V
Este cap está primero qué nada dedicado a mi Maddy bb (@maddy_cos / @maddy_jxxn) pq es lo más y me hace llorar con sus palabras bonitas:'), aparte ya cedió a darme a su hermano (por fin) y me pasó una foto de el para mi fondo, te amo bb.
Y a mi hermana @taeggukbb que me jode demás y me hace saber lo que se sentiría vivir con una wonder, pero igual la amo:')
Y a mi lau bb sólo por existir. <3
. . .
Estaba arruinado, había pasado los últimos tres días inventando excusas estúpidas para no tener qué ir al hospital, al igual tenía tres días haciéndose el enfermo frente a Rosé para no tener qué tener aquella conversación y qué por fin la omega olvidara qué había gemido el nombre de alguien más estando con ella.
Claro, como si fuera tan fácil.
Se había encerrado en su oficina todos aquellos días, fingiendo tener demasiado trabajo, Rosé llamaba al menos cinco veces por día y de vez en cuando pasaba a dejarle el almuerzo y decirle qué si estaba "enfermo" debería guardar reposo, si tan solo supiera...
Su lobo le recriminaba qué no estaba siendo más que un alfa cobarde, qué ese no era un comportamiento digno de un alfa de sangre pura ¿Pero qué podía hacer?
No podía dar excusas por qué sinceramente no las tenía, no podía explicar lo que sentía ni lo que sucedía por qué ni siquiera él lo sabía aún.
Cada cierto tiempo los ojos azules de Taehyung se colaban en su mente, y se había atrapado más de una vez perdido en sus propios pensamientos y sonriendo ante los recuerdos del omega; por un lado creía que podía ser su lobo buscando consuelo de algún modo, después de todo, el era quién más estaba sufriendo en todo esto.
Cada día se sentía más vacío y apreciaba cómo su interior gruñía la mayor parte de las veces, recriminándole sus actos y recordándole qué lo que estaba haciendo no tenía ningún sentido, y probablemente era cierto, pero aún no había encontrado una solución factible o que de verdad arreglase un poco las cosas.
Namjoon entró a su oficina y una vez más le dedicó aquella mirada de "¿Piensas quedarte encerrado aquí toda la vida?" y tal como si hubiese leído sus pensamientos...
- ¿Piensas quedarte encerrado aquí toda la vida? -Jungkook soltó una risa amarga y Namjoon pareció no entender, caminando hasta él y dejando una taza de café sobre su escritorio.
- ¿Tienes una mejor idea? -Inquirió el azabache con una ceja alzada en señal de interrogación.
Un suspiro perezoso brotó de los labios del peligris y negó con la cabeza-Hm no lo sé, quizá salir y enfrentar tus problemas ¿No lo crees?
-No gracias, por ahora estoy bien -. Jungkook sonrió con falsa simpatía y Namjoon tomó un sorbo a su propia taza del oscuro brebaje.
-Claro, tan bien qué tu lobo no para de aullar dentro de ti ¡Puedo escucharlo! -. El moreno lo acusó apuntándolo con su dedo antes de que se negara y este soltó un suspiro abatido.
-Namjoon... De verdad necesito ayuda... ¡Y no solo me digas qué enfrente mis problemas! ¡Dime una manera de enfrentarlos! -. Jungkook lucía exasperado y estaba seguro de que estaba al borde de un ataque, lo había estado por los últimos tres días.
-Habla con Taehyung. No sé si lo recuerdes Jungkook, pero por más que quieras negarlo, el sigue siendo tu predestinado, esto es cosa de los dos -Namjoon habló con calma, la compresión se reflejaba en sus ojos y de la manera más buena quería hacer qué Jungkook entendiera, o lo haría a los golpes si era necesario romperle un brazo o una pierna al alfa para qué entendiera.
Jungkook lo miró casi con desconfianza mientras analizaba sus palabras, el moreno tenía razón, por más que quisiese hacer cómo que no, era consciente de lo que sucedía, sabía que el vínculo que lo unía a Taehyung no desaparecería solo por qué él quería o por qué lo ignorase, después de todo no era cualquier cosa, era su alma gemela, su omega. Le gustase o no.
Su lobo movió la cola en señal de felicidad al ver qué comenzaba a entenderlo, no obstante, quizá no estaba entendiendo del todo bien, el hecho de que decidiera hablar con Taehyung no significaba que iba a marcarlo, casarse con él y formar su manada, no; solo hablaría con él por qué Namjoon tenía razón, esto les correspondía a los dos y los dos debían encontrar una solución.
Estaba decidido, hablaría con el omega.
Sin embargo, esa decisión desapareció en el momento en que estuvo en el hospital, con un Hyunjin furioso caminando hasta el cómo si tuviese intenciones de arrancarle la garganta con los dientes.
- ¡Tú! ¡Alfa idiota! ¡¿Por qué mierda no nos dijiste qué eras el predestinado de Taehyung!?¡Y no te atrevas a decir qué no lo sabías! -. El menor lo miraba furioso, incluso llegó a intimidarlo un poco, pero ni siquiera lo dejó responder - ¡Aparte desapareces durante tres días y ni siquiera das señales de vida! ¿Y ahora? ¡Apareces de la nada cómo si solo hubieses estado de vacaciones!
-Hyunjin, tú no lo entiend... -Ni siquiera lo dejó terminar.
-Tú eres quién no lo entiende... ¡El celo casi lo mata! Primero el accidente, y luego, su lobo tuvo que luchar con el rechazo de su alfa... ¡Es que apenas y respira! ¡Parece un maldito muñeco sin vida!
Mierda.
Si antes se sentía idiota, ahora era el doble, se golpeó mentalmente por haber sido tan egoísta... ¿Cómo fue qué no pasó por su cabeza el hecho de que el lobo de Taehyung estaría tan mal como el suyo? Quizá hasta peor, sabía qué el lobo tenía más control en los omegas qué en los alfas, con los alfas, el lobo se sometía a lo que el alfa decidía, con los omegas era al revés, ellos eran más sensibles a su parte animal.
Se maldijo internamente ¿Adónde llegaba su nivel de estupidez?
-Necesito verlo... -Su voz sonó casi cómo un quejido y Hyunjin apretó los dientes.
-Por supuesto qué vas a verlo y vas a arreglar toda esta mierda y me regresarás a mi hermanito sonriente y brillante de nuevo -. Hyunjin lo jaló del brazo y lo arrastró hasta al ascensor y luego hasta el pasillo donde se encontraba la habitación de Taehyung.
Su lobo saltó de emoción al sentir a su pareja cerca, pero por otro lado el sentía que podría vomitar en cualquier momento debido a los nervios, sus pies se volvieron pesados mientras más se acercaban a la puerta de la habitación del pelirrojo y de repente la idea de lanzarse por la ventana pareció tentadora.
Hyunjin abrió la puerta con suavidad y su semblante pareció relajarse al ver a Jimin sentado junto a Taehyung e insistiéndole para que comiera al menos un poco de la comida qué había en aquella bandeja. Efectivamente, Taehyung parecía un muñeco sin vida, sus ojos estaban apagados y miraba fijamente algún punto en la habitación totalmente ajeno a la presencia del chico frente a él, qué tenía una mueca de suplicio total y con palabras sutiles trataba inútilmente de que el chico le prestase algo de atención.
La mirada del rubio se posó sobre él, y estaba seguro de que si las miradas lanzaran dagas, el estaría desangrándose con la garganta abierta ya mismo.
-Vaya, vaya, pero miren quién decidió desaparecer... -Jimin habló apenas puso un pie dentro de la habitación, y Taehyung volteó su rostro casi enseguida, sus azulados ojos brillaron luego de un largo tiempo al instante en que reconoció a Jungkook e inhalo inconscientemente queriendo tener algo de la fragancia del alfa.
-Sí, el cobarde ha decidido qué es buen momento para hablar, así que lo mejor será que salgamos y los dejemos solos antes de que decida irse de vacaciones otros días más -. Hyunjin soltó el brazo del pelinegro y lo empujó más dentro de la habitación, Jimin se levantó a regaña dientes y dejó la bandeja con comida sobre la mesita.
-Más te vale no hacer algo de lo que puedas arrepentirte, y trata de hacer qué coma algo -. Jimin habló entre siseos y salió de la habitación detrás del alfa menor cerrando la puerta detrás de sí.
Su corazón latió con más rapidez cuando estuvo solo con Taehyung en la habitación, los ojos del omega estaban fijos en el, inexpresivos, solo analizándole de arriba abajo. Casi arrastrando los pies se acercó a la cama y ocupó el lugar qué Jimin había estado ocupando minutos antes.
-Hola -. Saludó suavemente agradeciendo al cielo qué su voz no hubiese temblado, y examinó el rostro de Taehyung, lo moretones ya no tenían colores tan fuertes, y claramente aún estaba bajo efectos del celo, pues su omega parecía pelear por tomar el control.
-Hola... -Su voz era bajita y rasposa, cómo si tuviese mucho tiempo sin hablar. En cierta parte le sorprendió que le hubiese respondido al primer intento, pues Jimin parecía casi arrodillarse para qué el pelirrojo le dedicase al menos una mirada.
TAEHYUNG POV'S.
Mi lobo había dejado de chillar en el momento en que Jungkook había entrado por la puerta, y por un momento pareció como si esos últimos tres días no hubiese estado en una agonía increíble por el rechazo de su alfa, por qué sí, mi omega sentía la desaparición de Jungkook cómo un rechazo, y probablemente era así.
Después de todo, solo era un chico desconocido, bien, era mi pareja predestina, eso lo sabía, o al menos eso era para mí lobo, aún estaba procesando esa información y seguía pareciéndome increíble qué eso de las "parejas predestinadas" existiese, aún así creo qué era una explicación válida para el adelanto de mi celo justo después de que terminara otro, y no solo eso, el más doloroso de mi vida y el cuál casi me había matado.
Pero para mí, solo era el chico qué me había salvado de la desgracia y me había atropellado... O al menos eso quería creer.
En este momento estaba teniendo una batalla interna con mi omega qué solo quería someterse ante el lobo del chico frente a mí y dejarse hacer, sin embargo, la expresión de Jungkook era una qué nunca había visto en algún otro alfa.
Los alfas se caracterizaban por ser los fuertes, los decididos, lo que nunca vacilaban, los qué siempre tenían una respuesta y la solución a todo, los que eran capaces de matar a quién sea siempre y cuando fuese necesario.
Pero ahora Jungkook parecía todo lo contrario, su ceño estaba fruncido en una mueca de confusión y su aroma me decía que no sabía del todo lo que estaba haciendo y parecía hasta en cierto punto nervioso.
Lo examiné en silencio, esperando qué dijese algo, quien lo viera diría que era el alfa perfecto, era alto, no demasiado pero lo suficiente, buen cuerpo, músculos definidos, rostro de dios griego, mirada dura y aroma fuerte e imponente, tan alfa qué podría hacer que cualquiera doblegarse ante él.
- ¿Cómo te sientes? ¿Cómo están tus heridas? -. Mi lobo ronroneó complacido debido a su interés y si hubiese podido lo habría callado con un golpe.
-Hm... Estoy mejor, no siento mucho dolor ya y el médico dice qué un par de días podré volver a mi casa -. Puse todo de mi para qué mi voz sonase serena, si bien mi lobo estaba matándome por dentro no iba a ceder a qué el me viera de esa manera, cómo un pobre omega sufriendo el rechazo de su predestinado.
-No has comido... ¿Por qué? -La pregunta me tomó un poco por sorpresa y lo pensé un poco antes de responder.
-No tengo hambre y... La comida de hospital es un asco ¿Acaso no has visto eso? -. Señale con repulsión la bandeja junto a la cama la cuál parecía contener una especie de sopa verdosa, puré de papas y una masa de arroz.
El desvió la vista al lugar qué apuntaba e hizo una mueca la cual pude descifrar cómo que estaba de acuerdo conmigo.
-Si te traigo comida decente... ¿Comerás? -. La oferta sonaba tentadora, no podía negarme, buena comida sonaba bien, de repente hasta se había me abierto el apetito.
-Sí -. Respondí sin vacilar y el esbozó una pequeña sonrisa mientras asentía, traté de ignorar el latido rápido de mi corazón, en realidad, estaba tratando de ignorar todas las sensaciones qué me recorrían ahora solo por estar cerca del alfa.
-De acuerdo, iré a comprarte algo de comer, volveré pronto -. Se levantó de la cama y algo en el parecía estar luchando por quedarse, al igual que mi lobo quien gemía en desacuerdo no queriendo separarse del chico.
Cuándo al fin salió de la habitación yo pude respirar tranquilo, sin embargo, me sentía vacío al no tener su fuerte aroma llenando la habitación, lo poco qué había quedado impregnado parecía no ser suficiente, mi lobo aullaba y yo lo callaba mentalmente deseando qué se calmara de una vez por todas o empezaría a desesperarme.
Una parte de mi, reaccionaba a Jungkook cómo si nos conociésemos de años, imaginaba qué era el supuesto vínculo del destino, pero otra parte, esa qué luchaba por no tener que vivir atado a cualquier alfa, me lo recriminaba.
Yo no era un omega común, no era de esos sumisos qué quieren quedarse en casa y solo cuidar a los cachorros y hacer feliz al alfa, tampoco era de esos qué pensaban qué todos los alfas eran unos monstros y qué eran la peor raza que pudo existir sobre la tierra, o que los omegas debían tener absolutamente todos los derechos que tenían los alfas, al menos no del todo, pensaba qué las cosas estaban bien cómo estaban, nuestro mundo se había mantenido en balance de esta manera y eso significaba qué estaba bien así.
Sin embargo, yo no quería ser de esos omegas qué encontraba un alfa y ya estaba rogando porque lo marcase, no, yo quería una relación un poco más emocionante, quizá con un poco de cuento de hadas, la cursilería no le hacía daño a nadie.
No me molestaba del todo el que Jungkook fuese mi pareja predestinada, desde mi punto de vista hasta era lindo qué esos cuentos de viejos fueran reales, sin embargo, eso no significaba qué solo iba a estirar el cuello y dejarle qué me mordiera, en primer lugar, por mi forma de interpretar la situación, Jungkook ya me había rechazado, y si no era así, al menos quería que Jungkook estuviese conmigo por qué quería y no por qué un vínculo lo unía a mí.
Yo quería un alfa, pero quería un alfa qué me amara, un alfa qué amara a mi lobo y que mi lobo estuviese de acuerdo, quería estar de acuerdo con mi lobo al menos una vez... Ser uno mismo con nuestro lobo hace que todo sea mucho más armonioso, y aunque mi lobo y yo éramos todo lo contrario, estaba seguro de que algún día nos llevaríamos bien.
Por ahora me mordería la lengua y dejaría que Jungkook hablase.
Pasaron varios minutos en los qué solo era yo con mis pensamientos, al parecer Jimin y Hyunjin se habían ido a casa y eso me ponía más tranquilo, tampoco me gustaba qué estuviesen allí matándose por mi y sin descanso, merecían un respiro también, aunque ya pronto saldría de ese horrible lugar y volvería a la soledad de mi departamento.
La puerta se abrió con suavidad y el aroma de Jungkook me inundó, me permití aspirar más de la cuenta haciendo qué mi lobo se relajara con su presencia y el agradable olor a tabaco y menta, lo observé caminar hasta la cama con varias bolsas de plástico y una de papel la cual dejó sobre la mesita. La examiné curiosamente y luego devolví mi vista a él cuando habló.
-Lamento si tardé, no sabía que ordenar así que solo traje lo que supuse que te gustaría -. Jungkook sacó uno de los envases y lo abrió haciendo qué mis ojos se iluminaran al ver la pasta con mariscos.
- ¿Sólo por instinto supiste qué me gustaba la pasta con mariscos cuándo la mayoría de las personas son alérgicas a los mariscos? -. El chico sonrió y yo tuve que contenerme para no arrancarle la comida de las manos.
-Hm sí, y por lo que veo no me equivoqué -. Claro qué no se había equivocado, la pasta con mariscos era mi comida favorita pero no lo admitiría frente a él en voz alta, al menos no por ahora, supuse qué era cosa del vínculo el hecho de que supiera cuál era mi comida favorita.
Sacó un tenedor de plástico de la bolsa y un refresco dejando este último sobre la mesa y llevando el tenedor a la comida para pinchar uno de los tantos mariscos y enrollar la pasta en el cubierto para luego posarlo frente a mis labios.
Mis ojos se abrieron con sorpresa ante aquel gesto y no estuve seguro de dejar qué el mismo me alimentara.
-Vamos, eres mi omega, deja qué te mime un poco -. Nuestros rostros enrojecieron al mismo tiempo al percatarnos de lo que había dicho y yo solo mordí mi labio inferior -Sabes... Por lo de esa cosa del destino... A eso me refiero.
Sin querer llevarle la contraria mucho más tiempo sólo abrí la boca y deje que me alimentara, en silencio, dedicándome pequeñas sonrisas de vez en cuando y pasándome el refresco cuándo se lo pedía para bajar un poco la comida.
JUNGKOOK POV'S.
Sin darme cuenta, estaba disfrutando aquel momento más de lo que esperaba, el silencio no era incómodo, al contrario me hacía sentir tranquilo, y la presencia de Taehyung hacía el rato ameno, como si fuésemos amigos de toda la vida.
Había examinado con cuidado cada uno de sus gestos y había confirmado qué era el omega más hermoso qué había visto.
Sí. De todos los que había visto. Sin excepciones.
En especial por esos fantásticos ojos azules qué estaba seguro de que eran únicos. Los ojos de los omegas cambiaban de color al igual que los de las alfas, pero los de Taehyung, siempre tenían ese tono tan característico de los omegas, pero con un toque qué los hacía especiales.
Sus sonrisas tímidas y la manera en que de vez en cuando bajaba la vista a su regazo cómo si quisiese esconder el sonrojo de sus mejillas me tenía embelesado, podía sentir su pulso cómo si fuese el mío y podía leer sus emociones con completa facilidad, el estar con él me había hecho saber qué el vínculo era mucho más fuerte de lo que creía, no lo había mordido, pero aún así, había una especie de hilo invisible qué nos unía.
Y me preocupaba, me preocupaba qué mi lobo y yo estuviéramos en sincronía solo por tener la presencia de Taehyung, mentalmente me repetía que aquello no podía ser, que yo tenía mi omega y solo dejaría las cosas claras para luego no tener remordimientos de consciencia.
Taehyung parecía una rosa en un campo de girasoles, tan único, con una belleza tan simple y exótica a la vez qué te hacía querer suspirar, su simple presencia te hacía pensar qué todo en el mundo estaba bien, y estaba seguro de que el tiempo podría congelarse mientras estuviese con él.
El tiempo pasó lento, y luego de un par de minutos terminé de alimentar a Taehyung, tomé la bolsa de papel sobre la mesita sacando un café y una dona rellena de chocolate, una vez más, solo había seguido mi instinto para saber qué clase de postres le gustaban al pequeño omega.
Los ojos del omega se iluminaron y agradeció sonriente, mi alfa saltó de felicidad cómo un cachorro orgulloso de estar haciendo feliz a su pareja y yo tuve qué controlar todo de mí para no sonreír más de la cuenta.
Había venido con un propósito, y necesitaba comenzar a hablar antes de que la cobardía me ganase, era ahora o nunca, solo tenía que pensar en la forma de sincronizar mis pensamientos con mis palabras. Y eso resultaba más difícil de lo que parecía.
-Taehyung... Creo que tenemos qué hablar, ya sabes, acerca de todo este asunto de las almas gemelas y eso, no creo que sea un tema qué solo podamos olvidar -. Mordí mi labio observando a Taehyung qué masticaba y tragaba, carraspeando un poco antes de hablar, lucía tranquilo, y de alguna manera qué el estuviese tranquilo hacía que yo también lo estuviese.
-Adelante, te escucho... -El chico dio un sorbo a su café sin dejar de prestarme atención y yo controlé el nerviosismo qué comenzaba a instalarse en mi cuerpo, aspirando su aroma, pues una de las cosas qué había notado en los últimos minutos es que su aroma me relajaba hasta el punto de adormecerme.
-Bueno verás, yo... Yo no creía en esto de las parejas predestinadas, así que me tomó por sorpresa -Pare un momento y el omega asintió indicándome que prosiguiera -, al principio quise evitarlo, traté de hacer cómo si este vínculo no estuviese aquí, pero luego entendí... Qué eso no era posible, mi lobo te quiere, pero yo... Yo ya sé lo que quiero hacer.
La determinación en mi voz me sorprendió hasta a mí, y cuando los hermosos fanales azules de Taehyung brillaron no pude saber el por qué.
-Jungkook, yo también tuve tiempo para pensarlo, también me tomó por sorpresa y era escéptico a todo esto, pero ya sabes, ver para creer y pues creo que también sé lo que quiero hacer...
Suspiré casi aliviado, quizá pensábamos lo mismo y eso facilitaba mucho más las cosas, nos miramos a los ojos, cómo decidiendo el momento justo para hablar, dejamos qué el vínculo nos guiara y luego de un corto tiempo Taehyung fue el primero en liberar una palabra, yo le seguí después.
-Debemos intentarlo.
-Debemos alejarnos.
Hablamos al mismo tiempo. Dos oraciones totalmente distintas, una con deseos reales, y la otra no tanto...
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