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tres

Por una vez, Harry no estaba ansioso por ir a casa de Niall el viernes.

Incluso les había pedido que fueran a su casa, pero los dos chicos se habían negado. Harry no tenía mucho para hacer en su casa, mientras que Niall tenía una televisión de pantalla plana y todo tipo de consolas para jugar.

Así que el chico rizado no tuvo más remedio que subir al coche de Niall el viernes por la tarde, después de que sonara la campana y todos los estudiantes habían salido del instituto.

"Vamos H, no va a ser tan malo" dijo Zayn con simpatía, subiéndose al asiento trasero mientras Harry se dejaba caer en el del copiloto.

"¡Sí lo va a ser!" Harry gritó "¡Me odia! ¡Lo sé!"

Sabía que los chicos estaban de acuerdo, aunque no querían decirlo.

"Va a ser divertido, Harry. Simplemente ignórale" el chico rubio le consoló, estirando la mano para encender la radio, y asintieron en silencio por unos minutos, hasta que finalmente llegaron al camino de entrada de Niall.

"Tengo un mal presentimiento sobre esto" murmuró Harry, saliendo de mala gana del coche y arrastrando sus Converse negras hacia la puerta.

Niall y Zayn le siguieron, cada uno enviando miradas nerviosas a Harry, pero al mismo tiempo hablando.

Finalmente llegó a la gran puerta de madera y giró el pomo. Estaba cerrada.

"Oye Ni, está cerrada" Harry gritó detrás de él, y Niall rebuscó en sus bolsillos por unos momentos.

"Joder, se me han olvidado las llaves" gimió Niall "Simplemente toca, puede que Louis ya haya llegado"

Los ojos de Harry se agrandaron, pero Niall solo asintió con la cabeza para animarle.

El chico rizado golpeó vacilante sus nudillos contra la madera gruesa, y se encogió ante el fuerte ruido que hizo.

Después de unos veinte segundos de espera, la puerta se abrió y allí estaba Louis. Todavía estaba vestido con la ropa que había llevado al instituto, pero tenía un gorro gris sobre su desordenado pelo de una manera que hizo que el corazón de Harry se detuviera por un segundo.

Sus ojos azules miraban a Harry con una intensidad ardiente, y el chico más joven podía oír débilmente a Niall preguntándole a Louis por qué había cerrado la puerta.

Louis no respondió, solo miró a Harry, y Harry no pudo decir si era una mirada cruel o no.

Decidió que estaba siendo agradable cuando una pequeña sonrisa apareció en los labios de Louis por unos momentos, dejando a Harry sonrojado mientras se alejaba con un gesto de mano.

"¿Qué ha sido eso?" Zayn preguntó en el oído de Harry, y Harry se encogió de hombros, nervioso.

Y cuando pasaron por la cocina, Harry escuchó un ruido de traqueteo, miró alrededor de la pared para ver claramente la habitación con poca luz.

Louis estaba allí, con el ceño fruncido en concentración mientras dejaba unas pastillas en sus pequeñas manos, y Harry intentó ver qué pastillas eran, pero estaba muy lejos para saberlo.

"H, ¿qué estás haciendo?"

Harry parpadeó y huyó de la entrada justo cuando Louis se dio la vuelta y no pudo decir si el chico mayor le había visto o no.

"Nada" murmuró, con el corazón acelerado.

Los otros dos chicos hicieron contacto visual sospechoso, pero luego se encogieron de hombros, alborotando los rizos de Harry mientras subían las escaleras hacia la habitación de Niall.

Y Harry no pudo evitar preguntarse qué eran esas pastillas.

"Oye, ¿Niall?" Harry preguntó vacilante mientras dejaban sus mochilas en el suelo de la habitación de Niall.

El chico rubio levantó la cabeza desde donde estaba encendiendo la televisión, con una pequeña sonrisa en su rostro.

"¿Sí?"

Harry quería preguntarle qué medicación estaba tomando Louis, pero no podía.

"Nada" susurró.

Niall alzó una ceja ante Harry, girándose para darle a Zayn un mando de la Xbox.

"Sabes que puedes preguntarnos cualquier cosa, ¿verdad?" Niall se acercó y puso una mano en el hombro de Harry, y Harry se sintió nuevamente agradecido de tener tan buenos amigos.

"Sí, lo sé" dijo el chico rizado, forzando una sonrisa.

Niall le dio una última mirada curiosa antes de sentarse en uno de sus enormes pufs azules. Y se quedaron en silencio, excepto por el gemido ocasional que se oía cada vez que Zayn o Niall morían en el juego que estaban jugando.

Para ser honesto, Harry no estaba interesado en esos juegos. Quería hacer algo más divertido.

Y con ese pensamiento volvió a estar triste. Quería a sus amigos hasta la muerte, pero a ellos no les gustaba hacer las cosas mismas cosas que a él.

"Voy al baño" dijo Harry en voz baja, y sus amigos simplemente asintieron.

Suspiró, levantándose de su asiento en el suelo, sus rodillas sonaron. Los ruidos del juego se desvanecieron detrás de él cuando entró en el pasillo silencioso, y respiró hondo, cerrando los ojos por un segundo.

Y no estaba intentando ser silencioso mientras bajaba las escaleras. No.

El azulejo estaba frío incluso a través de sus calcetines blancos, y envió un ligero escalofrío a través del cuerpo de Harry.

O tal vez fue el aliento caliente en su cuello lo que le hizo estremecerse.

"¿Qué estás haciendo?"

"Ir al baño" susurró Harry, esperando que Louis no viera la piel de gallina que había aparecido en sus brazos.

El chico mayor no respondió, incluso cuando Harry se dio la vuelta para que estuvieran uno frente al otro. La casa estaba increíblemente silenciosa, el único sonido provenía del reloj de la pared cercana, un suave tic-tac que de alguna manera relajó a Harry. Se retorció incómodo bajo la mirada de Louis, y Louis no sonrió.

En cambio, presionó a Harry con fuerza.

"¿Qué te hace pensar que tienes derecho a cotillear por mi casa?" Louis se burló.

"No estaba haciéndolo, no estaba cotilleando. Solo necesito ir a-

"Lo sé"

Harry se encogió hacia atrás cuando Louis se inclinó más cerca. Sus ojos azules eran tan brillantes, tan azules que la mente de Harry se quedó en blanco durante unos segundos.

"¿Por qué me odias tanto?" Harry gimió, abrazándose a sí mismo y deseando que sus lágrimas no cayeran.

Sus manos estaban temblando, temblaban tanto que tuvo que meterlas en sus bolsillos para intentar parar el temblor.

Louis no respondió al comentario de Harry, sino que respondió con una pregunta él mismo.

"¿Me tienes miedo?" parecía curioso, y Harry no pudo evitar notar lo largas que eran sus pestañas.

"No" respondió Harry, mordiéndose el labio y mirando a todas partes menos a Louis. Estuvo mirando a la pintura azul de la pared y al elegante candelabro que estaba colgado sobre sus cabezas.

"Mírame" dijo Louis en voz baja, tan suavemente que Harry quiso estrellarse la cabeza contra la pared.

No porque la voz de Louis no fuera un sonido precioso. Si no porque un minuto Louis le estaba gritando y siendo borde y al siguiente parecía que realmente se preocupaba por él.

Harry finalmente se giró para mirar a Louis, y sintió una punzada en el pecho por lo impecable que estaba el chico mayor. Tenía un poco de pelo rozándole las pestañas, y sus ojos se agitaron un poco por el toque. Tenía un poco de barba en su barbilla, y su nariz era como la de un duendecillo, sus rasgos eran tan femeninos y únicos y tan bonitos que el corazón de Harry latía con deseo.

"Eres único" murmuró Louis, y Harry se estremeció cuando el chico mayor extendió la mano y la pasó suavemente por su mejilla.

La respiración de Harry se atascó en su garganta, y no sabía qué decir. Todo lo que sabía era que no quería que Louis parase.

Pero en el momento en que Harry se mordió el labio y finalmente dejó que sus ojos se encontraran con los de Louis, Louis se llevó la mano al costado y frunció el ceño en lo que acababa de ser su rostro pacífico.

"¿Qué pasa?" Harry preguntó, aunque no quería romper-, bueno, lo que hubiera sido eso.

El ceño de Louis se profundizó mientras sus ojos recorrían el rostro de Harry.

Y dado que Harry era muy, muy bueno leyendo a la gente, podía decir que Louis estaba triste.

No sabía por qué, no era tan bueno, pero la mirada brillante y lejana en los preciosos ojos de Louis era desgarradora.

Parecía que estaba atrapado.

"¿Por qué me estas mirando?" Louis gruñó, retrocediendo.

"Tú me estabas mirando-

"Solo haz lo que has dicho que ibas a hacer. Deja de ser espeluznante"

El corazón de Harry se rompió por millonésima vez, y miró al suelo mientras caminaba hacia su destino original.

Cuando finalmente llegó al gran baño principal, se sentó en un inodoro cerrado y puso la cabeza entre las manos, sintiendo sus largos rizos caer sobre la punta de sus dedos.

Podía sentir la piedra en el pecho que tienes cuando lloras, pero no le salían lágrimas.

Y todo lo que salió de sus labios fue un gemido, eso iba a ser todo lo que Harry iba a permitir. Se mordió el labio con fuerza hasta que sintió un sabor metálico.

Lentamente se puso de pie y se miró en el gran espejo. Su labio estaba sangrando, sus rizos desordenados, y sus ojos brillaban con lágrimas que no iba a dejar que cayeran.

Rápidamente hizo sus necesidades y salió a la habitación fresca con aire acondicionado, apagó la luz del baño detrás de él y se lamió el poco de sangre de su labio inferior.

Y cuando escuchó pasos, buscó un lugar donde esconderse.

Pero no había ningún sitio.

Así que se preparó para los muchos cambios de humor de Louis Tomlinson.

"¿Te está sangrando el labio?"

Harry suspiró, lamiendo sus labios una vez más.

"Sí" murmuró, mirando hacia arriba para ver a Louis una vez más, esta vez tenía un vaso de agua en una mano y su teléfono en la otra.

"¿Por qué no estás en la habitación de Niall?"

"Te lo he dicho. Estaba en el baño. Ahora voy" Harry dio un paso adelante, intentando rodear al chico mayor, pero Louis simplemente dio un paso atrás.

"Estás hablando más de lo habitual" señaló el chico de ojos azules.

Y Harry tuvo que pensar en eso. Porque era verdad. Solía ​​decir solo unas pocas frases en el transcurso de un día entero, y ya había dicho mucho más que eso.

Alguien me está prestando atención.

El pensamiento cruzó por su mente antes de que pudiera detenerlo, y trajo una sonrisa a su rostro.

"Me estás asustando, Harold" dijo Louis, pero su voz era burlona y había un atisbo de sonrisa en sus labios.

Alguien que es terriblemente confuso.

Harry todavía se preguntaba si Louis le odiaba o no.

"¿Por qué te estoy asustando?" Harry preguntó, y su voz era ronca y esperaba por favor que a Louis le gustara porque lo había hecho a propósito y si no le gustaba entonces sería vergonzoso.

¿A quién estaba engañando? Nunca jamás sería atractivo. No importa cuánto tiempo pasara arreglando su pelo y cuánto tiempo tardara en elegir su ropa, nunca sería guapo.

No. No le importaba si Niall y Zayn no estaban de acuerdo.

Le decían que era un chico guapo y siempre se enfadaban con él por sus inseguridades, pero era normal, ¿no?

Pensar que era extremadamente poco atractivo.

Eso esperaba. Porque lo único que veía cuando se miraba al espejo, era un lío de rizos y unos ojos que contaban una historia que nadie podía leer.

Y fue después de que terminó su largo y triste pensamiento que se dio cuenta que Louis estaba hablando.

"Lo siento, ¿qué has dicho?" Harry preguntó, sonrojándose.

"He dicho que me estás asustando porque sigues entrando en estos trances y sigues sonriendo sin razón"

Y volvió a sonreír.

Louis puso los ojos en blanco y las comisuras de la boca se arquearon ligeramente.

"¿Harry? ¿dónde estás?"

Harry saltó ante la fuerte voz de Zayn que resonaba por las escaleras y a través de la habitación en la que él y Louis estaban.

"Yo, uh, tengo que irme" tartamudeó Harry, señalando con el pulgar hacia las escaleras.

Louis asintió y Harry frunció el ceño ante lo que dijo a continuación.

"¿Vale? No me importa"

Por supuesto que no le importaba.

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