istanbul.
Estaba sentada en el sofá del pequeño apartamento que nos habían dejado los de la compañía a Hazel, Cha-Cha y a mi.
De repente, se escuchó como algo bajaba por unas tuberías hasta llegar a la pequeña nevera blanca que teníamos junto a la pared.
Corrí ha acercarme junto a mis dos acompañantes, me puse de rodillas para abrir la pequeña puerta y... ahí estaba, otro encargo.
Lo abrí con cuidado y saqué el pequeño trozo de papel.
-"exterminar a Número Cinco"- leí en voz alta, yo no sabía quién era, a pesar de haber estado trabajando mucho tiempo en esa oficina de sicarios, pero si había escuchado muchos rumores sobre él.
Hazel y Cha-Cha me miraron nerviosos.
-Vamos.- traté de animarlos.- hemos matado a gente más peligrosa que a un tío que se cree superhéroe.
-No sabes lo que dices.- comentó Hazel.- dicen que puede matarte incluso con los ojos.- se señaló sus ojos con dos dedos.
Y a pesar de ser yo la que aparentaba ser la adolescente, él era mil veces más inmaduro que yo.
-¿Cha-Cha?- dije esperando su opinión.
-Es un sujeto peligroso.- advirtió.- pero creo que podremos con él.
Sonreí asintiendo.
-Contratad a alguien que lo busque esta noche con el chip y nos diga su donde se encuentra y su aspecto físico, así será más fácil dar con él.- expliqué antes de entrar en una habitación pequeña, en la que solo había una cama y una pequeña mesilla.
(...)
Al día siguiente no hubo falta que buscásemos mucho, Cinco prácticamente nos había dejado un pasaje a su escondite.
Había peleado y matado a nuestros hombres en una cafetería, donde Hazel se compra los donuts.
Fue fácil sacarle información a la camarera, era ingenua, presa fácil.
Nos contó algo sobre un mecánico, y un niño.
Ignoré que el niño pudiese ser Cinco, así que fuimos a visitar al mecánico.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro