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14🍼

Un mes pasó rápido, luego de todo el trabajo que les dio Héctor, y arrullos de Yulián pasaba mucho más rápido de lo que pensó.

Darien tomó un bocado de su hamburguesa y gimió, al menos con este embarazo no estaba vomitando y pasando hambre como un maldito loco, eso se lo llevaba el pobre Yulián.

Daba gracias por eso.

Karl lo miró con una ceja arqueada mientras revisaba unos documentos que acababa de entregarle.

—Es bueno que tengas apetito, pero, por favor, come moderadamente.

—Una hamburguesa no va a matarme —murmuró mordiendo de nuevo, Karl achicó los ojos.

—¿Alguien está controlando ese embarazo?

—Sí, por supuesto, el doctor de Yulián lo hace —respondió luego de tragar.

—¿Por qué él? —Darien se encogió de hombros.

—Yulián confía en él, y hasta ahora mi padre no sabe nada, así que supongo que también puedo hacerlo.

—¿Qué dijo?

Darien dejó la hamburguesa en su estuche y lo miró.

—Mmm… que el embarazo puede que ni se note con mi tamaño, sólo serán siete meses de gestación debido a que mi familia no tiene buenos antecedentes, cree que esperar más es poner en riesgo al cachorro, y a mí.

Karl se puso de pie y se apoyó en el escritorio de forma alarmante.

—¿En serio? ¿Eso es lo que te dijo? ¿Y estás bien?

—Sí, sabía que algo así podía pasar, mi madre pasó por esto, bueno, cada Omega en la familia, es normal —Karl suspiró y tomó asiento otra vez.

—¿Qué hay de Yulián, todo bien con él?

—Sí, hasta ahora todo bien.

—¿Se van a enlazar o algo? —Darien frunció el ceño, era extraño que Karl le hiciera semejante pregunta.

—No. ¿Por qué dejaría que lo hiciera?

Karl se encogió de hombros.

—No lo sé, quizás cambiaste de idea respecto a él.

—Yo…

Darien se quedó callado, sí, tenía razón, algo cambió, pero estaba seguro de que ofrecerle el cuello a Yulián sería un terrible desastre.

—Sé que ya aclararon los malentendidos, por eso lo digo, aún no puedo creer que dejaran de hablarse por eso.

—Éramos niños —murmuró, Karl torció los ojos.

—Aún son niños.

—El teléfono está sonando, ve a tomarlo, y déjame comer en paz.

—Que manera de deshacerte de mí —se quejó, pero de todas formas se fue, Darien volvió a coger su hamburguesa.

Llegó a casa pasada las seis, Yulián aún no estaba en casa, por lo que fue directamente al baño y se metió bajo la ducha, gimió sintiendo el agua contra su piel, Darien mordió su labio inferior viendo la repentina erección que había apareció.

Tragó mirando abajo y tocó suavemente gimiendo, estas cosas eran extrañas, ajenas a él, no estaba acostumbrado a sentirse tan sensible o a tocarse en la ducha.

Darien se apoyó con una mano a la pared y con la otra frotó la erección buscando más placer que antes, era bueno, definitivamente lo era cuando sentía que iba a morir de placer, pero no era suficiente.

Darien suspiró, no podía creer que estuviese pensando en poner sus dedos, nunca tuvo un apetito sexual desenfrenado, por lo que esto era vergonzoso.

Suspiró y se rindió deslizado dos dedos en su interior, Darien gimió, mordió su labio tan fuerte que probó la sangre, podía sentir sus mejillas calientes y a pesar de lo que hacía, no podía tener suficiente.

Dejó que sus dedos se desplazaran hasta el final haciéndolo suspirar, una pena que tampoco fuese lo que estaba buscando.

Darien se tensó cuando alguien se acercó a él por la espalda.

—Fue un lindo recibimiento —murmuró Yulián en su oído, Darien rápidamente sacó sus dedos y se giró para verlo.

Yulián estaba jadeando, los ojos dorados por la excitación, su traje estaba mojándose por el agua de la ducha, él ni siquiera se quitó la corbata, el cabello castaño ya no estaba peinado hacia atrás, caía sobre su frente haciendo que la imagen fuese mucho mejor.

Darien tragó, Yulián miró hacia abajo viendo su erección y colocó un dedo sobre la punta haciéndolo lloriquear.

—¿Qué pasó? ¿No estás satisfecho? —Darien tragó, nunca estuvo en una situación así, y no estaba seguro de cómo proceder.

—Yo…

—¿No tuviste suficiente anoche? —preguntó lamiendo su labio inferior maltratado.

—Yulián…

Yulián lo miró de nuevo devorándolo con la mirada, las piernas de Darien temblaron.

—Tócate de nuevo, Darien —pidió, Darien pestañeó.

—¿Qué? —Yulián se acercó a su oreja y lamió, luego mordisqueó haciéndolo gemir.

—Mmm… me encantó verte, hazlo de nuevo, déjame ver tu rostro mientras te tocas.

—No seas pervertido —murmuró fulminándolo con la mirada.

—Vamos, sólo una vez —rogó, Darien enrojeció cuando lo vio tirar la chaqueta del traje al suelo, la camisa blanca se adhería a su pecho y abdominales de una manera exquisita.

Yulián se acercó a él para dejar un beso en sus labios acorralándolo contra los azulejos, Darien abrió la boca para él y dejó que su lengua lo invadiese, estaba acostumbrado a él, a sus feromonas y su forma impredecible de ser.

—Darien…

Darien tragó y sin poder creerlo accedió llevando sus dedos a su interior, mientras Yulián lo tenía entre sus brazos, él estaba muy ocupado viendo lo que hacía, sin perderse ningún detalle.

Gimió introduciendo un tercer dedo, Darien bajó la cabeza, pero el Alfa hizo que lo mirara para poder ver su expresión.

—Que lascivo, Omega —murmuró Yulián besándole el cuello, Darien se paralizó, no tenía collar, ya que no pretendía que esto pasara—. Tranquilo, no voy a morderte.

Yulián se quitó la corbata y la enredó en su cuello dos veces, luego amarró con un lazo, en realidad eso no lo detenía de nada, la tela no era resistente frente a los colmillos de Yulián, pero Darien lo entendía.

Ese era el recordatorio que dejó el Alfa para evitar alguna insensatez.

Yulián siguió dejando besos por la piel de su cuello descubierto y se entretuvo chupando, mordisqueando los pezones, Darien lo agarró del cabello y gimió.

El Alfa besó su abdomen y luego miró fijamente su erección, Yulián sonrió deslizando la lengua por la punta y llevando las manos a su cadera.

Darien gruñó sintiendo la invasión de sus dedos, Yulián aprovechó el momento para poner todo el pene en su boca y succionar, casi coloca los ojos en blanco perdido en el placer, una de sus manos se aferró a la pared, la otra siguió en el pelo de Yulián.

Yulián lo miró directamente mientras lo estimulaba doble, su lengua estaba volviéndolo loco y sus dedos eran una historia completamente diferente, pero terriblemente placentera.

Darien lloriqueó agarrando su pelo con fuerza, Yulián arqueó sus dedos estimulando su próstata directamente, Darien se quejó. 

—Detente, estoy a punto de… —un gemido lo interrumpió cuando Yulián volvió a rozar el lugar, Darien no pudo evitarlo más y terminó corriéndose en su boca.

Yulián tragó y deslizó la lengua por sus labios, él se puso de pie otra vez y lo besó.

—Todo de ti es tan bueno —murmuró girándolo de espaldas a él, Yulián deslizó un dedo por su espalda haciendo que su piel se erizara hasta llegar a la parte baja de su espalda—. No puedo resistirme a ti.

Darien giró la cabeza mirándolo, Yulián desabrochó su pantalón y sacó su erección, se acarició a sí mismo mientras lo veía, regalándole una imagen realmente sexy.

Yulián tomó su cadera con una mano y comenzó a penetrarlo lentamente, Darien mordió su labio inferior y se aferró a los azulejos con fuerza, Yulián se deslizó en su interior, una vez dentro mordisqueó su oreja.

—¿No es demasiado para ti? Estamos aquí de pie… —Darien llevó una de sus manos atrás y lo agarró del pelo con fuerza.

—Yulián. ¿Eso te preocupa ahora? —el Alfa sonrió ligeramente—. Empieza a moverte.

Yulián se carcajeó moviéndose contra él, Darien cerró los ojos  aguantado cada estocada, Yulián lamió su oreja y acarició su erección, Darien estaba sensible, y cada gemido que salía de su boca sonaba extraño.

—¿Cómo se siente? ¿Bien? —Darien dejó salir un gemido y apoyó la cabeza en su antebrazo mientras gemía.

—Deja de preguntarlo.

Yulián le mordisqueó la nuca y la espalda haciéndolo estremecer.

—Eres tan hermoso —murmuró embistiéndolo con más fuerza.

—Yulián —gimió con los ojos húmedos, Yulián le pellizcó los pezones y volvió a estimular su erección.

—Darien —gruñó Yulián en su oído.

Darien se aferró a los azulejos y gimió corriéndose, Yulián tampoco esperó más.

El Alfa lo giró y desanudó la corbata en su cuello dejándola caer, acarició su piel con preocupación.

—¿Estás bien?

—Sí —murmuró cogiendo una esponja, Yulián sonrió de medio lado mirándolo.

—¿Te ayudo?

—No.

—Vamos, mejor te lavamos —dijo quitándole la esponja y comenzando a frotar, Darien miró hacia él, seguía completamente vestido, por lo que empezó a desabotonar la camisa que tenía adherida al pecho.

Yulián se dejó quitar la camisa y todo lo que sobraba, él aprovechó su entretenimiento para volver a poner dos dedos en él, Darien se quejó mirándolo mal, Yulián sonrió excusándose.

—Debemos limpiar aquí también —murmuró.

Darien salió luego del exhaustivo baño de Yulián, él se quedó bañándose, se puso ropa cómoda y miró su teléfono, quería pasar tiempo con Yulián, no quería que se pusiera a cocinar y perdiese el tiempo así que marcó para ordenar comida a domicilio.

Esa fue otra noche agradable junto a Yulián como las anteriores, la última antes de que se desatara todo un desastre para arruinar su vida.

……

Darien miró a Misel y arqueó una ceja, el Alfa estaba obviamente incómodo desde que llegó, se removía de un lugar a otro en su asiento poniéndolo ansioso.

No lo soportaba.

Él Alfa por fin se rindió y lo miró.

—¿Qué es ese aroma?

—¿Qué aroma? —preguntó Darien olfateando, al no sentir nada miró a Damon, el muchacho se encogió de hombros.

—Huele a ese Alfa y a ti.

Darien rodó los ojos.

—Ya te dije que es normal, vivimos juntos.

Misel pestañeó y arrugó el ceño. 

—No, es… un aroma más suave que eso, como… como si estuvieses… uh… esperando un cachorro —Darien tragó con nerviosismo mirando a un lado, por desgracia vio a Damon en su campo de visión, él estaba completamente sorprendido por la declaración—. Dime que no estás esperando un cachorro de ese bastardo —gruñó Misel mirándolo con reproche, Darien se puso de pie al sentirse atacado.

—¿Y eso por qué te importaría?

Misel negó.

—Porque ese Alfa, sólo te utiliza. ¿Por qué no te das cuenta de eso?

Darien se peinó hacia atrás con desesperación.

—Deja de decir tonterías —replicó, Misel se echó a reír sin nada de diversión.

—Tu padre quiere un descendiente e irás derechito a dárselo como el buen esclavo que eres.

—Cállate, las cosas no son así.

Misel cruzó los brazos y lo miró con altanería. 

—¿No es extraño que el Alfa que estuvo viviendo durante años contigo sin voltear a mirarte ni una vez ahora quiera cortejarte?

Darien tragó con nerviosismo, estaba empezando a alterarse y eso no era bueno.

—¿Cómo sabes…? —Misel lo interrumpió negando.

—Yulián sólo se acercó a ti para que no le quitasen el puesto —Darien lo agarró del frente de la camisa y gruñó.

—¿De qué hablas, Misel?

Misel lo miró con lástima.

— El que te consiga se queda con todo, el que logre enlazarse contigo gana al Omega, el cachorro y por supuesto, el liderazgo.

—No —murmuró empujándolo y tocando su frente, Darien no podía creerlo, eso tenía que ser una maldita broma.

—Te digo la verdad.

—¿Cómo sabes esto?

Misel mordió su labio inferior y finalmente suspiró.

—Todos lo saben, Darien, pregúntale al chiquillo si te miento —murmuró Misel mirando hacia Damon, el muchacho se peinó hacia atrás en un gesto perturbado que le dijo que todo era completamente cierto—. ¿Ahora me crees?

Darien se acercó a él y achicó los ojos, su voz fue un susurro.

—¿Por qué te acostaste conmigo? ¿Fue por esto?

—No, esa vez no, sólo fueron mis razones egoístas.

Por supuesto, debió imaginarlo, Darien torció los ojos y resopló.

—Maldición, eres tan malo mintiendo.

—Darien… —murmuró Misel con preocupación.

—Demos por terminada la reunión, no vengas otra vez, no seguiré trabajando contigo, hablaré con Héctor —Damon se puso de pie e intentó acercarse.

—Darien… —Darien lo señaló con su dedo índice y lo fulminó con la mirada.

—Y tú ya puedes irte, acabo de dejarte sin trabajo.

—Lo siento —susurró mirando hacia el suelo, Darien negó, no podía pedir nada de él, su lealtad estaba con el Alfa.

—No te disculpes, no me debes nada, trabajas para Yulián, por supuesto que lo ayudarías.

—No fue así, yo… —Damon trató de excusarse, pero Darien lo fulminó con la mirada, sus feromonas estaban saliéndose de control, Misel se acercó al Alfa y negó.

—Detente, estas enojándolo aún más.

—Me retiro —murmuró saliendo de su oficina, Karl se puso de pie en cuanto lo olió.

—Darien. ¿A dónde vas?

—Necesito hacerme cargo de un pequeño asunto, nos vemos más tarde.

Darien llegó a casa, por supuesto que Yulián no estaba en casa todavía, buscó una botella de vino y sirvió un poco en una copa, como quería tomar hasta olvidarse de sus malditos problemas.

Suspiró y tocó su vientre, Yulián se burló de él como quiso cuando pensó que estaba haciendo lo que quería, era un ser patético.

El Alfa llegó una hora después, dejó el abrigo en la percha y caminó, Darien llamó su atención diciendo su nombre, Yulián se detuvo.

—¿Estabas bebiendo? —preguntó Yulián viendo la copa de vino sobre la mesa, Darien arqueó una ceja y se puso de pie—. El cachorro…

—¿El cachorro qué? —gruñó tocándose el vientre—. ¿Siquiera te importa esto que está dentro de mí?

—¿Por qué estás hablando así de nuestro cachorro? —Darien negó mirándolo de arriba abajo.

—Siento que mi hijo vaya a tener un padre tan mentiroso como tú —Yulián pestañeó confundido.

—Darien, no lo entiendo.

Darien se carcajeó sin nada de humor.

—No me dijiste que formaba parte del negocio de mi padre —Yulián cerró los ojos por un momento y masculló.

—Maldición —Darien sonrió con burla.

—Sí, alguien acaba de hacer reventar la burbuja en la que me tenías.

Yulián dio un paso adelante, Darien también dio uno hacia atrás colocando la misma distancia entre ellos, el Alfa negó.

—No, esto es un completo malentendido.

— ¿Malentendido? ¿Crees que soy idiota? No puedo creer que seas tan bajo, Yulián, me creí cada una de tus mentiras — Yulián pasó los dedos por su cabello y suspiró.

—No fue así, yo no quería que ningún Alfa te sacara de mi lado y…

—¿Esa es la excusa que te das a ti mismo? —gruñó, Darien lo miró de arriba abajo—. Mírate, Yulián, no eres lo que has pretendido ser estos meses, estás completamente arruinado por la avaricia.

—Ya cometimos este error, si me escuchas… —Darien no lo haría o volvería a caer en sus redes de mentiras y jamás podría desenredarse.

—No sabes cuánto odio a mi padre por hacerme esto, pero a ti, Yulián, te desprecio por querer utilizarme de esta forma —los ojos de Yulián se colorearon de dorado.

—Darien…

Darien gruñó fulminándolo con la mirada.

—Alfa, ve a dónde está mi padre y dile esto, nadie pondrá una marca en este cuello y nunca verá a su nieto, tu tampoco conocerás a tu cachorro, es lo que te buscaste —Yulián lo abrazó manteniéndolo entre sus brazos.

—Darien, yo te amo —Darien quería creerle, sí que quería, pero era suficiente de vivir bajo la manipulación de su padre y Yulián.

Necesitaba empezar a vivir su vida.

—No te creo Yulián, ya es demasiado tarde —gruñó soltándose, Yulián negó.

—No hagas esto.

—Yo no hago nada, esto lo hiciste tú mismo —replicó cogiendo la maleta que había preparado mientras lo esperaba, no pensaba seguir viviendo con este mentiroso Alfa.

—¿A dónde vas?

—No te importa —gruñó, Yulián agarró su muñeca.

—Llevas a mi cachorro en el vientre y me importas, eres mi Omega.

—No, soy tu futuro ex-marido, sólo eso.

—Darien, no pretendía…

—Ahórrate las excusas, no quiero escucharlas, acabas de morir para mí.

Darien reservó un hotel y dejó su maleta, vio su teléfono, tenía infinidad de llamadas, de Misel, Damon, Yulián y Karl, decidió llamar al único que no lo había traicionado y le dijo que fuese a verle.

Karl estuvo ahí a los veinte minutos y aunque no sabía nada, lo abrazó en cuanto lo dejó pasar, su aroma lo delataba por completo.

—Ahora es cuando deberías decir te lo dije —murmuró, Karl le acarició el pelo y suspiró.

—Lo siento.

—Caí como un idiota de nuevo en sus garras —murmuró, Karl frotó su espalda.

—Todo estará bien, Darien.

—No lo estará, estoy esperando un hijo de ese imbécil, necesito un lazo, sus feromonas, es imposible que lo lleve a término —Karl sonrió.

—¿A dónde se fue ese loco optimismo que tenías? Dijiste que no te hacía falta la ayuda de nadie y estoy de acuerdo con eso, tú eres más que suficiente, no dependes de ningún Alfa.

—¿Y ahora qué hago? —Karl se encogió de hombros y tocó su abdomen.

—Justamente lo que querías, criarás a este cachorro y serás el mejor padre de la historia ¿No estás de acuerdo?

—Sí.

Darien se limpió las lágrimas y suspiró, él no era un Omega dependiente, no necesitaba de ningún lazo o un Alfa que cuidase de él. Se bastaba para cuidar de su cachorro, y Yulián no formaría parte de ello.

Ese fue el plan desde el principio.

Yulián simplemente lo confundió con sus historias rosas sobre la familia, quería que dependiers de él, pero le demostraría a ese Alfa, también a su padre, que se bastaba solo para ello.

Al carajo con ese maldito mentiroso.


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