Capítulo 2
Estaba muy cómoda en mi camita cuando la alarma decidió despertarme, la apagué y me quedé un rato dando vueltas.
— Oye niña, ¿no oíste la alarma? — era mi mamá que había venido a ver porqué no me había levantado — Vamos remolona, levántate ya o llegarás tarde.
— Ya voy mamá — le dije sin una pizca de ánimo. Me levanté, fui al baño, me duché y después bajé a desayunar.
— Menos mal, pensé que te había pasado algo allá arriba — dijo poniendo los platos en la mesa.
— Sabes que siempre me demoro. Mamá, ¿has visto mi pulsera? No la encuentro — pregunté tomando un pedacito de pan y un poco de jugo.
— No, no la he visto. Seguramente la tienes por ahí regada.
— Sí, debe de estar por aquí cerca, cuando venga de la escuela la buscaré. ¿Por fin que te dijeron los del restaurante?
Hace unos días me había contado que había ido a una entrevista de trabajo en un restaurante muy fino y que si la aceptaban ya no tendría que hacer mas trabajos de medio tiempo.
— No me han llamado aún, pero todavía tengo esperanzas de que me llamen. Quedan algunos días — se sentó frente a mi.
Estornudé en cuanto terminó de hablar.
— ¿Qué fue eso? ¿Te irá a dar gripe? — se acercó a mi y tocó mi frente para comprobar mi temperatura.
— No es nada de eso, debe de ser porque me mojé ayer cuando venía para la casa — respondí mientras limpiaba mi nariz con un pañuelo.
— Mira que te he dicho que lleves un paraguas, pero tu nunca me haces caso — movió su cabeza a ambos lados negando.
— Está bien, no es para tanto. Me voy, nos vemos luego — le di un beso y me fui. Salí colocándome mis auriculares para escuchar música, me detuve en la parada del autobús.
Cuando llegué me bajé del bus y me dispuse a esperar a Chaeyoung, desde el curso pasado siempre he hecho lo mismo, cada vez que llego la espero fuera.
Me senté en un banco y entonces frente a mi para un auto, era negro, hasta las ventanas eran oscuras, no podía ver quién estaba adentro, seguí observando hasta que se abrió la puerta y salió un chico.
Es el chico de ayer.
Su piel era blanca como la leche, su cabello negro azabache resaltaba sus pequeños ojos rasgados. ¿Cómo no recordarlo? Pero había algo extraño en él, su mirada, no me gustaba su mirada, impetuosa y arrogante.
Al bajar y quedar frente a mi me miró.
—¡Hey! — era Chaeyoung que había llegado.
— Vamos.
— Sí, vamos — dijo enganchándose a mi brazo y comenzando a caminar.
Entramos a la escuela y veo a Baekhyun sentado con algunos de sus amigos
— Mira Chaeyoung es Baekhyun, ya regresó.
— ¿Y ese entusiasmo? ¿Ya decidiste decirle que sí y formar su bello romance?
— ¿De qué estás hablando tonta? Solo me da alegría verlo, como amigo nada más — seguimos caminando en dirección a él, nos vio, se paró y se dirigió hacia donde estábamos nosotras.
— Hola Soo — dijo acercándose a mi y dejando un pequeño beso en mi mejilla — ¿Cómo has estado? Te extrañe mucho en estos dos meses
— Estoy bien gracias y yo también te extrañé mucho —le sonreí
— Ay si y a mi nadie me extraño — protestó Chaeyoung haciendo puchero.
— Claro que te extrañé — pasó su mano por su cabello haciendo un tremendo desorden en él.
— ¡Ya basta! Mira como me has despeinado, me las pagarás — dijo quitando las manos de Baekhyun y alejándose de ahí.
— Y bien, dime que hiciste en las vacaciones —me preguntó pasando su mano por su cabello.
— Pues bien, ya sabes, tuve que ayudar a mi mamá ¿Y tu cómo la pasate? — pregunté.
— Bien, estuve con mi familia.
Mientras Baekhyun y yo conversábamos acerca de las vacaciones y de porqué no me había llamado, sonó el timbre para entrar a clases como somos del mismo salón fuimos juntos.
— ¿En dónde te sientas? — me preguntó.
— En la última mesa, la que está cerca de la ventanas — respondí.
— ¿Por qué siempre te sientas en lo último? Nunca me puedo sentar contigo por eso.
Baek tenía problemas en los ojos, no era grave, pero no podía sentarse lejos de la pizarra porque no ve bien de lejos.
— Lo siento pero me gusta sentarme aquí — todos comenzaron a llegar y a tomar sus asientos, llegó la profesora y todos hicimos silencio.
— Buenos días chicos — saludó dejando sus libros sobre la mesa.
— ¡Buenos días! — respondimos todos a coro.
— Bien saquen sus libros, hoy comenzaremos con...
Fue interrumpida por alguien, al parecer le había pedido que saliera. Pasaron unos minutos, volvió a entrar y detrás detrás de ella entro alguien más.
Oh, es él otra vez.
— Chicos, quiero presentarles a su nuevo compañero, él es Min YoonGi y estará con nosotros a partir de ahora.
Todos quedaron callados y mirando al chico nuevo, él no parecía un chico normal, pues cuando se entra nuevo a un salón la mayoría de las personas se ponen nerviosas y bajan la cabeza o bueno esa es mi manera de pensar. Pero este chico no, aún seguía con su expresión arrogante y con la cabeza en alto.
— Te sentarás en...
En ese momento la profesora miró alrededor del salón para ver que lugar estaba desocupado, yo también observé y me di cuenta de que él único lugar vacío estaba a mi lado.
¿Es en serio? Pensé que solo sucedía en las películas.
— Ah, mira, te sentarás al lado de Soo, la chica que está sentada al final.
El chico me miró y se dirigió a sentarse a mi lado, yo no sabía qué hacer, no sé si mirarlo o no, solo bajé la cabeza disimulando con mis libros.
Pues no, no sólo sucede en las películas.
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