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16🍼

Yulián frunció el ceño mirando a Darien, tenía ojeras bastante pronunciada y sus ojos estaban rojos, ni siquiera sabía dónde pasó la noche, bueno, en realidad se lo imaginaba.

Estuvo perdido toda la tarde con ese tipo, por lo que no le sorprendería que también la noche, pero, joder, sería un maldito cornudo consciente, mientras Darien no se alejara de él.

Confiaba en que tarde o temprano se enamoraría de él y sus habilidades en la cama mejorarían, por lo que su Omega no tendría que buscar nada con otro Alfa que no fuese él.

—¿Estás bien? —preguntó tocando su mejilla, Darien se alejó como si el simple toque fuese ofensivo, y lo fulminó con la mirada.

Yulián lo había visto enojado muchas veces, ese era el estado natural de su Omega, pero nunca pensó ver esa mirada de odio puro dirigida hacia él, Darien gruñó.

—No vuelvas a tocarme.

Yulián pestañeó sin entender nada y dio un paso atrás, no recordaba haber hecho nada malo para que Darien estuviese así, más bien, era al contrario y él no estaba resentido.

—¿Pasó algo?

—Maldición, Yulián, me das tanto asco —replicó, Yulián tragó.

—Creo que hoy no estás de humor, mejor hablamos en casa.

Darien arqueó una ceja.

—No pienso dirigirte la palabra otra vez, para mí estás muerto.

Yulián se alejó y fue hasta su salón de clases, el primer período no pasó tan rápido como esperaba, la situación con Darien lo tenía extremadamente nervioso, tanto, que sus feromonas estaban empezando a afectar a todos.

Su maestra le pidió que saliera del salón y se tomara la tarde libre, Yulián mordió su labio inferior y obedeció, su teléfono brilló con una notificación mientras salía del aula.

Gruñó viendo el remitente, ese maldito Alfa quería reunirse con él, Yulián no quería ir, al padre de Darien no le caía nada bien y el sentimiento era mutuo.

Yulián dejó la conversación con Darien para más tarde y fue a la empresa de su padre, el Alfa lo miró con ojos perversos en cuanto puso un pie en la oficina, Yulián se estremeció con un mal presentimiento.

—Hasta que por fin nos vemos —murmuró.

Yulián se dio cuenta demasiado tarde de los otros dos Alfas en la habitación, su estatus de Alfa superior no sirvió de nada cuando le doblaban la edad y eran más, por lo que terminó sujetado por ambos brazos y de rodillas frente al padre de Darien. 

—¿Qué significa esto? —gruñó, el Alfa arqueó una ceja y sonrió con diversión.

—Este es el regalo de mi hijo por tu cumpleaños, un poco atrasado debo decir, pero aún cuenta.

Yulián tragó con nerviosismo.

—¿Qué?

El padre de Darien sonrió, Yulián no estaba entendiendo nada de esta situación.

—Gracias por hacerme las cosas más fáciles, no tengo idea de lo que le hiciste, pero no quiere saber de ti otra vez.

—¿Por eso estoy aquí? —Yulián lo fulminó con la mirada, el Alfa se encogió de hombros.

—Uhum… obviamente, Darien no quiere que vuelvas a ponerle una mano encima, y yo me encargaré de que cumplas con eso —dijo mirando a los Alfas.

Yulián jadeó cuando uno de ellos le dio un rodillazo en las costillas, lo soltaron repentinamente y puso los brazos en el suelo tratando de alejar el dolor, otro impacto fue al mismo lugar.

Yulián gruñó poniéndose de pie, golpeó a uno de ellos, pero el padre de Darien le jaló el pelo y golpeó por la espalda, Yulián lo fulminó con la mirada desde el suelo, el hombre sonrió.

—No te irás de aquí en un buen rato —dijo con una carcajada.

Yulián aguantó aproximadamente una hora de golpizas, para cuando se cansaron de él, estaba en el suelo, ensangrentado, sus costillas rotas y la piel lacerada por los golpes.

Yulián se giró y arrodilló, tosió mirando un hilillo de sangre caer al suelo, no estaba seguro de qué había pasado con Darien, pero esto era excesivo, sin embargo, el castigo aún no terminaba.

El Alfa se agachó para poder verlo directamente a los ojos.

—Yulián, si tocas un solo pelo de él, lo sabré, y haré que te hagan lo mismo que tú le hagas.

Yulián lo escupió y gruñó.

—Estás enfermo —el hombre se limpió y con una mano lo agarró de las mejillas, Yulián apretó la mandíbula mirándolo.

—Tengo a varios Alfas interesados en mancillarte por completo —Yulián se estremeció—. Por favor, quédate quieto a partir de ahora, y tu orgullo no tendrá que sufrir daños —él se acercó y lo miró con una sonrisa—. ¿Sabes? Escuché de Alfas que se han suicidado luego de ser rebajados a ser prácticamente Omegas, no quieres eso para ti, ¿verdad?

—No —murmuró fulminándolo con la mirada, el Alfa se puso de pie y limpió las manos con su pañuelo, lo tiró al cesto en cuanto terminó.

—Bien, sabia elección, espero que hayas aprendido.

Yulián se puso de pie como podía, no sin antes echarles una última mirada a los Alfas, más tarde tendría a esos imbéciles en su maldito piso, en la misma situación en la que estaba él.

Una vez fuera del edificio se apoyó a la pared y suspiró, Darien se pasó esta vez, con hablarlo era suficiente, esta paliza no era necesaria en absoluto, tampoco la última amenaza.

Yulián apretó la mandíbula, no podía creer que estuviese en semejante situación, tendría que vivir con ese Omega, tenía que verlo todos los malditos días.

Concluyó que había dejado de importarle, si Darien lo rechazó como su Alfa él no iría detrás suyo, mucho menos después de esto, ya estaba claro.

Yulián se arrastró al hospital, tenía seis costillas fracturadas y el labio roto, los doctores le dieron analgésicos, indicaron reposo y vendaron de forma que no comprimiese sus costillas, ya que temían que perforara un pulmón.

Luego de comprar ropa en una tienda botó las suyas sucias y se dirigió a casa, dar un solo paso era un horror, pero cuando llegó, fingió estar lo mejor posible, no le daría a ese Omega la satisfacción de verlo hundido.

Darien a penas lo miró y fue a una habitación de huéspedes, Yulián fue a la principal y suspiró acostándose en la cama, no quería quedarse ahí donde el aroma de Darien podía sentirse con claridad, pero no quería alejarse ahora.

Su aroma estaba aliviando un poco de su dolor, por lo que se permitió estar ahí más tiempo, más tarde pensaría en una forma de hacer caer a ese maldito viejo, le quitaría el puesto que tanto defendía, y le haría lo mismo.

……

Le tomó varios años, pero se hizo con un puesto además del que iba a heredar, Yulián tenía subordinados muy capaces y fieles.

Estaba a punto de quitarle el puesto, se quedaría con todo y lo dejaría en la calle, sus padres serían los próximos, Yulián sonrió de medio lado viendo al padre de Darien hablar con otra persona.

Al estúpido viejo se le había metido en la cabeza que quería un nieto, alguien de sangre que heredara el negocio, por lo que envío a varios Alfas a ver a Darien.

Qué tontería, ese Omega nunca accedería.

Ni siquiera se imaginaba a Darien con un cachorro, joder, con esa mala actitud que tenía le sorprendería que esos Alfas se acercaran a menos de diez metros, por lo que nunca tendría ese heredero.

Tendría que conformarse con él.

Yulián fue directo a casa y puso cualquier programa estúpido en el televisor, estaba de buen humor, sus planes iban bien, hasta que Darien se sentó a su lado y apagó el televisor.

El Omega se quedó en silencio por un tiempo poniéndolo nervioso, Darien llevaba años sin dirigirle la palabra y tampoco era agradable luego de la última experiencia.

—¿Qué quieres ahora?

—Quiero un cachorro —admitió, Yulián hizo una mueca de incredulidad, tenía que ser el destino jugándole una mala pasada.

¿De dónde salió esa idea?

—¿Perdón? Creo que no escuché bien.

—Escuchaste bien, quiero un cachorro, Yulián —se carcajeó de forma estrepitosa, y justo cuando creía que las cosas estaban a su favor Darien le salía con esto, esto sólo arruinaría sus planes.

—¿Qué harás tú con cachorro? Darien, no puedo creer que estés tan aburrido como para querer algo tan irrazonable.

Darien no se echó atrás, Yulián estaba empezando a dudar de que alguien le hubiese metido la idea en la cabeza.

—No es ese el motivo.

—No me casé contigo para tener cachorros, ni siquiera los quiero —gruñó, Darien se encogió de hombros sin problema alguno.

—Y no quiero que tú lo cuides, sólo que me lo des.

—Adopta un maldito perro o a cualquier mocoso que encuentres —escupió con rabia, Darien no podía estar pidiéndole esto, no después de lo que le hizo  hacer a su padre, para que él no le pusiera la mano encima.

—Quiero mi propio cachorro.

—Hace años que no compartimos cama y vienes con esto —resopló negando, Darien agarró su brazo tratando de convencerlo.

—Sólo será una vez, puedo hacer un maldito esfuerzo si hace falta.

¿Un esfuerzo? La palabra dolió a pesar de que ya no esperaba nada de este Omega, Yulián sonrió de medio lado con la intención de hacerle daño, el mismo daño que le hacía él con sus palabras, con lo que le hizo años atrás.

—¿Será suficiente una vez? —preguntó con ironía, Darien apretó la mandíbula.

—Yulián…

—No, ya te lo dije.

—Si no me lo das tú iré a buscarlo yo mismo.

—¿Qué? —gruñó poniéndose de pie, Yulián lo agarró del mentón con más fuerza de la necesaria, estaba tan enojado que incluso sus colmillos se alargaron, Yulián no tenía permitido acercarse a él, pero no dejaría que otro Alfa lo hiciera —. No te atrevas, Omega, eres mío, así que no hagas tonterías —Darien lo miró aburridamente ignorando sus agresivas feromonas, Yulián chasqueó la lengua decepcionado y se retiró a su habitación.

Esta era una maldita sorpresa, fue incluso peor cuando escuchó el portazo de la entrada, dijo que no lo dejaría en manos de otro Alfa, pero, ¿podía detenerlo?

Su padre le arrancaría el pellejo lentamente y luego lo tiraría con esos estúpidos Alfas.

Yulián no pudo pegar ojo debido a la preocupación, y encontrarse en la mañana con Darien no lo alivió, Darien lo miró y sonrió alterándolo aún más, el olor de otro Alfa estaba en él, Yulián reaccionó a eso aumentando sus feromonas.

Darien no se inmutó a pesar de que Yulián lo cogió de la ropa y levantó, sus colmillos estaban fuera, los ojos dorados tratando de intimidarlo.

—No puedo creer que hicieras esto —Darien se soltó de su brusco agarre y lo miró con burla.

—Te dije que iría a buscarlo con otro Alfa.

—Eres mi Omega, Darien —gruñó mirándolo con reproche, Darien apretó la mandíbula, evidentemente ese hecho le molestaba muchísimo.

—Sólo en ese estúpido papel, y lo sabes.

Yulián sonrió sin gracia alguna, sus colmillos seguían sobresaliendo mientras lo tomaba del mentón y acercaba su rostro de forma despectiva.

—Si tanto querías que te follaran, sólo debías decírmelo y te hubiese follado hasta que no pudieras caminar.

—Cuidado con tus palabras.

—¿Por qué? —preguntó con sorna—. Fuiste a revolcarte con otro Alfa como si fueses una ramera.

Darien lo miró con cansancio, como si no le importase, alterándolo aún más.

—¿Terminaste? Porque en realidad no me importa lo que pienses, Yulián, estamos en páginas totalmente diferentes.

—Esto es una maldita vergüenza —gruñó mirándolo de arriba abajo, Darien presionó un dedo índice en su pecho.

—Te lo pedí a ti, y no estuviste de acuerdo.

Yulián negó con desesperación, ¿en qué maldito mundo alterno se había metido? Él le dijo que no lo volviese a tocar y por poco lo matan a golpes debido a eso.

—En caso de estar esperando. ¿Cómo vas a llevar a término esa gestación? Sabes bien que necesitas un vínculo y las feromonas del padre.

—Puedo hacerlo solo —afirmó.

—Que testarudo eres. ¿Qué van a pensar todos cuando te crezca el vientre?

—Lo que cualquiera obviamente pensaría, que es nuestro hijo.

—¿Viste en qué posición me pones?

—Yulián, sólo debes hacer una cosa si no te gusta esta situación —Yulián arqueó una ceja mirándolo.

—¿Qué quieres que haga ahora?

—Divórciate de mí, y se arreglará todo —Yulián lo tomó de la ropa y zarandeó.

—¿También quieres que le deje mi puesto a tu próximo Alfa? No me hagas reír, estoy aquí y aquí me quedo —gruñó, luego de todo lo que había luchado, los planes que tenía para ese tipo, Darien no podía decirle esto.

Darien le empujó y fulminó con la mirada.

—Quédate con tu maldito puesto si eso quieres, pero déjame ir.

—Sabes muy bien la cláusula que pusieron tus padres para tenerme ahí, para tenerte aquí —especificó.

—Puedes hablar con ellos Yulián, diles que me dejen ir, estoy cansado de… —Yulián puso un dedo sobre sus labios, sus ojos no daban oportunidad a seguir hablando.

—Callado Darien, no puedes salir de esta, antes de perder mi maldito lugar, te mataré a ti y a esa cría que tanto quieres.

Darien lo miró con lastima, Yulián admitía que se pasó con, pero no se disculparía, no después de todo por lo que había pasado.

—¿Cuándo te convertiste en esto?

—¿Cuándo dejaste de notarme, Darien? —devolvió con cinismo, Darien resopló —. Ve a darte un baño, ese está cabreándome.

Yulián salió de casa dando un portazo, esperaba que no hubiese funcionado.

El próximo encuentro tampoco fue bueno, Darien tenía encima el olor de ese Alfa otra vez, Yulián perdió la cabeza, por lo que le dio dos baños de feromonas y dejó un chupetón en su cuello.

Yulián sólo quería marcarlo, reclamarlo como suyo luego de la provocación de ese Alfa.



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