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Capítulo Diecisiete

maratón de tres capítulos por mi cumpleaños. <3 ; 3/3

TaeHyun ya había recogido todas sus pertenencias y las de JinYoung en las maletas correspondientes.

Al día siguiente, temprano por la mañana, debían ir a la casa de su abuelo. Él ya había notado el aura de tristeza de BeomGyu al verlo empacando, pero era algo que no se podía evitar.

— Omega. 

— ¿Mmh? 

Se encontraban abrazados en la cama, el cuerpo desnudo de TaeHyun cubierto por las sábanas, brindándole calor. La pequeña mano del menor estaba repasando con un dedo los tatuajes en el pecho fuerte de su pareja; esa noche, los había besado todos, recordando lo mucho que al mayor le encantaba. Mientras, BeomGyu le regalaba caricias en su espalda desnuda. 

— ¿Cuánto falta para que termines las clases? 

— Cuatro meses... — el suspiro derrotado, que salió de la boca de su compañero, le hizo levantar la cabeza. — Gyu — le llamó, haciendo que BeomGyu bajara un poco la cabeza para verle —, ¿qué está mal? 

— Quiero que vuelvas a casa. No quiero perderme más tiempo de mi hijo, quiero oír sus primeras palabras con sentido, o verlo correr por todo el pasillo. Y, si... — BeomGyu se quedó en silencio por varios segundos. — Y, si hay otro cachorro, quiero volver a vivir el proceso de embarazo. 

TaeHyun mordió su labio, pensativo, se estiró para depositar un beso en la mandíbula del Alfa. El menor se moría por volver a vivir junto a BeomGyu, y sentía tristeza de solo pensar en el tiempo que estarían separados otra vez. Durante esos pocos días, se acostumbró a respirar el aroma del Alfa, tenerle todo el día con las manos sobre su cuerpo, y le encantaba como su hijo se había adaptado rápidamente a la presencia de su padre. Pero TaeHyun tenía claro cómo debían ser las cosas por ahora. 

— No puedo mudarme ahora, debo terminar de estudiar. Y yo no... No estoy seguro si hay otro cachorro, Alfa. 

BeomGyu lo tomó de las caderas, poniéndolo encima de su abdomen. TaeHyun se sostuvo con las palmas de las manos en sus hombros, con los brazos totalmente estirados. 

— Me iré a vivir contigo hasta que puedas volver. 

El Omega negó con una sonrisa, y se sentó erguido, estirando sus brazos por encima de su cabeza, dándole una deliciosa vista al Alfa que estaba debajo de él, quien no tardó en enterrar los dedos en sus caderas. TaeHyun manoteó sus brazos, tenía esa parte de su cuerpo sensible debido a la fuerza que el mayor aplicaba cuando lo tomaba. 

— Cuando me gradúe, podrás tenerme todos los días para ti.

— Entonces, déjame disfrutarte antes de que ya no pueda.

TaeHyun durmió todo el camino en tren, y llegaron un par de horas después a Daejeon.

El Omega se encontraba de mal humor; gracias a su travieso Alfa, apenas durmió unas horas antes de estar en la estación de trenes. JinYoung también se había despertado silencioso y un poco molesto, evitando a toda costa que TaeHyun lo tocara, y al susodicho tampoco le importó mucho por el cansancio que traía consigo.

Tomaron un taxi hasta una zona alejada de la ciudad, mientras más iban pasando y entrando a un camino rodeado de montañas, TaeHyun empezó a sentirse nostálgico. Tenía muchos años sin ir a visitar a su abuelito, casi desde que su otro abuelo había muerto. Recordaba sentarse a ver como el sol se escondía tras las grandes montañas, el olor de la hierba mojada luego de las fuertes lluvias; sonrió porque, cuando conoció a su compañero, su aroma lo hizo sentir como en casa.

BeomGyu estaba bastante nervioso. La noche anterior TaeHyun le contó lo que su madre sabía, así que el Alfa estaba asustado, ya que tal vez ni siquiera llegaría a poner un pie en la casa antes de que lo corrieran con una escopeta en mano. 

TaeHyun fue el primero en bajar del taxi, tomó una maleta, esperando que su Alfa se juntara con él. Al caminar por el largo campo, antes de llegar a la casa campestre de su abuelo, pudo ver las diferentes emociones que pasaron por el rostro de su madre, que yacía parada en el marco de la puerta, lista para recibirlo.

El Omega envolvió sus brazos en el cuerpo de su progenitora, habían pasado más de tres semanas que no la veía. Se separó, dejando que esta bese sus mejillas con cariño, pero su rostro dejó de ser expresivo cuando fijó su mirada en BeomGyu. 

— Mamá, no lo hagas sentir mal, por favor. 

BeomGyu, aún con su hijo en los brazos, hizo una pequeña reverencia ante su suegra y se acercó para que sostuviera a JinYoung, quien aplaudía con sus dos manitos, sonriendo.

— Hola, chiquito bonito — la Omega tomó en sus brazos a su nieto, abrazándolo con fuerza y besando sonoramente su cuello, provocando carcajadas dulces. — La abuelita te extraño mucho.

La madre de TaeHyun se veía cansada, pero muy feliz. Su corazón también se alegraba de volver a verla luego de tanto, pero ahora venía el verdadero reto y era contarle la verdad.

— Pasen, hice suficiente desayuno para todos — la mayor se dio la vuelta entrando a la casa.

BeomGyu soltó un gran suspiro cuando se encontró a solas con su pareja. TaeHyun sonrió nervioso, y se acercó a él, entrelazando ambas manos, y se puso de puntillas, dejando un beso en su mejilla. 

— Calma, cariño. Estaremos bien.

— Ella no se ve tan contenta de que esté aquí...

— Entiendela.

Ahora, BeomGyu tomó su rostro con ambas manos para besar sus labios. — No me dejes solo con ella por ahora. 

TaeHyun asintió, riendo, con sus manos entrelazadas entraron a la casa. Estaba tal y como la recordaba, muebles con estilo antiguo, fotos enmarcadas colgadas en la pared, e incluso había algunas de TaeHyun pequeño, pero tiró de la mano de su Alfa antes de que se tomara el tiempo de verlas. 

Era la primera vez de BeomGyu en casa de sus abuelos, pues tuvieron el privilegio de conocerse en la boda de la pareja. Y estaba de más decir que ambos terminaron amando a Choi BeomGyu.

La sala estaba vacía, y sintió cómo su corazón se encogía al darse cuenta que su abuelito conservaba la silla mecedora de su otro abuelo.

El amor seguía intacto.

A lo lejos, escuchaba la voz de su mamá, así que ambos siguieron el camino hasta la habitación de donde provenían los ruidos. 

Pudo ver claramente como el rostro de su abuelo se iluminó cuando hizo acto de presencia dentro de la habitación. Sonrió, hasta que sus ojos desaparecieron, y por más que el Omega intentó contenerse, lágrimas llenaron su rostro, se soltó suavemente de la mano de su Alfa y se acercó a la cama en donde estaba acostado KyungMin. Se sentó en el borde del colchón, y se inclinó para abrazarlo.

— Hola, abuelito.

— Mi pequeño Hyunnie... — las manos temblorosas de su abuelo apretaron su cuerpo. — Hyunnie, Hyunnie. 

Se separó, tomando las arrugadas manos entre las suyas, pero su abuelo había fijado su vista detrás de él. Volteó, encontrando al Alfa con las manos en sus bolsillos, recostado en el marco de la puerta. 

— BeomGyu — el Alfa se acercó con una sonrisa, sentándose en el otro extremo del colchón. 

— Hola, KyungMin. ¿Cómo te sientes? — Besó una de sus manos. 

La madre de TaeHyun se levantó de la silla, llevándose a JinYoung con ella, queriendo darles un poco de privacidad. 

— Intentando mantenerme vivo. 

TaeHyun pudo ver de cerca a su abuelo, dos años atrás lo había visto en el funeral de su otro abuelo Alfa. KyungMin ya no era el mismo, su rostro había perdido color, las ojeras eran más pronunciadas ahora y, aunque quiso no hacerlo, sus ojos se posaron en su marca reseca. El abuelo estaba viviendo con el dolor de haber perdido a su Alfa. 

Su pecho dolió, él no entendía el sentimiento, pero estar lejos de BeomGyu un año le había hecho experimentar la peor sensación de su vida. Él no quería imaginarse cómo sería si su Alfa no estaba más en el mundo. 

— Abuelito, lo siento por no venir antes a verte — TaeHyun se sentía tan culpable de no haberse tomado un poco de su tiempo para visitar a su abuelo. 

— No podías — el Omega mayor sonrió, de la misma manera en la que solía hacer TaeHyun cuando estaba muy contento. — Tu cachorro es hermoso, Hyunnie… Me recuerda tanto a ti cuando eras muy pequeño. 

— Eres la primera persona que no me dice que se parece a BeomGyu — rio bajito, y se inclinó para depositar un beso en su frente. 

La pareja estuvo un tiempo charlando animadamente con KyungMin, hasta que JinYoung lloró y BeomGyu se ofreció a encargarse de él para que TaeHyun pueda estar a solas con su abuelo. 

— ¿Está todo bien con BeomGyu? 

— Sí... Mi hijo y yo somos felices con él. 

El abuelo cerró los ojos, entrelazando sus manos con las de TaeHyun. — A veces me pregunto qué haría WooSeok si yo hubiese muerto primero. Era inútil en muchas cosas... — Una risa suave, pero de melancolía, salió de los labios de KyungMin. — No sabía cocinar, tampoco arreglar la cama. Pero me amaba, y amaba mucho a tu madre. Cuando tú naciste, se prometió ser el Alfa que te protegiera de las personas que quisieran hacerte daño. 

Cuando el abuelo abrió sus ojos, una lágrima silenciosa rodó por el costado. — Cuando BeomGyu pidió tu mano, WooSeok lloró toda la noche, porque decía que ya era hora de soltar a su pequeño. Y, antes de morir, me dijo que estaba feliz de haberme tenido como esposo, que tu mami era la mejor hija que podía tener, y que su Hyunnie ahora estaba en buenas manos. 

TaeHyun limpió sus propias lágrimas con la manga de su abrigo, incapaz de hablar porque el nudo en su garganta hacía que quemara. 

— Quiero que no se borre el brillo de tu rostro, cariño. Sé que BeomGyu te hace feliz, y no soportaría irme si no tienes felicidad. 

— No te vas a ir, abuelito...

— Quiero — TaeHyun negó por inercia, conteniendo el llanto. — No es fácil extrañar a mi Alfa. 

Su abuelo hablaba con la voz cargada de tristeza y, por primera, vez observó con atención el cuarto; las fotos de sus abuelos colgaban en todas partes, y sus zapatos aún estaban en un rincón, también vio que las gruesas chaquetas, que el Alfa usaba para trabajar en el campo, colgaban de la perchera. 

TaeHyun se quedó en silencio, sosteniendo las manos de su abuelo. Se recostó en el filo, pegándose a su costado y pasando un brazo por encima de su vientre, mientras que KyungMin abrazaba los hombros de su nieto. Creyó que el abuelo se estaba quedando dormido, hasta que escuchó su voz nuevamente. 

— Perdón si olvidé felicitarte por tu nuevo cachorro.

¡Gracias por leer! <3

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