— Baekhyun, tenemos que hablar — le dije cuando lo encontré.

— ¿Qué pasa? — estaba sonriendo.

— Es acerca de Min YoonGi — lo miré bien para ver su expresión, él solo frunció el ceño y comenzó a caminar — Hey, te dije que tenemos que hablar — lo tomé del brazo.

— No voy a hablar de nada de eso contigo — dijo bajo pero molesto.

— Pero Baek, necesito saber qué es lo que les pasó — lo seguí — Es que me parece bastante raro. Si se conocen, ¿por qué no se hablan?

— Tu no tienes que saber nada — se detuvo y me miró — Nada — afirmó y se volteó, no lo seguí porque parecía bastante molesto.

Bueno, iré a hablar con YoonGi.

Después de hablar con Baekhyun volví al salón, él no me miró en todo él día, ¿estará molesto conmigo? Pero si yo solo quiero ayudar.

Terminó la última clase y todos comenzaron a salir así que aproveché para hablarle a YoonGi.

— Oye YoonGi — me miró pero no habló ni hizo ningún gesto — Escuché que tú y Baekhyun eran muy buenos amigos antes — seguí hablando y ví como su expresión cambiaba completamente.

— ¿Quién te dijo eso? — su voz se agravó — Te pregunté quién fue — se acercó más a mi con esa cara de asesino que pone.

— Eso no importa, lo importante es saber si es verdad y saber por qué no se hablan ahora — alcé mis cejas.

— Eso a ti no te interesa — tomó su mochila y salió, yo tomé la mía y fui tras de él sin hacer mucho ruido. Parecía molesto.

— Hey, ¿quién eres tú para estar divulgando mi vida? — su voz se escuchó molesta, demasiado. Baek se giró y quedó frente a él.

Baek rió.

— ¿De qué estás hablando? — niega con la cabeza — Solo déjame en paz, no quiero tener nada que ver con una persona como tú — dice y las personas que aun quedaban en la escuela se habían detenido para ver lo que pasaba.

— Eso mismo pienso yo, no quiero que vuelvas a mencionar mi nombre — dijo YoonGi y se acercó a él — ¿Sabes por qué? — ríe en tono de burla y lo mira serio — Porque eres una mierda — Baek al escuchar esto golpeó a YoonGi en el rostro, le dio un golpe tan fuerte que su labio estaba sangrando.

YoonGi se limpió y escupió, soltó su mochila en el suelo y se abalanzó sobre Baek dándole un puñetazo en el rostro que hizo que este cayera al suelo sin dejar que se levantara, se volvió a abalanzar sobre él y lo empezó a golpear.

Baek también comenzó a golpearlo, las personas en el pasillo comenzaron a hacer mucho ruido, pero no hacían nada para separarlos, solo estaba yo con el corazón en la boca a punto de salirse y pidiéndoles que pararan, pero no me escuchaban.

— ¿¡Qué está pasando aquí!? — la directora junto al profesor de Historia venían hacia nosotros.

Todos los que estaban en el pasillo ahora mismo desaparecieron de repente y solo quedamos Baekhyun, YoonGi y yo.

— No puedo creer esto de ustedes, ¿qué fue lo que pasó para que se pelearan así? ¿Acaso creen que esto es un Ring de Boxeo? — la directora parecía bastante molesta, su cara estaba completamente roja.

— Señora Directora, lo que pasó fue que... — traté de calmar las cosas pero no me dejó ni hablar

— ¡Usted también estudiante Park! — me dijo e hizo que me callara — Vamos todos a la dirección — se giró y comenzó a caminar con todos nosotros detrás de ella.

(...)

— Bueno, ya que tienen bastante tiempo libre para pelear. Pienso que tienen tiempo de sobra para trabajar, ¿no es cierto? — nos miró a todos.

Yo miré a Baek y a YoonGi, ellos como si con ellos no fuera. Ahora me van a castigar por su culpa.

Aunque si lo pienso, todo lo que sucedió fue mi culpa. ¿Por qué soy tan metiche? No debí preguntarle a ninguno de los dos por su pasado.

— ¿Nadie responde nada? — se quedó callada — Muy bien, mañana quiero a sus padre aquí a primera hora.

— ¿Qué? — me levanté de mi silla de un solo salto — No por favor, Señora Directora. No llame a mi madre — le supliqué — Podemos obtener otro castigo.

— Está bien — asintió con la cabeza — A partir de ahora tendrán que hacer trabajos voluntarios en la escuela.

— ¿Qué? — habló por primera vez Baek.

— Si no están de acuerdo entonces traigan a sus padres — dijo la Directora.

— No traeré a mi padre así que vamos a hacer el trabajo “voluntario” — hizo comillas con sus dedos.

— ¿Quién lo dice? — habló Baekhyun.

— Dos contra uno — hablé rápido antes de que pasara algo — Lo siento Baek, pero son dos contra uno — me alcé de hombros.

— Si ya se pusieron de acuerdo bien — se sentó en su escritorio — Ya pueden irse.

Salimos al pasillo y me quedé conversando con Baekhyun, después salió YoonGi.

— ¿Qué haces aquí todavía? ¿Se te olvidó que tienes que ir a trabajar? Ya es tarde — dijo YoonGi enseñándome el reloj y comenzando a caminar para irse.

— Lo odio — dije y suspiré.

— ¿A qué se refiere? — escuché la voz de Baek.

— Es que estoy trabajando en su casa — contesté y me miró serio.

— ¿No tienes donde más trabajar que no sea en su casa? — se acercó a mi — Soo no me gusta que estés cerca de él — acaricia mi mejilla y la besa, yo solo me quedé mirándolo sin expresión alguna.

— Baek yo... — se fue acercando a mi poco a poco, casi rosaban nuestros labios. Creo que me besará. — Tenemos que irnos — le dije antes de que me besara. Él se alejó y se dio la vuelta para irse.

Quiero mucho a Baekhyun pero no de esa forma, para mi él es un amigo, mi mejor amigo a decir verdad. No me gusta hacerle esto pero es mejor que darle flasas esperanzas.

Baek ya se había ido, solo quedaba yo o eso creí.

YoonGi estaba aquí todavía, me quedé parada en la puerta esperando a que dejara de llover, había comenzado y no paraba, de repente veo a YoonGi que se detiene a mi lado y mira hacia afuera fijamente, como si estuviera hipnotizado por la lluvia. Sus ojos brillaban y en su rostro se dibujó una cálida sonrisa, me quedé en el aire al ver como sonreía, es la primera vez que sonríe así.

— ¿Qué miras? — preguntó sin dejar de mirar la lluvia, me tensé un poco. Él se había dado cuenta de que lo miraba — ¿Cuanto más vas a estar así? — esta vez si me miró.

— No te estaba mirando a ti... — dije casi tartamudeando — Pff — bufé y él me volvió a mirar.

— ¿Qué te pasa ahora?

— Que no deja de llover, tengo que ir a casa para después ir a la tuya — hice puchero.

— Tal parece que odias la lluvia — sacó su mano dejando que pequeñas gotas cayeran sobre esta.

— Y a ti te encanta por lo que veo.