2🍼
Darien no tenía tiempo de arrepentirse por estar siguiendo a este Alfa, sólo lo hacía por su objetivo. Misel abrió la puerta de su auto para él dejándole salir, se sintió incómodo con el gesto, pero no lo suficiente para quejarse, el Alfa se veía emocionado con su oferta lo que hacía que se pusiera más nervioso aún.
Misel tomó su mano y lo llevó a su apartamento, Darien suspiró, estaba aquí, finalmente haría esta locura, el Alfa cerró la puerta detrás de él, en cuanto lo hizo su mirada lo envolvió con absoluta y completa lujuria.
Darien dio un paso atrás inconscientemente, Misel sonrió enseñando sus largos colmillos y lo arrinconó contra la pared del pasillo.
Gimió cuando el chico invadió su boca, la experta lengua se movía en el interior de su boca explorando cada rincón y chocó con su propia lengua.
Darien se agarró del frente de su camisa y reposó la cabeza en la pared facilitándole todo al Alfa.
Misel sonrió y mordió su labio inferior, ladeó la cabeza rechazando el contacto, el Alfa gruñó debido a su astucia y él lo tomó del mentón para hacer que lo mirara, Darien sonrió.
—Nada de marcas obvias, Alfa —los ojos de Misel se pusieron dorados ante sus palabras y deslizó las manos por debajo de su camisa.
—¿Eso quiere decir que puedo hacer lo que quiera en los lugares que no se vean?
—Puedes hacer lo que quieras —sonrió colocando los brazos alrededor de su cuello, Misel lamió su labio inferior.
—¿Tu Alfa?
—No me importa, si no le gusta puede joderse —Misel mordió la concha de su oreja levemente haciéndole gemir.
—Eres increíble.
—¿Qué? —Misel llegó a su cuello y aspiró su olor, su lengua se deslizó por la piel descubierta, Darien tembló.
—Omega, no puedo creer que no estés marcado, ese Alfa me enoja.
—Concéntrate en esto —pidió mirándolo seriamente.
Misel se alejó haciéndole sentir frío de repente, Darien mordió su labio inferior, quizás se había arrepentido de intentar algo con un Omega que ya tenía dueño.
Misel peinó su pelo hacia atrás, se veía ansioso, él lo miró detenidamente mordiendo su labio inferior.
—Trato de evitarlo, podría correrme con sólo olerte o verte.
Darien se tranquilizó y sonrió.
—Vayamos a la cama —pidió, Misel agarró su mano y le hizo caminar hasta la habitación más alejada de la casa, Darien no detalló mucho más en la casa que en el sofá negro.
No tenía tiempo de reparar en esos pequeños detalles ahora mismo, cerró los ojos en cuanto entró a la habitación de Misel, como correspondía su cuarto estaba impregnado de feromonas, el aroma a coco se hizo terriblemente espeso y excitante, era una sensación agradable luego de no sentir nada por años.
—Desnúdate —pidió Misel quitándose la camisa y tirándola a una esquina.
Darien deslizó una mano por los duros abdominales y se detuvo en su pecho, la mirada de Misel era intensa sobre él y sólo ese pequeño detalle era suficiente para volverlo loco.
Dejó caer la chaqueta al suelo y también la camisa, Misel gruñó mirándolo, por lo que podía notar estaba más que satisfecho con la vista, las feromonas lo envolvieron.
Evidentemente Misel no se veía intimidado a la hora de estar con un Omega de su tamaño, eso ocurría con frecuencia durante su adolescencia, era demasiado grande, demasiado fuerte y demasiado incorrecto.
Solían olvidar que no importa que cuerpo tuviese, siempre estaría en obvia desventaja frente a ellos.
—No pienses cosas desagradables —pidió caminando hacia él.
Darien retrocedió hasta que sus pantorrillas toparon con la cama, Misel lo dejó caer y se acotejó sobre él, las rodillas a ambos lados de su cadera y se apoyó en los antebrazos para besarlo una vez más.
No quería separarse nunca de su boca, la lengua de Misel lo recorría en frenesí total de placer, Darien comenzó a desabrochar su cinturón, el Alfa lo detuvo colocando una mano sobre las suyas, su sonrisa era pequeña pero firme.
—Aún no, Omega, necesitamos prepararnos.
Misel se puso de pie y fue hacia el baño, Darien torció los ojos, se quitó los zapatos y se acomodó en la cama, estaba seguro de que iría a buscar protección, le alegraba que el chiquillo fuese responsable, pero hoy estaba de más.
Darien se quedó completamente desnudo y dejó salir más feromonas de las necesarias, Misel volvió al cuarto y dejó caer la caja de preservativos que traía torpemente al verlo.
Se carcajeó cuando la tomó de nuevo y prácticamente corrió a la cama, Misel quitó sus zapatos, luego el pantalón, su ropa interior se quedó interrumpiendo la vista.
Él volvió a besarlo cuando estuvo lo suficientemente cerca, Darien tomó la caja en su mano y la tiró lejos, Misel jadeó con sorpresa.
—¿Por qué…?
—No necesitamos eso, podemos hacerlo sin protección —los ojos de Misel brillaron de dorado.
—Vas a volverme loco, Omega —gruñó acariciando su pierna, Darien gimió cuando lo tuvo realmente cerca de su entrada, Misel sonrió de medio lado y acarició con un dedo.
Darien soltó un quejido y se dejó caer completamente en la cama debido al jalón de Misel por su tobillo, el Alfa sonrió lamiendo su cuello, él parecía estar fascinado por ese lugar.
—Es una gran tentación —murmuró deslizando los colmillos, Darien colocó su mano y negó.
—No puedes hacer eso, Alfa —Misel gruñó y encajó los colmillos a nivel de su brazo, Darien dejó salir un quejido.
—Cuando intentes hacer esto de nuevo deberías utilizar un collar.
Misel succionó uno de sus pezones mientras pellizcaba el otro, Darien agarró la sábana con fuerza evitando hacer ruidos comprometedores, Misel levantó la vista desde su abdomen y sonrió.
Él deslizó la lengua en su ombligo y raspó la piel con los colmillos, Darien por fin dejó salir un alto gemido, el Alfa sonrió con orgullo deslizando la lengua por debajo de su ombligo hasta detenerse en su pene.
Misel acarició su erección justo antes de ponerla en su boca, Darien agarró su cabello mirándolo de forma borrosa, sus ojos estaban llorosos y ni siquiera había tenido la prueba completa.
— Darien, despierta.
— ¿Que?
—¡Despierta de una vez! — Darien saltó en su asiento y miró a su alrededor, se había quedado dormido y soñó con lo que había pasado en casa de Misel.
—¿Karl?
—Sí. ¿Quién sería sino?
—Oh Dios, no puedo creerlo — murmuró escondiendo el rostro en sus manos, esto nunca le había pasado, estaba completamente avergonzado.
Estaba enfermo desde que fue la casa de ese Alfa, sólo podía pensar, o soñar en eso y ni siquiera hacía una semana.
—Dijiste que no tendrías contacto con él, pero resulta que el Alfa al que engañaste está afuera esperando hablar contigo.
Darien siseó llamándole la atención.
—No digas eso, y sólo hablaremos de negocios —Karl torció los ojos con cansancio.
—Bien —murmuró caminando, justo antes de salir lo miró otra vez—. Y tú realmente apestas.
—Gracias por recordármelo, deja pasar a Misel —gruñó queriendo tirarle algo, pero ya estaba demasiado lejos.
Yulián se pasó el día anterior y esta mañana, él en verdad se ofendió cuando llegó a casa con el aroma de Misel otra vez y le dio un humillante baño de feromonas.
Darien se bañó tres veces, pero su aroma persistía sin problema alguno, no pudo pegar ojo, a pesar de eso, Yulián justo antes de salir lo acorraló y dio otro baño justo para que no olvidara quien era su Alfa.
Era desagradable la forma en que intentaba imponerse sobre él y este aroma lo tenía con dolor de cabeza.
—Darien —saludó Misel sacándolo de sus recuerdos de la mañana, Darien se puso de pie y tendió su mano.
—Misel —Misel tomó su mano sin duda alguna a pesar de las feromonas de Yulián y sonrió de medio lado.
—Pensé que no le interesabas a tu Alfa —Darien apretó la mandíbula y lo fulminó con la mirada, este estúpido Alfa era el causante de sus actuales problemas.
Sus empleados Omegas casi se desmayan cuando sintieron las feromonas y los Alfas huían como si tuviese la peste negra, con razón, Yulián era uno de los Alfas Dominantes que tan escasos eran por descendencia familiar.
Darien sabía que Misel era un Alfa fuerte, pero ya veía que lo había subestimado por completo.
—Mi relación con él no es de tu incumbencia —dijo soltando su mano, Misel sonrió, algo que no iba con las próximas palabras que salieron de su boca.
—¿Debería disculparme?
—¿Por qué? —Misel se encogió de hombros, parecía divertido von todo esto, las feromonas de Yulián no influían para nada en él.
—Porque creo que tuviste problemas debido a mi descuido —Darien levantó las cejas.
—Ya que lo sabes no dejes tu aroma descuidadamente sobre Omegas que no son tuyos.
Misel se encogió de hombros de forma descuidada, evidentemente no le importaba.
—Bueno, ya que él no lo pone yo puedo hacerlo por él.
—Si viniste a esto deberías irte.
—Entonces hablemos primero sobre la oferta de trabajo, nosotros podemos esperar.
Darien se carcajeó y negó, no podía creer que estuviese escuchando esto.
—Un revolcón no significa nada, Misel, sólo fue eso, un revolcón —especificó, Misel levantó su mentón y olfateó directamente en su cuello donde su olor era más prominente.
Maldición, Misel se burlaba de la clara advertencia de Yulián como si no fuese absolutamente nada.
—Darien. ¿Por qué no me tomas como amante? Estoy dispuesto a serlo por ti —Darien lo empujó negando y volvió a su asiento.
—No, búscate a un Omega que no tenga ninguna atadura.
Misel sonrió de medio lado mientras le veía.
—¿Atadura? Eso es justamente lo que no tienes, Darien.
—El trabajo —Misel también se sentó y cruzó una pierna a nivel del tobillo, su pelo rojo destacaba aún más gracias a los asientos blancos con bordes dorados.
—Parsons me ha contratado para el diseño de un edificio, él dice estar muy interesado en tu trabajo, por eso te quiere ahí también —Darien achicó los ojos, eso no podía ser lo único, necesitar dos arquitectos para un proyecto no era demasiado rentable, sus honorarios no eran baratos.
—¿Qué tanto necesitan mi ayuda?
Misel suspiró y sonrió de medio lado.
—Quiere que presente los planos en menos de seis meses y sabrás que eso es un poco…
—Sí, es precipitado ¿Qué tan grande quiere que sea el lugar?
—Será un edificio alto con un máximo de treinta pisos.
—Imposible, se necesita planificación, medición, elaboración, es poco tiempo.
—Por eso nos quiere a ambos en el proyecto —si era cierto que estaba esperando de este Alfa tenerlo cerca sería ventajoso y contraproducente a la misma vez.
Trabajando tanto tiempo juntos Misel se daría cuenta de su estado, por otro lado, tenerlo cerca haría que su embarazo progresara sin problema alguno, tendría las feromonas del padre y el dinero suficiente para gastar en el bebé. Tenía ahorros, pero no serían suficientes para ese cachorro y no pensaba tomar ni un dólar de Yulián a pesar de que le pertenecía una gran suma.
—¿Cuánto es el mínimo que piensa gastar en eso?
—No hay limitaciones, no tiene miedo a gastar su dinero y creo que eso es una gran ventaja, podremos diseñar sin miedo alguno de exceder el presupuesto.
—No estaré de acuerdo hasta reunirme con él —Misel asintió.
—Por supuesto.
—Necesito preguntarte algo antes de que te marches —dijo poniéndose de pie, Misel lo miró de arriba abajo sin vergüenza alguna, Darien notó el cambio en sus feromonas, estaba obviamente excitado.
—Adelante, contestaré lo que quieras.
—Después de hacer tu pasantía en mi empresa. ¿Por qué no aplicaste a esta?
Misel se puso de pie muy rápido para su gusto, un poco de su cabello cayó sobre su frente y él lo peinó nuevamente con sus dedos, Darien lo vio dar unos pasos hacia él sólo para acotejar un mechón de cabello negro detrás de su oreja.
—Te contestaré lo que quieras, excepto eso, Darien.
—No quiero saber nada más —dijo alejándose, lo que menos quería era más del aroma de este Alfa sobre él.
—Una pena, aunque no hay mucho que saber, sin Omega, sin compromiso y sin cachorros.
—No necesitaba saber nada de eso, pero ahora lo sé por si necesito algo, que lo dudo mucho —mencionó de forma cortante, Darien ahora veía que quizás cometió un error al irse con Misel teniendo en cuenta su infantil actitud.
Misel colocó una mano en su mejilla y acarició, él miró a su cuello, sus ojos se tiñeron de dorado, las feromonas aumentaron, estaba enojado.
—A ese Alfa le hace falta mucho más que un baño de feromonas para asustarme —gruñó haciéndolo estremecer.
Darien no podía creer que a pesar de las feromonas hostiles estuviese empezando a excitarse, Misel bajó el cuello de su camisa viendo la marca de Yulián, ese incidente también ocurrió en la mañana.
—¿Y qué es esta fea marca? Que humillante dejar un chupetón en el cuello de tu Omega donde debería estar la marca.
Darien se alejó apoyándose en el escritorio, sus piernas estaban temblorosas, pero de todas formas lo miró de nuevo.
—Creo que ya terminaste aquí.
—Bien, es todo por hoy, en una semana nos vemos otra vez para hablar con Parsons.
—Nos vemos —Misel caminó hacia la puerta, se detuvo y ladeó la cabeza cuando tomó el picaporte.
—Darien, no olvides mi propuesta.
Darien torció los ojos y recogió sus cosas minutos después de que se fuera, Karl se despidió de él con un gesto y dejó que se fuera, su cabeza estaba peor que antes, ese baño de feromonas le estaba afectando más de lo que pensaba.
Esta vez Yulián llegó mucho más tarde a casa, Darien había pedido pizza y estaba comiendo su rebanada viendo algún estúpido programa en el televisor.
No hablaría con él, su tiempo era demasiado preciado.
—Darien —mencionó Yulián mirándolo como un cachorro.
Darien lo ignoró tomando su plato y dejándolo en el lavaplatos, Yulián apretó su brazo haciéndolo quejarse, la mordida ahí aún no curaba del todo, él se alejó enseguida.
—Lo siento, pero escúchame.
—¿Qué quieres? —gruñó enojado.
Este Alfa no sólo se atrevió a darle dos baños de feromonas, sino que también le hizo un chupetón, joder, sólo quería golpearlo y mandarle a dormir fuera de la casa.
—Sé que estuve mal y me disculpo por eso.
Darien abrió los ojos con sorpresa, Yulián disculpándose era un milagro de los cielos.
—¿Qué estás…?
Yulián colocó un dedo sobre sus labios.
—Déjame terminar, debí escucharte, si querías un cachorro yo tenía la obligación de dártelo y te fallé, pero si estás esperando de ese Alfa me haré cargo de ese cachorro, como si fuese mío —los ojos azul y verde de Yulián parecían ser sinceros y eso era lo peor de todo, este hombre llegaba incluso a creerse sus propias mentiras.
—Eso no es necesario —Yulián negó decididamente.
—Es necesario, soy tu esposo y tu Alfa.
—¿Cómo puedes ser tan cínico? —gruñó fulminándolo con la mirada.
—Lo que te estoy diciendo es en serio, también siento el baño de feromonas, estaba enojado y estoy seguro de que fue difícil para ti.
Darien lo miró sin expresión alguna, conocía a este Alfa, llevaban siete años viviendo juntos y sabía de todo lo que era capaz.
Yulián nunca cambiaría su manera de pensar sin tener un motivo oculto.
—No te creo.
Yulián acarició su mejilla y luego contorneó su labio inferior.
—Darien, a pesar de lo que piensas de mí, te quiero y voy a demostrártelo.
En realidad, estaba asustado de esta absurda situación, Yulián quería algo de él y no importa lo que tuviese que hacer no pararía hasta conseguirlo.
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