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Capítulo 17

YoonGi:

Había terminado el día. Soo no me había hablado lo que me pareció raro, si hubiera sido hace unos días lo agradecería pero no, ahora me gusta, por más que a veces sea molesta me gusta, cuando está conmigo, cuando no deja de hablar, cuando me saca una sonrisa. Ha logrado que me guste estar aquí. Ha hecho que vuelva a sentir felicidad. Y que mis días no sean tan patéticos.

— ¿Escribiste algo? — me preguntó saliendo de la escuela.

— No — le respondí poniendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

— ¿Por qué? — alza sus cejas.

— No sé, no he tenido tiempo. Además no tengo mucha inspiración — respondo y veo como se queda pensativa.

— ¡Ya sé! — sonríe viéndome, es tan linda cuando sonríe así —  Vamos — me toma del brazo.

— ¿A dónde? — pregunto siendo arrastrado por ella.

— A algún lugar — ríe y sigue caminado conmigo arrastrado.

Soo:

YoonGi necesita inspiración, no sé cómo se obtiene inspiración para hacer una canción, pero creo que un día diferente le hará bien. Lo llevé hasta el centro, habían muchas cosas porque eran días de ferias y fiesta.

— ¡Oh! — señalé un local donde ponían algunas latas y tenías que tirarlas todas para poder obtener un peluche — ¿Me consigues uno? — puse ojitos adorables.

Me miró serio y pensé que no lograría que hiciera eso por mi. Pero me equivoqué, se acercó y tomó la bola para tirar.

— Será difícil YoonGi, apunta bien — me puse detrás de él.

— Pff — bufó riendo — Ya verás, será solo una vez y caerán todas — dijo con aires de grandeza, yo volteé los ojos y miré hacia delante.

Lo tiró y ni siquiera le dio a uno, es que ni se acercó.

— ¡Va! Y eso que sería una sola vez — me crucé de brazos.

— Solo estaba calentando — se giró nuevamente, me volví a poner detrás de él muy cerca.

— Anda que tu puedes — dije cerca de su oído y lo desconcentré por lo que volvió a fallar.

— ¿Ves lo que has hecho? — me miró con el ceño fruncido.

— Yo no tengo la culpa de que seas tan malo, ya dejalo así. No quiero nada — hice puchero.

— Eres bastante malo niño, ya no lo intentes mas — habló el señor que estaba allí, YoonGi lo miró muy serio y volteó los ojos.

— No — me tomó del brazo y me puso a su lado — Lo conseguiré para ti — vuelve a tomar la bola y mira fijamente el objetivo, se prepara para tirar y cuando lo hace da en el mismo medio haciendo que todas las latas caigan sin excepción de una.

— ¡Wao! — dije con emoción — Eso fue genial — lo miré sonriendo.

— Ten — me alcanza un osito de tamaño mediano color blanco.

— Gracias — lo tomo y lo abrazo. Es muy bonito, no puedo creer que lo haya ganado para mi — ¿Cómo debería ponerle? — me quedé pensando.

— Es un peluche, no tienes que ponerle nombre — niega con la cabeza.

— Claro que si Señor Min ¡Oh! ¿Debería ponerle así? — lo miro

— ¿Cómo?

— Señor Min, así se llamará — río

— Cada día más tonta — dice y comienza a caminar — ¿Ahora qué vamos a hacer? — me pregunta mirándome con una sonrisa. Está un poco raro, ahora está súper sonriente. Ganó este peluche para mi y todavía quiere surgir conmigo.

— No sé — miré alrededor y vi bicicletas de pareja, siempre he querido montarme en una de ellas — Mira, vamos a dar una vuelta en una de esas — le señalé y miro hacia donde estaban. Lo arrastré hasta allí.

— Hola — saludé al muchacho que las tenía — ¿Cuánto cuesta alquilar una de estas? — le señalé.

— Solo 25.000Wons — me sonrío — ¿Alquilará una?

— Si–ñ — asiento con la cabeza y trato de buscar el dinero en mi bolsillo de la chaqueta.

— Toma — YoonGi le entrega el dinero al muchacho y toma la bici. Me quedé observándolo con una sonrisa y fui tras de él — Anda subete.

Me subí a la parte de atrás con cuidado y YoonGi en la de adelante para llevar el timón.

Comenzamos a dar vueltas por todo el parque, era muy bonito, yo reía por todas las vueltas que estábamos dando en el mismo lugar gracias a él. YoonGi también reía y miraba hacia atrás a cada rato sonriéndome como un bebé. Era genial, parecía que se estaba divirtiendo y eso me encantaba, verlo feliz era lo mejor.

— Tengo sed — bajamos de la bici.

Miró alrededor y tomó mi mano llevándome hasta donde había una mujer vendiendo helados.

— Dos por favor — le sonríe a la mujer — ¿De qué lo quieres? — me pregunta.

— Vainilla — le contesté. Me dio mi helado y nos fuimos a sentar a un banco que había — Gracias.

— Gracias a ti — dijo mirándome con una bella sonrisa — Gracias por traerme aquí y hacer que me divierta — mira su helado y le da una probada.

— De nada — yo también tomé de mi helado — Me gusta hacerte sonreír.

— ¿Por qué? ¿Por qué haces esto? ¿Por qué siempre estás intentando estar cerca de mi y hacerme sentir bien? — me miró con una expresión curiosa.

— Porque me gustas — respondí sin mirarlo — Me gustas Min YoonGi — lo miré fijamente.

No sé como lo dije, solo lo sentí, quería que de una vez por todas supiera lo que siento. Mi corazón se quería salir de mi pecho y mis mejillas estaban a punto de incendiarse, no sabía como mirarlo, no tenía el valor de hacerlo.

— Ya es hora de que nos vayamos — me levanté caminado sin mirar atrás.

Llegué hasta la para del bus. Pensé que se había ido, que había tomado otro camino por lo que dije. Pero al llegar y sentarme el también lo hace, se sienta a mi lado y yo lo miro con los ojos muy abiertos, él sólo miraba hacia delante. Pasaron unos minutos muy incómodos, ni yo ni él hablábamos, era un silencio total, solo se sentía el sonido de los autos al pasar. Llegó el bus y vi que se levantó y subió, me quedé parada sin saber que pasaba.

— ¿Qué? ¿No subirás? — alzó las cejas.

— ¿Por qué subiste tú?

— Te acompañaré a casa, es tarde, será peligroso si te vas tu sola —  caminó hasta el final del bus y se sentó. Yo subí y me senté a su lado.

A estas horas no hay muchas personas en el bus, pero hoy no había nadie, solo éramos nosotros dos. Nunca me había sentido tan nerviosa, le había acabado de decir lo que sentía por él, pero él actuaba lo mas normal posible, como si nada.

¿Tan poco significan mis sentimientos para tí?

— Avísame cuando lleguemos — tomó los auriculares que yo le había dado, se los puso y recostó su cabeza en mi hombro.

Me limité a mirarlo cuidadosamente, tan lindo, tan tranquilo, me gusta tanto. YoonGi desde cualquier punto donde lo miraba me gustaba.

Los minutos pasaron volando, por más que quería que el bus no sugiera avanzando o que no parara nunca. Lo hizo y ya era hora de bajarnos, me gustaba tanto tenerlo cerca, así como estaba ahora que por nada del mundo quería despertarlo.

— Si ya llegamos, ¿por qué no te bajas? — dijo sin abrir los ojos.

Me tensé en el lugar y después reaccioné.

— Estaba a punto de hacerlo — me levanté y bajé rápidamente.

Caminé adelante todo el tiempo mientras YoonGi me seguía lentamente hasta que llegamos a la puerta de mi casa. Me giré hacia él nerviosa y lo miré.

— Bien, ya estás aquí así que me voy — se giró y yo lo detuve.

— ¿Eso es todo? ¿No me dirás nada? Ni siquiera me darás una respuesta — hablé en un susurro, pero él pudo escuchar. Me miró inexpresivo — No sé, solo quiero que me digas algo. Que no me quieres porque soy una pesada o porque soy demasiada fea — seguí hablado yo.

— No eres fea y tampoco pesada, bueno un poco pesada sí — ríe.

— Y te ríes ¡YoonGi esto es serio, no es un juego, de verdad me gustas, me gusta todo de ti, todo lo que haces, y si crees que soy una tonta por enamorarme, pues si soy una tonta que está locamente enamorada de ti! — en cuestiones de segundos sentí los brazos de YoonGi rodearme. Me quedé sin hacer nada, simplemente dejé que me apretara contra él, sentí su calor, su olor y como dejaba su cabeza descansar sobre mi hombro.

— Sí que eres tonta — acarició mi cabello — Pero una tonta muy linda — se separó un poco y me observó, acarició mi mejilla y sonrió, miró mis ojos y después dirigió su vista a mis labios.

Se fue acercando poco a poco hasta pegar sus labios con los míos. Mi corazón estalló en un sinfín de emisiones. Sentí como sus labios se movían suave y delicadamente, cerré mis ojos y seguí el beso.

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