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Capítulo Veintidós


TaeHyun soltó un quejido de dolor cuando aquella punta tan filosa lo penetró.

La aguja de la jeringa, con la que le estaban sacando sangre para el examen, le hacía sudar frío. Siempre le había tenido temor a las agujas, pero la mano de BeomGyu le brindaba tiernas caricias en su muslo, intentando calmarlo.

El doctor llenó un total de dos tubos con su sangre. Los resultados se los darían en un par de horas, y por fin podría salir de las dudas.

El supuesto celo había quedado atrás luego de que BeomGyu volviera a casa. Se dio cuenta que lo único que su Omega quería era a su compañero, y claramente él también quería lo mismo. Con ello, volvió su duda acerca de su embarazo, pero estaba más tranquilo ahora que BeomGyu había vuelto para quedarse los meses que hicieran falta antes de volver a su hogar en Daegu.

Una de las buenas noticias que trajo el Alfa consigo fue que RyuJin había aceptado abrir una extensión de la empresa en Seúl, la misma estaría bajo el mando total de BeomGyu, y una vez que volvieran, otro grupo de personal se encargaría de
manejarla.

Pero no todo era color de rosas, BeomGyu había tenido una conversación con su padre, el Omega estaba muy arrepentido, pero sabía que de nada valía su palabra mientras la Alfa no estuviera de acuerdo, por lo que solo eran palabras vacías. También había pedido que le dejara visitar a TaeHyun, pero el Alfa se negó por el bien mental de su Omega. No quería que TaeHyun volviera a pasar por lo mismo.

En cuanto a su madre, la Alfa no le había dado cara las veces que visitó la casa familiar. Enviaba avisos de que estaba con mucho trabajo, o muy ocupada, nunca atendiendo las visitas de su hijo. BeomGyu no quería arrepentimiento, solo quería que, cuando TaeHyun volviera junto con su hijo, no tuviera molestias de parte de nadie de la familia. Quería que su Omega y sus hijos estén en un lugar tranquilo y en paz.

Luego de que el doctor los despidiera, ambos decidieron ir a comer a un lugar cerca del hospital, por lo que entrelazaron sus manos, caminando juntos hasta ahí.

Una Omega, a la que le brillaron los ojos cuando vio a BeomGyu, les dirigió a una mesa un poco apartada. TaeHyun arrugó sus cejas molesto porque ni siquiera le había tomado en cuenta ni para saludarlo. Tomaron asiento, y la muchacha se despidió con un sonrojo en sus mejillas.

— ¿Acaso no parecemos esposos?

— ¿Hmmm? — BeomGyu leía muy concentrado el menú, ajeno a la situación.

— Llamas mucho la atención.

Esta vez sí que lo miró. El Alfa sonrió, notando la molestia de su Omega. — Me preocuparía si no tengo tu atención.

TaeHyun intentó responder algo irónico, pero el sonrojo en sus mejillas y la sonrisa tímida asomándose por sus labios hizo que volteara el rostro completamente abochornado por la coquetería de su Alfa.

La mesera volvió con una libreta y un bolígrafo en sus manos, poniéndose completamente frente a BeomGyu y dándole la espalda a TaeHyun, quien rodó los ojos.

— ¿Qué deseas ordenar? Tenemos dos tipos de estofados, sopa de fideos, y tres tipos de carne asada — La Omega hablaba lento, mirando todo el tiempo a BeomGyu con una sonrisa soñadora.

— Lo que mi esposo quiera ordenaré yo.

TaeHyun sonrió, haciendo que sus ojos desaparezcan en el proceso, que BeomGyu lo llamará "esposo" era de sus cosas favoritas en el mundo. Sintió el zapato de su Alfa golpear suavemente su pierna para luego entrelazarlas por debajo de la mesa.

— Mi Alfa y yo ordenaremos unos estofados con arroz y jugos naturales.

— Enseguida — La Omega se dio la vuelta, desapareciendo en la cocina con evidente arrepentimiento.

— Me gusta que me llames esposo.

— Te llamaré así hasta el último segundo, esposo.

TaeHyun estiró sus manitas, tocando con la punta de sus dedos los nudillos de BeomGyu, hasta que el Alfa las tomó en sus grandes manos y las llevó a sus labios, dejando besos cortos sobre ellas.

BeomGyu intentaba consentir mucho a su Omega. Sabía que no podía de ninguna manera reponer el tiempo que no estuvo a su lado, pero le decía palabras bonitas a todas las horas del día, se dedicaba a rodearlo con sus brazos y marcarlo con su olor para que se sintiera protegido.

BeomGyu había notado que, en sueños, su lindo Omega lloraba y gemía de dolor, llamándolo y pidiéndole que despertara, y cada vez que eso pasaba su corazón se estrujaba porque TaeHyun había quedado con marcas y miedos luego de todo lo que pasó.

El menor por su parte había adoptado cierta reacción cuando su Alfa tardaba un poco en volver del trabajo. Cuando la hora pasaba de la normal, sus manos empezaban a temblar y su Omega rogaba por ser sostenido por su compañero. Cada día le repetía que volviera directamente a casa, que no le importaba si volvía con las manos vacías porque, en realidad, lo único que quería era que él volviera sano y salvo. Pero BeomGyu siempre volvía con algo, ya sea la cena, dulces, juguetes para JinYoung o rosas, alegando que compraba todo eso en el camino de ida a la empresa.

— Amor, ¿Recuerdas el día que JinYounggie no quería verme siquiera? — BeomGyu pareció dudar un poco, pero asintió al final. — Él se había dado cuenta de mi olor, estaba celoso, supongo —TaeHyun jugó con una servilleta, nervioso. — ¿Qué haremos si no quiere a nuestro nuevo cachorro?

— ¿Por qué no lo haría? — BeomGyu se inclinó sobre la mesa para tener más cercanía a su Omega. — JinYoung tiene un corazón muy puro, es muy parecido a ti... Lo conocerá y lo amará tanto como nosotros.

— ¿Y si no?

— Pues ni modo. La vida no siempre es como queremos.

— Mi pobre cachorro... Era muy pronto para tener otro hijo, Beom.

Ahí estaba la frustración nuevamente en los ojos del Omega, su preocupación más grande era no poder brindarle todo el amor a JinYoung del que ya estaba acostumbrado, no quería que su hijo perdiera el apego con él.

— Escucha, TaeHyun — BeomGyu estiró su mano para tomar el mentón del menor y que pudiera verlo. — Eres un padre increíble y valiente, durante once meses estuviste solo con JinYoung, le infundiste tanto amor que aunque se parezca físicamente a mí, tú estás reflejado en cada cosa que hace. Eres un Omega admirable y ahora me tienes a mí, seremos ambos los que criaremos a nuestros cachorros, y el amor es lo que más les sobrará.

— Quiero llorar.

— Ven, ven.

TaeHyun tomó la mano estirada de BeomGyu, se levantó de su asiento para sentarse en las piernas de su Alfa y abrazar su cuello.

— Todo estará bien, cielo. Confía en mí, ¿puedes hacerlo?

El Omega asintió feliz de las caricias en su espalda y brazos, e instintivamente empezó a ronronear, provocando una risa suave en su Alfa.

TaeHyun confiaba en BeomGyu. Su corazón y cabeza estaban llenos de él, confiaba en que podrían hacer tan ardua labor de una manera buena.

El par de interminables horas habían pasado. Se encontraban en el consultorio del médico mientras esperaban a que trajera los resultados del examen de sangre.

Cuando les recibió, su cara estaba muy seria, por lo que ahora realmente TaeHyun estaba asustado. Si no estaba en estado y el doctor estaba tan serio, podría tener alguna enfermedad, tal vez hasta moriría en poco tiempo, ¿Quién cuidaría a JinYoung luego? ¿Y su Alfa?

— Quieto — la voz lenta de BeomGyu le hizo parar el temblor de su pierna.

Un par de minutos después el doctor ingresó con un sobre amarillo en sus manos, se acomodó su bata antes de sentarse detrás del escritorio, mirando sin expresión a la pareja.

Y la desesperación de TaeHyun tenía un límite.

— ¿Y?

— Tengo dos noticias que darles.

Joder. La primera era que estaba enfermo y la segunda que se iba a morir, seguro.

— Le escuchamos.

— Primero, permítanme darles mis sinceras felicitaciones. Ambos serán padres nuevamente.

Los ojitos de TaeHyun se llenaron de lágrimas al instante, buscando con la mirada a su Alfa, quien estaba igual que él.

— La segunda noticia es que están esperando mellizos.

¿Qué?

¡Gracias por leer! <3

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