1; Rey Min Daehyun.
PRIMER ARCO.
— ¡Yoongi!
El cuerpo del azabache se exaltó sobre su lugar por el grito repentino, logrando así que su libro de poesía volara por los aires y aterrizara cerca de los pies de Daehyun, quien había estallado en risas aunque, a su vez, tosía fuerte por el esfuerzo.
El gran príncipe se levantó de su asiento y buscó el libro, después lo dejó reposando sobre el escritorio en la habitación de su padre y regresó su vista hacia el susodicho con una expresión relajada y una postura rígida con sus manos descansando detrás de su espalda.
—Padre, creí que iba a obedecer a las indicaciones del médico real —El menor alzó su poblada ceja derecha y cruzó ambos brazos sobre su pecho, marcando aún más este debido a su apretada camisa blanca.
—No quiero descansar —El hombre realizó un puchero y cubrió todo su cuerpo hasta llegar mostrar solo sus ojos—. Ya me he recuperado por completo.
—Eso no es cierto. Y temo que no podrá recuperarse y regresar a cumplir sus tareas si no obedece al médico, su majestad —reiteró y se alejó de su padre hasta sentarse una vez más en los cómodos sofás de la habitación—. Por favor, cuide su salud.
— ¿Por qué te enviaron a vigilarme, príncipe Yoongi?
—Porque he estado desocupado estos días, creyeron que usted podría comportarse y obedecer a las indicaciones de su médico si yo me encontraba presente —explicó sereno, yendo a tomar otro libro de la pequeña cantidad que se hallaban sobre el escritorio de su padre.
—Sin embargo, si muero en este momento, tú vas a convertirte en el próximo rey y creo muy difícil cambiar tu actual realidad —comentó con una pizca de humor para que hijo dejara de preocuparse sobre su salud, no pretendiendo que éste supiera o notara los fuertes dolores y la debilidad en su cuerpo. Estaba muy cansado—. "Rey Min Yoongi", suena increíble. Qué orgullo.
—Me formaron y educaron para La Corona Real, no es un destino que pueda evitar. Sin embargo, aún no tengo con quién compartir este reino y eso puede generar controversias, ¿no lo cree, su majestad? —El príncipe preguntó y revisó la portada de aquel libro entre sus manos. Era demasiado llamativa, de esos libros que podrían llamar la atención de...—. No me gustaría pasar por ese dolor de cabeza por el momento, así que intente recuperarse y no morir por el bien de su primogénito.
—Qué gracioso eres, príncipe Yoongi. Tendrás una esposa pronto y ambos van a gobernar este país de la mejor manera, así como mi reina y yo. Serás increíble, hijo mío —El rey viró sus ojos y decidió dejar de hablar, su dolor estaba comenzando a empeorar y no quería liberar ningún quejido mientras su hijo estuviera presente. Por lo que, acomodó su cuerpo como pudo y se dispuso a cerrar los ojos.
El pelinegro abandonó la habitación aproximadamente media hora más tarde. En primer lugar, verificó si su padre realmente estaba tomando una siesta. Luego, se encaminó hacia la puerta desde sus aposentos, cerrándola con cuidado y liberando un suspiro en medio del pasillo.
Caminó por el extenso pasillo de las habitaciones y descendió por las escaleras con cuatro palabras en mente: "Tendrás una esposa pronto". ¿Podía hacer algo para evitar un posible desastre? No podía hacer la vista gorda cuando entendía que era su deber; lo habían educado para cumplir al pie de la letra lo que el reglamento estipulaba. Sin embargo, la idea de un matrimonio arreglado le parecía absurda y peligrosa.
Podía asegurar y confirmarle a quien fuera que jamás sentiría amor o una pizca de cariño y aprecio por la mujer que algún día lo acompañaría en su reinado. Era imposible para él volver a experimentar lo que es amar a una persona, ya que en su adolescencia lo había hecho, y con eso confirmó que no se repetiría de ningún modo a lo largo de su vida.
Taehyung se llevó su corazón y parte de su alma a Inglaterra, y Yoongi aún estaba esperando que se le devolviera para poder comenzar a cumplir con su deber.
En su camino hacia el enorme jardín que alguna vez su abuela, la reina madre, había cuidado con tanto cariño, notó la presencia de muchos jardineros, así como también algunos hombres y mujeres del personal del castillo.
Todos murmuraban a su alrededor y el nombre de su padre rondaba en las bocas de las personas del reino. Para ningún ciudadano de su país y del resto del mundo era sorpresivo que, al pasar los años, la salud del honorable Rey Min Daehyun estaba empeorando hasta el punto de que apenas podía levantarse de la cama, y por eso mismo, su esposa e hijo cumplían con las labores que se le habían tornado imposibles al amado y respetado monarca de Corea.
Para el primogénito de Daehyun fue muy duro verlo en un estado deplorable y hasta preocupante. Los médicos y enfermeros salían y entraban a los aposentos del rey veinticuatro horas seguidas.
Ningún análisis, ningún estudio arrojaba un resultado que aliviara a la familia. En cierto momento, Yoongi intentó convencer a su padre de enviarlo al mejor hospital que conocía en los Estados Unidos y también en Inglaterra. Pero este siempre se negó.
Dejaron que el tiempo pasara y empeorara su salud hasta volverla incorregible.
Tras haber cruzado el jardín, Yoongi finalmente había dado con su sitio de escape. Consistía en un hermoso paisaje, un par de hectáreas de árboles y flores que en su centro habitaba un lago no muy grande y para nada cristalino. Todo aquello se ubicaba detrás del castillo a una distancia considerada, pero aunque el pelinegro podía haber tomado una ruta más corta que se encontraba dentro de la cocina, temía que su fiel compañero, su mejor amigo y guardia real Jung Hoseok lo descubriera y optara por ir tras él.
Necesitaba tomar aire en soledad porque pocas veces podía hacerlo cuando la responsabilidad, el Parlamento, los ministros y su madre lo hostigaban y respiraban sobre su nuca en cada momento. Además, el estado de salud de su padre empeoraba su estrés y hacía que todo fuera más difícil de sobrellevar porque vivía tan preocupado y alterado por Daehyun que apenas había podido dormir en semanas.
— ¿Qué estás haciendo aquí?
Volteó, encontrándose con la mirada de su madre.
—Quería alejarme del castillo por unos minutos, pero de inmediato volveré a los aposentos de mi padre —indicó con severidad, y su madrastra sonrió.
—Aún recuerdo cuando usted desaparecía del castillo y siempre lo encontrábamos aquí. Era un joven muy travieso —habló bajo y repleta de nostalgia.
—Es el mejor lugar de todos, reina Hyori, lo he pensado toda mi vida. Pero recuerdo cuán molesto se sintió su majestad cuando decidí desaparecer el día del bautizo del príncipe Geumjae. Todos deseaban verme durante la fiesta, y mi padre envió a muchas personas para traerme de vuelta al castillo —relató con una sonrisa colándose por sus labios.
—Su padre no tiene fuerzas suficientes ni siquiera para reír, y Geumjae ha hecho su mejor show de stand-up hoy. Debería oírlo algún día —aconsejó, regresando su mirada hacia el lago. Le daba toda la razón a Yoongi cuando le decía a todos que ese lugar era simplemente maravilloso y tranquilo.
—No me considero cercano al príncipe Geumjae, reina Hyori, pero haré el intento cuando la salud del rey muestre mejoras —indicó sin voltear a verle.
—Geumjae es su hermano, príncipe Yoongi —Hyori ladeó su rostro, observando detenidamente al menor. La posición del príncipe con respecto a su hijo jamás había sido de su agrado, puesto que siempre soñó con verlos unidos y disfrutando de una relación bonita entre hermanos y siendo fieles compañeros para enfrentarse a aquel trono desgastante y estresante.
—Yo no lo considero como tal.
— ¿Algún día me dirá que no lo considera como tal si biológicamente ha nacido del vientre de su difunta madre, la reina Yeobeen? El príncipe Geumjae lo respeta mucho a pesar de su indiferencia, Alteza real.
—Seré su monarca algún día y el respeto es la enseñanza principal en su educación, reina Hyori.
—Usted tiene razón, sin embargo...
— ¡Su majestad, príncipe Yoongi! —Un grito ensordecedor y preocupante aturdió los tímpanos de ambos, y voltearon al mismo tiempo.
Una mujer se aproximó hacia ellos con desesperación, preocupación y agitación, encendiendo las alarmas tanto de Hyori como del pelinegro.
—Explícanos qué ocurre, pero primero necesitamos que guardes la calma —ordenó Yoongi sin titubear, mientras Hyori luchaba contra la angustia, ya que algo en la mirada de esa mujer no presagiaba nada bueno.
La joven respiró profundo, acatando la orden del príncipe, y después de una eterna espera, finalmente pudo hablar. Sus ojos estaban rojos, como si hubiera llorado con anterioridad.
—Se trata de su majestad el rey...
Sus palabras quedaron suspendidas en el aire, ya que tanto el príncipe como Hyori avanzaron hacia el castillo a paso apresurado, aunque luego decidieron correr sin tener el menor cuidado alguno.
Todo pareció transcurrir en cámara lenta, como en las escenas de esas antiguas películas que Daehyun solía mostrarle a Yoongi cuando era un niño travieso.
El príncipe y la reina subieron las escaleras a la par del otro, giraron hacia su derecha y se encontraron con el enorme pasillo de las habitaciones reales lleno de personal del inmenso castillo.
— ¡Su majestad! —El médico personal de Daehyun fue el primero en acercarse, y al hacerlo, se inclinó en una reverencia de noventa grados.
— ¿Qué ocurrió con mi esposo, médico Kwon? —preguntó alterada y el médico solo levantó su mirada con pena y tristeza, señal clara de que ese presentimiento que se había instalado en su pecho finalmente resultó ser cierto.
Yoongi no esperó a recibir algún informe médico y corrió junto a la reina hacia los aposentos de su padre. Sin embargo, al tumbar las enormes puertas, el cuerpo de su padre estaba siendo cubierto por las enfermeras con unas sábanas blancas. Su madrastra ingresó solo segundos después para presenciar tal escena; ambos quedaron sin palabras por lo que estaban viendo.
—No, no, ¡no! —Un alarido espantoso de la reina retumbó por aquellas paredes.
Hyori se abalanzó hacia el tibio cuerpo fallecido de su marido, dejando al descubierto su rostro y echándose a llorar de manera escandalosa, desconsolada y alarmante para los súbditos que aún permanecían dentro de la habitación con sus cabezas inclinadas hacia abajo en señal de respeto.
Por su parte, Yoongi no podía mover ni un solo músculo mientras era testigo de los lamentos de su madrastra y la forma en que se aferraba al cuerpo de Daehyun con fuerza, siendo incapaz de soltarlo. Podía apostar que lastimaría a cualquiera que se acercara a apartarla de su esposo, y una parte suya sintió compasión por esa mujer. Aunque no fuera de su agrado, entendía y admiraba el amor tan puro que sentía por el rey, leal y fuerte a su lado, como lo hubiera hecho su madre Yeobeen.
— ¡No puedes dejarme, cariño, por favor! —sollozó fuerte, depositando un beso sobre la frente de su esposo.
Tras un prolongado período observando el inicio de un duelo angustiante para Hyori, Yoongi fue retirado de la habitación por uno de sus súbditos y su alma gemela, el general Jung.
No comprendió en qué momento su guardia real lo sacó de la habitación, sujetándolo con firmeza porque sus pies preferían mantenerse a unos pasos de Daehyun, y se encontraba en un estado de shock peligroso del cual no podía salir.
Hoseok lo arrastró por el pasillo, pero un repentino sollozo delató también las lágrimas que el joven Yoongi se esforzó por ocultar, y tuvo que utilizar ambas manos para cubrir su rostro. Cayó de rodillas al suelo, sin importarle quién lo estuviera observando, pues un balde de agua fría había caído sobre su cabeza y una tormenta de sentimientos se estaba gestando en su corazón.
Aún en el pasillo, los lamentos de Hyori se escuchaban con claridad, lo que alteraba considerablemente los nervios del príncipe, a quien su guardia y mejor amigo intentaba consolar arrodillado con un abrazo reconfortante. Todos entendían la importancia de Jung para Yoongi, por lo que nunca cuestionaron la naturaleza de su relación.
—Él no puede hacerme esto, y yo no estoy listo para tomar su lugar —sollozó sobre el hombro de Hoseok.
—Oh, Yoongi —Hoseok mordió su labio con fuerza, conteniendo las lágrimas producto de su corazón roto al sentir a su mejor amigo desmoronándose entre sus brazos.
Es la primera vez que hago una historia YoonTae, pero me emociona mucho 🥺
De todas maneras, últimamente me siento muy floja con respecto a la escritura así que sepan disculpar si la lectura se siente algo pesada xd.
ALEX 🧊
CORREGIDO.
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