【┆❝ ❣; 08┆】

❝ Me recuerde siempre lo hermosa que soy... ❞

Zac El Alba

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-Hmn. Quizá si...-

Se giró de lado para verse en el espejo. Viendo lo mal que se veían esas longitas extra

-Joder, debí aceptar cuando me propuso lo de empezar a ir juntos al gimnacio.-Maldijo

Ese día habría un en vivo para entrevistar al equipo completo de Sunshine Studios. Y posterior a eso, la grabación del videoclip previo al lanzamiento del disco oficial de Zac

Quien al ser su recién oficial novia, la había invitado a participar junto con el elenco de producción

Sin embargo, había un pequeño problemillo

Uno o dos kilos extra que se amoldaban a la perfección con su cadera. Rompiendo por completo la estética del uniforme de porrista

Porque si, el maldito vestuario era de porrista. Con pompones y todo

Doble auch para la pobre chica quien aún se debatía si seguir perdiendo el tiempo viendo como su contextura la hacía quedar mal en aquel vestido o salir ya

Se miró una última vez en el espejo, sumamente nerviosa y tomó los pompones con una mano, luego abrió la puerta

Y antes de salir, asomó primero la cabeza para ver la mitad del perímetro a ver si no había moros en la costa. Luego salió un poquito más

Para ver la otra mitad, luego un poquitito más, dejando ver media parte de su cuerpo. Para finalmente cerciorarse una última vez de que al menos no la verían salir de los camerinos

Hasta que se dió la vuelta, lista para cerrar la puerta cuando lo vió

Parado al fondo del pasillo.
Viéndola de pies a cabeza

Muy descaradamente

Diablos.

Su enrojeció por completo hasta las orejas, y como alma que lleva el diablo abrió la puerta de los camerinos otra vez, dio la vuelta torpemente soltando los pompones blancos al suelo y cerrando de un portazo

Para luego llevarse las manos a la boca mientras su espalda se pegaba a la puerta

Y poco a poco sus piernas fueron doblándose hasta terminar sentada en el suelo, abrazando sus rodillas con verguenza

No podía creerlo. Zac la había visto salir

¡Con un demonio!

¡De todos los malditos lugares que había en Sunshine E!. ¿¡Tenía que estar precisamente ahí parado!!?

Jadeó incrédula. Cerrando los ojos con fuerza y deseando que si en algún lugar del mundo Dios todavía existe, que la tierra se la tragara ya

Mientras que del otro lado...

Zac tuvo que frotarse los ojos varias veces para creer lo que había visto

Había visto a su chica, avergonzada, tirar al suelo los pompones y correr de vuelta a los camerinos solo para que él no la viera

Okay. Contando todo lo de la planificación, el envivo, la grabación y los detalles cn el equipo de producción

Aquello era algo que sin duda no se esperaba

Se acercó lentamente hacia la puerta, miró los pompones en el suelo y rió

Por alguna razón aquel gesto le pareció tierno por parte de ella

Ridículamente tierno

Y sonrió, antes de agacharse para tomarlos

Luego tocó la puerta, con una sonrisa en su rostro

-Hola, me dijeron que por aquí pasó una linda porrista. ¿De por casualidad la has visto?, es que dejó sus pompones y quiero devolvérselos.-

Zac rió cuando escuchó un muy suave pero audible "La concha de su...", del otro lado de la puerta

Si, no se había equivocado en lo absoluto. Era ella

-No está aquí. Creo que se fué con las demás.-Escuchó en un tono bajo

Entonces chistó

-Oh que mal. Entonces, ¿Puedo dejarlos contigo?.-Insistió

No hubo respuesta por un par de segundos, hasta que la puerta se abrió sólo lo justo y necesario para que su mano pudiera tomar los pompones

Él la tomó, lanzando a un lado los pompones para jalar su mano y verla

La puerta se abrió por completo y ambas miradas se cruzaron. Entonces Zac la sugetó de ambas manos para que no pudiera huir

-¡Zac!. ¿Que haces?, ¡No!.-Protestó tratando de zafarse de su agarre

Pero este no cedió. Ni si quiera reaccionaba

Se le hacía casi imposible dar crédito a lo que veía

La blusa corta a cinco dedos del ombligo, el lazo que sugetaba su cabello, la falda azul y las medias blancas mas a bajo de la rodilla, las chapitas sonrosadas en sus mejillas

Y la forma en la que ella evitaba a toda costa mirarlo

Estaba tan avergonzada que incluso sus labios temblaban por hacer un puchero

Aquello le hizo gracia y la sugetó de la cintura

Buscando la forma de hacer que lo mirara

Pero ella no cedió, en su lugar ágilmente se dió la vuelta y casi huye, de no ser por los brazos del Alba apresando su cintura

La escuchó chillar y quedarse quieta cuando sus brazos se aferraron a ella

-Tranquila, no hay por qué huir. Confía en mi...-Susurró con burla

Ella gruñó

-Déjame ir... no puedo salir así Zac. Endiende por favor.-Pidió insistentemente. Pero entonces Zac se puso aún mas obstinado y no la dejó ir

-Vamos estrellita. ¿Qué sucede?, creí que ya habíamos hablado de esto... no tiene por que darte verguenza conmigo.-

Levantó la mirada y vió que ella se cubría el rostro con las manos en un gesto de verguenza

-Vamos, confía en mi. Dime lo que sucede.-La incitó, buscando la manera de darle ánimos para confiar en él

La femina se lo pensó muy bien. Y aunque odiara reconocerlo, era cierto... se supone que debía confiar en él

Sin embargo se vería totalmente ridícula si le dijera lo que tenía en mente en ese momento

Entonces se dió lentamente la vuelta, sin mirarlo. Zac buscó su mirada, pero ella no cedió

Solo se quedó en silencio unos segundos

-No puedo... me da mucha pena Zac.-Susurró suavemente. Con la vista agachada y una expreción firme

Entonces él tomó sus manos y la miró, con una suave sonrisa

-¿Por qué deberías sentirte avergonzada?.-Le preguntó con ternura. Disimulando muy bien las ganas que tenía de reirse

Porque sabía que si lo hacía ella lo iba a golpear

Y como la mano de su chica es dura. Mejor se quedaba callado y trataba de ser lo más sensato que pudiera en ese momento

Ella apretó los labios. Sintiendo un fuerte nudo en su estomago

-¿Estrellita?.-

Tragó saliva. No pensaba responder a esa pregunta por ningún motivo

-Vamos. Confía en mi.-

Excepto ese

Su mirada contectó con la de su contrario y Zac pudo ver muy bien el sonrojo en sus mejillas

Y el ceño fruncido en su rostro

-Solo no puedo y ya. No me siento cómoda así, no soy como las demás bailarinas.-Concluyó terca

Entonces una suave risa se escapó de sus labios

-¿Que no?, ¿Y quien dijo que eso importaba?.-

Ella lo miró

-Mírate estrellita. Estás desbordante. ¿A quien le importa lo de más?.-

Ella frunció el ceño, y sus labios hicieron un puchero. Al cual el muchacho ya no se pudo resistir

La tomó desprevenida y le dió la vuelta, entrando ambos al camerino y poniéndose juntos frente al espejo. Sintiendo como se puso rígida al instante

-¿Lo ves?.-

-Zac, hablo en serio. No es...-

-Mira bien estrellita. Y dime lo que ves, porque si tu no ves lo que yo veo entonces trendré que pedir que cambien los espejos o que los pulan bien.-

-¿Cambiarlos por cuales?, ¿Los de la casa de espejos de la feria?.-Bufó ella

-Espera, ¿Qué?.-

-Olvídalo, Zac. Porfabor, esto es... embarazoso.-

-No, no, espera un segundo.-

La mirada del joven se quedó fija en el reflejo. Haciendo estremecer a la joven, quien se sentía presa de su atención

Pero el diablo existe, carajo

Entonces las manos de Zac recorrieron su cintura desde sus espaldas. Provocando que diera un brinco

Entonces la abrazó por la espalda y besó su hombro

-Sigo sin entender.-Respondió

A lo que ella chasqueó

-El espejo está normal. Y lo sé porque me veo fabuloso en el.-Alardeó

A lo que la femina rodó los ojos con una sonrisa

-Pero, ¿Por qué tu no puedes ver lo que yo veo?.-

Entonces su manos bajaron hasta las de él

Al igual que su mirada

-¿Y qué es lo que ves?. Porque yo no lo veo.-

-Veo una hermosa estrellita asustada.-Respondió. Haciéndola reir

-Zac.-

-Y la verdad no entiendo por qué.-

-Zac...-

-Si está igual de reluciente y hermosa que siempre.-

La vió sonreir, suavemente. Sin mirarlo aún

-¿De verdad?.-

Entonces él le dió la vuelta y la miró a los ojos

-Créeme. Sé de lo que hablo.-

Ella encaró una ceja

-¿Porque eres Zac El Alba?.-Respondió, haciendo énfasis en su alter ego

-No.-

-¿Entonces?.-

-Porque para mi. Puede haber cientos de estrellas en el cielo, pero la más reluciente de todas será solo una. Una que es pequeña y titila en medio de la oscuridad.-

-Que cursi.-

-Una que eres solo tu.-

Y calló. Mirándolo por unos segundos

-You're my star. My only star~...-Cantó

Haciéndola sonreir

-I be you're sunshine. And I will be for you, for so much long~...-

Entonces ella lo calló. Poniendo un dedo sobre sus labios

-You're my Sunshine... and I your star~... I can shine for you, but if you keep fucking I'm going to hit you. My star~...-

Él rió. Y ella lo besó

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