catorce
La confianza no es algo que simplemente tienes.
Incluso las personas más guapas pueden sentirse inseguras de sí mismas, aunque se sabe que la belleza irradia felicidad y coraje.
La confianza se trata de cómo te sientes, no de cómo eres físicamente.
Y Harry era exactamente lo contrario de eso.
Cada vez que se miraba al espejo, quería llevar una plancha a sus rebeldes rizos.
Quería que sus ojos se parecieran a los de Louis, azules. Preciosos y brillantes.
Sus labios parecían los de una chica, lo que no le gustaba en absoluto.
Y su nariz era demasiado grande.
Pero no, eso no era lo único que disminuía su confianza.
Si estaba en un grupo grande, se sentía increíblemente pequeño. Como si todas las personas de allí pudieran aplastarle con una palabra. Sentía como si todos odiaran en secreto lo callado que era, lo reflexivo y tímido que era.
Prácticamente podía escuchar sus pensamientos, diciéndole que era un llorón y demasiado sensible.
Y sí, había empezado el instituto con dos increíbles mejores amigos, los mejores y más cariñosos amigos que podrías pedir, pero cuando caminó por los pasillos el primer día, pensaba que iba a llorar.
Hasta que vio a Louis Tomlinson.
Entonces, ya no se trataba de él. No se trataba de sus inseguridades y dificultades y torpeza. Se trataba de Louis. Louis y su sonrisa de sol y sus pantalones de chándal holgados y pelo largo y despeinado. Y sus playeras a cuadros que Harry tenía el mismo par y su risa fuerte que podía escuchar a una milla de distancia.
Así que su confianza, que ya era baja, no parecía importar mucho hasta que Niall y Zayn se hicieron más populares y empezaron a olvidarse de Harry, a pesar de que dormían juntos todos los viernes y hablaban de las personas que Harry soñaba con ser.
Harry, atento y pensativo, notó cómo Niall empezó a decolorarse el pelo de rubio y cómo empezó a vestirse más como los chicos populares. Vio cómo Zayn peinaba su pelo en un tupe y empezó a decir frases que ni siquiera sonaban como él mismo.
Se dio cuenta de cómo iban a grandes fiestas del instituto que Harry solo veía a través de imágenes en Twitter.
Pero no dijo nada. Su confianza bajó, más y más, hasta el día en que empezó a hablar con Louis de verdad.
El hecho de que Louis en realidad se tomó un tiempo de su maravillosa vida para hablar con Harry fue increíble.
Y eso hizo que Harry se sintiera un poco mejor.
Y durante una semana, hubo una sonrisa en su rostro más de la mitad del tiempo, que era bastante diferente de lo habitual. Sentía que se había reído más esa semana que en todo un año.
Pero el mejor momento, el mayor estallido de confianza, fue cuando entraron al instituto el lunes por la mañana.
Louis y Liam estaban a su izquierda, y Louis tenía una mano en su cintura. Niall y Zayn estaban a la derecha, y no pudo evitar sonreír, porque él, Harry, el raro, extraño y silencioso, estaba en el medio.
Y Louis le estaba tocando.
Zayn se había ofrecido como voluntario para llevarlos a todos al instituto cuando finalmente dejaron el campo de minigolf. Harry estaba muy ansioso por aceptar, al igual que el resto de los chicos.
Así que Harry se sintió como si estuviera en chicas malas, pavoneándose por el pasillo con los pantalones pitillo negros y la camiseta blanca que Zayn le había dejado nuevamente, y un gorro en sus rizos. Louis y él iban casi iguales, excepto por el hecho de que Louis llevaba su camiseta sin mangas habitual, pero sus gorros eran del mismo color y Louis era el que había peinado su pelo.
Todos en el pasillo los miraron o le miraron dos veces cuando vieron al grupo de cinco, y Harry simplemente se sonrojó y miró al suelo, especialmente cuando Louis apretó su brazo alrededor de la cintura del chico más joven.
Niall y Zayn parecían ajenos, riendo y bromeando como si no les estuvieran mirando. Liam solo miró hacia adelante con una pequeña sonrisa en su rostro recién afeitado.
Pero todo lo que Harry pudo hacer fue primero mirar la mano de Louis en su cadera derecha, y luego levantar la cabeza y mirar con los ojos muy abiertos a Louis, su rostro tranquilo y relajado y sus vibrantes ojos azules enmarcados por pestañas negras como el carbón.
Liam fue la primera en dejar el grupo, y luego Louis. Y entonces era como en los viejos tiempos. Harry, Zayn y Niall.
La confianza de Harry se derrumbó de inmediato.
Porque eso era lo que provocaba Louis. No podías evitar sentirte orgulloso y seguro cuando había un chico radiante, adorable, popular e increíblemente guapo a tu lado.
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Harry volvió a primaria en el momento en el que entró en el comedor.
Niall era el único de los cuatro amigos de Harry que no comía a la misma hora que él. Así que solo estaban Liam, Zayn y Louis sentados juntos.
Había traído su propia comida. Era su habitual sándwich de mantequilla y mermelada con una bolsa de patatas fritas horneadas, junto con un refresco que compraba en la máquina expendedora todos los días.
Acababa de llegar a la mitad del camino hacia la mesa azul del almuerzo en medio del comedor en el que estaban sentados sus amigos cuando sintió que algo chocaba con él con fuerza.
Era Stan.
Harry sabía bastante sobre Stan.
Sabía que él y Louis fueron mejores amigos cuando iban a primaria. Sabía que Stan era probablemente el mayor idiota del instituto y era un chico triste por dentro, pero dejaba salir sus sentimientos hiriendo a los demás.
No fue fácil para Harry darse cuenta de eso. Se dio cuenta después de mirarle fijamente durante el almuerzo y los descansos, y después de pensarlo mucho.
Y ahora Stan estaba justo frente a él, con una mirada de enfado en su rostro y sus manos apretadas en puños.
Y todo lo que Harry pudo hacer fue temblar y mirar al suelo, asustado. Stan pegaba a la gente. Stan pega a la gente.
"¿A dónde crees que vas?" preguntó el mayor, y Harry se estremeció cuando sintió que Stan le agarraba del brazo.
"Voy a comer" susurró, más tranquilo de lo que había estado hacia un rato.
"Sí. Ya lo sé, idiota retrasado, ¿dónde vas a comer?"
"En una mesa del comedor" respondió, confundido y temeroso.
"No te hagas el listo conmigo" Stan se inclinó más cerca, tan cerca que Harry pudo sentir su aliento caliente golpeando su rostro "¿Con quién vas a sentarte?"
"Zayn, Liam, Lou-
"¿Louis? ¿de verdad?"
El chico de pelo rizado asintió.
"¿Por qué? Ni siquiera le gustas. De hecho, me dijo que piensa que eres raro y que estás loco y que le asustas"
Harry no quería creerlo. Pero podía imaginarse a Louis diciéndolo, y eso es lo que más le dolía.
Le dolió tanto que tuvo que retroceder y dejar caer su almuerzo, envolviendo sus brazos alrededor de sí mismo mientras sentía sus labios temblar.
"¿Asusto a Louis?" se susurró a sí mismo, apretándose más y más fuerte y no podía respirar.
"Veo por qué lo dice. Mírate. Eres un bicho raro"
Harry podía sentirle tomando el control. Podía sentir la sangre corriendo por sus venas y el temblor de sus piernas.
"Soy un bicho raro, soy un bicho raro" cerró los ojos con fuerza, bloqueando los comentarios groseros de Stan y las miradas curiosas de los compañeros de clase cercanos.
Parecía como si Stan pudiera escuchar lo que Harry estaba repitiendo, cuando comenzó a decirlo con él.
"Eres un bicho raro, eres un bicho raro, eres un bicho raro" se estaba riendo ahora, un sonido horrible que le dio a Harry dolor de cabeza.
Le dolían los ojos y las piernas se le estaban entumeciendo y no podía sentir nada.
Stan siguió haciéndolo, no iba a parar y Harry solo tuvo que gritar. Gritó tan fuerte que todos en el comedor dejaron de hablar y le miraron. No podía verlos, pero sus miradas eran prácticamente agujeros ardientes en su cabeza.
Empezó a temblar más fuerte cuando escuchó las voces de Zayn y Louis.
"Yo sé qué hacer, ¿vale?" era Zayn.
"No. Yo lo hago. Déjame hacerlo, ¿de acuerdo? ¡Ya he hecho esto antes!" la voz de Louis ya no era tan dulce. Harry no quería escucharle después de lo que había dicho.
Luego se hizo el silencio, y Harry dejó escapar un gemido cuando sintió unos brazos rodeándole. Eran cálidos y suaves, pero no tenían tela, lo que significaba que no llevaban mangas.
Entonces Harry pudo oler ese delicioso aroma almizclado que solía amar, pero ahora hacía que le doliera la cabeza.
"Vete" suspiró, retorciéndose en los brazos de Louis y abriendo los ojos "¡Vete!"
Su voz sonó muy fuerte en la habitación silenciosa, hizo eco y estaba tan avergonzado y asustado que no sabía qué hacer mientras miraba a su alrededor.
Sus ojos estaban muy abiertos, algunos llenos de dolor y otros incluso asustados, hicieron que su corazón doliera más que antes.
"¡Fuera!" gritó Zayn, y luego Louis fue alejado de Harry y nunca el chico rizado había estado más agradecido por su mejor amigo.
"Te abrazaré, cariño, te abrazaré. Solo duérmete"
La voz de Zayn era más reconfortante que la de Louis, porque Louis pensaba que era un bicho raro y no le gustaba.
Los brazos de Zayn no estaban tan cálidos y apretados alrededor de él como lo habían estado los de Louis, pero estaba bien porque no estaba enfadado con Zayn.
Le costó más tiempo dormirse, pero finalmente lo hizo cuando Zayn le sacó del comedor. Pudo escuchar a Louis siguiéndoles, pero no pensó en eso.
Lloró en silencio, porque le dolía el estómago y no podía respirar.
Su sueño no era tan tranquilo, pero estaba dormido.
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Se despertó en una habitación que olía a zapatos nuevos y desinfectante de manos.
Arrugó la nariz y abrió los ojos, a una luz brillante que se cernía sobre su cabeza.
Había una cortina alrededor de la cama en la que estaba acostado, y cuando vio los carteles en las paredes se dio cuenta de que estaba en la enfermería.
Decidió quedarse despierto hasta que alguien se diera cuenta, y unos cinco minutos más tarde, la cortina se abrió y vio a la enfermera.
Estaba vestida con una camisa azul con pantalones caqui, junto con una bata de laboratorio que Harry sabía que en realidad no necesitaba.
"Hola Harry, ¿cómo estás?"
El chico de pelo rizado se encogió de hombros, porque no podía recordar nada.
Lo único en lo que podía pensar era en que Louis pensaba que era un bicho raro.
Louis Tomlinson, la persona que más quería en este mundo, pensaba que era un bicho raro.
Y eso dolía.
"¿Estás cansado, cariño? Puedes quedarte aquí hasta que te sientas mejor"
Se encogió de hombros de nuevo, sin saber realmente qué decir.
"¿Quieres que llame a tu amigo Zayn?"
Asintió, acercándose las piernas al pecho, abrazándose por los tobillos.
"¿Harry?"
Harry levantó la cabeza y se sacudió los rizos de la cara.
"Hola Zayn" dijo en voz baja, mirando hacia atrás a sus zapatos con el ceño fruncido.
"Hola H, ¿cómo estás?"
"Ya me han preguntado eso" suspiró "No lo sé"
"Louis quiere hablar contigo" Zayn parecía asustado mientras se movía de un lado a otro junto a la cama de Harry.
El chico más joven inmediatamente negó con la cabeza, sus largos rizos volando y sus ojos bien abiertos.
"No. No, no voy a hablar con él. Él me odia de todos modos" murmuró la última parte, pero era obvio que Zayn le había escuchado.
"¡No, no lo hace! ¿Por qué dices eso?"
"Dijo que era un bicho raro y que era molesto y raro" susurró Harry.
"¿Stan te ha dicho eso?"
Harry asintió.
"Bueno, no le escuches, él es-
"Hola Harold"
Harry se sonrojó y no supo qué hacer porque Louis estaba de pie en la entrada. Tenía en la mano la comida de Harry y su pelo estaba revuelto, como si se hubiera pasado las manos por él muchas veces.
No respondió a Louis, incluso cuando se repitió y se sentó en el borde de su cama.
"Amor, sé que puedes oírme. Estás sentado ahí y parece que has visto una vaca moribunda"
Harry intentó no sonreír, pero Louis era demasiado divertido y adorable y tenía que hacerlo.
"Por favor no me hables"
Quería sonar borde, pero su risa le traicionó.
Louis no parecía muy feliz, sin embargo, ya que había lágrimas en sus ojos.
"Harry, no sé qué he hecho mal, pero lo siento mucho, yo-
"Ya sé que soy un bicho raro. Pero lo mínimo que puedes hacer es decírmelo a la cara"
Harry se levantó de la cama y salió de la habitación, justo cuando Louis había abierto la boca para responder.
Pero honestamente, no le importaba lo que Louis tenía que decir.
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