Capítulo 13
— Hola — sonreí cuando él abrió la puerta. Puso una cara sería y a las vez curiosa.
— ¿Qué haces aquí? ¿Y por qué trajiste al animal contigo? — señaló a la perrita que traía entre mis manos.
— YoonGi... — reí nerviosa.
— ¿Que te pasa? — alzó una ceja.
— ¿Crees que Gilli se pueda quedar aquí? — hice puchero.
— ¿Gilli? — entrecerró los ojos — ¿Quién es Gilli?
— Mi mascota — acaricié a Gilli.
— ¿¡Qué!? — gritó tan alto que me asusté — ¿Quieres que esa cosa se quede aquí? Ni lo pienses, además tú fuiste la que lo recogiste. Cuídala tu entonces.
— Yo lo haría, en serio. Pero mi mamá me dijo que no podíamos tener mascotas y me da tristeza dejarla tirada, por favor — le dije poniendo más cara de perro abandonado que Gilli.
Me observó durante unos segundos serio y después suspiró mirando a la perrita.
— Está bien — me dijo y sonreí saltando sobre él — ¡Aléjate de mi con esa cosa pulgosa! — se echó hacia atrás.
— Eres él mejor, gracias — entré y fui hasta la parte de atrás de la casa.
— ¿A dónde vas? — preguntó siguiéndome.
— Me parece haber visto por aquí una caja, podemos meterla ahí para que no le pase nada o se pierda.
— Muy bien, eso es lo que tienes que hacer, porque si la veo rondando por ahí la tiraré a un basurero — dijo cruzándose de brazos.
— No seas tan malo — hice una mueca. Encontré la caja y la metí ahí dentro — Mañana le traeré comida y algunas cositas.
— ¿Hasta cuando piensas tener a esa cosa aquí? — señaló a Gilli.
— Que no es una cosa, es una perrita y se llama Gilli — rodeé los ojos.
Ríe a carcajadas dejando ver sus pequeños dientes y al mismo tiempo haciendo desaparecer sus ojos.
— ¿Por qué le pusiste ese nombre? Pobre de ti — dijo mirando a Gilli.
— Vaya, no sabía que podías reír así — abrí mis ojos. Su cara volvió a ser seria
— Ya tienes que irte, ¿verdad? — comenzó a caminar hacia la sala — Ah, se me olvidaba. Eres muy buena mintiendo.
— ¿Yo? ¿Por qué? ¿Cuándo he mentido? — hice una mueca.
— Ahora no recuerdas — entrecerró los ojos y yo seguía sin entender — El día que comenzaste a trabajar aquí, me dijiste que tu mamá estaba enferma y hoy puede ver que no era así — se cruzó de brazos.
Reí nerviosa.
—Lo siento, es una mentirita pequeña. ¿Puedes perdonarme?
— ¡Hey! — dijo Hoseok cuando me vio — Pero mira quién está aquí — ríe.
— Hola Hoseok — levanté mi mano en señal de saludo. Me había salvado.
— ¿Qué haces nena? — me giñó un ojo.
— Solo vine a pedirle un favor a YoonGi.
— Oh, pensé que habías venido a verme — puso su mano sobre mi y me pegó a él.
— ¿Por qué vendría ella a verte a ti a mi casa? — preguntó YoonGi quitando la mano de Hoseok y jalandome hacia él.
— No te pongas celoso amigo — ríe y mira burlón a YoonGi.
— ¿Por qué mejor no te callas de una vez antes de que te zafe los dientes? — amenazó YoonGi.
— Los dejo para que sigan con su conversación — salí.
YoonGi:
Soo se fue y quedamos Hoseok y yo en la casa.
— ¿Qué hacia aquí? Porque creo que hoy no era día de trabajo y mucho menos a esta hora — alzó las cejas con una fastidiosa sonrisa.
— Vino a pedirme un favor, ¿ok? No estés pensando otras cosas — desvíe mi mirada y me senté en el sofá encendiendo la televisión.
— Así que un favor, ¿cuál si se puede saber?
— Cuidar su cachorro por unos días — dije sin darle importancia.
— ¿¡Qué!? Pero esto es mejor de lo que yo pensaba — se sienta a mi lado, siendo lo mas ruidoso que puede — De verdad que no lo creo, lo veo y no lo creo, ¿aceptaste cuidar su cachorro cuando odias a los animales? — me mira con cierta incertidumbre — Te gusta, estás enamorado.
— Si seguro, como tu digas — volteé mis ojos.
— No en serio, te gusta esa chica, lo he notado, desde la primera vez que la vi aquí y juntos — ríe — Wao esto es de primera, Min YoonGi enamorado — vuelve a reír burlándose.
— ¡Que no estoy enamorado, ni me gusta Soo!, ¿entiendes? ¡No-me-gusta! — le grité mirándolo seriamente.
— Está bien ya, como tu digas — se giró y se fue.
Bufé.
Enamorado, si como no, lo último que faltaría, yo enamorarme de esa chica loca que lo único que hace es hablar y molestar. Se salva que es un poco linda o si no estaría perdida, aunque no seria difícil amarla, es tan cálida, a veces siento que puedo hablar con ella y confiarle todo, que entendería y apoyaría cada cosa que le dijera. De verdad no sería nada difícil.
(...)
Soo:
Bueno, por lo menos estoy tranquila, sé que YoonGi es como es, pero cuidará bien a Gilli.
Quiero llegar ya para preguntarle por ella y también para verlo, no sé que voy a hacer pero ese chico no sale de mi mente, al principio no lo soportaba, era una de las últimas personas en que me fijaría pero ahora es todo lo contrario.
Me gusta, me gusta tanto que no puedo siquiera dormir, pero como decirle, cuando ni siquiera le gusta estar conmigo, porque soy demasiado ruidosa o porque no dejo de hacerle preguntas.
— Soo... — escuché la voz de Chaeyoung un poco rota, la miré y vi que tenía la cara pálida y los ojos llenos de lágrimas.
— ¿Qué pasa? — me acerqué a ella y la abracé — ¿Por qué estás llorando Chae?
— Terminó conmigo — dijo entre sollozos — Sehun término conmigo — se rompió a llorar en mi hombro y yo comencé a acariciar su cabello abrazándola.
— Pero, ¿por que? ¿Pasó algo entre ustedes? ¿Discutieron? — levanté su rostro y sequé sus lágrimas.
— No, no discutimos, creo que me dejó por otra chica Soo, es la única explicación que encuentro.
— No hables así, creo que ustedes deben hablar. Debes hablar con él y decirle que te diga que pasó — me pone muy triste ver a mi amiga así, ese tonto de Sehun.
La campana sonó y comenzaron las clases. Chaeyoung se sentó y la veía un poco más tranquila, YoonGi había llegado pero no he podido preguntarle por Gilli.
— YoonGi — susurré para que me escuchara — YoonGi, oye prestame atención.
— ¿Qué quieres? Atiende a la clase y déjame.
— Solo quiero saber como pasó la noche Gilli — volví a susurrar en su oído.
— Bien, pero te voy a a advertir algo. Con que vuelva a empezar a chillar a media noche la tiraré fuera — volteó los ojos.
— Pero como no quieres que chille si la dejaste afuera solita — hice puchero.
— ¿Ahora se supone que debo llevarla a dormir adentro? No, si seguimos así la dejo que duerma en mi cama — negó con la cabeza.
— Bueno ya, no es para tanto — bufé — Siempre tratando a las chicas tan mal — me miró con el ceño fruncido y vi como se escapó una leve sonrisa de sus labios.
— Tonta — dijo antes de apretar mi nariz con sus dedos.
¿¡Qué está pasando!?
¿¡De verdad hizo eso!?
No me lo puedo creer, Min YoonGi es más dulce de lo que creía.
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