones doliesen.
—No, te estoy invitando a comer fuera.
—¿Puedes moverte? —él se puso de pie contestando esa pregunta.
—Soy más fuerte de lo que crees.
—No es una buena idea, pediré comida a…
—No, salgamos —pidió con insistencia tomando su mano, Darien hizo una mueca mirando su torso.
—Estás todo golpeado, Yulián.
—Quiero comer algo y salir de aquí, olvidar todos mis estúpidos problemas.
—Si me lo cuentas, quizás…
Él negó con una sonrisa.
—Darien, en realidad no quieres saber.
—Yulián…
—No quiero estar solo —dijo mirando hacia sus manos unidas, Yulián estaba acariciando sus dedos y dando una imagen demasiado lastimosa para decir que no.
—¿Quieres que te ayude a bañar?
—No, abrígate bien, me bañaré rápido —Yulián se separó y agarró su camisa mientras él iba a su propia habitación.
Darien se puso una chaqueta, tomó el teléfono y la billetera y los guardó en los bolsillos internos.
Frunció el ceño luego de veinte minutos esperando en el sofá por Yulián, Darien caminó a la habitación del Alfa sin más remedio, al menos esperaba que no se hubiese ahogado en la bañera.
Yulián estaba de espaldas a él y sólo cubierto con una toalla, su ancha espalda estaba cubierta por los moretones, un dragón chino de color rojo tatuado en su piel pareció moverse justo cuando su espalda se tensó.
—Darien, lo siento, no logro poner la crema en todos los lugares y me entretuve un poco —dijo girándose hacia él, Darien tragó acercándose.
—Te ayudaré.
—No, estoy bien, ahora voy a vestirme —Darien lo jaló a la cama, Yulián se dejó sentándose en el colchón.
—¿Desde cuando tienes el tatuaje? —Darien puso un poco de crema en sus dedos y comenzó a frotar los lugares en su espalda mientras respondía.
Yulián suspiró, Darien tampoco estaba cómodo, este era el símbolo de su familia, de su padre y le traía tan malos recuerdos.
—Hace cinco años —Darien apretó la mandíbula tomando más crema—. Sabes que no deberías entrar a la habitación de un Alfa, así como así, eso es…
—Sí, si, vuestro territorio, ¿Qué, me atacarás?
—No, yo no, tengo miedo de que otro lo haga si no tienes cuidado.
—Sé cuidarme, Yulián —Darien odiaba que lo tratara como un niño, como si aún tuviese diecisiete años—. Listo.
Yulián se levantó y miró hacia su armario.
—Gracias, ahora vete un momento, me vestiré rápido.
Darien se echó a reír luego de escuchar eso y se puso de pie.
—¿Por qué el recato? Pareces una niña —Yulián caminó hacia él y lo miró con intensos ojos dorados, Darien se metió en problemas sin querer al provocarlo.
—No quería creerlo, pero no me consideras un Alfa en absoluto, ¿verdad?
—¿Qué? —preguntó dando un paso atrás, Yulián se acercó a él sin dejar espacio entre ellos y dejó caer la única tela que lo cubría.
—Entrando a mi habitación y pidiéndome que me desnude frente a ti, ¿soy tan poco atractivo para ti, Darien? —Darien enrojeció mirando su pecho y un poco más abajo, sus ojos se desviaron accidentalmente hacia esa parte en específico de su anatomía y debía decir que no estaba mal lo que veía.
—Sí, creo que esperaré fuera —dijo separándose y comenzando a caminar, Yulián se carcajeó.
—Es una buena decisión.
Darien salió y tocó sus mejillas calientes sentándose en el sofá, eso fue demasiado atrevimiento de su parte y también de Yulián, el Alfa lo miró apenas salió de su cuarto.
Yulián se puso un pantalón negro, camisa y un abrigo largo hasta casi las rodillas de color beige, se veía bien a pensar de su cara golpeada, Darien hizo una mueca, Yulián mordió su labio inferior.
—Siento lo de antes, pero a modo de justificación me enojé cuando me subestimaste como Alfa.
—Lo siento yo también —dijo de forma incómoda.
—Bien, basta de disculpas. ¿Nos vamos? —preguntó tendiendo su mano, Darien la tomó y caminó con él hacia la entrada.
Yulián se detuvo al abrir la puerta.
—Darien, olvidas tu bufanda — tomó la bufanda del perchero y la enredó en su cuello, Yulián fue directo a su auto y se sentó de copiloto, Darien frente al volante, era pedir demasiado que manejase con dolor y los calmantes viajando por su sistema.
—¿A dónde vamos?
Yulián se encogió de hombros mirando al frente.
—A donde sea, conduce recto y estaciona en el primer lugar que veamos —Darien resopló, pero de todas formas comenzó a conducir como se le dijo.
—Me encantan tus planes.
—Por eso nos casamos, cariño —dijo de forma burlesca, Yulián tocó su mejilla e hizo una mueca.
—¿Duele?
—Un poco —Darien apretó el volante entre sus dedos y exhaló el aire que retenían sus pulmones.
—¿En serio mi padre pudo dejarte así a pesar de su edad? —Yulián lo miró con sorpresa, Darien resopló con burla—. ¿Qué? ¿Piensas que soy tonto? Él es el único capaz de esto.
Yulián movió el cuello de un lado a otro tratando de destensarse.
—Sí, el maldito viejo sigue estando en forma.
—¿Por qué?
Yulián tragó de forma nerviosa, pero Darien supo que la respuesta sería negativa, estaba firme ante la idea de no decirle, por lo que el tema era él, Darien conocía demasiado bien a su padre.
—No es importante.
—¿Trata sobre nosotros?
—No —dijo estoicamente, Darien lo miró de reojo.
—Yulián, si es así debería saber…
—No tienes que saber nada, por esto dejaste de hablarle, ¿no? —Darien mordió su labio inferior, en eso tenía la razón, al menos en una parte, no le gustaba nada la manipulación sobre él—. Entonces deja que yo me encargue.
Dejar de hablarle a su padre no sirvió de nada, aún se encontraba en el centro de su manipulación y sin posibilidades de moverse.
—¿Por qué?
—¿El qué?
Darien apretó la mandíbula, sus dientes crujieron debido a la fuerza.
—Este cambio, Yulián, no lo entiendo.
—Cualquier cosa que te diga en este momento sonará estúpida
—Parece que tienes mucho que decir, dime una de ellas.
—Porque me cansé de pretender que no te veo y me enfurece que le prestes atención a ese Alfa, no quiero que te aparten de mi —Darien arqueó las cejas mirándolo por el espejo, era demasiado simple y difícil de creer, Yulián torció los ojos—. ¿Ves? Ni siquiera lo crees.
—Es difícil hacerlo después de seis años.
Yulián sonrió de medio lado con la intención de molestarlo.
—Seis años en los que tú me ignoraste creyendo que engatusé a tu padre. ¿De verdad creíste que tenía tanto poder?
—No lo sé, tenía diecisiete años, creía cualquier cosa.
Esa no era toda la verdad sobre lo que había pasado, pero le dejaría creer eso si lo hacía sentir mejor.
—No fue así al principio.
—No hablemos de eso, no quiero recordarlo —Yulián cruzó los brazos y miró por la ventanilla.
—¿Te molesta pensar que tuvimos una relación real al principio?
—¿Real? Estas bromeando, ¿no?
—¿Nada fue real para ti? ¿Por eso tuviste que ir a pedirle a tu padre que me alejara?
—Sí, creo que no debimos salir —Yulián negó.
—No, creo que hicimos bien, quizás hoy despejemos varias dudas.
—No hablaré sobre eso.
—¿Sobre qué quieres hablar?
—Nada —dijo deteniéndose en un establecimiento.
Yulián bajó y esperó a que estacionara para ir a pedir una mesa, fueron atendidos de prisa debido a que era día entre semana y no tenían tanta clientela.
—¿Pensaste nombres? — preguntó Yulián apenas se sentó, Darien cogió el menú de forma casual, pero la pregunta lo puso nervioso.
—Ni siquiera sé si funcionó.
—Pero lo estuviste pensando un tiempo, ¿no? Además, eres joven, no tendría porque no funcionar —dejó la carta sobre la mesa y carraspeó, estaba incómodo con la conversación.
—Sólo que lo quería, pero nunca pensé en eso.
—Te ayudaré con el cachorro si estás en cinta.
—No necesito tu ayuda —Yulián resopló.
—Más adelante no pensarás igual. ¿Cuándo te harás la prueba?
—Mañana —Yulián asintió y por fin cogió la carta.
—¿Hay algo que quieras comer?
—No, pide lo que sea, sabes que no soy quisquilloso.
—¿Hace cuánto no comes pizza?
—Mmm… hace un tiempo.
—Entonces compremos eso — Yulián levantó una mano y sonrió en cuanto el camarero se acercó —. Dos pizzas, una cerveza y un refresco de limón —Darien colocó una mano sobre la suya haciendo que Yulián lo mirase.
—Nada de cervezas, te di analgésicos.
—Ah, cierto, olvida la cerveza y trae dos refrescos.
—Enseguida lo traigo.
Quedarse en silencio mucho tiempo era perturbador para ambos, por lo que Yulián tomaba la oportunidad de hablar sobre cualquier cosa que se le ocurriese o recordase, el tema en cuestión no fue nada agradable cuando salió de su boca.
—Leí en línea que el precio de la casa que diseñaste se ha disparado.
—¿En serio? Qué bueno, pero no me interesa —comentó, Yulián arqueó una ceja.
—Fue tu primer diseño, esos artículos están equivocados.
—No te atrevas a decir algo diferente —gruñó.
—¿Por qué? ¿Qué pasa con la casa?
Darien apretó sus labios en una fina línea, odiaba esa estúpida casa con todas sus fuerzas.
—Siento vergüenza de ese maldito lugar, así que si algún periodista te pregunta tu di exactamente lo que yo dije.
—Lo que quieras.
Darien se comió sólo la mitad de la pizza y el refresco, la conversación logró quitar bastante de su apetito, Yulián comió sin problema alguno e incluso se quejó por lo poco que había comido.
De camino a casa se detuvo frente a una farmacia y suspiró, Yulián colocó una mano sobre la suya en el volante, lo relajó con su aroma.
—No te tortures, sólo compra la prueba, todo saldrá bien.
Darien negó.
—Ese es el problema, ni tú, ni yo, sabemos eso.
—Y si no te la haces no sabrás —eso no le hizo sentir mejor, Yulián apretó el agarre en su mano—. Darien, si sale negativa no es el fin del mundo, puedes volver a intentarlo, ¿quieres que la compre?
— No, está bien, esto es algo que debo hacer yo.
Darien suspiró una última vez y por fin bajó del auto, sus piernas estaban temblorosas debido a la ansiedad mientras iba directo a la farmacia, encontrar lo que quería fue más fácil de lo que pensó sería y lo compró.
Luego de unos minutos regresó con Yulián, el Alfa no dijo nada más de camino a casa y lo agradeció internamente, su cabeza estaba dando vueltas en el asunto de la prueba sin descanso.
—Nos vemos mañana —dijo Yulián en cuanto entró a la casa.
—Sí.
Darien fue a su habitación y miró la bolsa que tenía dentro lo que tan nervioso le ponía, era algo simple, pero definiría su futuro para siempre, decidió dejar de martirizarse con eso como le había pedido Yulián.
De todas formas, el resultado no cambiaría pensara en ello o no.
Mañana sabría con seguridad si todo había salido bien o su deseo de tener un cachorro se quedaría en eso.
Sólo deseo.
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