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Capítulo Diecinueve


Apenas entraron a la casa, la Omega envolvió a BeomGyu en un abrazo. Sí, ella siempre lo quiso como un hijo. El Alfa se relajó rápidamente, correspondiendo el abrazo cariñoso de su suegra.

— Me disculpo, cariño — se separó para acariciar su mejilla. — Y, sinceramente, me alegro de que vuelvas a estar con Hyunnie. 

Las horas transcurrieron bastante rápido y se tornaron cómodas. KyungMin terminó sentado en una de las sillas mecedoras de la sala con JinYoung en sus piernas, quien daba pequeños saltos para que la silla siguiera moviéndose. 

TaeHyun secretamente miraba a BeomGyu, como sonreía cuando JinYoung le tiraba besos volados o la naturalidad con la que hablaba con el abuelo. BeomGyu siempre tuvo una personalidad encantadora, amable, sincera, por eso su pequeña familia lo había prácticamente adoptado. TaeHyun quería que JinYoung aprendiera de él, y se sentía tranquilo de que su hijo tendría un modelo de Alfa que seguir; no quería estereotipar a JinYoung, pero era necesario que aprendiera de otro Alfa, ¿y quién mejor que su padre?

La noche abrazó al cielo, haciendo que la familia se alistara para dormir. Ya habían comido en una mesa de comedor en el gran jardín, con bombillas amarillas colgadas de un extenso cable, cortesía del Alfa, quien había limpiado todo con cuidado ya que llevaba años sin usarse. 

El abuelo fue el primero en acostarse bajo las sábanas, BeomGyu ayudó en todo momento a la madre de TaeHyun, mientras que el Omega se acostó en una de las habitaciones para darle el pecho a JinYoung.

El pequeño Alfa se veía cansado. Durante la tarde había estado en el jardín con TaeHyun, dando algunos pasos agarrado de las manos de su padre, y el Omega se propuso visitar más seguido a su abuelo y así aprovechar para que su hijo tenga ese tipo de intimidad con la naturaleza. 

JinYoung intentaba mantener los ojos abiertos mientras tomaba pecho, pero se le cerraban continuamente por voluntad propia. TaeHyun se dedicó a acariciar su cabello un poco largo, besar sus manitos y arrullarlo para que se durmiera. 

BeomGyu entró a la habitación un tiempo después. Apenas se miraron y una sonrisa boba se adueñó de sus bocas. 

— ¿Estás listo para dormir, cariño? 

TaeHyun desprendió a su hijo de su pezón, se arregló el abrigo del Alfa –que se había puesto esa noche– y acostó boca abajo a JinYoung, arropándolo con las colchas, besó su frente y se levantó de la cama. 

— No quiero dormir todavía — se quedó a un paso de distancia de BeomGyu. Gracias a la diferencia de alturas, pudo apoyar su frente en el pecho del mayor. — Tenemos que hablar. 

BeomGyu se mordió el labio nervioso y envolvió el cuerpo de su Omega con timidez. — Podemos ir al jardín… Conectaré las luces otra vez, ¿te parece bien?

TaeHyun asintió, dejó un beso en el pecho del Alfa y se separó. Mientras BeomGyu arreglaba el lugar afuera, se encargó de buscar un par de mantas que los cubrieran del frío de la noche. Al ser campo, y tener espesa vegetación y árboles en cantidad, el frío era más intenso que en la ciudad. 

Tenía que hablar con BeomGyu sobre ese tema. Estaba muy nervioso. Tres personas le aseguraban que estaba en estado nuevamente, y le aterraba la idea de pasar cuatro meses sin su Alfa estando embarazado, pero tampoco iba a frenar su vida por eso. Necesitaba que BeomGyu le dijera que estarían bien y que juntos encontrarían la solución a sus temores. 

Una de las cosas que TaeHyun más amaba del campo, era cuando caía la noche. Al ser un lugar con baja contaminación, las estrellas se veían más claras y hermosas que en la ciudad, aparte tenían un cielo completamente despejado gracias a que no habían construcciones en muchos kilómetros a la redonda. 

Cuando salió, las tiras de luces ya estaban encendidas, una colchoneta estaba tendida en el césped y BeomGyu estaba sentado, esperándolo. El Alfa estiró la mano en un llamado silencioso, y TaeHyun no esperó más tiempo antes de reunirse con el mayor y fundirse en sus brazos. 

— Esto me recuerda a nuestra luna de miel. 

BeomGyu acomodó al Omega entre sus piernas, dejando que se recueste en su pecho. 

— Fue un viaje hermoso — volteó la cabeza, dejando un beso en la mejilla del Alfa. 

Estuvieron unos minutos así: las mantas cubriendo sus cuerpos, TaeHyun con la espalda recostada en el pecho de su Alfa, BeomGyu había pasado los brazos por la cintura del más bajo, y sus manos vagaban curiosas por su vientre por dentro de su abrigo. 

— ¿Qué tienes que decirme? — cerró los ojos al sentir el aliento caliente del Alfa en su oído, inconscientemente ladeó la cabeza, dejando su cuello expuesto. 

— Me olvidé... — mordió su labio cuando la risa ronca de BeomGyu sonó muy cerca de su oído. Regañó internamente a su Omega por no conectarse con él y poder hablar con sus queridos compañeros como personas civilizadas. 

— De acuerdo, me alejo — soltó, sin antes dejar un beso en su cuello que duró más de lo programado. 

— BeomGyu, no quiero ponerme caliente, basta. 

— Ya lo estás. 

— Cierra la boca. 

BeomGyu se alejó entre risas del cuello de TaeHyun aún sosteniendo su cintura. 

— Gyu... 

— ¿Sí? 

— ¿Recuerdas que me faltan cuatro meses para graduarme? 

Un pequeño gruñido de fastidio salió de los labios de Alfa, provocando una sonrisa tímida en los labios del Omega. 

— Imposible no recordarlo. 

— ¿Qué pasaría si quisiera dejar todo e irme contigo? 

— No puedo aceptar eso. 

Esta vez TaeHyun se alejó suavemente del cuerpo de su Alfa para sentarse frente a él, necesitaba mirar sus ojos para saber sus verdaderos sentimientos acerca de lo que hablarían. 

— ¿No es eso lo que quieres? 

— Querer y poder no es igual, TaeHyun — el Alfa parecía tener una batalla sobre lo que quería decir, este suspiró, concentrándose. — Lo que más deseo en este mundo es que estés nuevamente conmigo, pero tus estudios son igual de importantes… Si quieres abandonar la Universidad, hazlo por una razón que valga la pena, no por mí. Yo puedo esperarte de la misma manera en la que tú esperaste por mí. 

¿Ese era su Alfa? 

Sí, lo es. Es nuestro Alfa.

TaeHyun sonrió, mirando a BeomGyu con ojos brillantes, estiró su mano para tomar la de él. La diferencia de tamaño era muy tierna. 

— Gracias, Gyu — tomó aire, juntando todo el valor que tenía en su pequeño cuerpo. — ¿Qué pasaría si... si espero otro cachorro? 

BeomGyu abrió la boca, sorprendido, y luego sonrió, arrugando los ojos, mostrando sus dientes en toda su extensión. 

TaeHyun rápidamente se dio cuenta de la ilusión del Alfa y negó con la cabeza. — No estoy seguro, ¿vale? Pero... Es lo más probable.
  
BeomGyu asintió, pero aún tenía esa sonrisa risueña en su rostro y sus ojos un poco cristalizados. 

— Gyu, no lo sé todavía. 

Pero, a pesar de repetirlo, TaeHyun también estaba sonriendo de la misma manera que el Alfa, y en su pecho había un sentimiento de anhelo que estaba seguro que no era suyo. 

— Si así fuera, me mudaría a Seúl hasta que podamos regresar a casa. 

— Tienes una empresa que manejar...

— Durante un año mi hermana se encargó, así que estoy seguro que puede seguir haciéndolo. Cuando regresemos a Daegu, volveré a encargarme de la empresa como antes. Además, acabo de despertar de un maldito coma, me tomaré un año de descanso. 

— Baboso — TaeHyun golpeó su brazo, riendo. 

— No quiero perderme tu embarazo — esta vez BeomGyu fue el que se acomodó entre las piernas de TaeHyun, recostando su espalda a su pecho. 

— Cuando volvamos a Seúl, iremos con un médico — TaeHyun enredó los dedos en el largo cabello de su Alfa. 

— Quiero que sea una Omega, para que tenga dos fuertes Alfas protegiéndola. 

TaeHyun rio enternecido, inclinó la cabeza, dejando un beso en el cabello de BeomGyu sintiéndolo ronronear como un gato gigante. 

— ¿Y si es un Omega? 

— Nada cambia. Aún tendrá a dos Alfas que matarían por protegerlo. 

— RyuJin querrá ganarse el tercer lugar. 

— Ella tendrá sus propios hijos pronto. 

Estuvieron un largo rato hablando sobre cómo llamarían a su nuevo cachorro o sobre a quién se parecería más, y terminó con un TaeHyun molesto porque BeomGyu le echaba en cara el poder de sus genes. Pero la molestia se consumía tan rápido al oía reír al Alfa o al sentir sus dedos entrelazándose con los suyos. 

— Tyun...

— ¿Hmm? 

— Tú eres la razón por la que desperté. 

El menor se quedó muy quieto, su lobo había frenado su celebración, levantando las orejas para oír atentamente. 

— Te oí, me llamabas muy fuerte — BeomGyu se volteó, quedando muy cerca del rostro de su Omega. — Durante mucho tiempo escuchaba el eco de tu voz, hasta que ese día fue tan claro y tan real... Y desperté llorando mientras te nombraba. 

Las lágrimas comenzaron a caer de los ojos de TaeHyun sin tener control alguno sobre ello. Su Alfa lo había oído todo ese tiempo, sus ruegos fueron oídos por él, su lobo llamándolo había sido escuchado. Sin pensarlo, se lanzó hacia los brazos de BeomGyu, haciendo que este caiga sobre su espalda, sosteniendo el cuerpo de TaeHyun. 

— Gracias... porque, aún en mis sueños, tu dulce voz me acompañaba.


VOLVÍ, ¿A QUÉ NO SE LO ESPERABAN?

feliz cumpleaños atrasado, taxistas - emos - moanas - homos - loser's - etc. 💌🌷

holaaa, reaparezco por aquí para actualizar después de tanto tiempo. quiero agradecer por todo el apoyo que le llegó a este fic en mi ausencia; se los recompensaré pronto. <3

103 DÍAS DESDE LA ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN. DE VERDAD LO SIENTO MUCHO. 😭

Prometo recompensarlo y esta vez de verdad; les traeré una dinámica pronto, así que estén atentos y participen xfavor. 💕

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