【┆❝ ❣; 14┆】

❝ Que pague la cena... ❞

Joshua Burns

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-Bien, quiero un pescado al vapor, dorado en mantequilla acompañado de una ensalada ligera y algo de vino... quizá blanco.-

El camarero anotó su pedido

-Y para la señorita... tal vez una ensalada.-Levantó una ceja divertido

Ella sonrió arrugando la nariz y cerró su menú

-Tal vez no.-

El camarero hizo el mismo gesto que el famoso actor de cine cuando la joven finalmente habló

-Quiero pollo, pollo asado, costillas de cerdo. Una orden papas fritas, quizá algo de pizza, también traigame otra orden de aros de cebolla... y añádale, añádale algo de col.-Sonrió amablemente. Extendiéndole su menú al mesero

El cual miró de reojo al joven y luego silbó

-Una señorita exigente.-Bromeó al recivirlo. Ella asintió sonriente y luego este se retiró

Mirando al joven con diversión

-Si no quieres comenzar con una orden de mosquitos y moscas en tu paladar. Te recomiendo que cierres la boca.-

Este obedeció. Aún impresionado, tanto que una sonrisa inevitablemente se le escapó de los labios

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Habían pasado veinte minutos desde que su orden llegó y la comida fué servida. Veinte minutos y el joven no había provado bocado alguno, viendo como ella devoraba su comida

Y eso que había sido él quien la invitó a salir

Se había equivocado al pensar que no podría ella sola con todo lo que ordenó. Y vaya que si

Aquella chica sin duda estaba llena de sorpresas

-Veo que no me equivoqué contigo.-

-¿Eh?.-

Esta vez fué ella la que frunció el ceño, con una pizza en sus labios y algo de grasa en su mejilla

Mirándolo de una forma tan inocente que le hizo cosquillas en el pecho

Este sonrió inevitablemente y se puso de pie para juntar ambas manos en su boca

-¡Mesero, por favor vuelva aquí!. ¡Me gustaría pedir algunas cosas más del menú!.-

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Quien diría que el caballeroso y apuesto Joshua Burns era también un experto tragón. Porque sin duda las personas que los estaban viendo devorar todo en la mesa, de uno de los restaurantes más finos y elegantes de la ciudad, no

Pero bueno, son algunas de las cosas que hay que ver e esta vida para poder creerlas

Como el que la hermosa joven de sus fantasias sea la misma que tenía salsa de papas en sus dedos. Diablos, eso sin duda no se lo hubiera esperado ni en sus más ridículas fantasías

-¡Hey Burns, pásame la sal!.-

Y aún así pasó

-No deberías ponerle tanta sal a la comida. Digo, ya tiene bastante.-

-Me gusta salada. ¿Qué te puedo decir?, es un mal hábito mio.-Sonrió

Con algo de brillo en sus labios por tanta comida grasosa. Joshua sonrió, fantaseando internamente con sus propias ideas

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-Diablos señorita. No pensé que te lo terminarías todo.-Rió con asombro al ver que ella realmente había terminado su plato

Esta levantó los hombros sin verguenza alguna, Joshua había acabado con cinco platos y tres órdenes de aros de cebolla él solito. Realmente no tenía de qué quejarse

-¿No querrás el postre, o si?.-Preguntó en broma

Ella sonrió

-Tengo algo mejor en mente.-

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-¿Segura de que es aquí?.-Preguntó él

Ella lo jaló del brazo, poniéndolo a su lado para que así ambos pudieran ver la maravillosa vista desde lo alto del puente. Que se extendía a todo rincón de la ciudad que jamás duerme, frente a sus ojos

-Woah... es realmente maravilloso.-

-¿Verdad que si?.-

-Imagina lo que sería saltar con un para caídas desde aquí.-Murmuró maravillado

-¿Espera, que?.-

De pronto Joshua se sostuvo del borde y se subió a este ágilmente como quien no le teme a la muerte

Entonces ella abrió los ojos excesivamente y se asustó

-¿Te quieres dar en la madre o que?.-

Él rió

-No, tranquila. No pasará nada si no caemos.-

-¿Caemos quienes?, porque yo no me voy a subir contigo. Estás loco.-Rió ella

-¿Estás segura?.-Inquirió este, con una sonrisa maliciosa. Jalándola del brazo hacia arriba para sugetarla de la cintura

-¡JOSHUA, MALDITO ENFERMO MENTAL!.-

Reaccionó al apoyar los pies sobre la baranda. Forzadamente, él la estaba sugetando. Un movimiento en falso y ambos caían

Y morirían... luego él iría al infierno por psicópata y ella al cielo por niña buena y cristiana

-¡Estás demente!, ¡Quiero bajar de aquí!. ¡Suéltame!.-

Él la abrazó de la cintura. Haciendo que se apoyase en él, luego se acercó a su oido y le susurró

-Abre los ojos.-

-¡Que te den!.-

-Tn... confía en mi.-

-Tu mamá es la que va a confiar en-...

Cuando abrió los ojos, lo primero con lo que se encontró fué la sonrisa del Burns. Y acto seguido lo primero que hizo fué darle una bofetada

Él apretó los labios y la miró con el ceño fruncido

-Eso era innecesario.-

-Créeme que lo mereces.-

-Tu eres todo lo contrario a lo que pensaba de ti cuando te invité a salir.-

Ella sonrió divertida

-¿Ah si?, ¿Qué esperabas Peter loco Parquer, Una Marie Jane?.-

-En realidad...-

Acortó la distancia, acariciando su mentón con una mano. Mientras sus orbes verdes la miraban fijamente con atracción

-No me quejo. Acabaste con todas mis espectativas en esta cita... y te diré que; no me quejo en lo absoluto.-

Ella levantó una ceja. Entonces él sonrió

-Juro por mi largo historial de guiones que jamás vi a una dama tan hermosa comer pollo con los dedos en vez de tomar los utensilios.-

"¿Para qué?, solo estorban." Pensó fugazmente

Pero prefirió quedarse callada, sobre todo cuando él abrazó su cuerpo, poniéndola al frente de todo lo que las luces de la gran ciudad podían ofrecerles esa noche

Sus ojos brillaron al sentir la emoción de estar de pie en un lugar tan alto, corriendo el riesgo de que quien los viera les llamase locos

Y sin embargo no sentía temor. Pues la fría brisa podía chocar contra sus mejillas y la sensación de altura hacer que sus piernas temblasen. Pero él la estaba sugetando

Y en ese momento, estaba plenamente convencida de que confiaba en que no la soltaría

Claro, a no ser que aparte de loco. También sea homicida

-Me sorprende que me trajeras aquí.-Murmuró él, en un tono sereno. Mientras contemplaba la vista

-¿Por qué?.-

-Creí que me llevarías a alguna cafeteria o heladería nocturna.-

-Ah... eso.-

-Dijiste que querías el postre, ¿No?. Pues ahora estoy confundido.-

Ella se volteó con cuidado, mientras él la miraba confuso. Y cuando sus miradas se encontraron, esta sonrió

-Me refería a otro tipo de dulce.-

-¿Cual?.-

Entonces lo besó. Rozando la piel de sus mejillas con sus manos frías, mientras él sintió por un momento esa corriente recorrerlo y hacerle perder el equilibrio un momento

Antes de sugetarla y aventurarse a probar algo que para él había sido misterioso y enigmático durante esa cena... Sus labios

Curioso y a su propio ritmo. Descubrió que ella tenía razón, aquella era una sensación dulce y cosquillosa, que hacía que su corazón se agitara con fuerza

Y que por un momento, todas esas mágicas historias de cine y teatro cobraran vida en su imaginación, junto a ella

Sus bocas se separaron, pero aquella sensación duró un par de segundos en los labios del moreno. Cuya mirada brillaba de la dicha

Ella sonrió, y bajó ambas manos hasta sus hombros

-No sé tu. Pero yo quedé con hambre...-

-Concuerdo...-

-¿Vamos por un helado?.-

-¿Espera, qué?.-

Ella rió

-El postre. Anda vamos, yo invito esta vez.-

En ese momento Joshua reaccionó y comprendió lo que ella quería decir. Y no lo que había entendido su cerebro

Entonces la miró rendido y con una sonrisa, más animado que antes

-Tu ganas.-

Bajaron del puente mas alto donde se podían apreciar las luces de tpda una ciudad. Y fueron juntos al Mc Donalds las 24 horas, más cercano a por un helado

Eran un par de tragones. Al menos podría decirse que la noche había terminado bien para ambos

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