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Capítulo Quince

maratón de tres capítulos por mi cumpleaños. <3 ; 1/3

— Buenas noches, familia. Buenas noches, madre.

TaeHyun vio cómo un sinfín de emociones pasaban por el rostro de la madre de BeomGyu, hasta que finalmente la confusión se instaló en este.

— ¿Qué...? ¿Qué mierda hace aquí este Omega? — la refinada mujer se escandalizó.

BeomGyu gruñó, mostrando sus colmillos ante la falta de respeto hacia su pareja, y TaeHyun solo acarició con el pulgar el dorso de la mano del mayor.

— Tae... — RyuJin tapaba su boca con ambas manos. Sus ojos lagrimosos delataban el asombro por volver a verlo después de tanto tiempo.

El menor sonrió sincero hacia la Alfa más joven; sin embargo, cuando volteó para ver a la Alfa mayor, una ola de enojo se desprendió de él. Su aroma dulce se había vuelto ligeramente agrio.

Todas las miradas se posaron en el pequeño cachorro que BeomGyu cargaba en sus brazos. El primero en reaccionar fue el padre del Alfa, quien intentó acercarse, pero TaeHyun le gruñó, y el Omega mayor apenas pudo alejarse.

— Espero no les moleste que mi familia haya venido conmigo — comentó con sorna.

BeomGyu los condujo hacia la gran mesa en donde estaban todos sentados. Desde allí, pudo ver a JeongIn y HyunJin a un costado, a una Omega desconocida al lado de su hermana, y finalmente a Kai, quien tenía una expresión burlona en el rostro.

Corrió una silla para que TaeHyun pudiera sentarse y, una vez lo hizo, se sentó en la de al lado. Tenía a JinYoung sobre sus piernas, quien se pegó a su pecho, mirando con curiosidad –y algo parecido al miedo– a los demás miembros en la mesa.

— Hijo...

— Comamos. Luego hablaremos — el tono que BeomGyu empleaba era duro, sin emociones expuestas.

En aquella sala, el ambiente era tan tenso, que se podía cortar con una navaja. Nadie era capaz de pronunciar una palabra o decir algo para intentar aligerar la incomodidad.

TaeHyun sentía que su cara ardía por tantas miradas que tenía encima, miradas que pasaban luego a su hijo. JinYoung no se movía de su escondite, que era el pecho de su padre.

Comieron en un silencio, donde solo se oían las copas ser depositadas en la superficie de madera y los cubiertos chocar con la cerámica de los platos. No fue hasta que alguien lanzó sus cubiertos estrepitosamente al suelo, que llamó la atención de todos.

— No soporto comer en la misma mesa que este — el dedo índice de la venenosa mujer señaló a TaeHyun.

Kang le regaló una sonrisa de lado, haciendo que la Alfa golpeara la mesa una vez más, poniéndose de pie.

— No pienso permitir que sigas humillando a mi Omega — BeomGyu se irguió en su silla, con su cachorro aún en brazos. — Ya no estoy en coma, madre.

El Omega sentía la tensión irradiar del cuerpo de la Alfa. Seguramente, ya se imaginaba que BeomGyu sabía la verdad de lo que pasó hace un año.

— Decidiste volver con él… aún sabiendo que te abandonó.

— Basta de mentir — masculló. JinYoung se removió inquieto, inclinando su cuerpo en dirección a TaeHyun.

— ¿Mentir? ¿Tratas a tu madre de mentirosa? — la Alfa rio amargamente, tirando un poco su cabeza hacia atrás. — Lo que sea que este niño te haya dicho es lo falso aquí.

TaeHyun abrazó a su hijo con protección y cuidado. No podía negar que tenía miedo, pero esta vez se atrevería a todo si de la vida de su hijo se trataba. 

Todos en la mesa ya se habían puesto de pie, sin entender las palabras del Alfa más joven. 

— Me mentiste, madre — BeomGyu empezaba a acercarse lentamente a su progenitora. — Intentaste acabar con la vida de mi hijo. ¡Tu nieto!

Todos los invitados ahogaron un grito de sorpresa. TaeHyun apretó sus párpados, conteniendo las lágrimas amargas que amenazaban con salir. La Alfa puso una expresión de molestia, tan parecida a BeomGyu que a TaeHyun se le erizó la piel.

— ¿Eso te dijo el inútil que tienes como Omega?

El rugido de BeomGyu hizo que la contraria retrocediera un par de pasos, sorprendida. Debido a ese ruido, JinYoung había empezado a llorar en el cuello de TaeHyun, sus manitos empuñando el abrigo de su padre.

— Mi Omega tuvo que sufrir tener un hijo solo, sin siquiera poder verme para consolarse un poco. Te dije, desde la primera vez, que él era por quien había estado esperando toda mi vida. Viste la felicidad en mí, y ni siquiera te alegraste por tu hijo — BeomGyu escupía cada palabra con resentimiento guardado. — Eres mi madre, quien debió haberme abrazado las noches que lloré porque TaeHyun no estaba a mi lado.

El susodicho mecía a JinYoung, pero ahora el pequeño estiraba una manito hacia el hombro de BeomGyu, sin poder tocarlo. Trataba de mantenerlo quieto, sin embargo, el cachorro tenía un objetivo: y era estar en los brazos de su padre nuevamente.

— Tu madre solo quería lo mejor para ti, Beom...

Esta vez, el padre del Alfa fue el que intervino. TaeHyun lo miró, sintiendo pena por él, no dudaba que, entre esa pareja, había amor, pero el Omega era completamente desplazado en los temas de importancia, siempre siendo la Alfa la que tomaba el mando en cada situación.

— Lo mejor para mí es mi pequeña manada. Mi Omega y mi cachorro son lo más importante, y no voy a permitir que nadie, ni siquiera ustedes, se atrevan a dañarlos de ninguna manera.

BemGyu se volteó, poniéndose a un lado de TaeHyun, pasó un brazo por su cintura, acercándolo a él y, con el otro, tomó nuevamente a JinYoung, haciendo que el pequeño rodee su cuello con sus bracitos y apoyé la mejilla en su hombro.

El Alfa los miró por última vez, y presionó con suavidad los dedos en la cintura de su pareja, dándole a entender que ya era momento de irse; pero, antes de cruzar la puerta, BeomGyu se volteó, mirando directo a su madre.

— Tú, mejor que nadie, deberías saber que un Alfa es capaz de todo por proteger a su manada.

TaeHyun se encontraba hundido entre las sábanas de su cama, el sonido de su llanto era amortiguado por la almohada que abrazaba con fuerza. 

BeomGyu se había encargado de JinYoung, preparándole un biberón con leche para alimentarlo bien antes de llevarlo a dormir a la otra habitación, y así luego poder ir a atender a su triste Omega.

— Cielo… — BeomGyu tanteó con sus brazos dentro de aquel improvisado nido, hasta dar con una mano de TaeHyun. — Tu Alfa está aquí.

El menor salió de su escondite, y la imagen que tenía le ablandó el corazón al mayor. Sus ojos estaban hinchados por llorar mucho, tenía las mejillas sonrojadas y sus labios rojizos de tanto morderlos, en un fallido intento por acallar sus lamentos.

— No llores más, por favor — BeomGyu envolvió el cuerpo tibio de su amado, queriendo que el menor se consuele en él.

TaeHyun había llorado todo el camino a casa, incluso, después de llegar, solo había caminado hasta la habitación y se había refugiado entre las mantas, sollozando bajito. Su Omega había sido lastimado por las palabras de la madre de BeomGyu; ahora, solo necesitaba del calor y atención de su pareja para que dejara de doler.

Luego de unos minutos, el menor logró frenar su llanto, sus sollozos fueron reemplazados por suspiros, que chocaban contra el hombro del contrario.

⚠️

— Gyu... — lo llamó bajito.

— ¿Mmh? — hizo un sonido de labios sellados para que supiera que tenía su atención.

— No voy a abandonarte otra vez... — se separó para mirarlo al rostro. — Lo prometo.

La voz afligida del Omega hacía que su lobo rasgara inquieto por consolarlo. BeomGyu tumbó suavemente a TaeHyun sobre el colchón, y dejó un beso en su frente antes de levantarse e ir a los pies de la cama.

Le regaló una tenue sonrisa al Omega, que lo miraba confundido. Sacó con cuidado las botas, que TaeHyun había usado esa noche, junto con las medias, y las tiró a un lado. Con cuidado, separó las piernas de su pareja para inclinarse y acomodarse entre ellas.

— Déjame amarte esta noche — besó sus labios un momento, para luego subir y besar cada párpado cerrado de su Omega. — Eres tan precioso, ¿lo sabes?

Sus labios regaron un sinfín de besos a lo largo de su cuello, hasta que llegó a la mordida un poco cicatrizada, delineando el marco con su lengua. El cuerpo de TaeHyun temblaba bajo su tacto.

Hoy volvería a abrirla.

Con su mano, desabrochó el pantalón de TaeHyun. El mayor se volvió a levantar para poder sacárselo, dejando la parte inferior del cuerpo hermoso de su Omega al descubierto.

— Siempre he pensado que tus piernas fueron formadas por los mismos dioses lobos — le brillaron los ojos cuando vio a TaeHyun cubrirse el rostro abochornado. Una risa dulce salió de sus labios. — Siéntate.

TaeHyun obedeció sin dudarlo. BeomGyu se acercó hasta él, poniendo sus manos en el borde del abrigo que vestía, poco a poco lo fue subiendo, sacándolo de su cuerpo, y también lo terminó lanzando junto a la ropa que yacía regada en el suelo.

— Recuéstate, amor.

El Omega estaba siendo seducido por la voz lenta y ronca de BeomGyu. No podía siquiera pensar en negarse a algo que viniera de él. Su instinto lo empujaba a obedecer y complacer al Alfa que decía querer amarlo.

El Alfa sacó su ropa también, quedando con un bóxer negro. BeomGyu pasó sus ojos desde los pies de TaeHyun: sus piernas, sus caderas, que se habían ensanchado con el tiempo, su cintura estrecha, la piel nívea de su pecho, hasta terminar en su rostro. Quería tanto besar esos labios, que le rogaban por ser tomados, pero debía tomar las cosas con calma.

Hoy estaba dispuesto a disfrutar cada rincón del etéreo cuerpo de su amado.

— Hermoso y mío... — soltó en un suspiro enamorado.

Volvió a inclinarse sobre el cuerpo recostado de TaeHyun, con sus labios rozó su vientre, dejando cortos besos en la extensión de este y disfrutando la reacción que provocaba. Miró con amor la cicatriz que le quedó por el parto de JinYoung, también besándola y susurrando palabras muy bajas.

Su boca se arrastró hasta llegar a los hinchados pezones, sus dientes tomaron uno, escuchando gemir sin mesura al Omega, y lo estiró un poco para luego mover su lengua en círculos, repitiendo lo mismo con el otro.

Amaba como el cuerpo de TaeHyun había cambiado luego del embarazo, pero, si era muy sincero, extrañaba verlo cargar con un vientre abultado.

Quería apreciarlo con sus manos, pero se propuso a hacerlo todo con su lengua y boca.

— Alfa... — la mano del Omega se había enredado en su cabello. — Te extrañé tanto.

BeomGyu besó sus clavículas, succionando y mordiendo a lo largo de estas; al siguiente día, tendría que admirar su obra de arte. Se separó para ponerse a la altura del rostro rojito de TaeHyun.

— No vas a tener que extrañarme otra vez — prometió.

Besó sus labios, sellando la promesa, pero TaeHyun empujó su pecho, haciendo que se sentara en la cama. El Omega se apresuró en pasar las piernas a cada lado de la cadera del Alfa, quedando totalmente sentado sobre su regazo.

— Te voy a demostrar lo mucho que te extrañé — su Omega utilizaba su voz dulce para tomar el control.

TaeHyun dejó un corto beso en sus labios, antes de ponerse de pie a un lado de la cama. Estiró su mano para que el Alfa la tome, y lo jaló un poco para que se quedara sentado en el filo del colchón. Sonriendo, apoyó sus manos sobre cada pierna de BeomGyu, y se inclinó con el fin de dejar cortos besos sobre sus labios.

— Quiero hacer sentir bien a mi Alfa.

Bajo la atenta mirada del mayor, el menor se arrodilló entre sus piernas abiertas y, con los ojos cerrados, fue acercando su nariz a la entrepierna del Alfa, la cual rozó ligeramente. Aquello sacó un jadeo de su garganta.

Enganchó los dedos en el borde del bóxer negro, bajándolo hasta dejar la erección de BeomGyu libre. No pudo evitar relamerse los labios, anticipando el sabor y la sensación de sentirlo dentro de su boca. Terminó por sacar la prenda oscura, y la lanzó al pilo de la ropa.

TaeHyun elevó sus grandes ojos al encuentro del excitado rostro de su Alfa, a sus labios entreabiertos y a los rizos desordenados, que bordeaban su mirada lujuriosa. Sin romper el contacto visual, se acercó hasta tener la punta del miembro a unos centímetros de sus labios y los abrió apenas, lo suficiente para que su lengua rozara la húmeda piel por el presemen expulsado.

— TaeHyun... — la voz de BeomGyu fluía ronca de sus belfos, con su mandíbula tensa y el ceño algo fruncido.

El Omega aflojó la garganta, y cerró los ojos cuando ya estaba tomando el miembro duro con su boca, deslizándolo dentro. Gimió de puro gusto y volvió a sacarlo lentamente, dejándolo libre. Al mirar hacia arriba, sus comisuras se alzaron al encontrar a BeomGyu con la cabeza tirada hacia atrás de puro placer.

Se concentró en lo que estaba haciendo, metiendo nuevamente el miembro ajeno a su cavidad bucal, ahuecando las mejillas y bajando aún más, hasta sentir que el glande raspaba en su garganta. Una de sus manos se deslizó hacia su entrepierna, buscando tocar su propia erección, que estaba aprisionada bajo su ropa interior.

La mano del mayor tomó un puñado de sus largas hebras, incitándolo a más, y TaeHyun quería jodidamente complacer todo lo que el Alfa le pidiera. Dejó que BeomGyu embistiera su boca y, aunque tuvo arcadas por momentos, у atisbo de lágrimas hicieron escocer su vista cuando iba muy profundo, supo manejarlo.

Con sus manos, liberó la erección de su bóxer, empezando a masturbarse a un ritmo ansioso, pero el Alfa frenó sin siquiera avisar y suavemente levantó su cabeza, sus largos dedos sosteniéndolo de las mejillas.

— Ven aquí — palmeó sus muslos.

TaeHyun se deshizo de su ropa interior, no demorando mucho en acomodarse en el regazo de su Alfa. Mordió su labio con fuerza cuando fue llenado de a poco por la hombría de BeomGyu. Una vez estuvo totalmente sentado sobre él, no dudó en juntar sus frentes.

— Eres muy grande... — jadeó, aferrándose a los hombros contrarios.

— Y te encanta que lo sea — las manos de BeomGyu se instalaron en sus caderas.

TaeHyun sonrió, antes de rozar sus narices en un besito esquinal.

Se movió de forma experimental, soltando un gemido. Estaba tan lleno, que sentía que iba a partirse en dos, pero logró impulsarse con sus rodillas, levantándose un poco para luego dejarse caer completo. Repitió lo mismo nuevamente, con los dedos de BeomGyu enterrados en la tierna carne de sus caderas.

TaeHyun se deshacía en gemidos y goce sobre el cuerpo del mayor, su entrada escurriendo lubricante natural, siendo llenado por su Alfa mientras su cuello era marcado por sus labios. Lo había extrañado con cada partícula de su ser. 

Llegó un momento en el que BeomGyu tuvo que ayudarlo en el serpenteo de sus caderas, pero no le importaba cederle el control. El explosivo orgasmo alcanzó su cuerpo, haciendo que las lágrimas rodaran por sus mejillas debido al éxtasis que experimentaba. Gimió el nombre de su Alfa con la voz quebrada por completo.

BeomGyu dejó un suave beso sobre su marca, antes de hundir sus colmillos en ella, rasgando la piel que ya estaba cicatrizando.

Siguió embistiendo la entrada de TaeHyun hasta llegar al clímax y que su nudo se formara, dejándolo atrapado entre las paredes calientes del Omega. 

TaeHyun intentó sostenerse con las manos en su espalda, el nudo le dolía igual, pero sentía su descarga bañarlo por dentro. Tener a BeomGyu, limpiando la mordida con su lengua, lo hizo sonreír feliz, feliz porque su Alfa volvía finalmente a ser suyo.

⚠️

Estaba tan relajado, recibiendo las caricias y atenciones de parte de BeomGyu, hasta que las palabras que el mayor le dijo lo hicieron volver de golpe a la realidad.

— Quiero otro cachorro.

¡Gracias por leer! <3

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