Enamorarte de tu mejor amigo, ¿qué tan problemático y cliché era eso?

     Ren Jun no tenía intención alguna de enamorarse, simplemente sucedió, que cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde como para disolver aquel sentimiento. Pero no lo culpen, él simplemente fue un tonto adolescente que se dejó guiar por los bonitos sentimientos, pequeñas acciones y aquellas preciosas sonrisas que le provocaba Lee Je No.

     Y lo sabía, joder, que lo sabía, que hoy a sus veintiún años le dolía no ser él, el dueño del amor de Je No. Porque antes de estar enamorado de él y verlo de otra forma, fueron amigos, buenos amigos, los mejores.

     Una de las cosas que siempre vivía en sus memorias, era cuando tenían ocho años e iban al parque a jugar, que cuando ya estaban cansados se tumbaban en el verde césped para ver las nubes, con sus manos entrelazadas... Aunque eso cambió con los años y fue tan rápido que Ren Jun siguió acostado en el césped de aquel parque, esperando por Je No, pero él nunca llegó a su encuentro.

     Y Ren Jun llegó a un punto que dejó de ir, porque sabía que Je No no aparecería ahí, porque él tenía mejores cosas que hacer.

     ¿Una persona podía cambiar tanto en tan solo unos instantes?

     Ren Jun creía que sí, pero no lo culpaba, él también había cambiado, había crecido; y recriminarle algo como eso a Je No sería tonto, además de infantil. Solo le quedaba el sabor amargo del recuerdo y seguir adelante, guardando sus sentimientos y fingiendo no amarlo; que aunque fuera duro de aceptarlo, él sabía que no era correspondido.

     Pero eso no importaba, porque Ren Jun siempre iba a estar para él, pasara lo que pasara, Ren Jun siempre estaría a su lado, en las buenas, en las malas y en las peores. Siempre. Porque eso es lo que hacían los mejores amigos, ¿cierto?