9; London boy.
Corea del sur, 17 de diciembre de 2022.
Querido nadie,
Es con ciertos aires de diversión y asombro que debo admitir que nunca antes en mi existencia me he sentido tan observado como en la noche de hoy.
¿Fue un mero producto de mi imaginación o realmente sus ojos, de un cautivador color miel, me observaron con un matiz de deseo mientras luchaba por rescatarme del gélido abrazo de aquel lago que estaba calando mis huesos?
Debo confesarle con total sinceridad que, por un breve instante, encontré placer en su mirada dirigida hacia mí, como en tiempos pasados.
Querido nadie, deseo que comprenda que, incluso después de una década completa de haber perdido todo contacto imaginable, usted sigue siendo mi más grande vulnerabilidad. Desde que usted llegó a las instalaciones de este palacio, he sido incapaz de controlar lo que resulta evidente por sí mismo: el amor que aún me penetra el alma en cada oportunidad en la que nos enfrentamos por accidente.
Con todo mi afecto, atentamente,
MYG.
—¿Ha tenido noticias sobre la salud de su padre o sobre asuntos de su familia, Alteza, o por qué lo he notado muy apagado durante todo el día? —Jimin se dispuso a su lado derecho, inclinándose ligeramente para hablar.
—Insomnio.
—No tiene bolsas debajo de los ojos, está mintiendo —Sus ojos se entrecerraron, acusando al príncipe—. Prince Magnus, trust me. —Habló en un perfecto acento de inglés británico e intentó ocultar su preocupación lo más que pudo, pero le fue imposible y sin remedio lo detuvo a medio escalón, sosteniendo autoritariamente su muñeca—. Prince Magnus, please place your trust in me. —Insistió—. I have reason to suspect that an incident may have transpired or something more during my brief absence this morning.
[Príncipe Magnus, confíe en mí. Príncipe Magnus, por favor, confíe en mí. Tengo razones para sospechar que puede haber ocurrido un incidente o algo más durante mi breve ausencia de esta mañana.]
Taehyung meditó por un momento sobre qué tan bueno podría ser relatar su conversación con Yoongi esa mañana a su guardaespaldas, porque, si una cosa estaba completamentente seguro de afirmar, era que Park Jimin no sabría imponer control a sus emociones o expresiones faciales a la hora de oír los problemas que ahora mismo le aquejaban y lo dejaría en evidencia con facilidad.
—Tuve un encuentro desafortunado durante el desayuno con su Majestad y su actitud frívola terminó arruinando el agradable ambiente que ambos generamos mientras conversábamos sobre sus acciones benéficas y mi recorrido por el palacio —farfulló y continuaron caminando, aunque Jimin no supiera con exactitud hacia dónde estaban dirigiéndose, Taehyung sí. Había visto al hombre que provocó su malestar en el desayuno e iba a seguir tercamente su misma dirección—. Quizás me lo busqué, quizás no; pero haber mencionado un lugar que nos perteneció a los dos, lo ha puesto malhumorado y extraño. ¿Does he think I've lost my right to visit that place as much as he has? —masculló con una expresión demasiado reveladora de su enfado.
[¿Cree que he perdido mi derecho a visitar ese lugar tanto como él?]
—Después Su Majestad el Rey se retiró a cumplir con sus deberes reales en sabrá Dios dónde —Su lenguaje corporal también evidenciaba más que sus propias palabras. Jimin oía con atención las quejas, dando todo de sí para no echarse al suelo a reír por los acontecimiento que se perdió esa mañana por tener una larga reunión con la madre de Taehyung vía videollamada—. Lamentablemente no tuve la oportunidad de responderle adecuadamente y como se merecía por su provocación. Sin embargo, he enviado un par de mensajes que, según pude observar esta tarde, ha leído. ¡I hope my words will eat away your conscience! —exclamó con su acento británico en cuanto la persecución hacia Yoongi se intensificó al igual que los pasos de Jimin y el príncipe, quien elevó la voz con el único propósito de que su hyung lo oyera sin dificultades.
[¡Espero que mis palabras carcoman su conciencia!]
—Entiendo, Alteza. Veo que ha vivido una mañana agitada, pero le suplico que se calme y se detenga un momento —Otra vez, Jimin trotó y posicionó su cuerpo junto al de Taehyung y su mano envolvió parte de la muñeca, deteniéndose sincronizadamente a mitad de camino—. ¿A dónde nos estamos dirigiendo?
Pero no fue necesario una aclaración de su parte, sólo bastó con prestar aún más atención al frente para identificar en pocos segundos al imponente rey caminando con seguridad y decisión por pasillos que no le dieron una buena espina a Jimin, en absoluto y quiso apartar a Taehyung de ese lugar.
— ¡Príncipe Taehyung! —susurró alarmado Jimin lo bastante cerca del otro, llamando su atención. Lo vio pegando un salto, girándose sobre sus talones en consiguió liberarse de sus perturbaciones, logrando así perder de vista al rey—. Esto no es conveniente, por favor, regresemos.
—Entonces, sería prudente para los dos que no me acompañe, señor Park. Regrese al palacio; es una orden —espetó en su mismo tono, echando un vistazo al frente.
—Me temo que esa no es una orden que pueda darme —contestó con una mueca, provocando un suspiro largo en el frustrado príncipe—. Mi responsabilidad es protegerlo, sin importar a dónde se dirija; podría ser peligroso —Opinó insistentemente tirando de su muñeca, pero Taehyung se negó y soltó su agarre para continuar por el mismo camino, olfateando la humedad por el pasillo oscuro al que había visto a Yoongi cruzar sin preocupaciones—. Su Alteza, ¿por qué no considera esperar un par de días? Su Majestad no estará complacido de verlo y creo que usted entiende las razones.
—Entonces deberás acompañarme y te ruego que guardes silencio al respecto —respondió con una leve sonrisa y los ojos entrecerrados—. No permitiré más comentarios sobre este tema —advirtió—. Por favor, sígame, señor Park; creo recordar hacia dónde nos lleva este camino.
Y tal como el príncipe lo predijo anteriormente, Jimin y él atravesaron un extenso corredor rodeado de paredes desgastadas donde apenas se podía distinguir lo que se hallaba por los suelos para evitar sufrir un pequeño accidente. En el momento que un destello de luz hizo acto de presencia, Taehyung festejó en silencio... Habían encontrado una manera de ingresar en secreto a la parte trasera del palacio, con exactitud, al inmenso paisaje rodeado de un tumulto de árboles que atravesaban hectáreas y en el cual logró notar el lago de agua apenas cristalina.
Taehyung disintguió a Yoongi a lo lejos acompañado de un caballo de pelaje negro, parecía estar entretenido hablándole con una sonrisa que pocas veces le ha visto mientras paseaba su mano por la cabeza de dicho animal. Junto a Jimin decidieron esconderse detrás de unos arbustos enormes que cubrían ambas anatomías y que estaba situado en el lugar indicado para que pudieran oír la conversación solitaria del rey.
—Luna, te has recuperado casi por completo, y eso resulta sospechoso —El joven entrecerró los ojos acusatoriamente—. ¿Podría ser este otro de tus arrebatos en busca de mi atención? —Taehyung esbozó una sonrisa tras percibir el tono suave que Yoongi empleaba al referirse a su yegua—. Aún tengo presente lo que nos hiciste pasar a papá y a mí hace tres años, simplemente porque pasé una larga temporada recaudando fondos en el extranjero.
El resonar del relincho de Luna tomó por sorpresa a algunos pájaros que revoloteaban por el césped, cerca de los árboles de mandarina que Yoongi había plantado junto a sus abuelos paternos en su infancia. Sin embargo, en aquel momento, el lugar estaba descuidado debido a la ausencia del rey, causada por sus deberes reales y por su obsesión cada vez más profunda con el Castillo de Taejeong-dong y su inalcanzable paz. Ni siquiera cerca del lago, donde solía buscar tranquilidad, lograba encontrarla. Esa noche, en particular, se sentía especialmente observado, a pesar de no divisar a ningún paparazzi cerca.
Yoongi emitió un chasquido con la lengua en un intento por tranquilizar a su yegua, puesto que desde esa mañana la había notado un tanto alterada y aún estaba investigando la causa. Ninguno de los cuidadores lograba comprender el comportamiento del animal; no recordaban haberla maltratado ni haberla sometido a estrés, ni siquiera con las visitas diarias del veterinario para controlar su repentino resfriado.
— ¡Luna, tranquilízate! —espetó en un tono más firme, tratando de detener los cortos saltos que la yegua daba y que podían causarle una grave caída mientras se mantuviera montado a ella—. Por favor, cara mia, ¿qué sucede contigo? —Le cuestionó y observó bastante preocupado al animal mientras le otorgaba tenues caricias por la extensión de su cuello, asegurándose de sostener con fuerza las correas con su mano libre.
Después de un prolongado esfuerzo por calmarla, transcurrieron veinte largos minutos antes de que Yoongi lograra su cometido y decidiera bajar de su yegua con sumo cuidado, para no asustarla ni estresarla aún más.
Una vez que estuvo a salvo, caminó con Luna a su lado por el césped húmedo, ambos intentando distraerse frente al lago. Esta actividad era una práctica frecuente, destinada al beneficio del animal para mantener su calma, así como para proporcionar paz mental al dueño del caballo. Podían permanecer juntos durante horas, y todos eran conscientes de que no debían ser interrumpidos. Dicha actividad la han practicado desde el momento en el que Luna nació, y jamás podía faltar a su rutina habitual.
Tras permitir que Luna hiciera sus rondas de siempre por el bosque, porque no había manera alguna que pudiera perderse ya que el terreno era cerrado y muchos guardias rondaban por allí si alguna vez Yoongi la descuidaba.
Entretanto, el individuo de cabello oscuro se aproximó al lago y adoptó una postura rígida para observar detenidamente el paisaje. En poco tiempo, los recuerdos inundaron su mente como un relámpago en medio del campo, provocando que una leve sonrisa se dibujara en sus labios tras reflexionar sobre lo poco cortés y amable que había sido que había evidenciado en su conversación con Taehyung durante el desayuno. En el transcurso de los momentos de silencio en las reuniones con sus ministros, Yoongi dedicó tiempo a considerar la disculpa que ahora debía al príncipe por su comportamiento tan drástico.
— ¡Espéreme, le temo a la oscuridad! —Jimin alertó en un susurro y trató de contener al príncipe mientras lo veía dirigirse hacia los arbustos, ansioso por acercarse finalmente a Yoongi. En ese momento, el guardaespaldas llegó a la conclusión de que era absurdo intentar detener a alguien que había esperado años para reunirse con el que afirmaba ser el amor de su vida. Sin embargo, era aún más irracional intentar forzar al cálido y amoroso corazón de Taehyung a renunciar por completo a sus sentimientos hacia el rey Min, quien parecía tener las mejillas ligeramente enrojecidas por razones inexplicables mientras observaba en silencio las estrellas con la mandíbula firmemente apretada.
—Hubiera preferido que permaneciera lejos de mí —Le reprochó con un puchero—, ¡no estorbe, señor Park! —demandó en un tono bajo, echándole un vistazo mientras aún avanzaba por el camino de rocas pequeñas que le dificultaban avanzar como realmente lo deseaba.
Ahora se escabulleron detrás de una estatua conmemorativa, puesto que Taehyung notó la venida de una presencia conocida para él. Hoseok vestía su traje habitual y lo complementaba con una sonrisa cálida que iba dedicada hacia el monarca, cuyos ojos lo vieron llegar y correspondió con una mueca ladina.
—Anhelo poder irme una temporada a Taejeong-dong —Su mirada estaba rígida, aunque había un ligero toque de destellos sobre sus pupilas. Su guardaespaldas suspiró, acercándose hacia él para palmear su hombro izquierdo—, Pero tengo varios asuntos que atender, incluida la lista de candidatas a reinas consorte que Hyori me envió esta tarde a mi oficina.
—Le prometí que estaría dispuesto a ayudarlo para aliviarle esa tediosa tarea, así que no se preocupe por eso, su Majestad.
«Ahí está el principal cómplice de este hombre insensato. Ahora entiendo por qué mis esfuerzos fueron en vano. ¡Ugh! ¿Dónde quedó mi dignidad, por todos los cielos?» Se preguntó a sí mismo con una expresión decepcionada y frustrada a la misma vez, posicionando su visión sobre el perfil de Hoseok.
— ¿Taejeong-dong? ¿Conoce dónde queda eso? Es Daegu, ¿o me equivoco? —Jimin le planteó la pregunta en cuanto comenzaron a avanzar por tercera vez, pero cualquier intento de respuesta fue interrumpido cuando un paso en falso provocó la caída del príncipe inglés. El guardaespaldas se esforzó al máximo por ocultarse, siguiendo la orden de Taehyung, quien simplemente con una mirada y un gesto rápido de la mano le indicó qué hacer.
«¿Será acaso demasiado tarde para renunciar a mi trabajo y dedicar mi tiempo a aprender repostería como mis padres siempre han deseado? ¿Por qué a mí?» Se preguntó Jimin.
— ¿Quién está ahí?
Esa fue la última cosa que el príncipe pudo escuchar, ya que luego observó cómo Hoseok reaccionaba con rapidez y determinación, protegiendo a Yoongi al cubrirlo con su propio cuerpo y sacando un arma de su cintura. Ambos estaban alerta y vigilaban su entorno con atención hasta que...
Allí, frente al monarca, apareció lo que parecía ser una amenaza, aunque su expresión debió mantenerse impasible para no revelar su gracia ante semejante escena: era el príncipe de Inglaterra, que yacía en el suelo aún sin levantarse, mientras Hoseok exhalaba antes de guardar su arma reglamentaria y ofrecer su ayuda.
Taehyung había sufrido un tropezón inesperado y había caído a poca distancia de Yoongi, quien lo observaba con desaprobación a la par que él intentaba disimular su incomodidad. A pesar de reconocer al guardia real enviado por Yoongi para ayudarlo, Taehyung no había esperado que el rey mismo se involucrara en su rescate. Aun así, una sonrisa sincera se dibujó en sus labios.
—Príncipe Taehyung, por todos los cielos, ¿se encuentra bien? —preguntó de inmediato Hoseok, tendiéndole la mano junto a Yoongi.
—Señor Jung... —Utilizó un tono cálido que modificó a frívolo y distante antes de dirigirse al rey—. Su Majestad...
El menor asintió y se esforzó por limpiar su traje lo mejor posible, asegurándose de alisar las ondulaciones de su cabello rubio. Mientras tanto, Hoseok se apartó de la figura de Taehyung y se colocó junto a Yoongi.
— ¿Qué hace usted aquí? —inquirió Yoongi en cuanto lo vio recuperado del pequeño percance. Mantenía las manos ocultas detrás suyo, hablando con el mismo tono de voz al que se había acostumbrado en menos de un día para tratar con él.
—Me disculpo por este incidente —Hizo una reverencia corta y tuvo que tomar mucho aire en el momento que una fragancia masculina y sofisticada que emanaba una elegancia irresistible, combinando notas profundas y seductoras con toques frescos y vibrantes que crearon una experiencia placentera para el príncipe, y cómo no, tal perfume era perteneciente al rey—. Su Majestad, en la mañana de hoy usted mencionó que este lugar no estaba disponible para recibir visitas; sin embargo, lo encuentro aquí, deleitándose con la vista.
—Créame que no he expresado falsedades, su Alteza real —Le respondió en el mismo tono socarrón que percibió en la voz de Taehyung.
—Pero usted está aquí —insistió, esta vez con la mirada dirigida hacia los ojos gatunos con expresión penetrante de los cuales Yoongi era dueño.
—Es por Luna, mi yegua, estamos en su paseo nocturno —explicó sin rodeos, aunque pronto su boca comenzó a hablar demás. Pero, tras percatarse, reflexionó que ya era demasiado tarde—. He cometido quizás el grave error de establecer una rutina de paseo por estos lugares durante la noche, y si no cumplimos con esto tan fundamental para Luna por única vez, ella reaccionará como si fuera una niña pequeña y recibiré quejas de sus cuidadores la mañana siguiente.
—Entiendo. Hum —carraspeó y se mantuvo en silencio durante unos segundos para lograr ordenar sus ideas. Cuánto comenzaba a afectar su presencia a Taehyung—. Creo que... debería retirarme.
Una mueca ligera se adueñó de la expresión de Yoongi, más no notó ningún movimiento para asentir de acuerdo con sus palabras. Quiso sonreír, pero finalizó dándole la espalda despacio e inseguro, evidenciando la vacilación en sus acciones.
Un repentino relincho lo espantó y respondió con agilidad haciéndose a un lado también con ayuda de un empujón de Yoongi y Hoseok apresuró sus pasos para alejarlo de un posible accidente mientras lo tomaba de ambos brazos.
— ¡Luna, no! —exclamó en cuanto la notó fuera de control, erguida en dos patas en dirección al príncipe inglés. Llegó a tiempo para sujetar con fuerza su correa, pero Luna se desvió aún más descontrolada que antes. Yoongi no tuvo más opción que soltar la correa y permitirle correr, aunque no anticipó que su intención era dirigirse hacia el lago—. ¡Maldita sea! ¡Luna, para allá no! —Volvió a gritar frustrado.
—Su Majestad, ¿a dónde va? ¿Qué cree que hace? ¡Su Majestad! —Los intentos de su guardaespaldas por detener a Yoongi fueron en vano.
Hoseok, Taehyung e incluso Jimin fueron testigos de la rápida transformación en la compostura y porte del rey cuando se vieron obligados a presenciar cómo emprendía una carrera hacia el agua fría para evitar que su yegua, Luna, se aventurara más allá. Ante la inminente amenaza y el recordatorio de su conversación con el veterinario del animal, no tuvo más opción y a regañadientes abandonó su postura habitual y se sumergió en la acción, adentrándose en el lago para seguir los pasos de su intrépida compañera, cuya fascinación parecía no tener límites en su exploración de las profundidades acuáticas mientras su dueño emprendía desesperado un nado hacia ella.
— ¡Su Majestad! —Hoseok también se apresuró hacia el pequeño puente que conducía al lago, pero en el instante en que consideró la posibilidad de lanzarse al agua, observó a Yoongi agarrando la correa de Luna para guiarla de regreso al césped, sometiéndose a tirones enérgicos que pronto comenzaron a agotarle los brazos.
La escena, observada por tres hombres con una mezcla de asombro, preocupación, diversión e inquietud, reveló un aspecto del rey que rara vez se dejaba ver en público, al menos según la percepción de Jimin, quien se colocó junto al príncipe. Era la imagen de un hombre dedicado a proteger y cuidar a aquellos bajo su responsabilidad, sin importar los desafíos que ello implicara, como el riesgo de padecer hipotermia durante varios minutos para recuperar a Luna. Este comportamiento resultaba patéticamente notable, en especial viniendo de alguien como Jimin que, hasta ese momento, parecía incapaz de halagar al hombre que disfrutaba desgarrar corazones frágiles y dulces como el de Taehyung.
Yoongi dejó que su respiración volviera a la normalidad para evitar que la yegua se sintiera nerviosa tan pronto como lazó de un tirón la correa de Luna hacia la orilla para poder liberar sus manos y afirmarse del puente de madera y salir del lago. Finalmente tuvo a Hoseok a su lado para brindarle ayuda, sosteniendo la correa para sacar al animal con cuidado.
Taehyung observó la salida de Yoongi con la sensación de estar presenciando una escena en cámara lenta. Su camisa negra, empapada, delineaba sus pectorales con una sensualidad irresistible, mientras que el esfuerzo que dedicó al subir al puente resaltaba los músculos de sus brazos con una fuerza poderosa. El cabello negro, húmedo y despeinado, le pareció extraordinariamente hermoso. Y su expresión de fastidio, aunque tal vez pretendía ocultarla, solo lo hacía más intrigante y atractivo a los ojos de Taehyung. El príncipe inglés no pudo evitar morderse el labio ante la visión tentadora que tenía frente a él, sintiendo la tentación de provocar aún más a Yoongi solo para disfrutar de esa imagen cautivadora por un momento más.
—Gracias, Hoba —dijo en primera instancia, observando únicamente el estado de su yegua—. Discúlpame, yo... estaba distraído —Su vacilación fue algo particular, pero Hoseok intentó no prestar atención a ese detalle, mientras tanto, Yoongi echó sus cabellos hacia atrás y bufó antes de agregar—, demasiado, siendo franco.
A su punto de vista, o por lo mucho que gastó su tiempo en observar cada característica de Yoongi durante su infancia y adolescencia, para Taehyung era muy evidente que Yoongi estaba apunto de perder los estribos.
Los repetidos suspiros audibles, la constante humectación de sus labios con saliva, el frecuente chasquido de su lengua, la tensión evidente en su mandíbula junto con el ceño fruncido de sus cejas, y el juego nervioso de sus dedos para evitar clavarse las uñas en las palmas de sus manos, todo indicaba su lucha por contener la ira de manera diferente... Ah, conocía tan bien esos gestos que sentía la necesidad de presumir aquello al mundo entero.
Posteriormente, Hoseok percibió que el buen humor abandonaba el cuerpo de Yoongi, transformándolo en un individuo capaz de enfrentarse incluso a los arbustos que rodeaban el área. Se aproximó al príncipe embobado y a Jimin, con quien intercambió miradas fugaces de odio, y con una expresión seria y autoritaria, demandó con firmeza:
—Alteza real, señor Park, retírense. Como podrán observar, en este momento Su Majestad no se encuentra en disposición de sostener una conversación.
Sin mostrar resistencia alguna, ambos jóvenes se retiraron y cumplieron con la orden en completo silencio, hasta que finalmente llegaron a la habitación del príncipe para poder continuar su conversación con mayor tranquilidad. Taehyung se dirigió directamente hacia su cama y se recostó en ella, abrazando una almohada contra su pecho con una expresión consternada, puesto que su mente rebobinaba las imágenes de hace un par de minutos. Mientras tanto, los comentarios y burlas de Jimin no tardaron en llegar.
— ¡Vaya espectáculo absurdamente sensual el que acabamos de ver, príncipe Magnus! —Exclamó entre risas, paseándose por la habitación, luego lo miró tan sonriente que comenzó a hastiar al pelirrubio. Allí se encontraba el joven Park Jimin, su mejor amigo, que tantos dolores de cabeza le ocasionó con sus fiestas por París—. Taehyung-ah, ahora entiendo por qué extrañabas tanto este lugar o al hombre con menos pizca de gracia que he conocido en mi vida, aunque... posee ciertos atributos que me resultan encantadores y... —Ante el halago innecesario, recibió un almohadazo sobre el rostro—. ¡Auch!
—Abstente de comentarios por el momento, Park Jimin. Tu humor no es divertido ni bienvenido en mi habitación por ahora, ¿me entiendes?
—Permítame explicárselo, Alteza. Como bien sabe, mi objetivo es el señor Jung, conocido como el hombre correcto, formal y atractivo que el rey ha contratado como su guardaespaldas personal —Describió y para Taehyung lució como un adolescente hormonal por sus expresiones de "enamoramiento" bastante exageradas—. ¿Podemos venir aquí más a menudo? Incluso me aseguraré de empujar al señor Jung hacia el lago para que nos brinde el mismo entretenimiento que acabamos de presenciar con Su Majestad el rey.
—Por favor, retírate de una vez por todas de mi habitación —suplicó poco después de contener su risa—. Tu presencia se ha vuelto insoportable para mí en este momento.
—Entendido —Realizó un puchero con sus labios gruesos—, continuaré en mi habitación, inmerso en mis fantasías con Jung Hoseok hasta que pueda convertirlas en realidad —Se movió dramáticamente, mordiéndose el labio y bailando con emoción mientras avanzaba hacia la puerta, logrando hacer reír a Taehyung con más fuerza.
— ¡Jimin! —exclamó, sosteniéndose el abdomen de tanto reír.
—Está bien, me retiro.
Una vez que la puerta se cerró, Taehyung optó por prepararse para intentar conciliar el sueño. Cepilló sus dientes meticulosamente, se vistió con una pijama de seda roja y se acomodó en la cama, cubriéndose hasta el torso. Luego, tomó su teléfono móvil que había reposado sobre la mesa de noche durante todo ese tiempo y abrió su conversación con Seokjin, su hermano mayor.
Contrariado por la falta de consideración que su hermano mostraba hacia sus padres y la imagen de su familia expuesta al mundo, Taehyung lanzó una maldición en voz baja. Luego, incapaz de conciliar el sueño como tanto acostumbraba, revisó su historial de llamadas y decidió ponerse en contacto con su madre para explicarle la situación entre sus hermanos.
— "¡Hijo mío! Hola, Taehyung-ssi. Te has adelantado antes que yo; tenía la intención de comunicarme contigo también" —dijo su madre por teléfono, logrando que el príncipe esbozara una leve sonrisa—. "Hemos recibido noticias muy positivas sobre la salud de tu padre; el médico ha autorizado su viaje al extranjero debido a los buenos resultados de sus análisis".
—Hola, mamá. Hum... Son excelentes noticias, pero... ¿Eso qué implica? —Con su teléfono sobre su mano, Taehyung se sentó sobre la cama, apoyando su espalda sobre el respaldo mientras esperaba una respuesta de su madre—. ¿Acaso significa que mi padre regresará para retomar sus responsabilidades?
—"No, por el momento evitaremos que sufra demasiado estrés o preocupaciones, según indicaciones de su médico personal" —aclaró su madre y Taehyung solo asintió—. "Sin embargo, ha recibido autorización para viajar. Está ansioso por verte y cumplir su promesa con Daehyun. Nos encontraremos finalmente en unas horas, aunque aún no hemos terminado de preparar las maletas" —Ella rio—. "Tu padre sugiere que ha pasado mucho tiempo desde nuestra última visita a mi familia, así que este sería el momento perfecto para hacerlo" —Taehyung usó su mano libre para echar sus cabellos hacia atrás y así conseguir apartarlos de su rostro, dejando escapar un suspiro que evidenciaba su molestia y desacuerdo—. "Planeamos quedarnos más tiempo, por lo que te necesitaríamos de regreso para ocupar el lugar de tu padre en algunos eventos que aún tiene pendientes. ¡Oh, tus hermanos también te ayudarán!"
— ¿Q-qué?
Este capítulo va dedicado.
La llegada de los padres de Taehyung yo lo describiría como: 🌪️🌊
No tienen idea de cuánto amo escribir las cartas de Yoongi.
Qué tengan un bonito día 🫶🏻
ALEX.
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