III
—Jungkook... Jungkook... —Podía sentir cómo Jimin y Hyunjin lo sacudían, sin embargo no podía saber con claridad lo que estaba sucediendo a su alrededor.
Todo parecía moverse en cámara lenta, no lograba apartar la mirada del omega de cabellos rojos en la camilla, sentía cómo si todo su mundo se estuviese derrumbando para volver a construirse en torno a Taehyung, de repente tuvo miedo, aquel sentimiento intenso y desconocido lo estaba llevando al límite.
De repente todo lo que creía que alguna vez fue su mundo, ya no era.
Rosé era su omega, pero ya no lo sentía.
Sus sentimientos, él sabía lo que sentía por ella, ya no podía sentirlo.
De repente se preguntó "¿Alguna vez la amé, en realidad?"
Idiota, Jungkook. Cómo puedes pensar eso.
—Mierda Jungkook, apestas a pánico —Se quejó Hyunjin ayudando al mayor a ponerse de pie, sus piernas temblaban y si no fuera por los brazos del menor a su alrededor estaba seguro de que ya habría caído de nuevo.
Sabía que estaba a punto de tener un ataque de pánico, pero no podía si quiera controlar sus emociones y sentía que iba a explotar en cualquier momento.
—Y-Yo... D-Debo... Debo salir un momento... —Se soltó del agarre de Hyunjin casi con brusquedad y salió de la habitación con pasos torpes, bajó por las escaleras buscando de esa manera liberar un poco de tensión, le tomó solo un par de minutos bajas los 7 pisos, había casi corrido, y cuando llegó a la planta superior salió del edificio dejando la brisa fría de la mañana lo golpeara.
Estaba demasiado alterado, las personas que pasaban cerca de el se alejaban y se lo debía a que lo más probable es que su olor ahora no fuese el más agradable.
A este punto lo más probable es que Rosé ya hubiese notado qué algo andaba mal mediante el vínculo, y solo era cuestión de punto antes de que la omega también comenzase a entrar en pánico.
Pasó su mano por sus cabellos repetidas veces respirando hondo varias veces, necesitaba calmarse, su lobo estaba descontrolado, lo sentía rasguñar todo su ser exigiéndole qué volviera la habitación donde se encontraba Taehyung, nunca lo había sentido tan desesperado cómo en ese momento, y si nunca había entendido a su parte animal, ahora menos.
Seguía preguntándose si en realidad podía ser posible qué Taehyung fuera su pareja predestinada, su alma gemela, si de verdad era él la persona qué había escogido su lobo.
Cuando los latidos de su corazón se normalizaron un poco y fue capaz de mantenerse quieto sin temblar, decidió llamar a Rosé, sabiendo qué la omega estaría totalmente preocupada.
POV'S JUNGKOOK.
— ¿Hola? —Hablé cuando luego del tercer tono la chica contestó.
— ¿Jungkook? ¿Qué tal? ¿Ya vieron a Taehyung? —La voz de la omega salió tan calmada qué lo sentí cómo un golpe. ¿Cómo era posible? Había estado al borde de quizá el peor ataque de pánico de mi vida y ¿Ella no lo había sentido?
—Yo... Sí, sí, todo bien, los chicos están con el... ¿Tú...? ¿Tú cómo estás? ¿Está todo bien? —Carraspeé varias veces para qué no se notara el ligero nerviosismo en mi voz.
—Sí, claro, todo bien ¿Por qué habría de estar mal? Te oyes preocupado, Jungkook ¿Seguro de que estás bien? —Suspiré negando con la cabeza a pesar de que ella no pudiera verme. No, nada está bien.
—Sí, todo bien, solo quería saludarte, ya debo cortar, volveré con los chicos, nos vemos más tarde —. No dejé que contestara y solo colgué la llamada.
Guardé el celular en mi bolsillo y me preparé mentalmente antes de volver al edificio, necesitaba volver a la habitación de Taehyung o mi lobo terminaría volviéndome loco, estaba totalmente nervioso, no sabía qué sentiría cuando volviera a verlo y me sentía ridículo, el omega si quiera sabía de mi existencia y yo ya me había dado cuanta de era mi alma gemela.
Me maldije mentalmente, no podía creer del todo en esas mierdas del destino pero... ¿Qué otra explicación tenía?
Recordé aquellas palabras qué tanto te repetían cuando estabas pequeño y quise golpearme. "El lobo nunca se equivoca."
Pero ¿Por qué mi lobo tenía que encontrar a su alma gemela ahora?
No es nuestra culpa idiota, es el destino.
Destino, destino, destino. Estaba empezando a odiar esa palabra ¿Cómo podía estar tan tranquilo? ¿Cómo mi lobo podía estar feliz en este momento? Yo ya tenía a mi omega ¿Qué le diría a ella?
Ella no es nuestra omega.
Increíble. Ahora mi lobo estaba discutiendo conmigo ¿Algo más?
Vuelve con él, hay que verlo.
En eso estoy, estúpido animal interior.
Volví a subir usando las escaleras, esta vez subí lo más lento que podía, tratando de alargar el tiempo lo más posible, necesitaba ordenar mis pensamientos, necesitaba calmarme y dejar de apestar a alfa en pánico.
El conocido pasillo se había grabado en mi mente a la perfección, de eso estaba seguro, con dudas caminé hasta la puerta, observándola entre abierta, Jimin y Hyunjin estaban en la habitación, Jimin estaba sentado junto a la cama y el menor estaba de pie junto a él, la imagen era deprimente por donde quiera qué la miraras, y mi corazón volvió a latir con rapidez al ver a Taehyung, por cierto esta vez pude controlarme.
—¿Ya estás mejor? —Preguntó Hyunjin tomándome por sorpresa, asentí suavemente no confiando en mi voz para responder.
Jimin se levantó y me observó con curiosidad, cómo si tratase de leerme, me sentí expuesto y mi lobo quiso gruñir sintiéndose amenazado.
—Iremos comer, tú puedes quedarte si quieres —. Dijo el rubio con una media sonrisa tomando el brazo de Hyunjin y jalándolo fuera de la habitación.
Una vez estuve sólo con Taehyung aspiré fuerte, queriendo apreciar su aroma a la perfección, mi lobo me hizo acercarme más a la cama viéndolo de cerca y estaba seguro de que si estuviera en mi forma animal estaría moviendo la cola ahora mismo.
Es hermoso.
Por primera vez en mucho tiempo estuve de acuerdo con mi lobo, Taehyung parecía brillar, y a pesar de que su cuerpo estaba cubierto de rasguños y hematomas, no dejaba de verse hermoso, su brillante cabello rojo cayendo por su frente y sus lindas pestañas qué adornaban sus ojos... Cuánto deseaba ver sus ojos...
Su boca estaba abierta debido al tubo introducido en esta, mentiría si dijera qué no me dolía en el alma verlo en ese estado, parecía estar profundamente dormido, y tuve una necesidad imperiosa de acariciar su rostro.
Debemos protegerlo.
Sí, debemos hacerlo, pero no de la manera en qué piensas, no será nuestro omega.
Sentí cómo mi lobo arañaba mi interior totalmente inconforme con mi respuesta. Pero debía ser sincero conmigo mismo.
Yo ya tenía a mi omega, y Taehyung merecía tener el derecho de escoger a su alfa, no qué un estúpido vínculo del destino lo hiciera por él, después de todo, el que Taehyung estuviera aquí era mi culpa, y debía estar con alguien que lo protegiera, no con el causante de sus problemas.
El omega de Taehyung nos querrá.
Sí, pero no Taehyung.
Mi lobo aulló, molesto de que estuviera negándome totalmente a sus deseos, pero no me importaba molestar a mi lobo, aún sabiendo qué lo peor qué podía hacer un alfa era desligarse de su lobo, no podía ser tan egoísta, tenía a Rosé y Taehyung ni siquiera era consciente de este estúpido vínculo.
Yo tenía mi vida hecha, un gran trabajo, una omega con una marca y felicidad.
No podía echar todo por la borda por un cuento de viejos, por una estúpida fantasía de cuento de hadas. Pero entonces... Si estaba tan seguro de lo que sentía...
¿Por qué mi corazón se retorcía cada vez qué pensaba el alejarme de Taehyung?
El vínculo era con mi lobo, no conmigo, así que no podía entender.
Dejé de darle importancia y solo suspiré observando a Taehyung, su cuerpo fino y su piel tersa y con un hermoso tono acanelado, debía de hacer eso o de verdad terminaría estando de acuerdo con mi lobo. ¿Por qué mientras más lo veía más perfecto me parecía?
Por qué en el fondo lo sabes, por más que quieras negarlo...
Cállate.
Me di vuelta para salir de la habitación, queriendo alejarme de alguna forma de todas aquellas cosas qué comenzaban a formarse en mi mente, me topé con Jimin y Hyunjin salend del ascensor y estos me miraron expectantes esperando a que dijera algo.
—Tengo algunos asuntos qué resolver respecto al trabajo —. Mentí —Jimin, tienes mi número, avísame cualquier cosa.
Me moví con rapidez, entrando al ascensor antes de que este cerrara sus puertas por completo, me miré al espejo, mis ojos se veían tristes lo que significa qué mi lobo lo estaba, así que suspire, cerrando los ojos con fuerza durante algunos segundos y repitiéndome varías palabras de aliento antes de salir del elevador para luego caminar fuera del hospital y tratar así de alejarme de todo lo que me comía la cabeza en ese momento.
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—¿Estás seguro de lo que estás diciendo, Jungkook? —Mi amigo me cuestionó una vez más y yo ya estaba cansado de tener que decirle lo mismo cada dos minutos, rodé los ojos con fastidiado antes de responder.
—Sí, Namjoon, totalmente seguro, y no te ofendas, pero acudí a ti en busca de ayuda y hasta el momento no me has ayudado en lo absoluto —. Estaba apoyado sobre mi escritorio y mi amigo estaba sentado en el sofá de la oficina mirándome cómo si me hubiese salido una tercera cabeza.
—Bueno, cuando yo conocí a Seokjin sentí exactamente lo mismo, a excepción de que ambos lo sentimos al mismo tiempo, pero igual no tengo duda de que Taehyung sea tu alma gemela... —Los ojos de Namjoon brillaban cada vez que hablaba de Seokjin, y para ser sinceros cualquiera quisiera una relación cómo la de ellos dos.
Caminé un poco y me dejé caer en la silla detrás de mi escritorio mientras masajeaba mis sienes.
—No se supone qué esto sea así...
—No para nada, se supone qué cuando conoces a tu alma gemela debes brincar de la felicidad, no tener cara de que llevas estreñido una semana —. Namjoon hizo una mueca y yo lo miré mal.
—Es distinto Namjoon, yo ya tenía mi vida echa, no creí que algún día fuera a encontrar a mi "alma gemela" y menos de esta manera —. De nuevo quería llorar de la frustración ¿Porqué todo era tan complicado?
Tú lo complicas, idiota.
Traté de ignorar a mi lobo y observé a Namjoon que se mordía los labios mientras pensaba en qué decirme.
—Yo pienso qué deberías hablar con Rosé —. Habló luego de unos cuantos minutos mi peli grisáceo amigo y yo no pude evitar soltar una carcajada cargada de ironía.
—Claro, claro ¿Y qué le diré? "Mira amor, resulta qué el chico que atropelle y ahora está en coma por mi culpa es mi alma gemela ¿Qué te parece? Demasiado lindo ¿No?" —Namjoon me miró divertido y rodó los ojos.
—Creo qué lo complicas todo. Entonces creo que tú solo podrás sacarte de este problema, por el momento deberías esperar a que el chico despierte —. Si es que despierta, pensé.
Idiota, claro qué va a despertar.
Sin duda mi lobo no me había insultado tanto como el día de hoy, y me sentía demasiado incomprendido, es que era increíble, ni siquiera mi parte animal, ¡Que era parte de mi! Me entendía.
Me levanté y me despedí de Namjoon para tomar los papeles qué estaban sobre mi mesa y guardarlos en mi portafolio antes de salir a paso rápido del edificio donde trabajaba.
La noche ya había caído, y agradecí que el día hubiese pasado tan rápido, tomé un taxi y le dediqué la dirección de mi apartamento, Rosé debía estarme esperando, y el pensamiento no me alegró cómo el resto de las veces, me sentía culpable, sentía que la estaba engañando pero no podía hacer nada.
No podía decirle a Rosé que había encontrado a mi alma gemela, y mucho menos qué era Taehyung.
Yo solo esperaría que Taehyung despertara, pagaría todos los gastos del hospital, me disculparía con él y desaparecería de su vida, o quizá nos volviéramos amigos, pero de esos amigos que se ven una vez por mes, y luego de eso, volvería a mi vida normal, todo estaría bien y haría cómo que eso nunca hubiese pasado, algún día recordaría todo este drama y reiría mientras compartía tardes agradables con Rosé, todo estaría bien.
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4 días después.
Los días habían transcurrido con naturalidad, y claro, con naturalidad me refería a que mi lobo se había convertido en mi peor enemigo, cada día que terminaba sin que Taehyung despertara me desesperaba un poquito más, mi lobo me arañaba tan fuerte internamente qué a veces debía encogerme para apaciguar el dolor y la incomodidad, por suerte, Rosé no parecía sospechar nada y mi lobo podía ser lo que fuera pero aún no se había atrevido a rechazarla, después de todo seguía siendo una omega.
Jimin me llamaba todos los días y en algunas ocasiones yo mismo me acercaba al hospital (sin entrar a la habitación de Taehyung) para saber de él, pero las respuestas siempre eran las mismas y estaba empezando a hartarme.
"Está estable."
"El médico dice qué el despertar no será inmediato, despertará poco a poco."
"Al menos sus heridas están sanando más rápido."
Al menos podía decir qué mis emociones estaban un poco más calmadas, ya podía controlarme un poco más y podía evitar empezar a soltar feromonas de pánico de la nada, sin embarga, mis ojos cada día carecían más de brillo y mi lobo aullaba toda la noche sin dejarme de dormir.
Yo estaba bien. Mi lobo no.
Estaba sentado en la sala de estar mientras Rosé preparaba el desayuno, temía que fuera un día más que pasara sin que Taehyung despertara, el médico dijo qué mientras más tardara en despertar, más posibilidades había de que sucedieran cosas malas, y yo no entendía a los médicos, pero si de algo estaba seguro qué posibilidades significaba "100% seguro" y malas significaba "Estado vegetal o muerte cerebral."
Y no, no estoy exagerando.
En mi cabeza rondaban las mil y un posibilidades de lo que podría pasar cuando Taehyung despertara, y ya tenía un par de día atormentándome con ello a pesar de que decía que ya no iba a pensar en el, se me hacía imposible, y mi lobo parecía tener siempre fuerzas para reírse de mi cuando Taehyung aparecía en mi mente de manera involuntaria.
El sonido de mi celular interrumpió mis pensamientos y casi sin pensarlo lo tomé, observando el nombre de Jimin en la pantalla, algo dentro de mi me dijo qué podían ser buenas noticias así que contesté llevando el celular a mi oreja.
— ¿Si? ¿Jimin? —Escuchaba su voz agitada del otro lado y los alaridos incomprensibles de Hyunjin, temí lo peor y Jimin parecía estar luchando para decir algo.
—J-Jungkook... ¿Recuerdas qué te dije anoche qué habían removido el tubo qué Taehyung usaba para respirar? —Enseguida mi corazón latió con rapidez y emití un sonido afirmativo para qué Jimin siguiera hablando —B-Bien, el... El está despertando...
Y mi lobo aulló, pero esta vez, de emoción.
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