11🍼
Darien suspiró, ya eran tres días desde la discusión con Yulián y no se hablaban para nada, lo mismo que avanzaron lo retrocedieron en cuestiones de minutos.
No, era incluso peor que antes.
No le gustaba nada la forma en que estaban las cosas ahora, Yulián le dejaba el desayuno y nada más, hacía la comida e iba a comer a su habitación, Darien mordió su labio inferior.
Yulián dijo que estaba enojado ese día y no lo entendía en absoluto. ¿Por qué estaba enojado? Darien ya no sabía que pensar de todo eso, sentía como si estuviese buscando una razón para no dejar de lado a Yulián una vez más y estaba incómodo pensando en ello.
Estaba perdiéndose algo.
Quería que esa excusa fuese lo suficientemente buena como para hacer que la creyese y arreglar las cosas de una vez por todas.
—Darien —pestañeó mirando a Misel frente a él, llevaban un largo tiempo trabajando y estaba cansado, ambos lo estaban.
Al final Damon lo convenció de volver de alguna manera, aunque no se llevaban muy bien.
—¿Qué pasa?
—No me estás prestando atención —murmuró, Darien suspiró, no podía concentrarse.
—Lo siento.
Misel recogió sus cosas y lo miró con una agradable sonrisa.
—Está bien, llevamos mucho tiempo ya en esto, debería irme.
—¿Quieres que te lleve? — preguntó Damon desde su asiento, Misel lo fulminó con la mirada.
—¿Te has vuelto loco? —gruñó con molestia—. No, quédate pegado a ese asiento y ni siquiera me mires.
Damon resopló con una sonrisa.
—Que sensible, Alfa.
Misel se levantó y cogió su maletín, torció los ojos mirando al muchacho.
—Ugh, odio a ese chiquillo.
—Nos vemos mañana.
—Sí, nos vemos —respondió acomodándose en el sofá y mirando al techo.
No estaba trabajando bien y todo era culpa de Yulián.
—¿Pasó algo con el jefe?
—Algo así —respondió ladeando la cabeza para poder verlo, Damon puso el teléfono en su estómago mientras estaba en esa extraña posición en su pobre asiento.
—Me dijeron que no ha rendido mucho en su trabajo, y tú tampoco trabajas bien últimamente. ¿Por qué no hablan?
Darien resopló.
—Olvida eso, somos demasiado orgullosos para dar nuestro brazo a torcer.
Damon lo miró con una ceja arqueada.
—¿Por qué no cedes tu primero?
Darien achicó los ojos mirándolo con molestia.
—¿Por qué? ¿Por qué soy el Omega? —Damon negó sonriendo.
—No, porque eres el más inteligente en la relación.
Darien se carcajeó ante la excusa, aunque en realidad era cierta.
—Me pones en una situación incómoda —replicó, Damon se encogió de hombros.
—Yulián es un bruto y lo sabes.
—No quiero escucharlo —admitió mirando al techo de nuevo.
—¿Por qué?
—Porque no quiero escuchar el motivo por el que me rechazó, no quiero escuchar que hice mal.
—¿No es hora de que lo sepas?
Darien mordió su labio inferior, llevaba años haciéndose la pregunta y ahora que podían darle la respuesta, no quería escucharla.
Damon tenía razón, era hora de saberlo, Yulián tuvo la valentía de escucharlo a él, así que esta vez sería Darien quien escuchase.
—Bien, hablaré con él.
Darien se despidió de Damon y Karl, luego condujo a casa, era hora de despejar estas dudas sobre ellos o nunca podrían avanzar.
Darien entró y suspiró, sabía que Yulián estaba sólo porque su auto estaba estacionado, ni rastro de él en el interior, probablemente ya estaba en su habitación tratando de evitarlo.
Sin quitarse el abrigo ni nada dejó el maletín en su habitación y caminó directo a la de Yulián, dio dos toques suaves en la madera esperando su respuesta, el Alfa lo ignoró por completo.
—Yulián, ábreme —gruñó, él gritó desde el otro lado.
—Darien, haz lo de siempre, ignórame.
Darien torció los ojos y cruzó los brazos con molestia.
—Abre la puerta.
—¿Qué pasa? —preguntó asomándose en la puerta, Darien terminó de abrir y se metió en su habitación sin permiso alguno—. ¿Qué haces?
Darien tomó un abrigo y una bufanda, los colocó sobre su pecho, Yulián cogió todo con confusión.
Suspiró mientras agarraba su muñeca para jalarlo a la entrada.
—¿Qué haces? —volvió a preguntar Yulián cuando lo vio abrir la puerta, Darien lo miró.
—Necesitamos hablar de nuevo, y esta vez lo haremos bien, abrígate.
Yulián se colocó el abrigo y enredó la bufanda en su cuello, él acarició sus dedos unidos, Darien lo miró, el Alfa estaba muy ocupado mirando hacia sus manos unidas.
—¿A dónde vamos? —Darien se encogió de hombros y cruzó la calle, al menos ya podía ver el parque.
—A salir de esa casa, estaba asfixiándome —murmuró deteniéndose frente a un banco.
Yulián tragó mirando alrededor, no había muchas personas y eso era mejor, aunque sólo pretendían hablar.
—No tenemos nada de qué hablar, ya se dijo todo lo que se debía decir —dijo Yulián obstinadamente, Darien apretó sus dedos y lo miró colocándose frente a él.
—No se dijo todo, fui yo quien habló, y no te dejé hablar.
Yulián se carcajeó sin nada de diversión.
—¿Quieres que me justifique?
—Sí, quiero eso —murmuró jalándolo para sentarse.
Yulián accedió a sentarse cuando él lo hizo, Darien soltó su mano y Yulián siguió mirándola con insistencia.
—No lo haré.
—No volveremos hasta que me digas que hice mal —Yulián agarró su mano y besó el dorso, sus ojos de diferente color estaban un poco cristalizados haciéndolo estremecer.
—¿Qué podrías hacer mal tú? Eres malditamente perfecto, y no te merezco.
—Sabes bien que no lo soy, y escuché claramente cuando dijiste que estabas enojado ese día, quiero saber el motivo.
Yulián soltó su mano nuevamente y suspiró.
—No es importante, eso ya pasó, no arreglaremos nada hablando sobre esto.
—Dime por qué.
Yulián se quedó callado, Darien pensó que no hablaría, pero luego de unos minutos él comenzó a hablar.
—Era mi cumpleaños —recordó con una mueca triste, Darien asintió—. No me felicitaste, dijiste que tenías algo más que hacer y luego viste a un Alfa frente al colegio.
Darien pestañeó, no pensó que eso fuese malo en ese momento, pero nunca lo vio desde el punto de vista de Yulián.
—Todo eso me molestó, que le besaras la mejilla, que le sonrieras y me enviaras un mensaje sin ninguna explicación, pensé que no estabas satisfecho conmigo.
Darien escondió el rostro en sus manos, todo fue un malentendido.
—Dios, que estúpido fui —Yulián lo agarró de las muñecas e hizo que lo mirara, él le sonrió como si no pasara nada, como si todo el problema no fuese su culpa desde un principio.
—Darien, está bien, era un chico inseguro, celoso, todo lo que pasó fue mi culpa.
Darien negó.
—No, fui yo quien se equivocó primero, nunca me relacioné mucho con nadie y no sabía bien como hacer las cosas.
—No, yo…
—Lo que dijiste sobre mi… —Yulián apretó la mandíbula recordando el suceso.
—Nada era cierto, estaba enojado, sí, pero en realidad no quería que esos babosos pusieran los ojos sobre ti, porque eras mío, Darien, y no me importaba si estabas con ese Alfa, tarde o temprano volverías a mí, sólo que no lo hiciste, gracias a mis descuidadas palabras.
Darien agarró una de sus manos y sonrió, por ser chiquillos inmaduros habían dejado que todo esto sucediese.
—No estaba con ese Alfa, estaba contigo, y sólo contigo —Yulián negó.
—No tienes que mentirme, sé que no te complacía así que está bien que consiguieras a un Alfa que si lo hiciera.
Darien torció los ojos y agarró sus mejillas con las dos manos, Yulián no tuvo más remedio que mirarlo directamente y dejar de huir de su mirada.
—No, escúchame, no fue perfecto al principio, es cierto, ambos éramos un desastre, no teníamos nada de experiencia y era normal pero nunca estuve insatisfecho contigo —admitió con una sonrisa—. Eras el único al que no le importaba mi aspecto intimidante y mi mala actitud.
—Eso no es cierto, todos los Alfas se derretían por ti —Darien se carcajeó.
—Eso siempre cambia cuando abro la boca.
—¿Quién era ese Alfa? —Darien tragó con nerviosismo y dejó de tocarlo, Yulián arqueó una ceja mirándolo.
—Sí recordaba tu cumpleaños, llevaba semanas planificándome para eso, quería darte tu regalo, y que todo fuese perfecto.
Yulián ladeó la cabeza.
—Pero…
—Sí, sé que no te felicité, no soy bueno con las personas, sólo con los planos, ese Alfa me estaba ayudando con el regalo durante un buen tiempo, era mi profesor, Yulián, no había nada ente nosotros —Yulián arqueó una ceja, obviamente no entendía por qué tenía que reunirse con su profesor.
— No lo entiendo. ¿Cuál era el regalo?
Darien mordió su labio inferior, era difícil admitir algo que llevaba negando tantos años.
Ese era actualmente su secreto más vergonzoso.
—Mi primer diseño, llevaba meses haciéndola, ese era tu regalo, quería dártela esa noche —Yulián abrió los ojos con sorpresa.
—¿La casa que tanto odias ahora?
Darien asintió.
—Sí, la odio porque contenía todas mis ilusiones sobre ti, quería que fuésemos una familia en ese lugar —Yulián se peinó hacia atrás y resopló.
—Dios.
—Éramos demasiado inmaduros para tener una relación.
—Lo siento —Darien suspiró.
—Yo también lo siento.
—¿No fuimos los dos un poco tontos?
— Sí, creo que eso pasó.
Ambos se carcajearon después de esa declaración, pensar que habían estuvieron ignorándose por casi siete años a punto de partida de un malentendido era una estupidez.
Yulián tomó su mano y volvió a besarla, sus ojos no eran del color diferente de siempre, esta vez estaban completamente dorados, Darien se estremeció.
—Empecemos de nuevo Darien, déjame cortejarte otra vez — Darien tragó.
—No creo que sea una buena idea.
Yulián resopló, se arrodilló frente a él y le tocó el abdomen con una suave caricia.
—¿Por qué no? Tendremos un cachorro y deberíamos hacer lo mejor para brindarle una familia feliz.
—Yulián…
—¿No sientes absolutamente nada por mí? —Darien mordió su labio inferior, ese no era el problema en esta situación, por supuesto que sentía algo por Yulián, pero no quería salir lastimado de nuevo.
—No es lo mismo de antes, yo no…
Yulián se puso de pie y acarició su mejilla con cariño, Darien suspiró ladeando la cabeza hacia su toque.
—Sé que no es lo mismo, no después de que te hice daño con mis palabras, pero dame otra oportunidad, te cortejaré de nuevo, si no funciona está bien —Darien se levantó quedando a su altura.
—Entonces, intentémoslo.
Yulián sonrió y moldeó el contorno de sus labios con un dedo pulgar, incitándolo.
—¿Puedo besarte?
—¿Podemos ir a casa primero? No sé por qué se me ocurrió que era una buena idea salir —Yulián no rompió el contacto con su mirada.
—¿Podré besarte cuando lleguemos a casa? —Darien resopló con una sonrisa.
—Puedes hacer lo que quieras cuando estemos solos.
—Entonces más nos vale llegar rápido —gruñó, Yulián lo agarró de la muñeca y comenzó a correr.
Darien se carcajeó mientras lo seguía, ahora recordaba lo mucho que le gustaba Yulián, como se divertían cuando eran adolescentes, le encantaban sus palabras, las flores que dejaba para él, las notas.
Le encantó esa primera vez que fue un desastre, fue especial a su manera, cada beso, cada caricia temblorosa de su parte, todo de él le parecía increíble, y estaba feliz de haberlo escogido para ser el padre de su cachorro.
Yulián se detuvo frente a la casa jadeando, él no desaprovechó más tiempo y ahí mismo contra la pared lo acorraló para tomar sus labios, Darien gimió correspondiendo el beso.
Era mejor que sus vecinos no miraran por la ventana esta noche o se llevarían una gran sorpresa.
Sus lenguas se enredaron en una desesperada caricia, en un frenesí total anhelando más el uno del otro, Yulián deslizó las manos por su abrigo y se separó capturando su labio inferior con los dientes.
Él sonrió agitando las llaves frente a él, el acto fue para robar su llave, Yulián abrió con rapidez y lo jaló al interior, lo acorraló contra la puerta en cuanto pudo cerrar.
Yulián dejó caer su abrigo y bufanda, Darien ayudó con las de él y también las dejó en el suelo, el Alfa volvió a besarlo atrapando su lengua. Deslizó una mano por su costado, su cintura, el trasero y luego hacia su muslo, Yulián levantó su pierna e hizo que la enredara en su cadera, luego hizo lo mismo con la otra.
Yulián lo llevó en brazos hacia el sofá mientras seguía dejando besos en su boca y la curvatura de su cuello, Darien se aferró a él con mas fuerza cuando lo dejó en el sofá, Yulián dejó un pequeño beso en sus labios y sonrió.
—No te molestará hacerlo en el sofá ¿verdad? —Darien tragó, su espalda iba a matarle mañana, pero con esa sonrisa quién diría que sí.
—Te dije que podías hacer lo que quisieras —Yulián deslizó los colmillos por la piel sensible de su cuello y siguió bajando, desabotonó su camisa y besó su pecho, lamió uno de sus pezones haciéndolo suspirar.
—¿Ya no duelen?
—No —Yulián mordisqueó suavemente y luego fue al otro a torturarlo de igual forma.
Darien gimió estremeciéndose contra él, toda la ropa de más en el cuerpo de ambos sólo lograba ponerlo más ansioso, Yulián volvió a besarlo y frotó sus erecciones.
Quería más que el simple roce con la ropa por en medio y Yulián también, él se quitó la camisa dejando su pecho al descubierto, Darien acarició y le desabrochó el pantalón, su erección estaba atrapada en la ropa interior, Yulián gruñó cuando tocó por encima de la fina tela.
Darien bajó el bóxer y acarició su longitud lentamente, Yulián lo veía con la cabeza gacha y su boca semi-abierta dejando escapar roncos gemidos, él cerró los ojos cuando la caricia se hizo más fuerte.
Yulián abrió los ojos y le desabrochó el pantalón, él se levantó y quitó el pantalón de una vez, también el suyo quedándose gloriosamente desnudo, Darien mordió su labio inferior.
Yulián volvió a colocarse entre sus piernas y lo besó, lo repasó con sus labios y terminó de desabotonar la camisa que cubría su abdomen, él lo besó suavemente y miró desde su posición.
—¿Puedo ver esa casa?
Darien lo fulminó con la mirada por atreverse a parar, sólo para hablar de eso, Yulián besó su abdomen.
—No, es propiedad privada —Yulián mordisqueó su ombligo y luego besó.
—Estoy seguro de que puedo convencerlo si hablo con él.
—¿Hablaremos ahora sobre esto? —refunfuñó con mal humor, estaban completamente desnudos, excitados, muriéndose por el toque del contrario y ahora Yulián quería hablar sobre esto.
Darien lo mandaría al demonio si no estuviese tan caliente.
—Pero…
—Si sigues podría pensármelo —Yulián sonrió, él lo había atrapado por completo.
—¿En serio?
—Ajá —Yulián siguió bajando y dejó un beso en la punta de su erección, Darien gimió.
Yulián sonrió con suficiencia y lo llevó por completo a su boca, Darien agarró su pelo guiando los movimientos, Yulián se dejó hacer por completo y no se quejó de su trato hacia su cuero cabelludo o garganta.
Darien hizo que profundizara y embistió con mucha más fuerza de la necesaria, Yulián ahuecaba sus mejillas, sus ojos estaban llorosos, era una bonita imagen que no se cansaría de ver, él lo sacó jadeando, Yulián también estaba casi sin respiración, pero un poco confundido.
—No quiero correrme, no aún — murmuró.
Yulián lamió sus labios y llevó dos dedos a su trasero, Darien gimió sintiendo la intrusión, estaba lo suficientemente húmedo como para recibir a Yulián por completo sin la necesidad de juego previos.
—Prefiero que te corras antes —dijo agregando otro dedo y arqueándolos, Darien gimió, sus ojos se cristalizaron, Yulián besó una de sus mejillas—. ¿Cómo se siente?
—¿Cuál es la necesidad de hablarme mientras hacemos esto?
—Quiero saber si se está sintiendo bien —respondió besándole la mejilla, Darien estaba seguro de que era por hablar de sus relaciones en el pasado, según Yulián nada satisfactorias para él.
—Cualquier cosa que me hagas se siente increíble, puedes sólo ver mis expresiones.
Yulián sonrió y mordisqueó su oreja.
—Debo admitir que tengo un pequeño fetiche con escucharte.
—Yulián —gimió aferrándose a su espalda.
—Amo la forma en que dices mi nombre, como te estremeces cuando toco aquí —dijo rozado el lugar, Darien lloriqueó—. Tu forma de verme, tus besos —murmuró juntando sus labios en un agradable beso—. Como me tocas, incluso cuando me aruñas.
—Cállate —gruñó encajando las uñas, Yulián le besó el cuello.
—¿Por qué estás aguantándote? Córrete para mí Darien.
—No —Yulián se carcajeó moviendo sus dedos.
—Eres demasiado testarudo.
Yulián acarició su erección al mismo tiempo que estimulaba su interior, Darien no pudo aguantarlo más y terminó corriéndose, su abdomen se manchó con sus fluidos.
—Ah.
—¿Ves? —replicó Yulián—. Querías hacerlo, te ves muy sexy ahora mismo —dijo deslizando un dedo índice por su abdomen y luego llevándolo a su boca, Darien jadeó.
—¿Estás listo, cariño? — Darien mordió su labio inferior ante el mote, quizás Yulián ni siquiera se dio cuenta de ello, o lo estaba utilizando a propósito como acostumbraba antes.
—Sí.
Yulián sonrió de medió lado y lo penetró lentamente, Darien podía sentir cada centímetro dentro de él haciendo la espera más angustiante, Yulián se detuvo cuando sus pieles estuvieron ras con ras.
El Alfa lo besó de nuevo, sacó y embistió tocando el lugar que tanto le gustaba, Darien se aferró a su espalda y recibió cada embate con gusto, su excitación volvió a subir en cuestiones de minutos.
Yulián mordisqueó su oreja, el colocó una mano bajo su cabeza y lo besó, Yulián parecía haber conseguido una fijación con los besos.
Las embestidas aumentaron, el ritmo de las respiraciones se hizo caótico, todo pasó demasiado rápido, los ojos de Yulián brillaron de dorado y sus colmillos se alargaron, Darien entró en pánico pensando en la mordida.
Y no se equivocó, Yulián mordió perforando la piel.
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