El resto del verano pasó lento.

Los chicos no notaron la tensión entre Louis y Harry, o eso o no dijeron nada. Harry estaba perfectamente bien, y cuando lo dejaron en su casa una semana después, entró sin ni siquiera saludar.

Y desde entonces, Harry pasó sus días saliendo. Todas las mañanas se comía su tazón de cereales y se ponía sus pantalones cortos y sus playeras negras, junto con una camiseta cualquiera que sacaba de su cajón. Luego, silenciosamente entraba de puntillas en la habitación de su madre y le besaba en la mejilla, mirándola dormir durante unos segundos, las líneas de preocupación entre su frente y la suave curva de sus labios. Le echaba terriblemente de menos.

Y después de hacerlo, se pasaba un peine por los rizos y se ponía unas gafas de sol para cubrir las bolsas debajo de los ojos. Se miraba en su espejo manchado de su baño, que estaba desordenado por primera vez desde que tenía uso de memoria. A medida que pasaban los días, todo a su alrededor se volvía más desordenado, ya que ya no tenía la energía para continuar.

Y el segundo día antes de que terminara el verano, Harry estaba en su camino de entrada, sintiendo el cálido sol filtrarse en su piel bronceada. Después de salir todos los días, pasó de ser un fantasma pálido a un surfista extremadamente bronceado que pasaba sus días en la playa.

Que era en parte cierto. Aunque había un océano a millas de distancia de donde vivía Harry, había un lago con arena clara y agua parcialmente limpia. Había decidido que iba a sentarse al menos una vez más antes de entrar por esas horribles puertas dobles que eran el instituto.

Llevaba el bañador que Louis le había dejado y él nunca se lo había devuelto, el verde que usó cuando fueron a la piscina que tenía su madre. De hecho, le gustaba como le quedaba, aunque era un poco pequeño. Su pelo casi rubio claro estaba más largo ahora, rizado hasta su cuello, aunque cada vez que su madre le veía le rogaba que se lo cortara. Aunque a él le gustaba, era diferente.

Nunca habría pensado que le iba a gustar algo diferente. Nunca. Pero desde que su vida dio un giro inesperado y se encontró llorando todas las noches, supo que necesitaba un cambio. Ya estaba intentando olvidar a Louis. No del todo, pero lentamente.

Una forma de hacerlo fue tirar la almohada a la basura y comprarse una nueva. Y cada vez que pensaba en Louis, lo escribía y luego quemaba el papel en el que lo había escrito. Borró todas las fotos excepto la que sacó hace dos años, porque no podía cambiar su pantalla de bloqueo, daba igual lo que pasara.

Y ahí estaba, sus zapatos resonando en la acera caliente y en el aire húmedo. Había sudor formándose bajo los ojos de Harry mientras caminaba, mirando al frente y balanceando los brazos levemente. Podía escuchar a los niños reír en algún lugar cerca de él, probablemente en bicicleta o jugando al escondite o algo así. Deseó ser como ellos. Despreocupado, joven, normal.

Pero en cambio, tenía diecisiete años y no sabía cómo manejar las situaciones emocionales correctamente. Parecía como si sus amigos se hubieran olvidado de él, pero en el fondo sabía que era culpa suya. Le habían estado mandando mensajes y llamándole todo el tiempo, preguntándole qué le pasaba y si quería pasar el rato. Pero siempre se negaba. Incluso fingió que no estaba en casa cuando llamaron a su puerta y le gritaron que abriera. Necesitó mucho autocontrol, pero lo hizo, y cuando se fueron se distrajo viendo dibujos animados e intentando no llorar.

Mientras todos los pensamientos deprimentes de ese verano inundaban su mente, podía sentir su muñeca picando detrás de las pulseras de goma que se deslizaban hacia arriba y hacia abajo mientras movía los brazos. El impulso seguía ahí, a pesar de que solo lo había hecho una vez. Dolía, de verdad lo hacía, pero era la mejor manera de distraerse, y también estaba haciendo lo que le había dicho a Louis. Louis todavía se estaba autolesionando, él mismo lo había visto.

Harry podía sentir el viento empezando a levantarse, soplando algunas hojas sueltas a su alrededor y se sentía bien en su rostro sudoroso. Se detuvo y cerró los ojos, dejando que la brisa le hiciera cosquillas en la cara y envolviera mechones de pelo antes de soltarlo.

No se dio cuenta de que había estado parado allí tanto tiempo hasta que sintió una gota en su nariz y salió de su trance. Levantó la cabeza y miró al cielo, que ahora tenía un tono gris enfadado. Las nubes estaban justo encima de su cabeza, y se estremeció cuando otra gota le golpeó justo entre los ojos.

Una parte de él quería caminar de vuelta a su casa, sentarse en su silla junto a la ventana y presionar su nariz contra el vidrio, ver cómo se empañaba y luego ser golpeado rápidamente por la lluvia. Pero otra parte de él quería continuar su caminata hacia la playa, que sabía que estaría vacía si iba allí.

Se decidió por lo último, y con eso, sacudió sus rizos y dio un paso adelante, sintiendo un escalofrío recorrer su columna mientras la temperatura descendía drásticamente. Podía ver la piel de gallina corriendo por sus brazos, e hizo todo lo posible por frotársela.

Estaba empapado cuando llegó al lago, y sus converse se hundieron en la arena húmeda. Él estaba en lo correcto, no había nadie a excepción de algunas palomas callejeras que se paseaban por la orilla. Así que se sentó sobre la arena, sintiendo la humedad contra su traje de baño.

Estaba sentado allí, contemplando si quería o no ir a nadar y preguntándose si estaba llorando o no, cuando sonó su teléfono. Lo sacó vacilante, protegiéndolo lo mejor que pudo de la lluvia y colocándolo contra su oreja.

"¿Hola?" murmuró, y fue un poco difícil escuchar la respuesta debido a la lluvia.

"¿Harry? ¿dónde estás? Tú, yo y Zayn vamos a salir, no me importa lo que digas"

"No lo sé" fue todo lo que se le ocurrió decir, porque no quería salir con Zayn y Niall.

Niall suspiró.

"Harry, no te hemos visto en todo el verano. Te echamos de menos. Louis te echa de menos"

Harry sintió que su corazón se detenía por un segundo, y su respiración se atascó en su garganta. No quería pensar en si lo que decía Niall era verdad. No quería pensar en nada. Solo quería quedarse en la playa y llorar bajo la lluvia y morderse las uñas e intentar no romperse.

"Harry" la voz de Niall se suavizó "¿Qué ha pasado? Entre tú y Louis, quiero decir"

Harry no respondió, solo se mordió el labio y cerró los ojos con fuerza, dejando que una lágrima se le escapara cuando la escena que había escondido en su mente volvió, trayendo de vuelta el vacío en su corazón que había pasado todo el verano intentando reparar. Ahora tenía que empezar de nuevo. Y con eso, colgó el teléfono y se acercó las rodillas al pecho, meciéndose hacia adelante y hacia atrás y enterrando el rostro contra la piel húmeda de las piernas, sintiendo la lluvia golpear contra su nuca.

Tal vez, solo tal vez Niall le estaba buscando, porque conociendo a Niall estaría preocupado, y Harry esperaba que no le encontrara. Solo quería estar solo. Dejó escapar un sollozo ahogado, los brillantes ojos azules de Louis entraron en su cabeza e hicieron que su corazón palpitara. Podía sentir su cuerpo temblar, ¿tenía frío?

No lo sabía.

Levantó la frente de las rodillas, mirando con ojos brillantes el lago, que ahora salpicaba con grandes olas que cubrían los sonidos de sus jadeos que respiraba a través de sus labios húmedos. Tal vez si se quedara ahí, el mundo que le rodeaba se olvidaría. Olvidaría que estaba vivo.

Pero, de nuevo, ¿no estaba sucediendo eso ya? Las llamadas de Niall y Zayn estaban disminuyendo, Louis no había hablado con él durante dos meses y su madre no había dicho nada sobre sus viajes a lugares desconocidos. Se mordió el labio mientras otro sollozo sacudía sus hombros, y sus lágrimas sabían a agua de lluvia y sal.

Finalmente se levantó con las piernas temblorosas, caminando hacia la orilla del lago justo cuando un relámpago blanco atravesaba el cielo, resonado por un fuerte trueno. No le importaba estar sentado en el agua, un rayo podría hacerle daño si quisiera.

No le importaba.

Se tumbó, el agua del lago le llegaba a su cintura y su espalda estaba sobre la arena húmeda. Se quedó dormido con el sonido de un trueno que sacudió los cielos que una vez habían estado pacíficos.

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"¡Harry!"

Era un sonido familiar pero distante. Era un sonido maravilloso, pero terrible. Agridulce.

"Harry, ¿¡dónde estás!?"

La voz esta vez era la de Niall, y Harry abrió los ojos de golpe.

Tenía frío, mucho frío. Sus piernas estaban entumecidas y ¿mojadas?

Se sentó rápidamente, un nudo en la garganta mientras miraba a su alrededor. Todo estaba mojado. Todavía estaba en el lago, y podía escuchar el goteo cuando las gotas caían de las superficies al suelo. Ahora estaba sentado con agua hasta el pecho.

¿Qué ha pasado?

"¡Ángel!"

Harry sintió algo, lo sintió hasta la base de las costillas. Y tenía mucho frío.

Hace demasiado frío fuera, para que los ángeles vuelen.

"¿Lo ves por alguna parte?"

Harry quería huir, esconderse en algún lugar para que sus amigos nunca le encontraran y pudiera permanecer frío y entumecido por el resto de su vida.

Pero estaba pegado al lugar, en la misma posición, incluso cuando él era la única persona que le hacía daño, le vio corriendo por la playa con una gran sudadera azul y pantalones cortos. Su pelo estaba despeinado, medio mojado y medio seco. Sus ojos estaban rojos e hinchados, pero Harry todavía podía ver un azul pálido, más azul que el lago en el que estaba sentado.

Pero, sobre todo, Harry notó lo delgado que estaba. Sus piernas parecían mucho más pequeñas, sus brazos como palos colgando a sus costados.

Pero todavía era verdaderamente guapo.

Harry apartó la mirada de él, cerró los ojos y se rodeó con los brazos. El cielo estaba más oscuro ahora, el sol no golpeaba con tanta fuerza su piel que ahora estaba un poco roja.

Podía oír pasos cada vez más cerca de él, pero todavía estaba allí sentado, con los ojos cerrados suavemente mientras se mecía al ritmo de las olas. Fingió no sentir el brazo de Louis rozarle cuando se sentó a su lado. Le tomó un poco de autocontrol no respirar profundamente por la nariz, y oler ese aroma a miel y limpio que tanto había echado de menos.

"¿Qué estás haciendo contigo mismo, Harry?" Louis finalmente suspiró a su lado, y Harry empujó sus rodillas contra sus ojos, y pudo ver negro y amarillo y le dolía.

Otro suspiro agitado escapó de los labios de Louis, desapareciendo rápidamente en el aire y mezclándose con el ruido del lago. Saltó un poco cuando Louis le dijo a Niall que se fuera a casa, que podía manejar esto.

Harry se sorprendió de que le hiciera caso.

"Harry, ¿puedes hablar conmigo?"

Harry negó con la cabeza, los rizos húmedos le rozaron el cuello y le hicieron cosquillas.

Se congeló cuando Louis le rodeó con un brazo. No estaba hablando, pero esperaba que su gran encogimiento de hombros enviara la señal de que quería que Louis dejara de tocarle.

"Harry, no quería decir lo que dije en Blackpool. No lo dije en serio"

Silencio.

"Es solo que siento que para estar contigo tengo que ser perfecto. Pero ya sabes, en realidad no lo soy. Tengo cortes en las muñecas y soy adicto a mi medicina para el tpl-

Se detuvo cuando Harry levantó la mano en el aire, dejando que sus brazaletes se deslizaran por su brazo hasta rozar su codo.

La reacción de Louis fue un poco desgarradora.

Primero jadeó, y Harry se obligó a levantar la cabeza para mirar el rostro de Louis.

Se estaba mordiendo el labio, tenía los ojos cerrados con fuerza y miraba hacia otro lado. Harry podía ver a Louis temblar y bajó la muñeca.

"Todo esto es mi maldita culpa" Louis exhaló, su voz ahogada y llena de emoción.

Harry podía sentir que iba a empezar a llorar, podía sentir el nudo en su garganta y la familiar humedad caliente detrás de sus ojos.

Y justo cuando un sollozo sacudió sus hombros, sintió una presión debajo de su barbilla, levantando su cabeza. Louis le estaba mirando, sus ojos llorosos y sus labios temblorosos.

"Harry" hizo una pausa "Ángel. Te lo dije, te dije que mantuvieras la cabeza en alto. Pase lo que pase, mantén esa rizada y maravillosa cabeza en alto y nunca olvides enseñarme tu sonrisa"

Harry no pensaba que pudiera soportarlo más. Tenía frío y temblaba y su cabeza estaba nublada y apenas podía ver nada a través de sus lágrimas.

Louis finalmente notó la piel de gallina en los brazos de Harry, y cuando lo hizo, se quitó su sudadera azul con el logo de un equipo de futbol y primero levantó los brazos de Harry por él y luego se la pasó por la cabeza. Harry se sintió como si fuera un niño otra vez, cuando su madre le ayudaba a vestirse y era muy amable con él.

Harry no pudo evitar cerrar los ojos y derretirse en el calor, especialmente cuando Louis envolvió sus brazos alrededor de él.

"Harry" Louis dijo vacilante "Si te explico todo más tarde-" se detuvo, apretando a Harry con más fuerza, y Harry solo escuchó aturdido.

"¿Entonces puedo besarte?"

Harry no asintió ni negó con la cabeza. Abrió mucho los ojos cuando Louis levantó la cabeza, pasando suavemente sus dedos por la línea de la mandíbula de Harry.

Sus labios eran suaves, cálidos y lujosos como una almohada y miel cálida y suaves como una manta. Y olía a toallas recién lavadas y era maravilloso.

Pero Harry estaba muy confundido, y aunque estaba besando a Louis, su mente estaba en otra parte.

Todavía tenía frío.