Capítulo 5
YoonGi:
Dios, esa chica me vuelve loco, ¿como se atreve a enfrentarme a mi? La verdad es la primera vez que alguien hace eso conmigo.
Salí del aula para no tener que verla y en el camino me encontré con Baekhyun, el último con quién me quería encontrar, pasamos uno junto a otro y no nos miramos, pero al parecer no quiso que quedara así.
- Pensé que habías dicho que nunca volverías - se detuvo.
Me giré y lo miré.
- Pensé que habías dicho que jamás me hablarías - volví a caminar.
- Es cierto, pero creo que me volví igual a ti, me olvido de mis promesas - caminó hacia mi.
- Lo mejor que haces, y te voy a decir algo, no me vuelvas a dirigir la palabra, ¿ok? - terminé de hablar y me fui.
Al llegar a mi casa en la tarde me encontré con mi padre esperándome.
- YoonGi - solo dijo mi nombre.
- ¿Qué pasa? - giré a verlo.
- Tengo que irme a un viaje de negocios y no quería irme sin antes decírtelo - dijo mientras tomaba su equipaje.
- Está bien - subí a mi habitación, no sé por qué se está comportando así, él se iba de viaje y yo ni siquiera me enteraba.
Soo:
Al llegar a casa me encontré con mi madre mirando unos papeles y el reloj.
- Mamá, ¿que estás haciendo? - me acerqué y la saludé.
- Estoy haciendo unas cuentas - volvió a mirar el reloj.
- ¿Y por qué miras tanto el reloj? - puse mi mochila encima de la mesa.
- Es que tengo que ir a un trabajo que me dieron hoy y creo que no me va a dar tiempo, estoy viendo aquí los horarios de mis otros trabajos y no creo que pueda ir a tiempo, es una lástima, el pago es muy bueno - noté su rostro preocupado.
- ¿Y que tipo de trabajo es?
- Es en una casa, hay que limpiar y cuidarla, solo eso.
- ¿En que horario es?
- Después de las cuarto de la tarde hasta las ocho.
- Mamá, ¿que tal si voy yo? Es después de mis clases, creo que puedo hacerlo yo y así no lo perdemos - le dije mirándola con cara convincente.
- No estoy segura Soo.
- ¿Como que no? Yo puedo hacerlo - le dije tomándola del brazo.
- Bueno está bien, pero tienes que empezar desde hoy, te voy a dar la dirección, espera, ya firmé el contrato.
Me dio la dirección y entonces subí a mi cuarto para cambiarme el uniforme e irme al trabajo, bueno al menos tendré con qué pagarle los audífonos al antisocial lechoso ese, terminé y me dirigí a la parada del bus, no era muy lejos al llegar vi de frente una casa muy grande y bonita con un hermoso jardín.
- Wao - me quedé observando hasta que desperté de mi tontería y fui a tocar la puerta.
Se demoraban en abrir y entonces volví a tocar hasta que por fin me abrieron la puerta.
- ¿Qué haces aquí? - Min YoonGi estaba frente mi.
- ¿Tú que haces aquí - preguntó recostándose al marco de la puerta.
- ¿Vives aquí? - pregunté.
- ¿Me estás acosando o algo parecido? - frunció el ceño.
- ¿Yo? - lo que me faltaba, sus aires de grandeza nuevamente - Claro que no te estoy acosando, ni siquiera sabía que vivías aquí - dije señalando la gran casa.
- Entonces que es lo que estás haciendo aquí - volvió a hacer otra pregunta
- Creo que a trabajar, vine por el trabajo - dije un poco confundida.
- ¿Qué? ¿Eres la nueva empleada? - alzó sus cejas - ¿No eres menor de edad?
- Si lo soy, pero tengo que ayudar a mi mamá. - entré pasando de largo por su lado.
- Oye, ¿qué haces? Nadie te mandó a entrar - dijo siguiéndome - Sal de mi casa.
-
Vaya, esto es muy grande - miré todo a mi alrededor - ¿Donde están tus padres? Con ellos son lo que tengo que hablar para decirles que mi madre no podrá venir - me giré hacia él.
- Mi padre no está aquí, está viajando, por lo tanto yo mando y te voy a decir una cosa vete ahora. Mandaré a que busquen otra empleada.
- No por favor, necesito el trabajo, tengo que ayudar a mi mamá, ella está enferma y no tenemos más familia ¿Por qué haces esto? ¿Es por lo de los auriculares? Ya te dije que lo siento y que los voy a pagar, por favor - hice puchero y agarré la manga de su suéter, tuve que mentir para que no me echara.
- Suéltame, no me toques - jaló su brazo para que lo soltara - Está bien, te dejaré trabajar aquí, pero vamos a tener reglas.
- ¿Qué reglas? - dije frunciendo el ceño.
- Primero: no me vuelvas a tocar. Segundo: no te acerques a mi habitación - señaló arriba.
- Pero... - no me dejó hablar.
- No me interrumpas cuando estoy hablando - dijo levantando el dedo.
- Permiso, ¿eso que acabas de decir también es una regla o qué? - entrecerré mis ojos.
- ¡No! - alzó la voz - Mejor sigamos. Tercero: no le digas a nadie que estás trabajando aquí y menos me trates como conocido en la escuela, te queda claro.
- Mas o menos, tengo una pregunta, ¿puedo? - pregunté porque solo quería saber como iba a limpiar su cuarto si no podía entrar.
- No - dijo rotundamente alejándose y dejándome sola y ahora por donde empezar.
Comencé buscando los instrumentos de limpieza, después me dirigí a la cocina, comenzaría por ahí. Me demoré mucho tiempo pues es bien grande, después fui a limpiar a las demás partes de la casa, terminé a las siete y cuarenta y cinco minutos de hacer todo. Casi era hora de irme.
Y ahora solo me falta su cuarto, pero me dijo que no entrara así que no sé que voy a hacer, debería llamarlo y preguntarle.
Subí las escaleras y me paré en medio del pasillo, ¿cuál se supone que es su cuarto? Habían tres puertas a la derecha y tres a la izquierda.
- ¿Qué estás haciendo? - dijo parado detrás de mi.
- No sabes el susto que me has dado - chillé, había aparecido detrás de mi como un fantasma.
- ¿Ya terminaste? Si lo hiciste puedes irte - dijo sin mirarme.
- ¿Y tu...? - no pude preguntarle porque no me dejó terminar, solo entró a una de las puertas, la segunda a mano derecha.
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