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Capítulo 4

ㅡ¿Qué sabes sobre niños? ㅡle preguntó Kim, ambos en la oficina cerrada y KyungSoo quitándole el sacoㅡ.

Habían salido recientemente de una reunión terriblemente larga y aburrida donde hubo muchas preguntas y cosas sin sentido -JongIn había gruñido mucho y se había mostrado huraño por todo y por nada todo el tiempo- y su jefe se había encontrado especialmente tenso y fastidiado. Por ello esta pregunta lo había descolocado por completo -él esperaba más gruñidos, blah blah blah, tráeme un café, haz el maldito informe, gruñido, unga unga-.

KyungSoo colocó la prenda en el perchero y lo miró con incomprensión.

ㅡNo mucho a menos que tengan veintiséis años (comparto departamento con uno). ¿Por qué?

ㅡNecesito comprarle algo a RaHee por su cumpleaños.

El interés dominó la confusión en su mirada y KyungSoo se acercó a él con una gran sonrisa.

ㅡ¡Oh! Eres un tío realmente atento; no pensé que comprarías regalos.

ㅡNo soy un desconsiderado, al menos no tanto cuando se trata de mi familia. De todas formas, eso no me hace un experto en los gustos de los niños de hoy en día. Hazte cargo de ello.

KyungSoo frunció el ceño de inmediato y se cruzó de brazos, la sonrisa rápidamente olvidada. Fue una obvia negativa a través de su lenguaje corporal.

Él podría querer complacerlo porque tenía un fetiche extraño por eso -recién descubierto, además. Que no lo hubiera puesto en práctica con anterior lo hacía aún más raro e impresionante-, pero no estaba cediendo en esto. Sería realmente horrible si fuera KyungSoo el que comprara el regalo de la niña, ¡era tan frío e impersonal! ¡KyungSoo no tenía corazón para eso!

No. Definitivamente no lo estaba haciendo.

ㅡLo siento, jefe, pero esta vez tendré que negarme.

Kim alzó una ceja y juntó sus manos sobre el escritorio, justo como suele hacerlo durante sus reuniones para parecer más intimidante. KyungSoo no se sintió intimidado, pero seguro como el infierno que estaba un poco caliente.

ㅡ¿Y puedo saber por qué?

Y está usando el mismo tono inquisitivo que utiliza con los pasantes. Uhg, ¡uhg! Malo, malo, malo.

Sintiendo un sonrojo comenzando a nacer en sus mejillas, KyungSoo dio un pisotón enfurruñado y exclamó con vigor:

ㅡ¡Porque no! No voy a comprar el regalo de cumpleaños de tu sobrina para que luego se lo des tú. ¡¿Qué clase de tío eres?! ¡Debes elegirlo personalmente! ¡Eso es tener consideración y cariño por tu familia!

Kim no pareció impresionado por su arrebato, pero sus ojos oscuros permanecieron en su rostro; ellos lo recorrieron por completo, admirando sus ojos, el rubor en sus pómulos y permaneciendo por un segundo de mas en sus labios fruncidos. No hizo nada para mejorar su estado de naciente excitación, y eso fue realmente frustrante. Tanto.

Es un imbécil.

ㅡ¿Entonces qué es lo que sugieres? ¿Que vaya personalmente a una juguetería y compre algo?

ㅡ¡Sí! ¡Eso es justamente lo que suele hacerse cuando un ser querido cumple años! ¡Y deja de mirarme así!

De acuerdo, la idea de Kim JongIn con sus ciento ochenta y tres centímetros de altura y rostro de matón ruso en una juguetería con muchos colores y gran personalidad no resultaba para nada atractiva, de hecho, era algo un poco divertido. No se imaginaba a su jefe haciendo algo así, incluso para su sobrina, pero KyungSoo no estaba dando su brazo a torcer esta vez.

Había límites que KyungSoo no podía cruzar y este era uno de ellos.

Pasaron un par de minutos de la misma manera: sin moverse ni cambiar de opinión, y finalmente KyungSoo exhaló pesadamente, descruzó sus brazos y le dijo con agotamiento:

ㅡEscucha, puedo ir contigo si realmente te sientes tan perdido y desencajado al respecto...

ㅡNo me siento perdido ni desencajado.

ㅡSeré tu apoyo moral y el punto de dulzura y calidez en medio de todo tu helado y distante ser ㅡcontinuó como si no lo hubiera escuchado en absolutoㅡ. Estoy bien con ayudarte, pero ni de chiste haré el trabajo completo. Tú decides: ¿vas solo o vas conmigo?

Kim lo miró un poco más, los labios regordetes y sensuales ligeramente apretados, pero al final terminó por asentir.

ㅡBien; encárgate de tener todo listo a las tres y media. Saldremos entonces y buscaremos algo.

ㅡHmm. Puedo hacer eso. ¿Quieres que pase el resto de tu trabajo de hoy para el lunes?

ㅡNo, haz una copia y envíalo a mi correo electrónico; lo terminaré en casa.

KyungSoo asintió pasivamente y se movió, dispuesto a organizarlo todo antes de irse. Sin embargo, antes de que pudiera salir de la oficina fue detenido nuevamente por la voz sedosa de Kim.

ㅡ¿Cuál es la razón por la que no puedes hacer esta tarea tan simple por tu cuenta?

Con una mano en el picaporte y la tableta en la mano contraria, KyungSoo se volvió y lo miró una vez más. Sus labios se curvaron suavemente por un momento y luego contestó con honestidad:

ㅡEs porque estoy tratando de ablandarte hasta que seas un gran pastel de nube... y porque no me haré responsable si a la niña no le gusta lo que podría haber elegido yo. Quiero que seas el responsable por completo.

KyungSoo no esperó una respuesta; salió de la oficina y cerró la puerta.

En soledad, y aún mirando el punto donde KyungSoo había estado hace un segundo, Kim sonrió y negó con la cabeza antes de volver al trabajo.

. . .

El centro comercial no se encontraba tan concurrido como lo estaría si fuera fin de semana, pero aún así estaba bastante lleno por ser un viernes a las tres y cincuenta de la tarde.

Para entonces algunas personas habían salido de sus trabajos de medio tiempo y podrían disfrutar de algunas horas de paseo y distracción o, como ellos, hecho un espacio para comprar regalos.

A KyungSoo le gustaba mucho hacer compras.

No era una actividad que había hecho muy seguido cuando vivía con su padre. En ese entonces tenía una vecina que lo ayudaba cuando no podía comprar por su propia cuenta porque estaba demasiado concentrado en los estudios o muy agotado después del trabajo -lidiar con su padre tampoco era sencillo, así que la pobre mujer siempre se compadeció de su situación-.

KyungSoo solo se podía recordar muy vagamente haciendo las compras cuando era pequeño y su mamá vivía, cuando realmente eran una familia y las cosas no se habían ido a la mierda.

A ella le gustaba, era feliz y permanecía horas enteras en el supermercado con él sentado en el carrito mientras la ayudaba a acomodar los productos en el interior. Luego, cuando murió, todo fue demasiado triste y volver al mercado era un poco lamentable y melancólico.

Más tarde, cuando estaba en la universidad, KyungSoo tuvo el mismo problema. BaekHyun se hizo cargo la mayoría de las veces porque no tenía que trabajar gracias a la ayuda monetaria de sus padres, reduciendo las salidas de compras a unas pocas veces al mes.

Así pues, cada vez que tenía la oportunidad KyungSoo se sentía especialmente feliz y entusiasmado. Recordaba a su madre y el sentimiento cálido permaneció con él por mucho tiempo. Incluso ahora, estando junto a este hombre aterrador e inexpresivo, KyungSoo consiguió sentirse bien y cómodo.

KyungSoo miró todas las tiendas con avidez, un brillo entusiasmado en su mirada, y tarareó por lo bajo mientras caminaba junto a Kim.

Estaba ignorando completamente las miradas sorprendidas y para nada disimuladas de las personas a su alrededor y, en cambio, buscó alguna juguetería en las cercanías.

Kim era un hombre atractivo, extremadamente llamativo y de aspecto refinado. Era rico y joven, de porte y carácter, muy masculino; así que era natural que la gente se sintiera atraída por él. Incluso sin ser una persona perteneciente al medio del entretenimiento, él causaba muchas reacciones en la gente.

ㅡDe acuerdo, debe haber una juguetería por aqu... ¡¿Qué?! ¡No puede ser! ¡Es XOXO! ㅡexclamó y luego corrió hacia la tienda de música cercanaㅡ.

Ávidos, sus ojos se enfocaron en el álbum expuesto en la vitrina y una gran sonrisa llenó su rostro de un brillo ilusionado, casi infantil; definitivamente muy adorable para tratarse de un hombre de veinticinco años.

Kim frunció el ceño y fue su turno de seguirlo a paso tranquilo, con las manos en los bolsillos mientras KyungSoo enloquecía.

ㅡ¿Qué?

ㅡ¡Es XOXO! ¡El álbum de OXE! Pensé que no lo vería en mucho tiempo.

ㅡ¿Estás tan emocionado por un álbum de música?

KyungSoo lo miró con los ojos muy abiertos, y aún aferrado al ventanal asintió sin ningún tipo de vergüenza.

ㅡ¡Claro que sí! Este fue uno de los primeros álbumes de OXE y la empresa no los produce tanto como cuando salió, así que es muy difícil conseguirlo. Las veces que lo he hecho no pude comprarlo porque era demasiado caro, incluso ahora es bastante costoso, pero siempre me emociona verlo.

KyungSoo volvió a mirar el álbum en exposición y su sonrisa inicial comenzó a atenuarse hasta volverse una pequeña cosita cariñosa y anhelante.

ㅡEspero tenerlo algún día ㅡsusurró, más para sí mismo que para Kim, y luego dio un paso atrásㅡ... siento haberte distraído, ¿seguimos buscando?

Alejándose definitivamente de la tienda de música, KyungSoo retomó su búsqueda de una juguetería y Kim se posicionó a su lado, mirándolo fijamente de vez en cuando. Subieron a las escaleras mecánicas y recorrieron tranquilamente el segundo piso.

Por fortuna, ahí hallaron lo que estaban buscando.

Entraron en la tienda y KyungSoo exhaló largamente al ver los pasillos repletos de juguetes de todo tipo, tamaños, formas y colores, la decoración llamativa y alegre y los trabajadores sonrientes. Fue impresionante, si es honesto, y sí, definitivamente Kim se veía un poco ridículo ahí dentro.

KyungSoo reprimió una carcajada mordiéndose el labio inferior y se adentró en la juguetería con buen humor.

ㅡEntonces, ¿cuántos años está cumpliendo RaHee? ¿Qué es lo que le gusta normalmente?

ㅡSiete... no lo sé, hace cuatro años le gustaba Pororo.

KyungSoo lo miró con juicio y Kim se aflojó la corbata.

ㅡEn mi defensa, no puedo visitarla tanto como antes. Sé que es feliz, es saludable, le gustan los cachorros y las cosas bonitas, pero no puedo darte más que eso.

ㅡY aún así querías que me hiciera cargo de esto... uish. No eres de mucha ayuda, al final eres tan inútil como yo en estas cosas. ¿Qué fue lo que hiciste en años anteriores?

ㅡDejé que mi asistente de turno comprara algo por mí.

ㅡPor supuesto que lo hiciste. ¿Por qué no le preguntas a tu hermana qué es lo que quiere?

ㅡPorque no tardaría en decirme que no sé nada de RaHee por culpa de mis descuidos y desplantes, y que si quiero saber algo de la niña debo ir a verla.

ㅡTu hermana es lista. Me agrada más que tú.

ㅡTodos te agradan más que yo.

KyungSoo lo miró de reojo, evaluando sus palabras, y mientras recorrían el pasillo de peluches se encogió de hombros.

ㅡNo eres tan malo... por supuesto, definitivamente no eres un dulce, pero no eres un mal hombre. Puedo decir que eres medianamente decente y estoy seguro de que no te odio.

ㅡEso es... tranquilizador.

—De nada. Oh, mira, un peluche de Pororo ㅡdijo con diversión mientras extraía la cosa suave, gigante y esponjosa y se la mostraba con una sonrisaㅡ. ¿Crees que a RaHee le guste?

ㅡProbablemente no más de lo que te gustó a ti. ¿Por qué se parecen tanto, de todas formas?

KyungSoo dejó de sonreír y lo golpeó en el brazo antes de dejar el peluche en su lugar.

ㅡNo nos parecemos ㅡdijo con contundencia y Kim bufóㅡ.

ㅡPor supuesto que sí, son una copia exacta.

ㅡ¡Shh! Si me molestas no dudaré en irme.

ㅡSi lo haces, no te pagaré.

ㅡ¡Tú..!

Kim tomó otro peluche con desinterés y se lo pasó para que lo viera.

ㅡ¿Qué tal esto? Es lo suficientemente bueno. Paga por él y vámonos.

KyungSoo se detuvo para mirar la cosa que había en sus brazos y no pudo reprimir una gran mueca de desagrado. Demasiados colores, un cuerpo extraño y ropa rara. Totalmente inaceptable para una niña a la que le gustaban las cosas lindas.

ㅡ¿Qué rayos? Esto es feísimo, ¿es tu idea de algo bonito? Tus gustos, aparte de raros, son horrendos.

ㅡOh, discúlpeme por ofender su sentido de la moda en el área de juguetes, señor Do; ¿por qué no me ilustra y consigue algo verdaderamente adecuado para mi sobrina?

ㅡ¡Lo haré! Solo espera y verás.

KyungSoo había creído inicialmente que esto sería fácil, pero entonces se había envuelto en negativas, miradas desdeñosas, muchas muecas y nada lo suficientemente bueno para RaHee. Dios, fue estresante, mucho más estresante que cumplir las exigencias de Kim todos los días, mucho más estresante que sus horarios, mucho más estresante que su deseo por su jefe.

Uhg.

Dos horas más tarde y sintiendo más desesperación que felicidad por ir de compras, ambos se quedaron de pie en la entrada de la tienda con expresiones difíciles y los hombros hundidos.

KyungSoo miró a Kim con los labios fruncidos y le preguntó con un hilo de voz apenas audible:

ㅡ¿Por qué no llamas a tu hermana? No puede ser peor que esto. Acepta tu responsabilidad y facilítanos el trabajo.

Kim suspiró y realmente pareció considerarlo. KyungSoo lo presionó sin ningún tipo de consideración.

ㅡEsto es inútil; hemos estado caminando en círculos por horas, van a cerrar la juguetería y tu reunión con tu familia es mañana. ¿Qué vas a hacer? ¿Llegarás con las manos vacías o comprarás algo que probablemente la haga llorar?

KyungSoo notó como apretaba suavemente los labios y una sonrisita apareció en su rostro antes de esconderla tras una expresión lamentable.

ㅡAdemás, estoy tan cansado. No solo hice mi horario de oficina, escribí informes larguísimos y acomodé tu agenda unas cinco veces, también estoy aquí, caminando sin parar, solo para recibir un "no" constantemente. Y tengo tanta hambre en este punto; me he quedado sin energías... vamos, llama a tu hermana para poder irnos a casa a descansar.

Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinco...

Kim suspiró largamente y sacó el teléfono de su bolsillo.

KyungSoo no pudo reprimir su sonrisa esta vez, sonriendo amplia y brillantemente mientras Kim llamaba a su hermana con una expresión cerrada y los hombros ligeramente hundidos. Unos pocos segundos después, él habló:

ㅡHola, EunHa, necesito tu ayuda... sí, yo... ¿qué le gusta a RaHee? Estoy comprando su regalo... EunHa, por Dios...

Kim pareció exasperado mientras su hermana despotricaba ruidosamente al otro lado de la línea y el agotamiento de KyungSoo retrocedió un poco con la llegada de la diversión. Rió por lo bajo cuando Kim permaneció muy quieto y en silencio y los ojos oscuros de su jefe se posaron sobre él, extrañamente sin ningún vestigio de dureza o enfado.

ㅡEunHa, si no me lo dices voy a colgar y compraré lo primero que encuentre... sabes por Dios que lo haré... ¿de verdad?.. ya veo. Está bien, nos vemos mañana... sí.

Kim colgó y guardó su teléfono en su bolsillo una vez más. Sin decir nada, se acercó al primer pasillo, al de los peluches, y KyungSoo lo siguió con curiosidad.

ㅡ¿Qué pasó? ¿Qué dijo ella?

Kim no respondió, en cambio, se detuvo frente a una montaña de peluches de animales y tomó el de Pororo que KyungSoo había tomado inicialmente. Abrió la boca con incredulidad y sostuvo la enorme cosa suave contra su cuerpo cuando Kim se lo pasó.

ㅡAparentemente aún le gusta. Esto bastará.

Parpadeó torpemente y cruzó una mirada con Kim. Había pasado un tiempo desde que la tensión y la molestia desaparecieron de su rostro; sus ojos se veían más suaves también, en calma, sin esa dureza que exponían todo el tiempo en Kai.

Parecía mucho más joven y un poco más accesible de esa manera.

A KyungSoo le gustó. Le gustó mucho.

Compraron el peluche y KyungSoo lo cargó todo el tiempo mientras caminaban hacia las escaleras mecánicas; entonces, interrumpiendo su intención de dirigirse al estacionamiento, Kim colocó una mano en su nuca y lo llevó hacia uno de esos asientos cómodos de descanso que estaban repartidos por todas partes en los centros comerciales.

KyungSoo ni siquiera se molestó en reclamarle por el agarre o el cambio de dirección y se dejó hacer mansamente, se sentó cuando Kim lo instó a hacerlo y lo miró con curiosidad.

ㅡQuédate aquí. Volveré en un momento.

ㅡ¿Qué sucede? Si quieres comprar algo puedo ir por ti. Soy tu asistente, ¿no?

ㅡNo hace falta, y no me repetiré dos veces. Pórtate bien, KyungSoo.

KyungSoo frunció el ceño y cuando estuvo a punto de reclamar por aquello -porque no era un mocoso, mierda-, él simplemente dio media vuelta y se marchó, dejándolo con la palabra en la boca.

Ush. Tan maleducado e idiota.

Enfurruñado, se abrazó un poco más fuerte al Pororo gigante en sus brazos y se dedicó a mirar todo a su alrededor. Para ese punto el centro comercial estaba aún más lleno, había más tiendas abiertas y mucha gente llevaba bolsas con ropa de grandes marcas en sus manos. También estaba lleno de parejas, como, mierda, había demasiadas.

A donde sea que miraba podía ver a una pareja acurrucada, sonriendo, señalando alguna cosa o siendo malditamente melosos; le puso los pelos de punta.

Para alguien que había estado todo el día con su jefe gruñón, esto era un cambio de aires completamente extremo.

Y hablando de su jefe, Kim comenzaba a tardar.

KyungSoo hizo un puchero y sus hombros se hundieron triste y lamentablemente. Realmente tenía hambre; no había podido almorzar así que su estómago estaba prácticamente vacío; además, él no mintió cuando le dijo a Kim que estaba agotado. Para este punto quería irse a casa, comer un gran plato de ramen y dormir hasta las diez de la mañana del día siguiente.

Sonaba como un sueño, pero mientras más se tardaba su jefe, más imposible parecía. ¿Adónde había ido él?

Si KyungSoo lo hubiera hecho, sea lo que sea que Kim quería hacer, ya estaría de vuelta; es más, ambos estarían yendo a casa porque así de competente era.

Con esto puedo pedirle un aumento a Kim. Ni siquiera él es capaz de hacer mi trabajo con la misma destreza.

KyungSoo sonrió un poco ante el pensamiento y esperar fue un poco más llevadero a partir de entonces.

Kim apareció algunos minutos más tarde. Tenía una expresión de piedra y cargaba un par de bolsas en la mano. KyungSoo alzó una ceja con curiosidad y el sentimiento aumentó cuando Kim le pasó una en silencio.

ㅡ¿Qué...?

ㅡEs comida. Dijiste que tenías hambre, así que tómalo.

KyungSoo abrió la boca con incredulidad y su corazón comenzó a latir rápidamente en su pecho. ¿Qué rayos?

ㅡ¿Me compraste comida? ¿De verdad?

ㅡSi no la quieres me la comeré yo.

ㅡ¡No! ¡La tomaré, la tomaré!

KyungSoo se apresuró y cogió la bolsa, la colocó en su regazo, dejando el peluche a un lado, y abrió la tapa de la cajita de plástico en el interior. Era sushi, un sushi muy bien preparado, variado, con colores vistosos y un aroma tan bueno que sus tripas gruñeron con fuerza.

KyungSoo suspiró con fascinación y miró a Kim como si fuera una deidad. La deidad de la comida que había caído del cielo para alimentarlo y hacerlo feliz.

ㅡGracias ㅡdijo con honestidad, vertiendo su corazón en esa palabra, adorador y suaveㅡ.

Fue un poco idiota y seguramente estaba viéndose estúpido, como si Kim fuera Jong, el bailarín principal de OXE, y él no pudiera reprimir sus sentimientos como un fiel fanboy. Probablemente fue un poco incómodo a juzgar por la mueca extraña que había hecho Kim, pero a KyungSoo no podía importarle ni un poco. Él le había comprado comida.

Le. Había. Comprado. Comida.

Era como la llegada del fin del mundo.

Kim tomó un lugar a su lado y abrió su propia cajita para comenzar a comer, solo entonces KyungSoo se animó a coger los palillos y tomar una de las piezas de sushi, la llevó a su boca y gimió con satisfacción.

ㅡ¡Oh! ¡Está tan bueno, mierda!

ㅡLenguaje.

KyungSoo le sacó la lengua y volvió a su comida. Menos ansioso y definitivamente más refinado, Kim tomó su propio rollo y lo llevó a su boca, masticando con calma.

La visión era un poco ridícula. Nadie esperaba ver a un hombre como él en medio de un centro comercial comiéndose algunos roles de sushi cuando podían haber ido directamente al restaurante. Fue un poco gracioso; KyungSoo no pudo reprimir una sonrisa divertida.

ㅡ¿Puedo saber por qué estamos comiendo en público en lugar de hacerlo en el cálido y cómodo interior de la tienda?

Kim terminó su bocado, bebió un poco de agua -que KyungSoo no había tomado en cuenta, demasiado ansioso por la comida- y luego respondió con tranquilidad:

ㅡHabía mucha gente. Las ferias también están llenas, así que comparado con todo eso esto está vacío. 

ㅡHmm. ¿Y por qué te has tardado tanto?

ㅡHice la insoportablemente larga fila para comprar y luego tuve que esperar a que estuviera listo el pedido.

KyungSoo lo miró con incredulidad y se acercó un poco más a él, como si fuera un bicho raro (lo era, pero KyungSoo era lo suficientemente amable y considerado como para no decirlo abiertamente).

ㅡ¿Me estás diciendo que hiciste fila para comprar? ¿Tú?

Kim le devolvió la mirada con el ceño fruncido, pero no se alejó de él.

ㅡ¿Por qué no lo haría? ¿No es lo que hace todo el mundo?

ㅡYo no lo hago ㅡla mirada de Kim fue aún más compleja y KyungSoo se mordió el labio para evitar reírse en su cara. Dios, este tipoㅡ. Normalmente suelo utilizar tu nombre y apellido para obtener todo lo que quiera sin tener que esperar.

ㅡ¿Qué? ㅡpreguntó con lo que parecía ser lo más cercano a la incredulidad y KyungSoo de verdad, de verdad no pudo evitar reírse en su caraㅡ.

ㅡ¡Dios, tu expresión! Amigo, ¿no creerás que iba a desaprovechar tu mala fama y tu reluciente tarjeta negra, verdad? Eso sería muy idiota. Solo con decir que Kim JongIn quería su café, su ropa, su almuerzo o sus condones tenía un pase libre inmediato; si no lo hubiera hecho, nunca podría tener un buen desenvolvimiento en mi trabajo. ¿No soy el asistente más competente y genial que has tenido? Es por una razón.

KyungSoo no estaba muy seguro de dónde salía exactamente esa faceta juguetona suya, pero amaba, Dios, adoraba molestar a Kim. Tal vez porque era un idiota mandón todo el tiempo, porque lo hacía enojar y siempre estaba corriendo de un lado a otro por su culpa, pero una vez que Kim lo permitió la primera vez, él no pudo dejar de hacerlo.

Se sentía feliz en esos momentos, complacido y lleno de regocijo solo por poder probar su punto, por una mirada incrédula o un aflojamiento en los rasgos y hombros anchos de su jefe. Valía la pena dejar a un lado el mal carácter, la competencia y la amargura solo por conseguir eso.

Era un buen premio para él.

Kim bufó y desvió la mirada.

ㅡRespétame, soy tu jefe ㅡfue lo que dijo y KyungSoo rió al verle tan enfurruñadoㅡ.

ㅡ¡No estamos en horario de oficina! ¡Ahora estás al mismo nivel que yo!

No era cierto, por supuesto, pero mientras pudiera molestar a Kim, KyungSoo sería feliz.

No dijeron mucho después de eso y simplemente se dedicaron a comer. Kim había comprado lo suficiente para llenarlo, así que al acabar KyungSoo se sentía bastante satisfecho; también se encontraba algo adormilado.

Bostezó silenciosamente, sintiendo los ojos pesados, y luego de un momento sintió una palmadita bastante suave en el hombro.

ㅡVamos, levántate; iremos a casa ahora.

KyungSoo asintió, tomó el peluche y se pusieron de pie. Desecharon las bandejas vacías en un basurero cercano y luego se encaminaron hacia el estacionamiento. Abordaron el coche de Kim en silencio, con el peluche bien acomodado en la parte de atrás, y KyungSoo se aseguró con el cinturón de seguridad en medio de un nuevo bostezo.

ㅡ¿Realmente me llevarás a casa? Pensé que me enviarías en un taxi.

ㅡIba a hacerlo, lo haría de ser otro día, pero supongo que hoy fuiste lo suficientemente eficiente como para ganarte un viaje gratis. ¿En dónde tengo que dejarte?

KyungSoo no se molestó en regañarlo y simplemente le dio la dirección mientras sentía un agradable calor en su estómago.

El viaje fue mayormente silencioso, con KyungSoo interrumpiendo la quietud para guiarlo por el camino correcto; afortunadamente no fue incómodo. Ellos habían entrado en una especie de paz compartida luego de un día largo y estresante, así que no hacía mucha falta llenar los espacios vacíos para hacer de esto algo soportable.

Finalmente, unos cuantos minutos más tarde, Kim se detuvo frente a su edificio y KyungSoo suspiró. La luz de su departamento estaba encendida, lo que significaba que BaekHyun aún estaba despierto y se encontraba esperando por él. KyungSoo sonrió con cariño ante la idea y luego se liberó del cinturón de seguridad.

ㅡBueno, ha sido un día agradable. Me gustó ir de compras y comer en público contigo, jefe, hagámoslo en otro momento, cuando no sea para obtener un regalo de última hora, ¿está bien? ㅡera algo ridículo e improbable, sobre todo porque Kim no hacía algo tan mundano como ir de compras; ya que KyungSoo y la señora Kang, su cocinera personal, eran los encargados de llenar sus necesidades, él no se molestaba en los pequeños detallesㅡ.

Esta fue la excepción a la regla, y KyungSoo sabía que no era algo que se repetiría.

ㅡ¿Nos vemos el lunes?

ㅡEs una pregunta innecesaria, pero sí.

ㅡVale. Conduce con cuidado de regreso a casa; bye, bye!

Salió del coche con una sonrisa y luego cerró la puerta con delicadeza antes de emprender su camino hacia su dulce, dulce hogar. Una vez se encontró en la entrada del edificio, KyungSoo se volvió y, sorprendido, encontró el Mercedes aún estacionado ahí, con Kim mirándolo fijamente a través del vidrio echado abajo.

Se despidió una vez más con un extraño salto en su ritmo cardíaco y luego se introdujo en el living del edificio. Solo entonces escuchó el ronroneo del motor y el deslizamiento de los neumáticos sobre el asfalto.

No dejó que esto perturbar su camino hacia el elevador y sonrió cuando BaekHyun lo recibió con un abrazo y una cerveza que se dispuso a beber a su lado luego de tantos días de abandono -sí, lo hizo a pesar de su agotamiento; su amigo valía la pena el esfuerzo-.

Y KyungSoo no quiso hacerlo, pero más tarde, ya duchado y acostado en su cama, piensa en la espera de Kim frente a su edificio, aguardando a que entrara para poder irse, y en la suavidad escondida durante toda su estancia en la juguetería.

Mientras se queda dormido, KyungSoo tiene un último pensamiento al respecto.

Es entrañable.

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